Edición: Siruela, 2018 (trad. Esther Benítez)
Páginas: 168
ISBN: 9788417308025
Precio: 17,95 € (e-book: 9,99 €)
En
1960, un joven Alberto Arbasino (Voghera, 1930) –hoy un narrador y ensayista
con una larga trayectoria– publicó en un semanario el cuento que inspiraría La bella de Lodi (1963), la película de
Mario Missiroli que protagonizó Stefania Sandrelli. Más adelante, el autor
reescribió esa primera versión para darle forma de novela, un texto que vio la luz en
1972 y fue finalista del Premio Campiello. Ese libro permanecía inédito en castellano hasta hace unos meses, cuando Siruela recuperó una traducción de Esther Benítez
(1937-2001), gran traductora del italiano y el francés. ¿Qué puede aportar esta publicación ahora, después de tantos años ignorada en el cajón? No es, desde luego,
una «obra maestra», ni un «clásico moderno» (esas expresiones gastadas de tanto
usarlas); pero tiene un punto atractivo: conocer la narrativa italiana que se
desarrolló en los sesenta, con una vocación popular, «moderna» (es decir, enraizada
en su época, testimonio de las tendencias de la juventud) y cómica; una lectura
fresca, desenfadada y no exenta de crítica social que todavía puede disfrutarse
en la actualidad.
Esta
comedia romántica, ambientada en pleno «milagro económico», narra la aventura entre
Roberta y Franco. Ella pertenece a la burguesía de Lodi y se ha criado con sus
abuelos; una chica emprendedora y con carácter que está muy unida a su hermano.
En cuanto a Franco, trabaja como mecánico y es el típico joven un tanto chulo
pero con buen corazón. La pareja se conoce un verano en la playa y, a pesar de
sus diferencias, o quizá (al menos en parte) gracias a estas, surge una fuerte
atracción entre ambos. La relación comienza con intermitencias, encuentros
accidentados, hasta que emprenden un viaje por carretera con el fin de que él
se promocione y haga carrera en el entonces floreciente sector del motor. El suyo es un
romance apasionado, intenso, impetuoso, en un ambiente de motos, fiestas y
buena vida. Más allá de su historia, la novela esboza un retrato mordaz de la
sociedad y las diferencias de clase; bajo su sentido del humor y su liviandad
aparente, se palpa una mirada áspera y perspicaz que llama a las cosas por su nombre y no
da puntada sin hilo.
Alberto Arbasino |
No obstante, la mayor rebeldía del libro no está en el
efecto redentor que tiene Roberta sobre Franco (un motivo literario mil veces
utilizado y que sigue dando sus frutos), sino en el estilo experimental y renovador de
Arbasino. La narración, en presente, se compone de fragmentos breves, directos,
casi impresionistas, en los que se sucede escena tras escena, sin
«envolverlas», al grano. El lenguaje se nutre de la oralidad y los coloquialismos,
con párrafos de frases largas y ramificadas, y diálogo abundante. Es una
voz que busca oponerse a las narrativas convencionales, en sintonía con el
sentimiento de modernización de la Italia de los años sesenta. Un texto vivaz,
rotundo, pícaro. que entronca con otras novelas del periodo, como Lunario del paraíso (1978; Periférica,
2018), de Gianni Celati (1937), que casualmente también se ha rescatado este
año y relata asimismo el viaje de un chico y sus peripecias sentimentales. Un
género, en suma, que en las primeras páginas puede costar porque se
aleja bastante de lo que se escribe en estos momentos, pero que sigue siendo
agradable de leer y curioso de descubrir.
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