27 febrero 2012

Consejos para promocionar una novela en la red

En los dos años que llevo en la blogosfera me he encontrado con muchos autores noveles cuya actitud para promocionar su novela deja bastante que desear. Entiendo que en ocasiones no lo hacéis por desfachatez sino por puro desconocimiento de este medio, así que he decidido transmitiros algunos consejos basados en lo que he vivido que os pueden ayudar a mejorar vuestra imagen en la red.

En general:

- Escribe bien, sin abreviaturas, con mayúscula al inicio de la frase y sin olvidar los signos de apertura en las preguntas y exclamaciones. Esto es aplicable tanto a los correos como a tu actividad en redes sociales y blogs: la escritura es tu carta de presentación; no hay nada que me horrorice más que un pretendido escritor que se dirige a mí en lenguaje SMS o con faltas garrafales.

- No intentes dar pena en tus mensajes. Estoy harta de recibir correos que me dicen "para un escritor novel es muy difícil abrirse camino", "las editoriales nos dan la espalda" o "espero que puedas ayudarme". Veamos: los comienzos son difíciles en TODOS los trabajos; quienes ahora se pueden considerar autores consolidados han currado mucho para llegar hasta donde están. En lugar de recurrir a la lástima, sé creativo e intenta presentar tu obra de una forma atractiva.

- Tampoco caigas en el lado opuesto: no ensalces tu novela. Entiendo que te sientas orgulloso de tu creación, pero si lo expresas abiertamente ante un público desconocido corres el riesgo de sonar pretencioso, y sobra decir que nadie va a creer que realmente merece la pena porque tú lo digas. La clave está en exponer sin incluir juicios personales y/o pensar métodos originales para despertar el interés de la gente.

- No hagas spam, es una práctica muy mal considerada y tu imagen queda fatal. Es decir, no pegues tu mensaje en nuestros muros de Facebook, no hagas publicidad en los comentarios de una entrada, no pidas que te hagamos un "retwitt" en Twitter... Estas notas, puro copiar y pegar, son lo peor para darse a conocer.

Sobre el contacto con los blogueros:

- Escoge bien los blogs y webs con los que quieres contactar. Fíjate en el tiempo que llevan activos, en la cantidad de publicaciones semanales, en el número visitas (no en los seguidores, que muchas veces son un simple reflejo del número de concursos), en la calidad de los contenidos y en si la gente tiene en cuenta sus opiniones cuando le dejan comentarios. Quizá en determinados espacios podrías conseguir una reseña rápida y positiva, pero ¿de verdad vas a obtener algo con la recomendación de alguien que carece de criterio? Por no hablar de los que no reseñan los libros que les envían, o lo hacen mil años después, o los reseñan sin haberlos leído, o plagian; en la blogosfera todos nos conocemos y sabemos de qué pie cojea cada uno. En lugar de enviar cuarenta ejemplares a blogs, tal vez te compense más pagar a unos pocos medios serios para incluir tu publicidad.

- Antes de ponerte en contacto con un bloguero para que reseñe tu libro, lee las condiciones que expone en su página (si las hay). No todos lo aceptamos todo: algunos explican qué géneros les gustan, los hay que no leen en formato e-book, otros no quieren nada en absoluto y luego estoy yo, la revolucionaria, que solo accedo previo pago. Muchos no estaréis de acuerdo con estas pautas, pero ante todo respetad al reseñador: hacemos esto en nuestro tiempo libre y no tenemos por qué aceptar. Además, ten presente que no nos contacta un solo autor, sino muchos.

- No recibir respuesta a estas solicitudes es una negativa (esto es como echar currículos), así que no hace falta que bombardees el correo del bloguero en cuestión si no te responde a la primera. Pedir una reseña también implica arriesgarse a recibir un no, sobre todo cuando escribes sin aceptar las condiciones. En cualquier caso, piensa que es preferible que te ignoren y olviden que quedar como un pesado.

- No puedes obligar a la gente a leerte. Si cedes ejemplares para un sorteo, ten la elegancia de dejarlo en manos del bloguero y no pongas como condición que los participantes tengan que unirse a tu grupo de Facebook y leer tu libro por narices. Cada uno elige cuándo y cómo quiere leer y, a propósito de estos grupos, no añadas a gente sin consultar ni envíes un mensaje para decirles que vas a pasarles tu novela. Limítate a mostrar lo que has hecho y deja que los lectores sientan interés por ellos mismos.

- Piensa que en estos momentos eres un perfecto desconocido y los lectores no podemos querer leer algo que no sabemos que existe, así que no te las des de generoso por ofrecerte a enviar tu libro. Si alguien acepta que le pases tu novela, el que seguro que ganará eres tú: ser reseñado, aparecer en los IMM, redes sociales... ¡Todo contribuye a darte a conocer! Has costeado el envío, sí, pero de otro modo esos lectores no te habrían leído. En cambio, el bloguero solo ganará si tu obra le gusta, aunque tanto si eso ocurre como si no te ha dedicado su tiempo y te ha hecho un hueco en su espacio. Evidentemente, cuando hay remuneración económica me parece un trato justo para ambas partes.

- Sobre tu participación en blogs ajenos, no olvides que vendes libros. En otras palabras: no pasa nada si comentas un artículo o participas en un debate, pero nunca emprendas una guerra contra un bloguero por una reseña negativa o porque no estás de acuerdo con una entrada que ha escrito. Ser escritor también implica ser una figura pública, así que cuida la imagen que das y, sobre todo, no olvides que los blogueros somos lectores potenciales de tu obra (a propósito del tema, os recomiendo leer este artículo de la escritora Begoña Oro).

Sobre las redes sociales:


- Te aconsejo que te hagas una página de Facebook (lo del "Me gusta") y un perfil de Twitter, ambos con tu nombre de autor y no el de tu novela, ya que, salvo que escribas una saga, sacarás más rendimiento de una página en la que puedes publicitar todos tus libros y no uno solo. En el recuadro para la imagen puedes poner la cubierta de tu última publicación para que la gente se empiece a familiarizar con ella. No aconsejo hacerse un perfil en Facebook (lo de los amigos) y agregar a todo el mundo porque a la larga solo te servirá para encontrar mil actualizaciones de gente a la que no conoces, lo que resulta muy incómodo (y sobra decir que no todos ellos te leerán por el simple hecho de agregarlos).

- Cuida la imagen que transmites en las redes. Si eres novato, a la gente no le interesa saber que hoy has terminado el capítulo tres de tu próxima novela, que mañana escribirás el cuarto y que estás muy emocionado. Demuestra que te tomas en serio esto, no hables de tus proyectos hasta que empiecen a ser una realidad y, el colmo de los colmos, no preguntes a los lectores qué les gustaría que ocurriese o qué nombres quieren que pongas a los personajes; estos detalles denotan una gran falta de profesionalidad. Para mantener tu página activa sin saturar con información sobre tu libro, puedes proponer temas que animen a la gente a participar (fíjate en el modo en el que lo hacen Rosa Montero y Espido Freire).

- Vigila con la información personal que das: nos interesa tu obra, no si hoy has discutido con tu pareja o te ha sentado mal la comida. Para hacer amigos existen una herramientas maravillosas llamadas correo electrónico y perfil privado. Las chorradas solo se las pueden permitir los grandes; si estás empezando, mejor céntrate en tu trabajo. Además, hablar demasiado de ti y de tus problemas personales te puede perjudicar (en Internet es fácil ser cruel).

- Si tienes página web, ni se te ocurra poner lo que han dicho tus allegados sobre tu libro. Con esto me refiero a frases de este tipo: "Una historia maravillosa, me ha enganchado de principio a fin" (Paquito Pérez, mi mejor amigo). Sí, parece mentira, pero esto pasa. Un poco de sentido común: todos sabemos que una persona cercana no va a hablar mal de tu novela, así que no utilices sus recomendaciones para venderte porque resulta ridículo. Si no cuentas con la cita de ningún medio, es preferible que solo pongas el argumento o, de nuevo, intentes ser creativo y hacer algo diferente.

- Sácale partido a tu web/blog: incluye curiosidades de tu novela, habla de tus libros favoritos, enlaza las reseñas y entrevistas que te hayan hecho (a los blogueros siempre nos hace ilusión) e intenta ser original. Con respecto al blog, aunque lo utilices como medio para dar a conocer tu novela, también puedes aprovecharlo para escribir entradas sobre cuestiones de interés general, literarias o de otro tipo. Me parece una buena manera de mostrar tu forma de escribir y darte a conocer sin el molesto "He publicado un libro, blablablá, me gustaría que lo leyeras".

Finalmente, unas palabras de ánimo: no des a las críticas más importancia de la que tienen. Una reseña negativa no es el fin del mundo, ni siquiera cien reseñas negativas lo son. Como mucho, demuestran que ese libro es flojito, pero ¿quién no ha tenido dificultades al empezar una carrera laboral? Pocos autores han triunfado en su primer intento, así que no te desanimes y aprovecha todas esas opiniones para hacerlo mejor la próxima vez. Si algo bueno tiene la literatura es que cada obra te da la oportunidad de empezar de cero.

24 febrero 2012

Lecturas temáticas: infancia difícil

Los libros que recrean una infancia dura siempre me han interesado. En general, transmiten valores de amor y superación que me inspiran muchísimo y, aunque a simple vista puedan parecer más de lo mismo, lo cierto es que tratan temas de lo más variados: desde una niñez marcada por la pobreza a situaciones difíciles por las circunstancias políticas, sin olvidar emigraciones y enfermedades, entre otros.

A continuación os dejo un listado con ideas para los que queráis leer novelas de este tipo (la mayoría están basadas o inspiradas en hechos reales). Sé que hay muchas más, pero tengo por costumbre hablar solo de lo que he leído y, además, recomiendo, así que la selección está extraída de mis propias lecturas:

1. Un árbol crece en Brooklyn, de Betty Smith: la bellísima historia de Francie, una niña que pertenece a una familia pobre en la que el padre se dedica a beber mientras la madre friega escaleras. Aun así, las mujeres del clan consiguen transmitirle el amor por la lectura y Francie crece rodeada de libros y con la esperanza de labrarse un futuro.

2. Cuando Hitler robó el conejo rosa, de Judith Kerr: la huida de una familia alemana para refugiarse ante la amenaza del nazismo. Más allá del conflicto, se tratan cuestiones como la adaptación a un nuevo país, el hecho de sentirse rechazado y el paso precipitado a la edad adulta. Un clásico de la literatura juvenil apto para todas las edades.

3. La ladrona de libros, de Markus Zusak: en plena Alemania nazi, una muchacha llamada Liesel roba libros desde antes de aprender a leer. A través de un argumento original y un narrador impactante (nada menos que la Muerte en primera persona), el autor nos lleva por una evolución política en la que ni siquiera esta niña tan simpática se libra de sufrir sus consecuencias.

4. El vino de la soledad, de Irène Némirovsky: la recreación de la vida de Elena Karol, marcada por el odio hacia su madre, que siempre la ha despreciado. A la ausencia de cariño maternal se le une la Revolución rusa, que obliga a la familia a trasladarse. La protagonista solo está a gusto con su institutriz francesa, hasta el punto de sentirse más cercana a la tierra de esta que a su Ucrania natal.

5. El largo camino de Olga, de Yolanda Scheuber: el relato de Olga, una niña que vive en la Rusia de los Romanov junto a su padre y sus seis hermanos. Sin embargo, este lugar es inseguro para ellos y se ven obligados a marcharse, aunque no todos acaban en el mismo sitio: la hermana mayor se queda, la segunda y Olga viven en Argentina y los demás se reparten entre Estados Unidos y Canadá. El testimonio desgarrador de cómo una familia se fragmentó para siempre.

6. Las cenizas de Ángela, de Frank McCourt: muy similar a Un árbol crece en Brooklyn, pero con el paisaje de fondo de Irlanda y un niño como hilo conductor. De esta novela, un clásico de nuestros tiempos, destaco la capacidad para sacar el sentido del humor a pesar de las penurias, además del maravilloso punto de vista infantil.

7. Mi hermana vive sobre la repisa de la chimenea, de Annabel Pitcher: la historia de un niño que intenta reconstruir a su familia después de que una de sus hermanas muriera en un atentado. Tierno y conmovedor, aunque lo que más me gusta de él es el hecho de tratar un tema que nos toca de cerca (el terrorismo islamista) y a la vez plasmar un mensaje en contra del racismo.

8. El silencio de las palabras, de Jean Kwok: otra de pobreza, esta vez de una hija única que vive con su madre. Sus rasgos distintivos son la inmigración (de China a Estados Unidos) y la brillantez de Kimberly en los estudios, lo que la impulsa a mantener este nivel para conseguir un buen trabajo y sacar de la miseria a la mujer que le dio la vida.

9. El diario de Anna Frank, de Anna Frank: la vida de una familia que vivió en la clandestinidad durante la Alemania nazi, con la pequeña Anna como narradora en primera persona. Se trata de una fuente primaria de un valor histórico incalculable, por lo que, más que por su calidad literaria, merece la pena por el enorme interés que tiene.

10. El niño con el pijama de rayas, de John Boyne: un cuento para adultos narrado desde una perspectiva infantil que presenta el conflicto nazi a través de la amistad entre el hijo de un oficial nazi y un niño judío que se encuentra en un campo de concentración. Me pareció previsible y no me gustó tanto como a la mayoría, pero aun así le reconozco el mérito de haber construido un relato con una buena moraleja.

Finalmente, os animo a aprovechar los comentarios para recomendar las novelas de este tipo que más os han gustado (sin enlaces a otras páginas) y de este modo enriquecer mi selección.

22 febrero 2012

Bloodlines - Richelle Mead

Editorial: Razorbill
Páginas: 432
ISBN: 9780141337111
Precio: 7 €
En inglés. Sin traducción al castellano.

Bloodlines es el nombre del spin-off de Vampire Academy, o lo que es lo mismo, una saga ambientada en el mismo mundo de humanos y vampiros en una época inmediatamente posterior a lo acontecido en esa primera etapa. Esta nueva serie está narrada por Sydney Sage, la amiga alquimista de Rose Hathaway, y la mayor parte de sus protagonistas han cambiado. Normalmente aborrezco las continuaciones hechas para estirar el tirón (ha ocurrido con tantos libros: Cazadores de sombras, Medianoche, Eternidad…), pero Richelle Mead supera con creces a la mayoría de autores de este género y en cuanto conocí la publicación de Bloodlines supe que esta historia también valdría la pena. ¿Queréis saber qué me ha parecido? Seguid leyendo.

Sinopsis

Atención: contiene spoilers de Last sacrifice, el final de Vampire Academy.

Entre los alquimistas se palpa un ambiente tenso: deben escoger a una chica para proteger a la hermana de la reina moroi en su nuevo destino, pero por alguna extraña razón prefieren llevar a una joven inexperta que a su hermana mayor, Sydney, mucho más curtida en estos asuntos. Sin embargo, Sydney logra convencerlos y parte rumbo al colegio humano en el que Jill, Eddie y ella se camuflan entre el resto de los alumnos. A poca distancia vive Adrian, que se cura de las heridas de Rose mientras vigila que todo vaya bien con Jill. 

Sin embargo, a la chica moroi le ocurre algo. A pesar de contar con la protección de Eddie, se muestra rara, insegura; antes de llegar a la escuela la atacaron y Sydney desconoce exactamente cómo pasó todo. Las dos comparten habitación y se llevan bien, pero entre el comportamiento extraño de una y los prejuicios hacia los vampiros de la otra, su relación dista mucho de parecerse a una amistad. Así, la vida de Sydney transcurre entre clases de asignaturas que ya ha estudiado, compañeros humanos con aficiones peculiares y un superior con ganas de sacarla de ahí. Pero incluso en medio de esta monotonía aparente hay peligros que la acechan…

Comentario personal

Richelle Mead lo tenía difícil. Vampire Academy dejó el listón tan alto y Rose Hathaway era una protagonista tan carismática que todos los fans teníamos dudas acerca de la conveniencia de Sydney como nueva heroína. No obstante, tras leer Bloodlines esos temores han desaparecido: el libro está francamente bien y Sydney no tiene nada que envidiar a Rose. A diferencia de otras historias que básicamente se dedican a estirar el hilo de lo que un día funcionó, esta novela no es repetitiva ni alarga demasiado las escenas (al contrario, todas las páginas están aprovechadísimas). Vampire Academy era superior a la media, y Bloodlines también.

Pero empecemos por el principio: el personaje principal y narradora en primera persona. Sydney es una chica inteligente, atenta y valiente, pero terrible para las relaciones que van más allá de la amistad. Además, siente verdadero pavor por los vampiros y sus poderes (como sabéis quienes habéis leído Vampire Academy, las criaturas de este mundo tienen una habilidad relacionada con un elemento). No he echado de menos que no supiera luchar, puesto que posee otras capacidades que la involucran en los sucesos de una forma tan entretenida como sucedía con Rose. En definitiva, me ha caído estupendamente y pienso que a la larga incluso me puede llegar a gustar más que la antigua estrella porque me identifico bastante con ella.

El resto del elenco también está genial, Richelle Mead tiene un don para caracterizar a la perfección con pocas palabras. Así, llegamos a conocer muy bien, no solo a Sydney, sino a Jill y todos los secundarios. A propósito de Jill, preveo que sus quince añitos le van a costar más de una crítica por ingenua, pero qué queréis que os diga, a mí me resulta un comportamiento creíble para alguien de su edad y a pesar de todo me ha inspirado simpatía. En cuanto a Eddie, siento que todavía se puede profundizar más en él, la propia narradora necesita conocerlo más. Y Adrian, ¡qué decir de Adrian!, hasta con mal de amores me encanta.

Hablando de esto, quiero elogiar un aspecto que me encanta de todos los libros de la autora y que a menudo siento que se pasa por alto en las reseñas: por mucho que el contexto vampírico parezca frívolo y poco interesante, no se olvidan las cuestiones humanas y el trato entre los personajes está realmente cuidado (no solo en el ámbito amoroso), por ejemplo, con los asuntos siguientes: lo difícil que es para alguien como Sydney hacerse amiga de una vampira, lo mucho que marcó la muerte de Mason a Eddie, las tonterías que se hacen en la adolescencia… Muchos temas presentes en todos los capítulos que merecen un aplauso pese a no contar con tanta importancia como las escenas de acción.

De hecho, las tramas de aventuras están bien, tienen misterio, se alternan bien los hilos para mantener la intriga… Sin embargo, son bastante más light que las que los últimos libros de Vampire Academy y en algunos detalles pecan de previsibles, aunque aun así siguen estando muy por encima de lo que se publica en este género. Estoy segura de que en las siguientes partes conseguirá emocionarnos tanto como en el final de Bendecida por la sombra e impactarnos como en Blood promise; no se me olvida que la primera novela de Vampire Academy también fue la más floja de su serie (y aun así, repito, es una maravilla al lado de lo demás).

Por otro lado, es digno de mención el hecho de que este mundo vampírico todavía tiene más posibilidades: los conflictos planteados no suenan a repetición de lo anterior y de veras he llegado a sentir que este spin-off hacía mucha falta. La historia desde el punto de vista de una alquimista da mucho de sí, pero no solo eso, sino que entre los moroi y los dhampir todavía quedan muchos temas que tratar, y con la perspectiva de una chica humana que convive con vampiros se abarca todo. Los descubrimientos que se hacen en Bloodlines no tienen desperdicio, os lo aseguro.

Y todo ello, sin perder el estilo fresco, ágil y adictivo de la autora, esta gran escritora de fantasía urbana. La obra está aderezada con sus toques de humor característicos (sí, incluso con una narradora seria y fría), es Richelle Mead en esencia. No me cansaré de elogiar su prosa: no utiliza un lenguaje poético ni adorna los textos con florituras, pero escribir como ella también tiene muchísimo mérito. Las páginas pasan volando, nunca perdí el interés por el relato y día a día crece mi admiración por la enorme cantidad de cuestiones que trata (de forma directa o indirecta) sin necesidad de soltar parrafadas. Qué pena que en España no funcione tan bien como en Estados Unidos, qué pena.

Para terminar, el final me dejó con ganas de más: se plantean que van más allá de lo que teníamos en Vampire Academy, así que nos queda Bloodlines para rato. Por cierto, hay incorporaciones estelares en el último capítulo que prometen y mucho (solo os avanzo que recupera material de antes, ¡jo, jo, jo!), así que espero con ansias la publicación del segundo volumen, The Golden Lily, el próximo mes de junio. ¡Qué duro es no tener ya los seis libros para devorarlos del tirón!

Conclusión

Richelle Mead
Dado que Bloodlines es el spin-off de Vampire Academy, en esta opinión me dirijo principalmente a los que habéis disfrutado de esta saga: Richelle Mead sigue en su línea y no defrauda, de modo que no os lo podéis perder. Sydney como protagonista está genial, se abren nuevas tramas y el estilo resulta tan ameno como de costumbre; ojalá llegue a traducirse al castellano, aunque con lo que se está haciendo esperar Blood promise no tengo muchas esperanzas. A los demás, herejes que todavía no habéis caído en las redes de esta autora, os animo encarecidamente a descubrirla con Vampire Academy. Si os gustan este tipo de libros, esta serie es de lectura obligada (os lo dice una lectora que se ha tragado muchos bodrios).

Ay, con estos vampiros sí que me perdería…



Mi valoración: 8,5/10

17 febrero 2012

Ganadores del sorteo 2º aniversario

Los 7 libros del sorteo por el segundo aniversario del blog ya tienen dueño. Ha habido más participación que nunca (137 personas) y me habría encantado que hubiera premio para todos, pero Random ha dictado que esta vez los elegidos sean estos:

3 ejemplares de Hermosa oscuridad para Matiba, Pepe Hervás y Sofía.

1 ejemplar de El mensaje que llegó en una botella para Laky.

1 ejemplar de El ejército furioso para Margari.

1 ejemplar de Los platos más picantes de la cocina tártara para Offuscatio.

1 ejemplar de Será hermoso morir juntos para Liz.

¡¡¡Enhorabuena a todos!!! He comunicado vuestros datos a la editorial correspondiente y en las próximas semanas recibiréis el libro, ¡espero que lo disfrutéis!. A los demás, muchas gracias por participar y suerte para la próxima vez.
Este texto es una creación propia de Devoradora de Libros y no está permitida su copia
Este texto es una creación propia de Devoradora de Libros y no está permitida su copia.
Este texto es una creación propia de Devoradora de Libros y no está permitida su copia

15 febrero 2012

En el corazón del sueño - Carmen Pacheco

Editorial: SM
Páginas: 384
ISBN: 9788467548174
Precio: 15,95 €

Nunca habría sentido interés por esta novela si no fuera por mis compañeros de El Tiramilla, que me la vendieron muy bien. Tanto les gustó, que hasta lo consideraron el mejor libro juvenil publicado en 2011 (y sé lo mucho que costó elaborar ese ranking). Así pues, con una recomendación tan entusiasta y de gente con criterio, no me quedó otra alternativa que leerlo y comprobar por mí misma las maravillas de esta obra de Carmen Pacheco. Empezar a leer con las expectativas altas a veces resulta contraproducente; no obstante, en esta ocasión no me he decepcionado en absoluto.

Carmen Pacheco

Carmen Pacheco (1980) es una publicista y escritora almeriense con una larga trayectoria en la red. En su momento llevó la web Egoismo.com y desde hace unos meses escribe para la revista SModa de El País, donde primero se encargó de los originales Memoramas y en la actualidad nos cuenta sus descubrimientos en Sujeto de pruebas. Además, realiza los guiones de las tiras Divas de diván, dibujadas por su hermana Laura, y hace poco ambas publicaron su primer cómic en papel, Let’s Pacheco! Una semana en familia, una historia inspirada en su entorno familiar y cargada de sentido humor. En su vertiente como novelista, Carmen ha publicado tres novelas juveniles: Misterioso asesinato en Oz (Premio Leer es Vivir 2007), Tres veces la mujer de gris (2008) y En el corazón del sueño (2011), estas dos últimas finalistas del prestigioso Premio Gran Angular.

Sinopsis

Celeste, Mónica y Lucas sueñan. Pero no sueñan como cualquiera: tienen sueños lúcidos, con lo que en todo momento son conscientes de estar soñando y pueden hacer y deshacer a su antojo en ese particular mundo onírico. Así, Lucas monta a caballo en medio de un paisaje inspirado en el universo Tolkien, Mónica combate el aburrimiento con el boxeo y Celeste sueña con Él, el chico imaginario del que está enamorada.

Aunque los sueños los unen, los tres amigos no pueden ser más diferentes entre ellos: Celeste, la protagonista, es bastante solitaria, tiene tendencia a la autocompasión y solo se siente llena en sueños; Mónica se puede considerar su polo opuesto, una chica alegre y espontánea que siempre transmite buen rollo; finalmente, Lucas es el más joven del grupo, un adolescente inteligente y con aficiones poco comunes entre los chavales de su edad. Precisamente él introduce en el grupo a Jonás, el único compañero al que se ha atrevido a revelar su secreto.

Todo parece ir como siempre hasta que una pesadilla irrumpe en sus sueños y en los de toda la ciudad. Celeste, Mónica, Lucas y Jonás deberán reunirse para encontrar la manera de luchar contra ese tentáculo gigantesco que los expulsa de los sueños y les impide controlarlos como antes. Mientras lo hacen, descubrirán que la frontera entre la realidad y el mundo onírico es más frágil de lo que creían.

Comentario personal

A veces no hace falta buscar en el mercado anglosajón para encontrar novelas de calidad y al mismo tiempo sorprendentes. Si hace un año os hablaba de Fernando Alcalá (Ne obliviscaris) y Carmen Fernández Villalba (Luzazul), ahora le llega el turno a Carmen Pacheco, una autora joven de la que estoy segura que oiremos hablar mucho y muy bien en los próximos años. En el corazón del sueño ha sido mi primer contacto con su obra (si obviamos el cómic que publicó junto a su hermana) y en él he encontrado cualidades como las que señalo a continuación:

- Su planteamiento es de lo más original: cuatro chicos se reúnen para soñar y luchar contra la pesadilla que invade los sueños de toda la ciudad. Se alternan fragmentos de la vida cotidiana y de los sueños, con un cambio de tipografía que evita cualquier confusión. Esta mezcla de fantasía y realidad me parece un recurso atrevido, puesto que juega a la vez con tramas fáciles de identificar en nuestro presente (tendencia a deprimirse, dificultad para hacer amigos, relaciones con gente de personalidad muy distinta a la nuestra…) y elementos imaginarios que lo hacen más atractivo para los lectores que aborrecen la literatura realista.

- Trata un tema interesante: el complejo universo onírico. No sé vosotros, pero yo apenas he leído novelas que hablen de los sueños (ahora mismo solo recuerdo Sueña, una historia muy bonita que también combina fantasía y realismo) y me ha gustado encontrarlos aquí. Aunque en el argumento haya elementos irreales, se nota que la autora se ha documentado para contarnos qué son los sueños lúcidos, de modo que su lectura también resulta enriquecedora porque nos introduce en una esfera curiosa. En lo relativo a los sucesos que se desarrollan, los acontecimientos de los sueños se acoplan perfectamente a los del mundo real y Carmen Pacheco sabe sacarles partido, tanto estéticamente (los describe de una forma bastante visual) como por su significado.

- Los personajes carecen de tópicos y su caracterización es excelente. Para empezar, Celeste ronda los veinte años (una edad poco común en la literatura juvenil), se quiere poco y debe pasar por una evolución; su papel consigue que el lector se identifique con ella y absorba la energía que desprende con su cambio de actitud. Por otro lado, Mónica es su polo opuesto, la chica alegre y simpática que siempre va bien vestida; con su personaje aprendemos que no hay que juzgar a los demás por sus apariencias y que incluso las personas poco afines a nosotros pueden convertirse en buenos amigos. Finalmente, Lucas y Jonás son los más jovencitos, el primero posee una gran inteligencia y el segundo digamos que es más normal; ambos caen bien, pero personalmente me han convencido más las chicas. En cualquier caso, el hecho de reunir a gente tan dispar (en edades y en carácter) me gusta, hace más rica la novela.

- La historia transmite valores: amistad, trabajo en equipo, abandono de la actitud autocompasiva, fuerza de voluntad… No hay que asustarse, no los expone en forma de moralina, sino que se entrevén en esta trama tan curiosa y cercana a la vez. Además, se encuentran en un contexto creíble entre los jóvenes (por ejemplo, se habla de porros sin tapujos), por lo que no tiene nada de ñoño o idealizado. En mi opinión, En el corazón del sueño posee lo que todas las novelas juveniles deberían tener: creatividad, emoción y principios.

- Hay una gran diversidad de géneros que hacen que el conjunto sea más complejo y llamativo: la fantasía de los sueños, el realismo del día a día, la intriga de la pesadilla en la que se involucran los protagonistas, el amor bonito y creíble de Celeste… No voy a decir que por ello puede gustar a más tipos de lectores, puesto que quienes aborrezcan la fantasía se atragantarán con algunos sueños y quienes busquen una historia exclusivamente romántica querrán algo más de lo que hay aquí; no obstante, este surtido de ingredientes lo hace más atrayente a mis ojos y pienso que con la alternancia del romance, el misterio y la amistad se contribuye a mantener el ritmo y el interés.

- El estilo de Carmen Pacheco está francamente bien: una prosa magnífica, con fragmentos bellísimos y descripciones que me trasladaron al escenario de los hechos de inmediato. Tanto en los diálogos como en la narración me pareció brillante y amena, sin ser en absoluto simplona. Todavía no tiene un largo recorrido en la literatura, pero se nota que sabe escribir y se siente cómoda al hacerlo. En cuanto al gancho, va en consonancia con lo que me transmitió la historia: a medida que avanza me fue atrapando más y más.

En definitiva, estoy encantada con este equilibrio perfecto de sentimientos y aventuras. Lo he terminado entre emocionada y alegre, un poco como la propia Celeste, de modo que puedo aseguraros que en mi caso me ha llegado mucho. Por si fuera poco, hay muchos momentos que quedan para el recuerdo y hacen pensar, como la conversación de Celeste con la abuela de cierto personaje y el sueño en el que los chicos llevan a cabo la misión. Como podéis comprobar, a pesar de la apariencia infantil y fantasiosa de la sinopsis (por aquello del tentáculo gigante), en la práctica se trata de una historia muy humana y madura.

El único punto negativo que señalo se refiere a las cien primeras páginas, que no me cautivaron tanto como lo que vino después porque el contraste entre la parte real y la onírica me resultó demasiado brusco (en concreto, me refiero a las recreaciones inspiradas en Tolkien y demás. Es una percepción muy personal: me transmiten más los sueños inquietantes y los que parecen reales, no estas construcciones llenas de elementos ilusorios). De todos modos, insisto: mejora a medida que avanza, se vuelve mucho más realista y cercana e incluso esos tentáculos tienen una razón de ser.

Conclusión

A pesar de ese arranque con el que me costó conectar, he terminado la novela más que satisfecha y no puedo hacer otra cosa que recomendárosla de corazón: si os gusta la literatura juvenil, tiene que estar entre vuestras lecturas obligadas; y si sois de los que solo leéis novelas de este tipo ocasionalmente, esta debe ser una de las elegidas. No tengáis prejuicios: la buena literatura para jóvenes también gusta a los adultos y Carmen Pacheco derrocha talento y frescura. Tenéis por delante una historia maravillosa, bien contada y rica en contenidos; si os ha llamado la atención, podéis empezar a leerla aquí.



Mi valoración: 8/10

08 febrero 2012

Crítica negativa y faltas de respeto

Hace unos días, Anika planteó un debate sobre el límite entre la crítica negativa y la mala educación. Participé en él, pero al terminar mi intervención seguí pensando en el tema y me di cuenta de que quiero explayarme más, de modo que utilizo el blog por una simple cuestión de extensión; el mérito de haber propuesto el asunto es todo suyo.

Desde mi punto de vista, las reseñas negativas se pueden afrontar de tres formas distintas: con amabilidad y sin hacer leña del árbol caído; en clave de humor, ridiculizando el libro; o con un estilo directo y duro, que llama a las cosas por su nombre sin utilizar eufemismos (en todos los casos doy por hecho que se explican los motivos por los que no ha gustado; los comentarios del tipo "no me ha gustado porque es muy malo" no los considero críticas). Hay quien opina que las dos últimas son faltas de respeto y deben evitarse, pero yo no lo tengo tan claro.

Olvidémonos de donde estamos y recuperemos la función básica de una crítica: ofrecer una visión de la obra a sus lectores potenciales. Y lo recalco: se dirigen a los lectores, no a los escritores. Los argumentos acerca de lo poco oportuno que resulta utilizar un tono de broma o incluso ser un poco bestia se apoyan precisamente en no ofender a sus autores, una idea con la que no estoy de acuerdo en absoluto.

Mi explicación es muy sencilla: si publicara una novela, me dolería cualquier comentario negativo sobre la misma, tanto si se ha expresado educadamente como si incluía insultos o mofas, porque todos ellos serían el reflejo de que mi trabajo no ha convencido. ¿Se hace menos daño por exponer los puntos negativos entre algodones? No creo que nadie sea tan tonto y, es más, he comprobado que mis reseñas negativas sientan mal a mis queridos anónimos tanto si son respetuosísimas como si me río de sus fallos. La diferencia es que las segundas a veces hacen reír a quienes no tienen ningún vínculo personal con su creador.

Otro gallo cantaría si se humillara a la persona del novelista, con frases del tipo "me parece un gilipollas". Esto sí que estaría fuera de lugar porque tenemos que centrarnos en su obra, no en su carácter. El problema es que hay quien considera que decir "el libro es tan malo que solo sirve para calzar la pata de una mesa" es un ataque al escritor. Puede resultar cruel, pero se refiere a la obra, no a quien la ha escrito (y seguramente a muchos os ha sacado una sonrisa).

Recupero lo esencial: los escritores no deberían leer opiniones sobre sus libros en Internet, no si no están preparados para aceptar críticas (y ni siquiera así, total, la novela publicada ya no la pueden arreglar). Cuando se tiene una web dedicada a la literatura y se entra en contacto con editoriales y autores, se corre el riesgo de ablandarse porque sabes que van a leerte. Hay gente que es incapaz de decir nada malo en estos casos; yo sí, pero reconozco que he suavizado mis formas y en la actualidad sería incapaz de escribir una reseña como esta si sé que el autor va a estar pendiente (optaría por hacerla así: negativa, pero sin burla).

Y no es que me arrepienta de haber disparado contra ciertas obras, no nos confundamos. Como lectora, me encanta leer opiniones que ponen a caldo un libro de una manera divertida, como esta de Librojoven, por ejemplo (un blog con muy buena aceptación, entre otras cosas por la chispa y el buen hacer de su administradora). Estas entradas no solo me dejan claro que el bloguero no lo recomienda, sino que además me lo hacen pasar bien. ¿Ofensivas? La literatura, como el cine, la música o la televisión, está expuesta a provocar reacciones de todo tipo. Si se escribe pensando en lo que dirán el autor o el editor, se olvida la verdadera función de una crítica.

Fijaos en los comentarios que se hacen en webs de librerías y foros: tal vez no hacen una argumentación tan exhaustiva como nosotros, los blogueros, pero en sus frases breves hay una sinceridad brutal y no se cortan al afirmar "menuda mierda". ¿Qué pasa, que los que intentamos hacerlo más profesional tenemos que mostrarnos prudentes? Supongo que en parte sí, porque una reseña plagada de tacos sería de mal gusto. Ahora bien, si las opiniones se plasman con gracia, me gustan tanto o más que las correctísimas (no me negaréis que resulta aburridísimo leer a alguien que prácticamente pide perdón porque la novela no le gustó).

La clave está en encontrar un estilo propio al reseñar, lo he dicho muchas veces. Unos gustan por serios, otros por humorísticos y también los brutos tienen sus fans (incluso más que los primeros, que la polémica atrae); sin embargo, todos tienen en común que han hallado un tono en el que se sienten cómodos y se atreven a expresar lo que piensan sin tapujos.

Volviendo al tema, quiero lanzar un mensaje a los que sí piensan que las críticas deben ser respetuosas: espero que nunca hayáis criticado Crepúsculo, porque también es una obra a la que su autora dedicó su tiempo y esfuerzo. También confío en que no se os haya ocurrido decir "esta canción es horrible", porque su compositor y el artista que la interpreta le han puesto todo su cariño. Y todavía voy más allá: no os quejéis si una prenda de ropa os sale defectuosa, que los trabajadores de la fábrica han invertido horas en hacerla y no han cometido el error a propósito.

Con esto quiero mostrar que es imposible ser políticamente correcto en todo. Un libro, como cualquier creación, está expuesto a recibir halagos e insultos; dejad que cada reseñador se exprese como le plazca y luego los lectores ya decidirán si su estilo les gusta o no. Hay críticas serias y respetuosas maravillosas, pero también las hay aburridas, del mismo modo que algunas reseñas en clave de humor son hilarantes y otras rozan el mal gusto. Ante todo, libertad de expresión, que el lector ya ha demostrado suficiente apoyo al autor con el simple hecho de leerlo.

06 febrero 2012

La insólita amargura del pastel de limón - Aimee Bender

Editorial: Lumen
Páginas: 320
ISBN: 9788426418913
Precio: 19,90 €

La insólita amargura del pastel de limón es una de esas novelas que me entran por los ojos: un título atrayente y creativo, acompañado por una cubierta preciosa y una edición de tapa dura muy cuidada. Si a eso le añadimos que en España se ha publicado a través de la editorial Lumen, que rara vez me defrauda (ahora mismo me vienen a la cabeza joyas como El puente invisible y Un árbol crece en Brooklyn), queda claro que tenía que llamarme la atención sí o sí. De acuerdo con lo que cuenta la sinopsis, me esperaba una historia mágica y entrañable, de las que transmiten sentimientos y no dejan indiferente al lector. Como veréis más abajo, me ha gustado, pero no se corresponde del todo con mis primeras impresiones.

Aimee Bender

Aimee Bender (1969) es una escritora norteamericana que lleva mucho tiempo vinculada al mundo de la literatura: cursó estudios de escritura creativa y en la actualidad imparte clases de esta misma materia y de narración surrealista (el género en el que se mueve) en la universidad. En relación con su carrera como novelista, hasta el momento ha publicado cinco libros, que incluyen novelas y recopilaciones de relatos: The Girl in the Flammable Skirt (1998), An Invisible Sign Of My Own (2001), Willful Creatures (2005), The Third Elevator (2009) y finalmente La insólita amargura del pastel de limón (2010), su primera publicación que se traduce al castellano. Además, ha ganado dos Premios Pushcart y algunas de sus historias breves han formado parte de antologías.

Sinopsis

Rose tiene casi nueve años cuando descubre que posee una extraña habilidad: es capaz de adivinar los sentimientos de los demás al probar comida preparada por ellos. Lejos de ser un poder agradable, este don le trae más de un quebradero de cabeza porque revela las emociones más amargas de su madre, una mujer que delante de la familia oculta la soledad que siente. «No podía soportarlo: era como leer su diario en contra de mi voluntad» (pág. 135). Le ocurre lo mismo con las cocineras del colegio y de cualquier restaurante, por lo que se las debe apañar en solitario para encontrar manjares que no le transmitan tanto dolor.

Mientras Rose se refugia entre alimentos basura y hace un esfuerzo para tragar los platos de la cena en casa, conocemos la vida de sus allegados. En primer lugar, sus padres: una mujer en apariencia feliz que por dentro siente una gran tristeza, y un hombre sencillo, aunque tiene sus peculiaridades. El hermano mayor también se lleva una parte del protagonismo, gracias a una gran inteligencia que se desvanece con los años por la actitud retraída del joven. Precisamente a través de él entra en escena el último miembro del elenco: un amigo perspicaz y encantador que enseguida se gana la confianza de la pequeña Rose.

Comentario personal

Si tuviera que definir el libro con una palabra, escogería bonito: bonito porque es una historia de sentimientos (que no de romance) con los que todos podemos sentir empatía; bonito porque la autora ha tratado los temas con delicadeza y buen gusto; bonito porque en su mayor parte se enfoca desde la perspectiva de una niña y eso siempre da un encanto especial a una novela. Y bonito, por supuesto, por la genial idea del don de Rose, con la que Aimee Bender demuestra que posee una gran imaginación que desmarca su creación de los relatos convencionales.

Aun así, la habilidad y la comida no tienen tanto peso como se podría pensar. Esto es, quizá, lo que hizo que me desencantara un poco en las primeras páginas: me esperaba una trama centrada en las adivinaciones de la protagonista y en cómo las utiliza para entender a los demás, un texto que evocara las mejores creaciones del realismo mágico hispanoamericano. Sin embargo, en la práctica encontré una novela puramente realista en la que el peso recae en las vidas de los miembros de la familia y el talento queda relegado a un segundo plano, como una excusa para adoptar una visión intimista diferente (que para mi gusto se podría haber potenciado mucho más).

De este modo, el interés gira en torno a los personajes y sus circunstancias, que en general resultan verosímiles y cercanas. La del hermano es la más peculiar: tiene un carácter huraño, vive concentrado en los libros de ciencias y nunca hace ningún gesto cariñoso a Rose; sin embargo, curiosamente con él nunca entra en juego esa capacidad para adivinar los sentimientos a través de la comida (esto es un ejemplo de esos momentos en los que me habría gustado que se le sacara más partido). El desenlace impactante se refiere precisamente a él; me llegó tanto que al terminarlo no paré de darle vueltas e incluso me olvidé de lo relativo a Rose.

Las otras facetas que plasma están más vistas (la madre que se siente sola, la niña que se enamora del único chico mayor que le hace caso…), por eso pienso que si se aborda con las mismas expectativas que yo resulta fácil decepcionarse. El punto de partida es original; lo demás, no, salvo por algún punto escondido que no sale a la luz hasta que la historia está bastante avanzada. A su favor puedo decir que al menos no es un relato previsible ni ñoño, sino que sabe ser crudo cuando toca (no lo he definido como realista en vano), aunque conmigo no ha llegado a estremecerme salvo por ese final que os comentaba antes.

Con respecto a la prosa, Aimee Bender posee un estilo sencillo y depurado, por lo que se lee con bastante rapidez. En ocasiones me ha parecido que se detiene en descripciones innecesarias, pero son tan breves que no llegan a entorpecer el ritmo. Como punto curioso, los diálogos no están introducidos con una raya, aunque sí por puntos y aparte, de modo que se distinguen del resto del texto y son tan amenos de leer como los normales. Cambiando de tercio, el punto de vista escogido es la primera persona de la protagonista, que nos cuenta sus impresiones de lo que ve en su día a día y lo que percibe en los platos, desde emociones del cocinero a la fábrica donde se hizo cada ingrediente, una explicación que para mi gusto se podría haber ahorrado porque tampoco aporta nada especial.

En conjunto, La insólita amargura del pastel de limón me parece un buen libro, pero está lejos de ser una obra excepcional. Su mayor baza reside en lo que puede inspirar a los lectores, ese afecto por Rose y esa aflicción por su familia (así pues, el calificativo que mejor lo describe al hablar de su género es intimista); por lo demás, en mi opinión carece de un argumento potente y los personajes tampoco se pueden definir como inolvidables, solo despiertan interés mientras dura la lectura y luego se olvidan pronto. A pesar de todo, reconozco que la historia va de menos a más y consigue recrear algunos instantes de tensión que no están nada mal.

Por último, si bien me ha defraudado un poco el papel de la comida (esperaba que estuviera presente de una forma más evocadora), no quiero desaprovechar esta oportunidad para recordar varias novelas en las que los alimentos sí que cuentan con un lugar destacado en su planteamiento: Como agua para chocolate, de Laura Esquivel, una delicia del realismo mágico hispanoamericano que os recomiendo a todos; El último chef chino, de Nicole Mones, una maravillosa (y desconocida) obra en la que la autora nos adentra en el complejo universo de la gastronomía china; Chocolat, de Joanne Harris, esa chocolatería que revolucionó un pequeño pueblo francés; y Un dulce par de senos, una saga familiar con los postres sicilianos como acompañantes. El recurso de relacionar manjares y literatura me fascina.

Conclusión

Por mucho que su sinopsis suene sugestiva para lectores muy diversos, pienso que os tienen que gustar mucho las historias realistas para disfrutarlo. A mí me encantan, así que me llevo una sensación positiva de La insólita amargura del pastel de limón, aunque sé que me habría llenado más si se hubiera enfocado de otro modo y la alimentación hubiera estado más presente. Tal y como está, no me ha dejado huella y me parece una de esas novelas con un aire de cuento que saboreo con gusto pero no tardo demasiado en olvidar.



Mi valoración: 7/10

03 febrero 2012

El vino de la soledad - Irène Némirovsky

Editorial: Salamandra
Páginas: 224
ISBN: 9788498384031
Precio: 15 €

Sinopsis

Elena Karol nace en Ucrania a principios del siglo XX. Hija de un judío y una bella mujer de origen noble, desde pequeña le toca presenciar la actitud frívola de su madre, que desprecia continuamente a su marido y a su hija. Elena se refugia en su bondadosa institutriz francesa, la única persona en la que confía de verdad, mientras por dentro acumula un odio intenso hacia su madre y el amante de esta, mucho más joven que ella. Por otro lado, las circunstancias políticas y económicas obligan a la familia a trasladarse, primero a Rusia, luego a Finlandia y finalmente a Francia, el destino anhelado por la protagonista. En medio de este recorrido por una vida marcada por la soledad, Elena encuentra la forma de vengarse de su progenitora por todo ese dolor acumulado.

Comentario personal

Publicada por primera vez en 1935, El vino de la soledad se nos presenta como la novela más personal y autobiográfica de Irène Némirovsky (basta comparar la sinopsis con la vida de la autora para reconocer las similitudes), aunque no por ello pierde los rasgos característicos del resto de su obra. De hecho, pienso que su lectura puede ayudar mucho a entender mejor cualquier libro de la autora: por qué ese interés por los amores furtivos, por qué el contexto siempre es parecido, por qué predomina un ambiente triste. Aunque de su biografía lo que más llame la atención sea su trágico final en Auschwitz y el sorprendente éxito de Suite francesa muchas décadas después, toda su existencia fue impactante por el momento y el lugar en el que nació. Creo que los que hemos tenido la suerte de nacer en una época estable políticamente nunca comprenderemos del todo esa forma tan intensa de ver y vivir la vida.

Pero no nos desviemos. Como os decía, en esta historia conocemos a fondo sus raíces, desde la infancia hasta los veintiún años: unas memorias amargas, con una protagonista torturada por la vida. A diferencia de otros libros que recrean una niñez difícil, como Las cenizas de Ángela o Un árbol crece en Brooklyn, aquí el problema no es la pobreza sino la falta de cariño por parte de esa madre que la menosprecia continuamente. Como consecuencia, no se adopta un tono optimista ni tampoco trata de vencer las adversidades: Elena Karol se resigna ante lo que hay, se siente vieja cuando todavía es una niña y crece marcada por ese rechazo. Quiere a su padre, pero él tiene su propia historia y la única que de verdad le presta atención es la institutriz.

Se arriesga con el tema principal: el odio hacia una madre, sin moralinas ni perdones forzados. Personalmente, opino que el amor a los padres no tiene por qué ser siempre incondicional: ellos también deben ejercer como tales y, por mucho que suene duro, la mujer que trajo al mundo a la protagonista de esta novela no lo hace, es como si nunca hubiera aceptado del todo lo que implica tener un hijo. El hilo argumental gira en torno a este asunto; no obstante, también hay espacio para un primer amor peculiar, la relación con el padre y alguna escena relacionada con las circunstancias políticas.

Tal y como os comentaba al principio, la novela está impregnada de rasgos que caracterizan toda la obra de Némirovsky, en especial cuestiones como pasiones, emociones desgarradoras, amores furtivos; la autora es una auténtica especialista en ellos. No la confundáis con una historia romántica, puesto que el adjetivo que mejor le queda es el de intimista: más que en los hechos cotidianos, el peso recae en el modo de vivirlos, de sentirlos, de Elena Karol. Esta presencia del componente apasionado también la encontré en El ardor de la sangre y Los perros y los lobos, aunque en cada caso se aplica en un contexto distinto. A propósito de estos dos libros, el desenlace de El vino de la soledad me ha recordado al de Los perros y los lobos: son diferentes porque los argumentos no tienen nada que ver, pero al mismo tiempo transmiten un sentimiento parecido (que me encanta).

Por otro lado, una vez más la autora demuestra que no hace falta llenar ochocientas páginas para narrar una vida (al menos una parte de ella) y plasmar una atmósfera apesadumbrada sin olvidar ningún detalle esencial. Se trata de doscientas veinte páginas muy bien aprovechadas, en las que hay numerosos pasajes que invitan a comentar, por lo que creo que daría bastante juego para un club de lectura. En general, me parece una obra muy interesante, me hizo pensar mientras leía (no en el sentido de darme una lección, sino que el simple transcurrir de la trama me inspiraba, me llegaba) y sé que hay escenas que recordaré con el tiempo.

Así pues, si me ha maravillado tanto, ¿por qué no le he puesto la valoración máxima? Pienso que El vino de la soledad es probablemente el mejor libro de Némirovsky de los tres que he leído, tiene una gran riqueza de contenidos y una escritura impecable. Sin embargo, esto último me ha supuesto un pequeño problema: durante la primera mitad la prosa me resultó demasiado densa y descriptiva, a ratos me costó avanzar por la complejidad del texto y el tono duro del relato; ahora bien, en las dos últimas partes me pareció mucho más amena (sin ser tampoco ligera). Aun así, reconozco que hay fragmentos de diálogo interior bellísimos, de esos que me hacen sentir asombro por lo bien que están, tanto por lo que expresan como por la manera de hacerlo.

En definitiva, si sois amantes de la buena literatura estoy segura de que lo disfrutaréis. De todos modos, si todavía no habéis descubierto a la autora, os recomendaría empezar por otra de sus novelas, como por ejemplo las dos que leí yo: El ardor de la sangre y Los perros y los lobos, ambas preciosas y llenas de sentimientos. El vino de la soledad es magistral, pero por su complejidad (y por el componente autobiográfico) quizá lo veo más adecuado para lectores que ya han leído previamente a Némirovsky, saben cómo teje sus historias y les gusta su forma de escribir.

Conclusión

Irène Némirovsky
A través de una niña que se siente sola en el núcleo familiar y está obsesionada con su madre y el amante de esta, Irène Némirovsky construye una historia dura y llena de emociones que no deja indiferente al lector. El intimismo predomina sobre la acción y la belleza del estilo narrativo hace lo propio sobre el ritmo trepidante, de modo que, a pesar de sus muchas virtudes, no lo considero un libro recomendable para todo el mundo. Eso sí, si creéis que estáis entre su público potencial, os aseguro de que no os arrepentiréis en absoluto de dar una oportunidad a esta joya de la literatura.



Mi valoración: 8,5/10

01 febrero 2012

Presentaciones y otros eventos literarios

Los seres humanos somos quejicas por naturaleza: nos jactamos de querer transmitir el amor por la literatura a través de nuestros blogs, queremos que los que controlan el medio nos hagan caso y organicen más actividades literarias, pero luego, cuando planteo la pregunta de si solemos acudir a eventos o presentaciones, tres cuartos de los votos van a parar al "No". Un poco contradictorio, ¿verdad?

¿Sueles acudir a presentaciones u otros eventos literarios?

Sí, siempre que puedo.................... 45 votos (14%)
Solo cuando soy fan del autor........ 30 votos (9%)
No, por lejanía..................................140 votos (44%)
No, por otros motivos..................... 97 votos (31%)
Total: 312 votos

De acuerdo, a los que no vais por lejanía se os puede perdonar, aunque también creo que en general tenemos una visión muy reducida de lo que es un evento literario: incluso en las bibliotecas de pueblo se organizan actividades, como charlas, lecturas y hasta alguna presentación de escritores de la zona. No son lo mismo que la firma de un autor internacional, claro, pero son mejor que nada y valoro mucho el trabajo que hacen por juntar a los amantes de la lectura.

Cuando el problema no es la distancia, se me ocurren diversos motivos por los que no acudir: la pereza, por ejemplo (reconozco abiertamente que ese es mi problema, aunque también creo que con esto ocurre igual que con el gimnasio: en cuanto empiezas, no paras), incompatibilidad con el horario laboral o, sencillamente, falta de información. No me extrañaría que en muchos casos la gente no acudiera porque no estaba al tanto, puesto que, salvo las grandes ferias, apenas se da publicidad a estos actos (y eso que con Internet es mucho más fácil).

También existe la posibilidad de no querer ir, claro: nuestra afición se lleva en solitario, cada lector interpreta a su manera los libros que lee y no hay ninguna necesidad de participar en eventos para disfrutar más. De todos modos, me gustaría creer que esta mentalidad cambiará con el tiempo, en parte gracias a las redes sociales, que nos permiten estar al día de la actualidad literaria y aumentan las posibilidades de la literatura en todos los sentidos.

Por último, hay una nueva encuesta disponible, esta vez sobre las obras de no ficción (biografías, libros de humanidades, arte, política, curiosidades...). Espero que votéis y dentro de un mes nos encontremos aquí para comentar los resultados.

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