23 febrero 2011

Luna - Julie Anne Peters

Editorial: Little, Brown
Páginas: 250
ISBN: 9780316011273
Precio: 5,57€ en Bookdepository

Hablemos de… La transexualidad

Por alguna extraña razón, hay temas completamente olvidados dentro de la literatura juvenil (y me atrevo a decir lo mismo a nivel general). Entre los libros realistas sé por experiencia que los hay sobre todo tipo de conflictos y situaciones difíciles (enfermedades, abusos sexuales, adopciones, malos tratos, racismo, drogas, embarazos no deseados, etc.), pero se olvidan de una: la transexualidad, el proceso de reasignación de sexo y la lucha de estas personas para ser aceptadas por los demás. Durante mi adolescencia me empapé de novelas realistas muy variadas, pero me faltaba este tema y, aunque ahora mismo lo único juvenil que leo son historias fantásticas, decidí hacer una excepción porque este libro prometía. La pena es que he tenido que buscar en el mercado anglosajón porque en España parece imposible encontrar obras de esta temática. Quizá el realismo no llama tanto la atención como lo paranormal (sobre todo entre gente joven), pero también hay que pensar que no todos los adolescentes son lectores de literatura comercial y con una mínima campaña de promoción no costaría nada dar a conocer un relato de características diferentes.

Con la homosexualidad ocurre algo parecido, aunque en este caso mi crítica va a ir más allá: libros de un muchacho homosexual que debe hacer frente a los prejuicios de los macarras de turno los hay, pero estamos en el siglo XXI y echo de menos historias en las que ser gay o lesbiana se trate con naturalidad, es decir, que si por ejemplo la trama va de amor o aventuras, su orientación sexual no se anteponga a todo lo demás y el protagonista esté orgulloso de ser como es (soy consciente de que todavía hay gente homófoba, pero creo que los libros se centran demasiado en el lado dramático y duro en lugar de plasmar el tema con normalidad). Además, tanto en lo juvenil como en lo adulto se abusa de tópicos cuando estos personajes son secundarios: el chico gay con pluma, la chica lesbiana peluda y basta. Y ya no digo nada de libros fantásticos, ahí se tienen que alinear los planetas para encontrar un protagonista homosexual.

Así pues, hago dos peticiones: por un lado más historias sobre transexuales (dramáticas o de otros estilos, pero que las haya), y por el otro novelas protagonizadas por homosexuales (de todos los géneros, fantasía y ciencia ficción incluidas) en las que su orientación sexual no se vea como algo trágico y el chico o la chica haga su vida normal como los protagonistas heterosexuales. Seguramente ahora alguien comentará que sí que hay libros como los que pido e incluso me pondrá algún ejemplo, pero mi protesta viene porque esta temática se encuentra relegada a un tercer plano y valdría la pena que desde el mercado editorial se la apoyara más porque, repito, tienen su público (y no necesariamente personas que se identifiquen con ellos, pues creo firmemente que cualquiera puede disfrutar de estas historias).

Julie Anne Peters

Julie Anne Peters (1952) es una escritora americana de literatura infantil y juvenil. Se graduó en Educación con una mención en Francés y durante un año ejerció como maestra en un centro escolar, hasta que la despidieron y tuvo que pasar por una de las etapas más difíciles de su vida: reconocer que la enseñanza no era la profesión más adecuada para ella. Peters cambió de rumbo y se pasó a Informática, estudios que le permitieron trabajar como programadora, ingeniera de sistemas y analista a lo largo de los diez años siguientes a su graduación. No obstante, pasado este tiempo todavía no estaba convencida con su empleo y así fue como empezó a escribir. Según ella misma dice, escribe libros para niños y jóvenes porque le recuerdan a la época en la que sus decisiones marcaron lo que sería ella en el futuro, antes de fallar dos veces a la hora de determinar su vocación. En la actualidad ya tiene diecisiete libros a sus espaldas (ninguno de ellos traducido a nuestro idioma) y reconoce que, a pesar de estar todo el día en casa, su mente está llena de historias apasionantes y disfruta enormemente con su trabajo.

Sinopsis

Liam siempre ha preferido juntarse con chicas y de pequeño pedía a su hermana Regan que le dejara ser la mamá en sus juegos infantiles. Ahora, a punto de cumplir los dieciocho años, se viste de mujer cada noche en la habitación de Regan y pide a esta que le llame Luna (la ‘chica’ que solo sale por la noche). Regan sabe perfectamente que tiene una hermana y no un hermano, pero la mejor amiga de Liam todavía sueña con casarse con él y el padre está empeñado en colocarlo en el equipo de béisbol. Ante esa perspectiva, Luna sufre atrapada en un cuerpo equivocado, se ve obligada a hacer un papel delante de los demás y solo cuenta con la comprensión de su hermana pequeña. Desea liberarse, pero dar el paso es complicado…

Por otra parte, Regan siempre se ha sentido invisible. Gran parte de ello se debe al hecho de tener que guardar el secreto de Liam: una persona no puede vivir tranquila y hacer amistades mientras oculta algo tan serio porque tarde o temprano llegan las preguntas que no es capaz de responder. Ahora se limita a ir a clase y a trabajar como canguro de los hijos de una pareja bastante moderna a la que Regan envidia. No obstante, todo empieza a cambiar cuando llega un chico nuevo al colegio. En esta historia, Regan descubrirá que ayudar a una persona querida no siempre es fácil, como tampoco lo es aprender a confiar en alguien y discernir lo que te conviene de lo que no. Un relato humano, realista y llena de aprendizajes sobre la vida.

Impresiones

Normalmente, cuando pensamos en transexualidad nos vienen a la cabeza retazos de entrevistas en las que los susodichos contaban que desde pequeños se les notó porque el día de Reyes miraban con envidia los regalos de su hermano del sexo opuesto. En el libro hay flashbacks referentes a esto mismo, pero mucho más: cómo empezó Liam/Luna a informarse sobre la reasignación de sexo, cambios de actitud en diferentes periodos de su vida, admiración por famosos transexuales, etc. Me ha parecido una historia enriquecedora y bien hilada; no cae en los tópicos sobre transexuales, sino que te adentra en la vida de esta joven para conocer de una forma realista y cercana su sufrimiento y su camino hacia la liberación. El tema se trata con verdadera maestría y buen gusto, de una forma cercana al lector y con un nivel de profundidad que lo hace apto para todas las edades a pesar de estar catalogado como juvenil.

Al contrario de lo que puede parecer, la novela está narrada desde el punto de vista de la hermana, una apuesta que puede parecer extraña en un libro de esta temática pero que sin embargo me ha gustado mucho: por un lado, porque permite abarcar más tramas y conocer los sentimientos de alguien cercano (no olvidemos que cuando sucede algo malo los seres queridos también sufren); por el otro, porque se evita el dramatismo que tendría una primera persona de Liam/Luna, ya que en su estado pasa por momentos de hundimiento total que podrían dar un aura negativa a la novela. Otro recurso que destacar son los saltos al pasado, muy bien intercalados e indispensables para comprender mejor la situación y conocer cómo se hizo visible que Liam no era un niño corriente.

Liam/Luna y Regan son los dos protagonistas absolutos del libro: ambos están perfectamente caracterizados y tienen una evolución creíble y muy bien planteada. Probablemente las circunstancias de Liam/Luna son más llamativas de cara al lector y las más difíciles de plasmar para un escritor, pero Regan tampoco tiene desperdicio: pese a ser una adolescente normal y corriente, sin ninguna fe en sí misma, a medida que transcurre la historia aprende a hacer frente a las dificultades y descubre que no tiene ningún motivo para vivir con la cabeza agachada. Se nota que Peters tiene experiencia con este tipo de obras, ya que conoce perfectamente las dudas de una chica de esta edad y sabe plasmarlas sobre el papel de la mejor forma posible.

A pesar de las maravillas que os cuento, sé que a muchos esta temática no os llamará la atención y tal vez me diréis que no os apetece una lectura tan dura. En este aspecto, debo deciros todo se narra con naturalidad, sin caer en dramatismos. La prosa es de lo más amena y en ningún momento me he sentido mal por lo que leía. Al contrario: además del hilo principal, hay numerosas tramas paralelas sobre la importancia de sentirse realizado como persona. Es más, me atrevo a decir que ese es el verdadero mensaje del libro: en el caso de Luna resulta evidente qué necesita para sentirse completa, pero cualquier persona tiene metas y en la novela se habla de la necesidad de luchar por lo que queremos.

El desenlace me ha parecido la mejor opción posible: ni un final idealizado, ni un dramón. Peters opta por una situación creíble que pone punto y final a una historia estupenda, con las tramas perfectamente enlazadas y un tratamiento cuidado y profundo de la psicología de cada personaje. Me ha gustado mucho, muchísimo; solo hace falta ver la calificación que le doy. Por lo que he podido averiguar, la autora suele escribir sobre adolescentes que pasan por situaciones difíciles, así que habrá que seguirle la pista.

¿Recomendaría su traducción?

Totalmente
. En la literatura de nuestro país hacen falta más novelas como esta, historias que no dejan indiferente al lector y aportan algo más que simple entretenimiento. Además, en este caso en particular, el tema que se trata no está nada extendido en España, por lo que todavía me parece más interesante y necesario traducirlo (y si no es Luna, que sea otro del mismo tipo, aunque dudo que haya muchos libros que plasmen tan bien la vida y el conflicto de un adolescente que ha nacido en el cuerpo equivocado). En lo referente al lector, puede que de entrada esta temática no resulte tan llamativa como el romance fantástico de turno, pero insisto en lo que he comentado al principio: los lectores leemos lo que nos dan (y más en el panorama juvenil), si nos dan fantasía, leemos fantasía, si nos dan distopías, leemos distopías… Las campañas de marketing hacen mucho, ¿por qué no se podrían hacer con un libro distinto? Por si hacen falta más razones para darle una oportunidad, Luna fue finalista de los National Book Awards y en mi ejemplar se incluyen unas preguntas para reflexionar sobre el contenido que a todas luces se han hecho pensando en una lectura obligatoria. Si el libro se ha leído o se lee en colegios, difícilmente será un pestiño.

Conclusión

Maravilloso. Ha cumplido mis expectativas con creces: no solo no defrauda en absoluto en todo lo referente a la transexualidad, sino que además incorpora tramas sobre la importancia de sentirse realizado, un mensaje indispensable para cualquier persona de cualquier edad. Es de aquellas novelas que te implican en su historia y no dejan indiferente a nadie. Sé que para los que me leéis habrá un gran problema, y es que al no estar traducido al castellano su público objetivo se reduce y a eso tenemos que añadir la pereza o la desconfianza que supone comprar en internet para muchos. A pesar de todo, si soléis leer en este idioma y no tenéis prejuicios hacia lo juvenil, os animo a comprarlo: con cuatro clicks y 5€ lo tendréis. Por último, quiero animar a los jóvenes a no tener prejuicios hacia los libros realistas, traten el tema que traten: son libros fabulosos que en cuestión de entretenimiento no tienen nada que envidiar a la fantasía y la ciencia ficción. Cuando el autor es bueno, sabe atraparte en la trama y por lo general su historia llega muy adentro y aporta algo al lector (que a mi modo de ver es el fin principal de cualquier obra literaria). Me apena que a menudo estos libros pasen desapercibidos y la gente piense que son aburridos porque para nada es así. En fin, yo ya he puesto mi granito de arena para convenceros; ahora os toca a vosotros tomar una decisión.

Enlaces de interés:

Web de Julie Anne Peters

Compra el libro en Bookdepository.


Mi valoración: 9/10


21 febrero 2011

Las risas de mi hermano - Anne Icart

Editorial: Maeva
Páginas: 120
ISBN: 9788415120087
Precio: 14,50€

¿Cuántos libros sobre una persona con una disminución psíquica conocéis? Los hay, pero por suerte o por desgracia no se trata de un tema recurrente en la literatura, a pesar del hecho de que se relaciona directamente con otra problemática que en un momento u otro suele afectar a todas las familias: cuidar de una persona con dependencia. Siempre me ha llamado mucho la atención la tendencia de los lectores a evitar los temas duros; hay gente que teme pasarlo mal al leer una historia real pero sin embargo disfruta de tramas de crímenes en serie y otras barbaridades que a simple vista no tienen nada de suave, aunque la certeza de que son argumentos ficticios escritos con el objetivo de entretener hace que duelan menos que una novela de hechos verídicos y cotidianos.

Las risas de mi hermano narra las vivencias de la propia Anne Icard como hermana pequeña de un chico discapacitado psíquico. En sus primeros años de vida todo parecía normal, jugaba con Philippe y nada parecía indicar que hubiera algo distinto en él. No obstante, un tiempo después su madre le contó que su hermano no era un niño cualquiera: esa escena en la cocina permanece grabada a fuego en la memoria de Anne, como solo un hecho que cambia tu vida para siempre puede recordarse. A partir de ahí, todo cambia: el sentimiento de adoración hacia Philippe no se desvanece, pero debe tomar conciencia de que sus padres estarán más pendientes de él toda la vida y su hermano no será el héroe protector con el que sueñan todas las hermanas pequeñas. A través de este libro, la autora nos hace partícipes de su historia mediante retazos de experiencias vividas junto a Philo, desde momentos frágiles de infancia hasta los sustos inevitables cuando la vigilancia de este se escapa de sus manos.

Lejos de tratar el tema con dramatismos, la autora hace retrospecciones y narra los acontecimientos con naturalidad, siempre desde la perspectiva de una hermana. Este punto de vista es uno de los atractivos de la novela: como ella misma dice, al ver a una persona con una disminución psíquica se piensa de inmediato en los pobres padres que tienen que cuidarlo, pero rara vez se repara en la figura de la hermana (que también debe ocuparse de él, aunque su postura es distinta a la de los progenitores). A veces, en la literatura, los hermanos son los grandes olvidados, a pesar de todo lo que pueden aportar a la historia con su particular visión.

Anne Icard trabaja como redactora jurídica para una editorial, mas la prosa que emplea en el relato nada tiene que ver con estos textos fríos y llenos de tecnicismos. Su estilo se compone de frases cortas, perfectamente construidas, que dan lugar a una narración bella y evocadora, en la línea de otros autores franceses, como Anna Gavalda, Delphine Bertholon o incluso Françoise Sagan. Lo he dicho muchas veces, los escritores franceses (al menos los buenos) hacen un uso del lenguaje exquisito, consiguen dotar cada palabra de una elegancia que rara vez se encuentra en autores de otras nacionalidades (aunque cada país tendrá sus puntos fuertes). Eso es lo que más me maravilla de ellos, esa capacidad para embriagarte independientemente del tema que traten.

Hablando de temáticas, aunque la trama de conocer cómo vive una hermana el tener un hermano mayor como Philippe pueda parecer evidente, en la práctica trata muchos puntos interesantes que a priori no son tan fáciles de suponer cuando vemos un libro de este tipo. Por ejemplo, el tiempo que tardó en asumir el carácter especial de su hermano y aceptarlo tal y como era, sin intentar buscar la protección de un hermano mayor en otros hombres. Philippe tampoco le puso las cosas fáciles a Anne a la hora de encontrar pareja: al igual que una madre va unida a su hijo, Anne va unida a su hermano discapacitado, cosa que no todos los hombres son capaces de aceptar, no del modo en que ella espera. El libro me ha parecido muy sincero y transparente, la autora no ha tenido reparos a la hora de plasmar sus sentimientos en cada circunstancia, incluidos aquellos en los que de algún modo lamentaba tener un hermano como Philo.

A pesar de la brevedad de la novela, se puede apreciar una clarísima evolución en Anne. La narración no es continua, digamos que se hacen saltos para poder narrar escenas puntuales, pero aun así la autora ha sabido conectarlas todas para dar coherencia al texto y transmitir lo que quería. Con respecto a lo que me ha aportado como lectora, os diría que me ha parecido una historia intimista que vale más por lo que te aporta mientras estás leyendo (descubrir esta perspectiva de hermana) que como obra literaria en sí. No todo pueden ser novelas al uso con venturas y desventuras; de vez en cuando me gusta sumergirme en historias introspectivas capaces de llegarme y, en este caso, ofrecerme algo que no había encontrado hasta ahora: un relato de amor hacia un hermano especial, auténtico y sin artificios. Si no le doy una valoración más elevada es porque, de algún modo, la nota final equivale a mi nivel de satisfacción como lectora, no tanto a una calificación objetiva basada en todos los aspectos de la obra. Las risas de mi hermano me parece un libro que está perfecto tal y como está porque cumple con su propósito y transmite lo que tiene que transmitir del modo en que quiere hacerlo, pero a mí no me ha dejado la huella que imprimen otros libros.

En general, me parece un relato más que recomendable y apto para todo tipo de lectores. Sé que no todo el mundo se siente atraído por estas temáticas, pero Las risas de mi hermano no pretende ahondar en la vida de una persona discapacitada con todos los detalles que eso supone, sino que se limita a contarnos los sentimientos de una hermana que ha vivido en primera persona el hecho de tener que cuidar de un hermano. Desde mi punto de vista, esta perspectiva hace que el libro pueda llegar a más gente, puesto que no llegas a sufrir mientras lo lees y las emociones que inspira son fácilmente identificables gracias a la magnífica prosa que acompaña la historia. En cualquier caso, la decisión es vuestra.

Os dejo con el tráiler del libro:





Mi valoración: 7/10

20 febrero 2011

Fragmentos de libros XVIII: Ne obliviscaris

—¿No te pasa? —Rudy se quitó la gorra y se rascó la cabeza—. No sé. Se me han quitado las ganas de hablar. Tengo la sensación de que, como dicen en las películas, todo lo que diga va a ser utilizado en mi contra. Temo a las palabras, a todas, más allá de lo que signifiquen. Más allá de la imagen que me pongan en la cabeza. Da igual. Cualquier palabra es peligrosa. ¿Y si algo que diga se convierte accidentalmente en un rumor? ¡Estaría poniendo en peligro a una persona! No quiero que alguien desaparezca en el Olvido por mi culpa. Así que a partir de ahora dejo de hablar. Se acabó. Caput. Finito.

No mucho tiempo atrás, Maya hablaba sin pensar. Las palabras salían de su boca sin tener una conciencia clara de lo que hacía. Pensar en lo que decía, seleccionar con cuidado las palabras con las que iba a formular un mensaje para no generar rumores, le había llevado a comprender lo vitales que resultaban. Ni ella, ni ninguno de sus amigos, serían los mismos sin las palabras que salían de sus bocas. Con ellas decían lo que pensaban, lo que sentían. Cada uno tenía su manera particular de hacerlo: Rudy, atropelladamente, como si no fuera capaz de parar y le faltara el aire hasta para respirar; Charlotte, con aquel acento francés que la caracterizaba, las palabras lentas y alargadas, bailando en la punta de su lengua; Ash, con palabras contadas con los dedos de una mano, siempre alerta, expresando mucho más a través de lo que callaba que de lo que salía de su garganta, y Arnaud, siempre con la frase justa en el momento oportuno. Se preguntó cómo verían los demás el uso que ella misma hacía del vocabulario.

Enlace a mi reseña del libro.

17 febrero 2011

Luzazul - Carmen Fernández Villalba

Editorial: La Galera
Páginas: 448
ISBN: 9788424636906
Precio: 17,95€

La autora

Carmen Fernández Villalba (Sevilla, 1962) vive desde hace años en la ciudad condal y es licenciada en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona. Su carrera profesional destaca por sus trabajos como guionista de numerosas series de televisión ( Estació d’enllaç, El Súper, Nada es para siempre, Esencia de poder, El cor de la ciutat, Ventdelplà, Infidels, etc.), aunque también ha ejercido como redactora jefe de las revistas cinematográficas Fotogramas y Fantastic Magazine y es autora del telefilm La princesa del polígono, que ganó diversos reconocimientos. Como escritora, se hizo con el Premio SGAE de Teatro Infantil y Juvenil del año 2003 por la obra Dora, la hija del Sol y el III Premio La Galera Jóvenes Lectores de 2010 con Luzazul. Este último galardón tiene la particularidad de tener un jurado compuesto por más doscientos adolescentes españoles de entre doce y quince años, que en mi opinión es una idea estupenda para comprobar si un libro gusta a su público objetivo.

Edición

Rara vez hago referencia al aspecto externo de un libro (entre otras cosas, porque pienso que lo importante es su contenido), pero quedé tan sorprendida al tener el ejemplar de Luzazul en mis manos que me veo obligada a hablaros de esta espectacular edición. Para empezar, la tinta empleada es de color azul, lo mismo que el lomo de las páginas (esto tiene un inconveniente: mancha las manos). A pesar del título, el color azul como tal no tiene importancia en la novela, pero me pareció un detalle curioso. Por otro lado, el libro tiene unas ilustraciones bellísimas y cargadas de detalles que reflejan fielmente el contenido, obra de Roger Olmos. Destaco especialmente la de los chicos del Clan, que además me pareció muy útil para visualizarlos más fácilmente. Quizá el único problema de la edición es la portada: la imagen está bien, como todas las demás, pero me transmite la idea de que estamos ante un libro muy juvenil, y la realidad es que me ha parecido una historia con muchas lecturas apta para todas las edades.

El Enigma de Luzazul

Nos encontramos en la Era Científica. La Galaxia Global está formada por nueve planetas y Luzazul es el astro que los ilumina. Hay un único mandatario que responde al nombre de SS o Ser Supremo, un hombre que ha inculcado el pensamiento científico a todos los humanos y les ha quitado la capacidad de imaginar y soñar. El Planeta Perfecto es donde residen los humanos perfectos y el resto de planetas están habitados por mutantes creados para satisfacer todas las necesidades de los perfectos, desde la energía hasta el entretenimiento. Cuando alguien falla, humano o mutante, se le envía al Noveno: un planeta alejado del resto donde va a parar toda la basura y los descartados tienen que enfrentarse a numerosos peligros para sobrevivir.

Iris es una joven perfecta que un día descubre que puede soñar. En cuanto los controladores detectan su anomalía, no dudan en enviarla al Noveno, donde se encontrará con un grupo de chicos mutantes con los que podrá llevar a cabo su misión. Porque Iris tiene una misión: en sueños y en ciertos momentos de su existencia, una misteriosa frase suena por su cabeza: A Luzazul su sombra dejará sin huella, si Ladivina no alumbra a la estrella. Un mensaje que al principio carece de significado y cobra sentido a medida que avanzan las páginas y se recompone el puzle sobre el origen del ciclo que atraviesan.

El Clan de los Chicos Mutantes

Resolver el Enigma de Luzazul es el hilo principal de la novela, pero su descubrimiento no sería posible sin el magnífico entorno recreado por la autora, un espacio en el que destacan los jóvenes del Clan de los Mutantes que Iris conoce a su llegada al Noveno:

- Iris. Pese a sus primeros reparos, la perfecta no tarda en darse cuenta que no le queda otra opción que unirse al Clan. Iris es una joven educada en el Planeta Perfecto, y como tal, ha recibido una educación que le enseña a tener pensamiento científico, una mentalidad contra la que debe luchar a través de su capacidad para soñar. Físicamente es muy hermosa, con una larga cabellera pelirroja y rasgos bonitos. En cuanto a la personalidad, me ha parecido bastante seria y fría, aunque en el libro se intenten destacar su inteligencia y liderazgo.

- Pêi. El chico anfibio, de color amarillo y sin pelo, como los animales de esta especie. En su planeta tenía la misión de cuidar de unos animales y prepararlos hasta que fueran sacrificados, pero le expulsaron al hallar que sentía compasión por los bichos y les había ayudado a escapar. Pêi es el mayor del grupo, un chico con madera de líder y carácter conciliador. Todos le respetan y desde las primeras páginas se convirtió en uno de mis favoritos.

- Najwa. La calórica es puro fuego, todo carácter y fuerza. De constitución atlética, esta morenaza tiene tres ojos, tres brazos y tres piernas, y junto a Pêi es uno de los pilares del clan (y del libro). No inspira simpatía precisamente, pero me ha encantado con toda su bordería, toda su naturalidad y toda su acción pura y dura. Una personalidad capaz de desafiar al ser más temible aunque luego se muestra torpe e insegura cuando se habla de sentimientos.

- Lela-Lelo. Este bicéfalo tiene dos cabezas, una de niña y otra de niño, ambas extremadamente inteligentes. En el Planeta Ciencia quisieron crear una criatura con el coeficiente intelectual muy elevado y, aunque el experimento fue un éxito, luego desecharon a Lela-Lelo porque temieron que si se hacían más copias del mutante estos podrían rebelarse en contra del sistema establecido. Lelo es un chico majo, mientras que Lela se muestra antipática y siente un odio irracional hacia los perfectos. A propósito de este personaje, me gusta la ironía de su nombre.

- Kerub. El niño alado, el más pequeño del clan y, cómo no podía ser de otra manera, el que inspira más ternura al lector. Kerub es todo bondad y el mimado del jefe. Fue creado en el Planeta Ocio y Comunicación para divertir a los perfectos a través de programas televisados en los que él tenía que hacerlos reír, pero fue descartado porque se emocionaba con facilidad y al final transmitía más tristeza que alegría a los espectadores. En el Noveno sigue llorando mucho, pero al menos ha encontrado a un grupo de amigos que lo aceptan tal y como es.

Sus puntos fuertes

Sin lugar a dudas, el mundo recreado y los personajes del Clan de los Mutantes son lo mejor del libro. Me he tomado la molestia de hablaros de ellos en detalle porque considero que vale la pena conocerlos un poco: sus particularidades físicas, su carácter acorde con lo que les ha tocado vivir, esa psicología tan elaborada. Los cuatro me han parecido muy especiales y desde mi punto de vista transmiten un mensaje precioso: lo diferente nos hace especiales, lo que hace iguales a los chicos en sus planetas de origen, los hace distintos en el Noveno. Aunque ahora veáis las ilustraciones y os parezca imposible llegar a sentir empatía por una chica con tres piernas y tres brazos, en el libro te implicas en su vida y, no solo la comprendes, sino que la sientes tan cercana que parece una amiga tuya. Y lo mismo sucede con el anfibio, él y Nawja son mis favoritos. Lela-Lelo me inspiró cariño a pesar de su carácter; y en cuanto a Kerub, bueno, pasa más desapercibido pero cumple con su papel de niño adorable e inocente. Además, con ellos se trata otro tema importante: el valor de la amistad y el trabajo en equipo, con los celos y la generosidad que eso conlleva a veces.

Por otro lado, los motivos por los que los mutantes fueron desechados se relacionan directamente con las emociones humanas (soñar, sentir compasión, emocionarse…), una forma original de reflexionar sobre aquello que nos constituye como personas. El leitmotiv de la novela se centra en esta lucha de la ciencia frente al azar; o mejor dicho, en la necesidad de poner imaginación en nuestras vidas y con ella llegar a donde no llega la ciencia. Esto se relaciona directamente con otra idea destacable: hay que tener ideas propias, pensar y luchar contra lo establecido cuando las cosas no funcionan. Me encanta que los libros transmitan ideas, son una gran herramienta para no atontar a la gente.

Con respecto al universo inventado por la autora, me parece muy trabajado e imaginativo (como todo en la novela, en realidad). Cada planeta tiene una función y dentro del Noveno hay peligros que los jóvenes deben afrontar. En algunos momentos me ha recordado a ciertos elementos de Los Juegos del Hambre: el hecho de tener que salir adelante en un ambiente hostil, la ambientación distópica apocalíptica, cada planeta especializado en algo (que equivaldrían a los distritos de la citada trilogía), etc. En conjunto los dos libros no tienen nada que ver, pero si os gustaron esos aspectos de Los Juegos del Hambre, seguramente también los valoraríais positivamente en Luzazul.

En general, me parece un libro muy elaborado y cuidado hasta el más mínimo detalle. Tiene muchas pinceladas en las que vale la pena fijarse, como la canción de Pêi (muy simpática), las palabras que se reescriben o se leen en ambos sentidos, los retazos inspirados en cuentos clásicos (el espejo de la bruja de Blancanieves, el pelo de Rapunzel...), etc. Y al final todo encaja, como un rompecabezas. El enigma parecía imposible de resolver pero en el desenlace se nos muestra realmente sencillo, tal y como se prevé en el propio libro. Valoro especialmente que la novela vaya más allá de la narración de una historia y trate muchos temas de fondo; por eso mismo pienso que tiene muchas lecturas y puede gustar a lectores de todas las edades.

Todo esto, narrado de una forma amena y sencilla. El ritmo narrativo es más pausado que trepidante; no obstante, en este caso no lo considero un inconveniente porque dada la temática del libro conviene prestar atención a todos los detalles y en una narración frenética eso sería difícil. Las partes relativas al pasado se me han hecho un poco pesadas, pero a medida que avanzaba y comprendía la situación me atraparon más.

Lo que no me ha gustado

Digamos que el libro, en lo bueno, es excepcionalmente bueno. Todo lo que he comentado sobre los mutantes y el contenido me parece de matrícula de honor; no me extraña que ganara el Premio Jóvenes Lectores porque son aspectos que llaman la atención y además están bien tratados. Sin embargo, no todo podía ser perfecto y hay algunos puntos que no me han convencido.

El primero de ellos, la protagonista. Iris no me ha caído nada bien, la encuentro demasiado sosa y distante para llevar todo el peso de la historia encima. Sé que su personalidad en parte se justifica por la educación científica que ha recibido, pero aun así no me ha gustado su elección como personaje principal. En las escenas de Iris y otra persona, toda la fuerza la lleva el otro, tanto si es un chico del clan o un ser de los que pululan por ahí. En la recta final, cuando hace gala de su inteligencia al interpretar los hechos, no me la he creído: demasiado correcta, demasiado lista, demasiado fría… demasiado poco cercana al lector. En cierto modo, la he visto más como un mero hilo conductor (necesario para conectar a los mutantes con la misión) que como personaje en sí, aunque suene raro.

Otro aspecto que no me ha convencido es la parte amorosa (y pongo amorosa en cursiva porque es un tema tan, tan secundario que no debéis tenerlo en cuenta a la hora de decidir leer el libro o no). No me voy a explayar para no desvelar nada, así que simplemente diré que no me gusta lo precoz (tampoco me lo creo, me resulta mucho más natural que la gente se conozca poco a poco) y no era necesario añadir esas pinceladas sentimentales porque la historia ya estaba bien sin ellas.

Por último, a pesar de que todo el universo recreado me parece magnífico, creo que está poco aprovechado. En algunos momentos he tenido la sensación de que hay mucho planteamiento y poca chicha, por decirlo de alguna manera. Tal vez me habría gustado que hubiera más escenas de acción y peligro, en el Noveno o en otra parte, porque con todo lo planteado había infinitas posibilidades de dar juego.

Conclusión

No me gustaría que vuestra imagen del libro quedara manchada por lo que he dicho en el apartado anterior. Ante todo, Luzazul me parece una novela con grandes atractivos que vale la pena descubrir. Guardo un gran recuerdo de Pêi, Nawja y el resto de mutantes, personajes especiales donde los haya: mientras duró la lectura me sumergí en sus vidas y me encantó todo lo que me hicieron sentir. Por lo demás, la historia está muy bien construida y me parece digno de mención el esfuerzo de la autora para lograr que todo encaje, desde el hilo principal hasta el detalle más insignificante en apariencia. Creo que puede gustaros mucho si disfrutáis de las historias de ciencia ficción con enjundia, capaces de hacer pensar al lector y aportar algo más que entretenimiento. Si creéis que cumplís estos requisitos, no tengáis prejuicios por la catalogación de la novela como juvenil: Luzazul tiene un trasfondo tan valioso que puede llegar a lectores de todas las edades.

Os dejo con el tráiler del libro:




Mi valoración: 7/10

15 febrero 2011

Ganadores del Gran Sorteo Aniversario

126 participantes. 1624 papeletas. 3 lotes muy generosos en juego.

Antes de dar los nombres de los ganadores me gustaría daros las gracias a todos los participantes: a los que lo habéis anunciado por haberme ayudado a conseguir tanta participación (he triplicado el máximo de participantes que había logrado hasta ahora); a los que no por haberme facilitado la vida a la hora de contar los puntos extras. Pero sobre todo, muchísimas gracias a los que me seguís y me apoyáis independientemente de los concursos. El blog ya tiene 2198 comentarios y la semana pasada hubo dos reseñas que se colaron en el Top 10 de entradas más comentadas en todo este tiempo. No hay mayor satisfacción para un bloguero que comprobar que la gente se toma la molestia de entrar y dar señales de vida a través de un comentario. Me hace mucha ilusión, de veras.

Dicho esto, lamento no haber podido enviar mails de confirmación con los números. Sé que hay cosas de la organización que se podrían mejorar, pero de todo se aprende y la próxima vez (si es que el blog cumple otro año) procuraré hacerlo de otro modo.

No me enrollo más. Ahí van los ganadores, según el orden de salida en el amigo Random:

¡Felicidades, Pantera! Has ganado el lote 3.

¡Felicidades, Elwen! Para ti el lote 1.


¡Felicidades, Airlun! Te llevas el lote 2.

Para recordar qué libros contiene cada lote, mirad aquí. Se da la casualidad de que cada una de las premiadas escogió uno distinto como primera opción, así que podéis estar contentas. Desde este momento tenéis una semana para responder al mail que os he enviado. En caso de que alguna no reclamara el premio, procederé a sortearlo de nuevo entre los participantes restantes.

Y hasta aquí llegó el sorteo. Enhorabuena de nuevo a las ganadoras y muchas gracias a todos por participar. ¡Hasta otra!


11 febrero 2011

La mujer del viajero en el tiempo - Audrey Niffenegger

Editorial: Debols!llo
Páginas: 602
ISBN: 9788483460474
Precio: 9,95€

Audrey Niffenegger

Audrey Niffenegger (Michigan, 1963) ha vivido siempre ligada al mundo del arte: por un lado, a través de las artes plásticas, llegando a exponer su obra en la Printworks Gallery de Chicago; por el otro, mediante la literatura, un sector en el que entró por la puerta grande con el best seller La mujer del viajero en el tiempo (2004), traducido a numerosos idiomas y responsable del jugoso cheque que recibió como adelanto de su segunda novela, Una inquietante simetría (2010), publicada recientemente en España por la editorial Salamandra. Enseguida me di cuenta del parecido entre la autora y la protagonista del libro que he leído, desde el aspecto físico a la profesión, pues ambas son artistas.

La mujer del viajero en el tiempo

Henry tiene una disfunción genética que le hace viajar a través del tiempo de forma repentina e involuntaria; Clare es su esposa y la que debe sufrir su ausencia cuando desaparece. El libro narra su historia de amor desde el momento en que se conocen, pero esta historia tiene muy poco de convencional: los saltos en el tiempo pueden llevar a Henry al pasado, con las entrañables conversaciones con Clare de pequeña y situaciones trágicas como la muerte de su madre; pero también puede viajar al futuro, lo que le permite hablar con él mismo y averiguar si el día de su boda saldrá todo bien, entre otras muchas cosas. En la primera mitad son frecuentes las charlas con Clare de niña, un enfoque muy curioso para una historia de amor, pues no todo el mundo puede decir que sabe quién es su media naranja cuando todavía no le ha conocido en tiempo presente. Pero no todo es anecdótico y divertido: Henry sufre con su problema, ha aprendido a atracar a la gente para robarles las cosas cuando viaja a otra época y cuando conoce a la familia de su novia teme que pueda desaparecer de un momento a otro. Una vez casados tampoco será fácil salir adelante: a pesar de que los viajes en el futuro puedan hacerles ganar riquezas con las inversiones, no hay dinero que compense el sufrimiento de Clare cuando no consigue quedarse embarazada.

En el libro se alternan capítulos narrados por Clare y capítulos narrados por Henry. Se sigue un orden lineal desde el momento en que se conocen hasta el desenlace, pero obviamente hay saltos en todo momento que nos llevan a todas las etapas vitales de los protagonistas. Sé que suena raro, confuso, pero tranquilos: en la práctica no cuesta nada meterse en la situación, la autora va pasito a pasito para que entendamos cómo funcionan los viajes de Henry sin perdernos. Soy una lectora que normalmente aborrece los cambios en el tiempo, así que si yo no me he perdido, vosotros tampoco.

Impresiones

No tenía previsto leer el libro tan pronto (es más, cuando vi la letra tan diminuta que tiene —¿quieren que nos quedemos ciegos o qué?— pensé en desterrarlo al montón que guardo en el armario), pero mi costumbre de leer las primeras páginas de cada obra que cae en mis manos hizo que me enganchara de inmediato y le di prioridad por delante del libro que pensaba empezar entonces. En ningún momento me he arrepentido de mi decisión: la novela atrapa de principio a fin y nunca ha dejado de sorprenderme pese a tener nada menos que seiscientas páginas. ¿Una historia de amor tan extensa? ¿De verdad da para tanto sin volverse cursi y tópica? Pues sí, rotundamente.

La gran baza de Niffenegger es, obviamente, el hecho de crear un protagonista con la característica de viajar en el tiempo. No obstante, aquí tengo que hacer una aclaración: los viajes se enfocan desde una perspectiva científica, es decir, no vamos a descubrir una raza oculta de viajeros que deben cumplir una misión para salvar el mundo ni nada parecido. Henry acude a varios médicos para contarles su problema; la mayoría le toman por loco, mas esto no deja de ser una prueba más del enfoque realista que se da a la historia. El protagonista sufre cuando aparece desnudo en medio de una calle y tiene que apañárselas para que no se lo lleve la policía; la autora ha sabido cuidar al detalle todos los ‘peros’ de los viajes para que el resultado sea creíble. Se puede decir que el elemento imaginario está dentro de un contexto real, algo parecido a las novelas de Marc Levy (aunque La mujer del viajero en el tiempo está bastante más currada), con lo que su público potencial son los lectores de narrativa, no los de fantasía y ciencia ficción. Cabe decir que el libro es anterior al boom de novelas de romance paranormal, pero de todas formas lo aclaro para que no haya malentendidos (sería una verdadera lástima que alguien confundiera esta maravilla con una novelita romántica común).

Hablando de los viajes, en algunas opiniones he leído que les costó un poco situarse y entender su dinámica. En mi caso, sinceramente, no fue así: obviamente hay que tener paciencia y seguir leyendo para entender todos los detalles, pero no me sentí perdida y desde las primeras líneas me enganché a la narración. Se ha hecho un buen trabajo para revelar las particularidades de los viajes a su debido tiempo, ni despacio ni todo de golpe.
Probablemente, lo que más me ha gustado es el equilibro entre lo divertido y lo duro: la historia tiene momentos peculiares que te sacan una sonrisa (como las charlas entre Clare de pequeña y Henry recién llegado del futuro) pero tampoco cae en lo idealizado y sabe enfrentarse a conflictos cuando toca. La autora ha aprovechado al máximo sus recursos, el potencial de los viajes en el tiempo para lo bueno y para lo malo. Al terminarlo me dejó una sensación de satisfacción, de haber cumplido todas mis expectativas con creces.

Con respecto a los dos protagonistas, tengo que reconocer que por ellos mismos no pasarán a mi lista mental de personajes inolvidables porque sus personalidades son bastante comunes, pero precisamente este realismo que hay en ellos despierta simpatía y hace que sientas interés por seguir leyendo. Los dos son personas de su tiempo, marcados por la vida que les ha tocado y con los sueños de cualquiera de su generación. La autora juega con la persecución de la normalidad mientras se ven obligados a vivir de una forma atípica por la anomalía de Henry, una perspectiva que invita a pensar en el valor de las pequeñas cosas. Además, la evolución de su psicología con el paso de los años está bastante cuidada y resulta creíble.

En la novela también entran en juego otros temas que influyen en la vida de dos personas, como un padre alcohólico o un mejor amigo demasiado interesado en Clare. Estos temas, lejos de aportarle dramatismo, dan un mayor realismo a la historia, hacen que el contexto resulte creíble y facilitan que veamos la disfunción de Henry como un problema y no como algo especial. Me gustan los secundarios de la novela, ninguno de ellos hará historia pero se puede decir que cumplen con su papel en el relato y no están de más de más.

Por otro lado, por una vez estoy de acuerdo con una recomendación que aparece en la contraportada. Es del escritor Scott Turow y dice así: A aquellos que sostienen que no se escriben nuevas historias de amor, les recomiendo de corazón La mujer del viajero en el tiempo, una novela fascinante, bellamente construida y de una imaginación extraordinaria y genuinamente emocionante. Yo he tenido la misma sensación mientras leía, hoy en día cuesta encontrar historias de amor que aporten algo nuevo y La mujer del viajero en el tiempo es exactamente eso, una novela curiosa, llena de sentimientos y con una trama amorosa capaz de emocionar al lector. Me ha llegado y mucho: se ha ganado un puesto en mi selección de las mejores historias de amor de la literatura.

En definitiva, es uno de esos libros que no te dejan indiferente y te implican en su historia mientras dura la lectura. ¿Qué más se puede pedir? Me parece una novela única y maravillosa en sí misma, aunque ojo, no tanto por su autora como por la gran idea que tuvo. Me explico: hay escritores que después de leer un libro suyo me hacen sentir ganas de salir corriendo a comprar toda su bibliografía (Anna Gavalda, por ejemplo, que es capaz de contar algo tan simple como leer una revista del corazón de una forma exquisita; o Almudena Grandes, la reina de los párrafos eternos y los mil recovecos en la personalidad de sus personajes); sin embargo, Audrey Niffenegger no me parece una gran escritora en ese sentido, más bien pienso que en un determinado momento de su vida tuvo una gran idea y supo plasmarla muy bien sobre el papel, aunque su prosa no sea nada del otro mundo (de hecho, pienso que el problema que pueden encontrar los lectores más exigentes es precisamente este estilo sencillo). Su segunda novela también apuesta por un argumento atípico, pero las críticas no se acercan ni de lejos a las alabanzas que se vertieron sobre La mujer del viajero en el tiempo. En cualquier caso, no hay que quitarle méritos: hay muchos escritores en el mundo, algunos muy prolíficos, pero solo unos pocos afortunados consiguen crear obras tan especiales como esta.

Conclusión

Una historia de amor única, original e inolvidable. Audrey Niffenegger ha tenido una idea magnífica para escribir una novela diferente y ha aprovechado todos sus recursos para hacerla brillar en todo su esplendor: una trama bien planteada, hechos que se desarrollan en su momento justo, personajes carismáticos que transmiten simpatía al lector, equilibrio entre lo divertido y lo dramático, un punto y final perfecto. No os dejéis engañar por el componente extraño de los viajes en el tiempo: el libro es apto para hombres y mujeres que disfruten con las historias de sentimientos en general, no tiene nada que ver con el romance paranormal. Si la novela ya estaba en vuestra lista de pendientes, os aconsejo que le deis prioridad: una historia tan bonita como esta no puede correr el riesgo de caer en el olvido.



Mi valoración: 9/10

09 febrero 2011

Vampire Academy 4: Promesa de sangre - Richelle Mead

Editorial: Alfaguara
Páginas: 392
ISBN: 9788420401348
Precio: 14,95 €
A la venta en España el 20/06/2012.

Leí este libro allá por el mes de octubre, pero como se me acumulan las opiniones fui dejando esta de lado porque sé que al tratarse de un libro no traducido al castellano (por ahora) seguramente interesará a poca gente. Es el cuarto libro de la saga Vampire Academy, que posiblemente os sonará porque cada dos por tres os doy la vara con ella, tanto en las opiniones de las novelas que la componen como en las de otros libros juveniles donde la menciono como modelo a seguir (que no a copiar). Y sin más preámbulos, paso a hablaros del libro.

¿Y cómo es Vampire Academy?

O lo que es lo mismo: un recordatorio de mi opinión general sobre la saga para aquellos que no la conozcan. Vampire Academy es una serie de vampiros, pero no unos vampiros cualquiera. Aquí los tenemos de dos clases distintas, inspirados en la mitología del este: los strigoi son los vampiros malvados que no tienen corazón y cuya única meta en la vida consiste en eliminar a sus rivales, mientras que los moroi solamente beben la sangre de donantes y, salvo por su apariencia, podrían pasar por personas humanas con sentimientos y moral. A esta troupe debemos añadir a los dhampir, mezcla de humanos y vampiros, que en esta historia se encargan de proteger a los moroi con su fuerza física. La protagonista pertenece a esta raza y el argumento se construye sobre la amistad de ésta con una chica moroi de la realeza, a la que tiene la imposición de proteger aunque por dentro se cuestiona si no sería mejor dejarlo todo para vivir su vida junto a su amado Dimitri, otro dhampir guardián que se ve obligado a dedicar su vida a salvaguardar a los demás.

Sé que en apariencia parece una saga juvenil más, pero creedme: ya llevo muchas novelas juveniles leídas y esta es de matrícula de honor al lado de la mayoría. El planteamiento está muy elaborado y cada libro te deja con la boca abierta, no se puede decir que sea una historia previsible o estirada de forma forzada. Richelle Mead es una de las mejores autoras de este género y sabe lo que se hace. La saga mejora a medida que avanza (y mira que resulta difícil) y trata temas con más enjundia y profundidad que los de otras series juveniles. Probablemente este es su mayor atractivo: detesto aquellos libros que se piensan que los adolescentes son tontos e intentan colarles cualquier relato facilón y repleto de tópicos. Aquí al menos los lectores encontrarán algo más. Por último, gran parte del mérito del éxito que ha cosechado Vampire Academy se debe a Rose Hathaway, la protagonista: una chica con carácter que rompe con el prototipo de chica pava que no sabe valerse sin su novio. Hacía muchísima falta un personaje como este en la literatura juvenil, y a Rose se le coge muchísimo cariño porque su sarcasmo y su fuerza no dejan indiferente a nadie.

Aquí tenéis los títulos de la saga:
1. Vampire Academy (Estados Unidos, 2007) – Vampire Academy (España, 2009)
2. Frostbite (Estados Unidos, 2008) – Sangre azul (España, 2010)
3. Shadow kiss (Estados Unidos, 2008) – Bendecida por la sombra (España, 2011)
4. Blood promise (Estados Unidos, 2009) - Promesa de sangre (España, junio 2012)
5. Spirit bound (Estados Unidos, 2010)
6. Last sacrifice (Estados Unidos, 2010)


Promesa de sangre

No voy a desvelar el gran spoiler del libro anterior, pero, de todas formas, si tenéis intención de leer la saga os recomiendo que os saltéis este apartado para no sospechar nada. Rose emprende el viaje a Rusia para encontrar a Dimitri. Mientras en su interior se debate sobre qué debe hacer cuando lo encuentre, llega al pueblo natal de éste y conoce a su familia. Enseguida hace buenas migas con su hermana pequeña, aunque no puede decir lo mismo de su misteriosa abuela, que la mira con malos ojos y parece estar dispuesta a ponerla a prueba a cada minuto. Además, en su camino encuentra a Sydney, una humana alquimista que deja a Rose descolocada porque está al corriente de la existencia de vampiros y dhampir. Menos agradable resulta su cruce con Abe, un moroi metido en el mundo de los trapicheos que no duda en amenazarla si no vuelve de inmediato a St. Vladimir. Si no conoce a Rose, ¿quién le da estas instrucciones?

Pero nuestra joven dhampir no se ha ido del todo: Adrian la visita en sueños y ella se adentra en el alma de Lissa de vez en cuando. Así descubre que han destituido a la directora de la academia y en su lugar hay un hombre que se ha instalado allí con sus dos hijos: la chica tiene un año más que ellas y el chico es más pequeño. Avery, que así se llama ella, hace buenas migas con Lissa y se convierte en su apoyo ahora que Rose no está. Sin embargo, ocurre algo extraño en el comportamiento de Lissa: de ser una chica tranquila y responsable ha pasado a hacer locuras y emborracharse sin ninguna preocupación. Su novio Christian también lo nota y, si la cosa no para a tiempo, les puede pasar factura.

Impresiones

¿El romance de Edward y Bella os parecía un amor imposible? Pues agarraos, que vienen curvas: lo que os espera en Promesa de sangre le da mil vueltas en intensidad y el problema planteado aquí es mucho más difícil de solucionar. Rose debe tomar una decisión importantísima y no defrauda a los lectores, ya que ante todo es una chica fuerte y no permite que los sentimientos la dejen apagada como a Bella en Luna nueva. Aunque el final suavice un poco el conflicto, en Promesa de sangre la autora ha cumplido con lo que tenía que hacer y para mí eso tiene un gran valor. Lo que he sentido mientras leía este libro no lo he encontrado en ninguna otra novela juvenil.

Al igual que ocurría en la tercera parte, Promesa de sangre es mucho más profundo que otros libros del género. No puedo explayarme para no desvelaros nada esencial, así que simplemente diré que Rose pasa por una serie de dilemas que le hacen cambiar la perspectiva de todo aquello en lo que había creído siempre. Algunos temas se relacionan con la historia de amor (que, aunque es maravillosa, no puedo negar que idealizada está un rato largo), pero otros con su futuro profesional y aquello que quiere para su vida. Me parece estupendo que una novela juvenil transmita los valores de luchar por cumplir tus sueños y no dejar que la opinión de los demás te influya; es un tema importantísimo para los adolescentes y aun así hay muchas novelas que lo pasan por alto (mientras los dos pipiolos acaben juntos, lo demás da igual). Chapeau por Richelle Mead una vez más.

Otro aspecto del que los futuros escritores de sagas deberían tomar nota es el hecho de dotar cada novela de carácter propio. Me explico: en algunas series se nota la carencia de ideas del autor porque estiran la misma trama de forma forzada; sin embargo, Mead lo tiene todo atado y bien atado desde antes de empezar, sabe plantear un nuevo misterio en cada libro sin olvidar las ideas principales y ningún detalle es mero relleno. Además de arriesgar con los acontecimientos, un rasgo característico de sus libros es el cambio de ambientación en ellos: el primero se sitúa en la academia, el segundo en la nieve, el tercero de nuevo en la academia y este cuarto en Rusia. El cambio de paisaje evita que el lector se canse y ofrece nuevas perspectivas del mundo mágico, que si se saben aprovechar como es debido seguro que darán sus frutos en forma de más ventas y reseñas positivas. En este caso en particular, me ha encantado conocer la vida de los dhampirs que no acuden a un internado y descubrir la existencia de los alquimistas, que seguro que darán mucho juego en el spin-off de la serie.

Hablando de lo bien organizado que está todo, en Promesa de sangre he sido (aún) más consciente del acierto que supuso la conexión entre Rose y Lissa y la capacidad de Adrian para visitar los sueños de los demás. De esta forma, la protagonista nunca abandona del todo a sus compañeros y no nos perdemos ni un detalle de la vida en la academia de cara a los próximos libros. En definitiva, que además de ser cosas que dan juego de por sí, están muy bien utilizadas en la saga al completo.

Con respecto a los personajes, todos están fantásticamente caracterizados, desde los protagonistas hasta los secundarios. Richelle Mead los retrata de una manera que parece que tengan vida propia y en cualquier momento vayan a saltar de las páginas del libro a la vida real. Rose está enorme, Dimitri más cañero que nunca (sí, este Superman casi me gusta más ahora que antes, es más morboso, ¡ja, ja!), las mujeres del entorno de éste muy cercanas y creíbles, Adrian y Christian en su línea, Abe y Sydney con su dosis justas de misterio, Avery odiosa desde el primer momento, etc. No me he sentido decepcionada con ninguno (y eso que el secreto de Abe me lo imaginé enseguida), me alegra que la autora haya renovado a los personajes malvados y lo mismo digo sobre la inalterable y perfecta relación de Lissa y Christian. Era necesario que la cosa cambiara un poco, más que nada para darle vidilla a la saga.

Como no podía ser de otra manera, el libro está muy bien escrito y, a pesar de la gravedad de la situación, los diálogos contienen el mismo sarcasmo que antes y son la mejor habilidad de esta escritora. Además, tal y como dije en mi opinión del libro anterior, no hace falta tener un gran dominio del inglés para entenderlo y disfrutarlo, así que si os da pereza empezar la saga porque todavía quedan tres libros por traducir, os animo a leerlos en inglés.

En definitiva, Promesa de sangre está a la altura del resto de la saga e incluso diría que es la parte que más me ha gustado hasta ahora (con el final me imaginaba una música de hard rock o heavy metal de fondo, ¡la situación promete tanto!). El único fallo que le he encontrado son los constantes recordatorios de aquello que ya aprendimos en los libros anteriores: qué son los moroi, qué son los dhampir, qué pasó en el primer libro, etc. Lo puedo entender hasta cierto punto porque los libros se publicaron con unos meses de separación y para quien no leyera la saga del tirón tal vez era necesario refrescar la memoria, pero aun así este es el cuarto libro y hay cosas que tenemos más que sabidas. Con recordar los acontecimientos del tercer libro bastaba, no creo que a alguien que desconozca la saga le dé por empezarla en el cuarto, así que las explicaciones sobre las razas de vampiros se podrían haber ahorrado. Son lo único que entorpece el ritmo y se nota muchísimo que están ahí porque la autora tiene que meterlos sí o sí (no me extrañaría que fueran instrucciones del editor).

Conclusión


Maravilloso. No voy a repetir lo que ya he explicado detalladamente en mi opinión, de modo que me limitaré a decir que cumple las expectativas y no defraudará a los fans que ven en Richelle Mead una escritora dotada de gran talento para la fantasía urbana. Si esperabais una resolución a lo Meyer, podéis estar tranquilos. En fin, evidentemente no lo voy a recomendar a todo el mundo porque este género tiene su público, pero si formáis parte de este sí que os aconsejo que leáis la saga. Me parece imprescindible para los amantes de la literatura juvenil fantástica: no os dejéis llevar por la portada o la sinopsis y dadle una oportunidad. Es algo más que la típica historia de vampiros, así que no os arrepentiréis de conocer a Rose, Dimitri y compañía. Palabra de Rusta.



Mi valoración: 9,5/10

07 febrero 2011

Juana la Reina, loca de amor - Yolanda Scheuber

Editorial: Nowtilus Pocket
Páginas: 656
ISBN: 9788497637039
Precio: 11,95€

La controvertida reina Juana


Todos hemos oído hablar de la reina Juana y quien más, quien menos sabe que al apodo por el que se la conoce es un poco relativo y se ignoran las causas exactas de su desequilibrio: si este se produjo previamente a su encierro en Tordesillas o por el contrario fue una consecuencia del aislamiento al que la forzaron sus seres más queridos. Yolanda Scheuber no pretende sentar cátedra con este libro y lo primero que hace en el prólogo es explicar que todavía hay dudas sobre algunos aspectos de la vida de Juana. No obstante, esto no ha sido un impedimento para que se documentara ampliamente para ofrecernos esta magnífica versión de la historia de Juana I de Castilla.

La novela relata las venturas y desventuras de la reina desde su nacimiento hasta su muerte. La narración comienza con la reina Isabel la Católica a punto de dar a luz, con el presentimiento de que la perturbación de su madre será heredada por alguno de sus hijos. Del padre, Fernando el Católico, sabemos poca cosa porque desde el principio queda patente que su implicación en las tramas políticas lo aleja de la vida familiar. Aun así, se habla de su preferencia por Juana entre sus otros hijos por el parecido de esta con su madre. En la novela también aparecen los hermanos de Juana (Isabel, Juan, María y Catalina), así como las gentes de su entorno cuando viaja a Flandes y en su regreso a España. La presencia de todos ellos resulta indispensable para comprender mejor el entramado gubernamental de la época, además de por su influencia afectiva con la protagonista.

En los primeros capítulos conocemos a una Juana alegre, inteligente, despierta y muy apegada a sus seres queridos. Es una niña que se hace querer y la partida a Flandes con objeto de su matrimonio con Felipe el Hermoso fue muy dura para ella. Cuando le hablaron de este enlace y los intereses del mismo para el reino, Juana solo se quedó con el dato de que Felipe era un joven hermoso; así es como se empieza a entrever que la infanta carecía de ambiciones políticas y en su interior pesaba más el deseo de vivir una existencia romántica y familiar junto a su esposo, alejada de enfrentamientos con otros estados por hacerse con el poder. Su unión y los primeros meses de casados fueron muy idílicos para ellos y para las gentes del pueblo que los admiraban: dos reyes jóvenes y apuestos —cosa rara en la época—, que se amaban desenfrenadamente y juntos parecían capaces de comerse el mundo. Así es como lo sentían ambos, pero con el paso de los años y la posibilidad de heredar los reinos de España, la actitud de Felipe tomó un rumbo interesado que no gustó nada a Juana. Aun así, como buena loca enamorada, se dejó llevar por él y centró su vida en el amor, mientras los cortesanos se alegraban de tener a una reina apartada del mando para poder maniobrar a su antojo.

Más adelante, con el fallecimiento de sus dos hermanos mayores y los hijos de estos, Juana se convirtió en la heredera de los reinos más grandes jamás vistos. Sin embargo, esto trajo consigo un gran inconveniente: entre su esposo Felipe y el padre de Juana nació una gran rivalidad porque ambos querían ejercer como reyes por delante de la joven cuando Isabel la Católica muriese. El Hermoso alegaba ser el esposo de Juana y Fernando el Católico contaba con la experiencia de muchos años ejerciendo como rey en aquel país. Finalmente, con la muerte del archiduque de Flandes y la obstinación de Juana por velar su cadáver y negarse a enterrarlo aunque hubieran pasado varios meses, Fernando consiguió encerrarla en Tordesillas para siempre. No obstante, la reina ya había sido recluida antes por su madre y su marido; por no hablar del peso de sus hijos y algunos mandatarios políticos en esta historia. Aunque creáis que lo sabéis todo, lo que he contado solo son las ideas generales sobre su paso por la tierra. Para conocer todos los detalles de su vida y acercaros a la persona de Juana, deberéis leer el libro.

Estilo

Con El largo camino de Olga tuve la oportunidad de descubrir la maravillosa prosa de Yolanda Scheuber: un estilo bello y evocador, con fragmentos que son pura poesía. Ahora bien, esta narración tenía un problema, ya que en algunos momentos podía hacerse pesada de leer. En Juana la Reina he descubierto otra faceta de la autora, un tipo de libro en el que, bajo mi punto de vista, se mueve mucho mejor: la historia está muy bien contada, alterna descripciones con narración, diálogo y datos sobre la época, todo en equilibrio para no abrumar al lector. Está narrado en tercera persona omnisciente y en las conversaciones se imitan las formas de la realeza en los siglos XV y XVI, lo que le aporta credibilidad al texto (aunque si no estáis acostumbrados a leer novela histórica puede resultaros extraño). Además, se nota que el libro se ha escrito con visión histórica, es decir, a menudo se hacen guiños relacionados con lo que tuvo que vivir Juana más adelante (por ejemplo, sueños o premoniciones, o el momento en el que explican a Isabel la Católica las particularidades del carácter de su hija según su horóscopo). En cuanto al ritmo, a mí me atrapó desde el principio porque, como digo, la trama está muy bien planteada y si te interesa el tema no cuesta engancharse, aunque hay que tener en cuenta que no es una lectura ligera y se debe encontrar el momento adecuado para leerlo.

Considero que el libro está muy cuidado en todos los aspectos menos en uno: hay bastantes errores ortotipográficos. La mayoría de puntuación aunque también se han colado algunas palabras trampa de las que el corrector informático no detecta (como poesía en lugar de poseía ) y faltas varias. Además, no sé si es solo una sensación mía, pero me ha parecido que el número de erratas aumentaba en la recta final, como si el corrector tuviera prisa por terminar (si es que el texto ha pasado por un corrector…). En fin, como digo siempre, estas cosas no influyen en mi valoración de una obra, pero creo que las editoriales no deberían menospreciar la tarea de la corrección porque el resultado final puede mejorar muchísimo.

Contexto histórico

Más que adentrarnos en los últimos años del siglo XV y los primeros del XVI, el libro se centra en la forma de vida de la realeza de la época y el modo de afrontar los conflictos políticos. La autora recrea muy bien el contraste entre la España austera y de una religiosidad opresora (cuyo máximo exponente fue la Inquisición) y la ostentación de Flandes, donde Juana tuvo que cambiar de costumbres y de vestuario. Me ha parecido muy interesante conocer las diferencias entre cada corte; para los que no estamos metidos en el tema sería fácil pensar que eran todas iguales pero como podéis ver cada una tenía sus rasgos particulares, lo que influye directamente en el desarrollo del hilo argumental, puesto que el entorno en el que se crió cada príncipe hace que Juana y Felipe tengan diferentes formas de pensar.

Una mención aparte merece toda la trama política. Hay una frase del libro que lo resume muy bien: solo existen dos maneras de lograr la unión con otros reinos: con el acero de nuestras espadas o con el oro de nuestras alianzas (pág. 50-51), es decir, o los enlaces matrimoniales o la guerra. Yolanda Scheuber plasma de una forma espléndida la manera en que los reyes utilizaban a sus hijos como piezas de ajedrez para conseguir las alianzas que más les convenían. En lo relativo a los enfrentamientos, destaco el papel de Francia, aliada de Felipe pero gran rival de España, lo que colocó a Juana en una posición incómoda. Esa parte me ha parecido de las más interesantes de la novela.

Impresiones

Me gusta mucho la novela histórica, tanto si versa sobre personajes que existieron en la realidad como si se limita a recrear una época e imaginar qué gentes pudieron vivir en ella. En concreto, siento devoción por las historias protagonizadas por grandes mujeres, y dentro de este grupo se engloban las reinas como Juana I de Castilla, más conocida como Juana la Loca. Antes de acercarme al libro había leído mucho y nada sobre su figura: mucho porque su nombre es recurrente cuando se habla de la historia de España y la he encontrado como secundaria en numerosas novelas históricas; nada porque que yo recuerde nunca había leído un libro tan centrado en su persona como este.

Desde mi experiencia como lectora, y sin entrar a evaluar la documentación y la veracidad de lo que se narra, he visto que las biografías noveladas de personajes históricos suelen tener dos problemas: o bien se exceden con los datos hasta tal punto que la narración se hace pesada y tediosa, o bien se olvidan de ponerse en la piel del personaje y se asemejan más a un libro de texto que a una novela como tal, con lo que el libro no transmite tanto e incluso se le puede tildar de frío y superficial. A veces incluso adolecen de ambas cosas, de modo que cuando me acerco a una novela de este tipo procuro informarme bien antes de empezarla para no llevarme decepciones. En el caso de Juana la Reina, loca de amor, al ver su extensión me daba miedo que contuviese demasiados apuntes históricos y se hiciera aburrido, mas por fortuna no ha sido así en absoluto: ciertamente se hace referencia a numerosos hechos históricos, pero todo está contado de manera amena y la autora sabe poner al lector en el papel de la protagonista desde la primera escena hasta la última, hecho imprescindible en una obra de estas características.

Juana como personaje está muy bien perfilada, se le coge cariño al personaje y llegas a indignarte al ver el trato que recibía por parte de los demás. Su enajenación se narra de una forma realista: se empieza con su amor desmedido y la indiferencia hacia los temas de estado, más adelante pasa a los celos y finalmente a su obsesión por permanecer junto al cadáver de su amado en lugar de enterrarlo de inmediato. Curiosamente, las escenas más fuertes son hechos puntuales en los que cualquiera se habría puesto hecho una furia, como cuando no le permitían abandonar el país. En la nota final, la autora explica que hay evidencias que confirman que Juana enloqueció, pero añade que lo raro habría sido mantenerse cuerdo después de tantos años de encierro. Yo estoy totalmente de acuerdo con su perspectiva: ante determinadas circunstancias es imposible no perder la cabeza. Además, Juana fue víctima de su tiempo y de su condición de mujer: como tercera hija de los reyes, recibió una educación para ser reina consorte de algún país, no la prepararon para tener ambición por el poder y esto jugó en su contra. Sea como fuere, lo que me ha quedado claro tras leer el libro es que fue una mujer inteligente con capacidad para reinar; me da mucha pena que se la recuerde por la Loca sin intentar ir más allá.

Por otro lado, la novela está muy bien estructurada, enlaza todas las etapas de la vida de Juana y no he sentido que cojeara en ningún aspecto. En la recta final el tiempo pasa más rápido, pero es lógico (dedicar quinientas páginas a narrar un encierro sería un tostón, con todos mis respetos) y aun así me gustó cómo se cierra la historia, con esa carta de Juana para sus hijos y los primeros pasos de Carlos V como rey de España. A pesar de que todos conocemos su historia de oídas, con el libro he aprendido mucho más sobre su vida y los hechos que llevaron a su encierro. Por mucho que sea una novela y no un libro de texto, me ha parecido que está muy bien documentada.

El libro mezcla sentimientos (los que te inspira la vida de Juana) e historia (todo el contexto). Se puede decir que es una novela histórica muy completa, pues no se deja ningún hecho histórico en el tintero (al contrario, se hacen continuas apostillas para complementar lo que se narra) pero no olvida su cometido principal, que no es otro que centrarse en la figura de Juana y su evolución con el paso de los años. Me ha implicado mucho en la historia, me ha hecho pensar en el libro cuando no lo estaba leyendo; con esto sobra decir que me ha llegado muy adentro. Rara vez una novela de este tipo consigue transmitirme tanto, siempre tengo la sensación de que les falta algo, pero esta me ha parecido inmejorable, emocionante y repleta de detalles que aumentan el interés de la historia. El ritmo no decae a pesar de la cantidad de información que se nos da y en conjunto me parece una novela redonda.

Cambiando de tercio, aunque no tenga nada que ver con el contenido de la novela quiero hacer un par de apuntes sobre su edición: la letra me parece demasiado pequeña, incluso para un libro de bolsillo (aunque reconozco que las he visto peores). Hay personas que no ven bien este tamaño (y los que sí lo vemos no tenemos por qué forzar tanto la vista). Por el contrario, me ha gustado mucho que se incluyera una cronología y varios árboles genealógicos (los he consultado muchas veces). En fin, una de cal y otra de arena.

Por último, si os gustan este tipo de novelas tenéis que saber que Yolanda Scheuber también ha escrito una serie de libros sobre las hijas olvidadas de Juana: Leonor de Habsburgo, Isabel de Habsburgo, y próximamente se publicará también María de Habsburgo.

Conclusión


Siempre es delicado recomendar un libro de este género: su interés y la magnífica recreación de la vida de la reina Juana son indudables, pero no todo el mundo está dispuesto a leer una novela de más de seiscientas páginas repleta de datos históricos. Por mi parte, lo recomiendo a los amantes de este tipo de novela histórica, tanto si os interesa la figura de Juana en particular como si os gustan las biografías noveladas de reyes y reinas en general. La evolución psicológica del personaje, el estilo cuidado y el retrato del contexto político no os defraudarán. Aprovecho para decir que Yolanda Scheuber ha sido todo un hallazgo para mí: me gustó en El largo camino de Olga, pero con Juana la Reina me ha parecido una gran escritora y todo el trabajo de documentación que ha realizado no pasa desapercibido. Si os gusta este género, os animo a descubrir su obra.


Mi valoración: 9/10

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