Edición:
Funambulista, 2014 (trad. Gian Luca Luisi)
Páginas: 320
ISBN: 9788493904555
Precio: 26,00
€
Leído en la (magnífica) edición en catalán
de Adesiara, 2008 (trad. Meritxell Anton).
Escrita
en 1893, aunque no se publicó hasta 1901, La
excluida es la primera novela del gran autor italiano Luigi Pirandello
(Sicilia, 1867-Roma, 1936), galardonado con el Premio Nobel de Literatura en 1934 y contemporáneo
de Gabriele D’Annunzio, Grazia Deledda y Matilde Serao. Pirandello sitúa la
historia en un pueblo de su tierra natal a finales del siglo XIX; una
sociedad apegada a las raíces, católica y patriarcal, donde una mujer humilde no puede
aspirar a nada más (ni nada mejor) que ser esposa, ama de casa y madre. Marta, la
protagonista, es una joven que contrajo matrimonio en contra de su voluntad
–ella hubiera preferido continuar sus estudios– y poco después sufre el repudio
de su marido por unas sospechas de adulterio. El rechazo no solo afecta a Marta,
sino que se extiende a toda su familia. Ante esta afrenta, Marta tratará de
hacer lo posible para salvarse a sí misma y a sus seres queridos.
En
un principio, Marta se ve obligada a regresar a la casa paterna, a pesar de que ella niega haber sido infiel. Es la cruda realidad de la cultura patriarcal, por la
que una muchacha, cual moneda de cambio, primero «pertenece» al padre, luego al
marido, y si, siempre según el esposo, el matrimonio no marcha, puede
«devolverla» al progenitor, con un escándalo público incluido. Ella, una chica
inteligente y tenaz, se ve en una situación humillante de desamparo absoluto:
debe resignarse a ser juzgada, no por sus acciones, sino por una mera suposición.
Además, en una sociedad donde la institución de la familia tiene un peso fundamental, su
caída en desgracia arrastra a los suyos: los vecinos les dan la espalda y les hacen escarnio. Su propio padre se suma a la indignación del esposo, mientras que la
madre y la hermana menor la apoyan. Esta última, con todo, pierde oportunidades
de casarse como consecuencia del oprobio.
En
medio del rechazo general del pueblo, hay una excepción: Anna Veronica, una
mujer madura cuya reputación también quedó manchada en su momento. Ella, la
hermana y la madre de Marta conforman una alianza femenina, una demostración de
solidaridad entre personajes marginados por la hegemonía. Carecen de recursos,
viven en la miseria, pero se ayudan con lo poco que tienen, solas contra el mundo. En este punto es interesante analizar las resonancias bíblicas de sus nombres: Marta y María, como las
hermanas discípulas de Jesús, la primera destacó por su abnegación, como
la de este libro; Anna Veronica, como la Verónica que enjugó el rostro de
Jesús en la cruz, compasiva. Los nombres cristianos estaban extendidos; aun así, cuesta creer que estas elecciones fueran
meras coincidencias.
Si
bien los personajes femeninos llevan las riendas del libro, resulta pertinente
examinar el rol masculino, tan revelador de las debilidades sociales como el de
ellas. En concreto, el marido de Marta: en el fondo, no es tan dominante como
parece por sus acciones; a su vez, está sometido por su padre, un infeliz que
tiene una opinión muy despectiva de las mujeres en conjunto y lo insta a
repudiar a Marta. Está, también, la cuestión del orgullo, del honor, como en la
intención de retarse a duelo con el supuesto amante de su esposa, aunque él no
sea proclive a la violencia. A su manera, el marido de Marta representa a una
generación joven que, por un lado, quiere alejarse de los valores precedentes,
pero, al mismo tiempo, no logra liberarse de la presión paterna. Toma
decisiones en función de lo que dictan las costumbres, no porque crea en lo que hace. Él es una víctima a su modo, solo que su
reputación no se resiente. Las diferentes consecuencias para el hombre y la mujer después de la
separación evidencian las desigualdades de género y la violencia institucional
establecida contra ellas.
Luigi Pirandello |
Pirandello
retrata la sociedad de su tiempo desde una perspectiva crítica
con el patriarcado, la omnipresencia de la religión católica y la hipocresía social generalizada. No plantea el conflicto con una
protagonista pasiva, que se regodee en su papel de víctima, sino con una que,
pese a sufrir pérdidas, insultos y degradaciones, sigue
adelante con la firmeza de una Jane Eyre. Marta, perseverante, fuerte, abnegada,
no se resigna a quedarse en casa llorando y empieza a construirse una nueva
vida, no sin trabas; encarna unos valores prefeministas.
Como en las
grandes novelas del siglo XIX, la narración (con diálogos brillantes –se nota que Pirandello era, además de novelista y cuentista, un dramaturgo extraordinario– y unas descripciones espléndidas) destaca por su ironía
y los toques cómicos de determinados personajes (todos muy bien
caracterizados); dentro de la tragedia, el tono es easy-going, vivaz y con reflexiones lúcidas. Una muy buena novela,
en definitiva.
Tengo la impresion de que este libro no es para mi. Creo que lo voy a dejar pasar.
ResponderEliminarSaludos
jajajajaaaaaaa Pirandello no es para cualquiera
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