Edición:
Bromera, 2014 (trad. Albert Pejó)
Páginas:
120
ISBN:
9788490261910
Precio:
14,96 €
Edición en catalán. No existe, por
ahora, una traducción al castellano.
Història d’Irene (2013) es una de las últimas novelas de
Erri De Luca (Nápoles, 1950), quien, con más de cincuenta libros a sus
espaldas, se ha convertido en un referente de la literatura italiana
contemporánea. En los últimos meses ha sido noticia por enfrentarse a un
proceso judicial, motivado por una supuesta incitación al sabotaje de una línea
de tren de alta tensión, acusación de la que habla en La palabra contraria (2015), un texto
breve en el que defiende la libertad de expresión que ya ha vendido cerca de 100.000
ejemplares en Italia y que se ha publicado recientemente en castellano de la mano de Seix
Barral. Pero volvamos a la creación literaria: Història d’Irene
se compone de tres historias ligadas por la presencia del mar, uno de los temas
habituales del autor. Está
escrita con el tono
poético e íntimo
que lo caracteriza, con ese uso plástico del lenguaje que dota de gran
expresividad cada fragmento.
El
primer relato, mucho más extenso que los otros dos, es el que da nombre al
libro. En él, un escritor que huye de algo conoce a Irene, una niña de catorce
años que nada junto a los delfines en una pequeña isla griega. Está
embarazada, pero nadie lo sabe. El escritor y ella entablan una relación en la
que Irene le cuenta su secreto y él recoge su historia —porque el escritor recoge
historias, no se las inventa—, una historia marcada por el mar. «Tú eres la
conjunción y, que une la tierra y el
mar» (pág. 29), le dice su nuevo amigo, porque Irene encarna el conflicto de la
pertenencia a dos mundos en apariencia incompatibles, que en su caso están
representados por las olas en las que bucean los delfines y la tierra firme de
los humanos. Unos humanos que, a veces, no tienen la capacidad suficiente para
comprender lo diferente, lo que no encaja en su forma de ver el mundo, y por
ello las personas como Irene deben buscar su sitio en otra parte, en un espacio
sin reglas como el mar («La tierra firme ha sido su madrastra. El mar, en
cambio, la abraza y la acaricia», pág. 59).
Con
Història d’Irene, De Luca se mueve en
un ambiente onírico, evocador, inmerso en el imaginario marino. Bebe de la narración oral —el hecho de que el
personaje del escritor diga que «recoge» historias sin final es un buen guiño a
esta tradición («El final no lo sé. Las historias que escribo se terminan
antes», pág. 66)—, de la mitología griega (referencias a Teseo, al Minotauro),
la literatura clásica (Homero) y los relatos bíblicos —De Luca es un gran
estudioso del judaísmo y ha traducido algunos libros de la Biblia al italiano—.
Y así, en esta especie de fábula ensoñadora, De Luca teje mensajes de
comprensión, amistad y afecto unidos por el mar. Los personajes, heridos por
dentro, sanan gracias a este reencuentro con las olas. Su estilo recuerda al de
su compatriota Alessandro Baricco (Seda),
otro narrador muy lírico, y a La niña del faro, de Jeanette Winterson, que también está protagonizada por un contador
de historias y una niña dispuesta a escucharlas.
Erri De Luca |
La
segunda historia del libro está basada en Aldo De Luca, el padre del autor, y
recrea la escena del naufragio de un grupo de soldados durante la Segunda
Guerra Mundial. De nuevo, el mar —esta vez en un contexto más realista—, el mar como esperanza después del sufrimiento propiciado por la humanidad. Mientras los hombres reman
con ahínco para llegar a una isla, hacen una demostración de compañerismo
y generosidad entre ellos, una unión que les ayuda a salvarse. Para terminar,
el tercer relato recrea los últimos días de un anciano que ya no encaja en su
entorno, se siente incomprendido por sus familiares, más jóvenes, y busca su
sitio en el rompeolas de Nápoles, donde sus recuerdos se condensan con el
retorno a la naturaleza, al mar. Porque el mar, bajo la mirada de Erri De Luca,
deviene en tabla de salvación para todos los personajes, sean cuales sean sus
circunstancias. Una hermosa metáfora de
la libertad.