Edición: Siruela,
2007 (trad. Romana Baena Bradaschia)
Páginas: 116
ISBN: 9788498410501
Precio: 14,90
€
Valeria Parrella (1974), que en estos momentos ya cuenta con una trayectoria notable en
Italia –con cinco novelas, tres libros de cuentos y siete obras de teatro–, se
dio a conocer en 2003 y 2005 con sendas compilaciones de relatos. Lo que ya no recuerdo y otros cuentos (2007),
su único título traducido al castellano hasta la fecha, reúne algunos de esos primeros trabajos.
Valeria Parrella forma parte de la tradición de narradores arraigados en Nápoles:
de Matilde Serao a Elena Ferrante, pasando por Anna Maria Ortese y Erri De Luca, entre otros. Aunque se nota que estos textos son todavía
primerizos, se insinúa en ellos la relación complicada entre el individuo a
priori honrado y la ciudad asediada por la camorra, un tema habitual en la
estirpe de autores napolitanos. Además, con un punto de vista «femenino», que
indaga en las dificultades añadidas de ser mujer en esta zona.
«Lo
que ya no recuerdo», el primer cuento, evoca estampas de la infancia de la narradora
en el barrio napolitano; se plantea la tensión (que vuelve a aparecer en otros
relatos) entre una educación laica, racional, que los padres transmiten a la
niña, y el carácter supersticioso y embrutecido de la sociedad que la rodea; ese
choque entre lo culto y lo popular, simbolizada en la paradoja de Kepler de la
cita inicial, que une la ciencia matemática con la sinrazón de la astrología,
tan frecuente en las recreaciones de Nápoles. El título del relato alude al hecho de que
la protagonista, al crecer y marcharse de su tierra natal, de algún modo
«neutralizó» esa especificidad napolitana, «borró» de su memoria su violencia y
su irracionalidad, si bien al regresar, ya como mujer adulta, se reencuentra
con todo ello. Es la herida de quien se ha criado en Nápoles, entre dos opuestos que conviven.
«Montecarlo»,
por su parte, pone de manifiesto las dificultades de una mujer para llevar a
cabo un proyecto urbanístico en la ciudad, una ciudad arruinada por la
corrupción y la mafia. Los negocios turbios están presentes asimismo en el
tercer relato, «La carretera», en el que una esteticista entra en las redes del
tráfico de drogas después de que apuñalen a su pareja por la espalda. La
protagonista representa la triple identidad de mujer, madre y trabajadora que
trata de subsistir como puede, a lo que se añaden los peligros de ese submundo del
que ella no ha elegido formar parte; es uno de los cuentos más logrados. «Siddharta» sale
del universo femenino dominante en la antología para indagar en las
inseguridades de un niño con un talento prodigioso para la guitarra que sin
embargo acaba trabajando como operario en una imprenta. Ese triste
descubrimiento de que se ha dedicado a hacer lo mismo que los demás a pesar de
que tenía un talento propio que le hacía sobresalir, o eso le decían.
Valeria Parrella |
Por
último, cierra la obra «p. G. R.», sobre una mujer joven, sus fracasos sentimentales y los caminos que se abren, las imprudencias juveniles de su
hermana, la precariedad, la familia, la supervivencia, la vida.
Como en el resto de cuentos, late cierta lucha de opuestos, entre el barrio
napolitano que ahoga y el impulso (frustrado) por salir de él. En general, los
relatos pertenecientes a su segundo libro están mejor elaborados y tienen más
sustancia; hay, por lo tanto, una evolución, una mayor madurez en su
voz. La autora escribe con un estilo depurado, parco, salpicado de dialecto, un
tanto desabrido; a veces roza la afectación al forzar la poesía, la búsqueda de
frases «bonitas» de forma demasiado evidente. Le falta, quizá, más «textura»
literaria.
Con todo, como carta de presentación, estos cuentos no están nada mal y son una
buena opción para reencontrarse con la fascinante ciudad literaria que es Nápoles.
Solo he estado una vez en Nápoles hace muchos años, y fue una visita inolvidable. Era entonces una ciudad muy peligrosa -o eso decía todo el mundo-, llena de niños en bandas por todos lados, ropa tendida, un ambiente de precariedad y colorismo fascinante. Imagino que ha cambiado mucho desde 1980 en que estuve. Quiero volver a Nápoles este otoño. Creo que leeré estos relatos, si están en formato kindle, para ambientarme. El sur de Italia, con su atavismo y mafia siempre es literario, al menos más que el próspero norte, tipo Torino y Milán. Gracias por dármelo a conocer.
ResponderEliminarMe da envidia que conozcas Nápoles y vayas a volver pronto. Si quieres más literatura sobre esta ciudad, no te pierdas a Elena Ferrante, en particular la saga "Dos amigas", que empieza por "La amiga estupenda"; una obra deslumbrante. También "El mar no baña Nápoles", de Anna Maria Ortese. Me tienen fascinada.
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