Edición: Gatopardo, 2018 (trad. Javier Calvo)
Páginas: 316
ISBN: 9788494642593
Precio: 20,90 €
A
Joan Didion (Sacramento, California, 1934) se la conoce sobre todo por su
narración del duelo en dos libros de memorias, El año del pensamiento mágico (2005; National Book Award y
finalista del Premio Pulitzer) y Noches
azules (2011), escritos después de la muerte de su marido y de su hija,
respectivamente. En segundo lugar, se la distingue como periodista por su vasta producción de ensayos,
de la que en castellano se puede leer una selección en el volumen Los que sueñan el sueño dorado (2012). Quizá
su faceta menos popular sea la ficción pura, que sin embargo ha cultivado con resultados
brillantes, como se puede comprobar en Río
revuelto (1963), su primera novela, que no había sido traducida a nuestro
idioma hasta este año, gracias al buen criterio de la editorial Gatopardo y al oficio indudable de un
traductor como Javier Calvo. Didion la escribió cuando trabajaba como editora de una revista femenina: estaba todavía lejos de los temas que le
darían el prestigio, pero ya demostraba unas dotes extraordinarias para la
narrativa y una exigencia literaria que hacían presagiar una gran carrera.
La
acción de Río revuelto se sitúa en su California natal, en el contexto de una larga
estirpe de pioneros, con sus caserones, sus lujos y su reputación. Los
protagonistas son la generación más joven, que carga con un legado de vanidad y
falsas apariencias nada fácil de administrar. Este no es un libro apacible,
sino una radiografía sofisticada de un mundo que se viene abajo por sus propias
dobleces y mentiras, vehiculado en torno a un matrimonio en el que todo se
desmorona de forma progresiva a lo largo de dos décadas. Didion, perspicaz,
añade un poco de intriga para captar la atención desde el principio: tal como reza
la contracubierta, «la historia comienza y termina con un disparo». En el
verano de 1959, después de una fiesta, Everett McClellan dispara a un hombre,
viejo conocido de la familia. Lily, la esposa de Everett desde hace casi veinte
años, lo descubre. A continuación, se retrocede hasta 1938 para reconstruir el
hilo del matrimonio desde sus inicios. El interés no es tanto el móvil del
suceso, sino las fisuras que poco a poco resquebrajaron la relación hasta
culminar en esta tragedia.
Everett
y Lily se casaron muy jóvenes; amigos desde la infancia, de algún modo tenían
asumido que terminarían juntos. Enseguida se convirtieron en padres de dos
niños. Con la llegada de la Segunda Guerra Mundial, este era el panorama: Lily en
casa, con las criaturas y una vida ociosa, y Everett en el ejército, ajeno a
todo cuanto acontecía en el hogar. Con el tiempo, Lily tuvo la sensación «de
que toda su vida con Everett era una improvisación que dependía de una serie de
apuntes que un día ella no conseguiría oír, de una serie de papeles de los que
iba a olvidarse en cualquier momento» (p. 120). Esta frase podría ser una buena
descripción de Río revuelto: el curso
de un matrimonio que va adelante sin manual de instrucciones, que se precipita,
tantea y hasta patina, pero se mantiene en pie, al menos a ojos de los demás.
Esa vida que pasa cuando uno todavía está pensando en qué hacer con su vida, ese
control que se escapa de las manos. Los secretos se instalan en el día a día y,
a pesar de que han aprendido a silenciar sus pensamientos, a guardar las formas
como manda la buena educación, la rabia reprimida puede estallar en cualquier
instante.
Los
personajes están muy bien caracterizados. Además del matrimonio (con esa Lily de
apariencia frágil, delicada, pero con la entereza propia de los de su clase; y ese
Everett distante, miedoso, con dificultades a la hora de asumir su rol de
cabeza de familia), las terceras personas tienen un papel relevante. Entre
ellas, Martha, hermana de Everett y amiga de Lily: una mujer soltera y temperamental,
incapaz de amoldarse a la existencia rutinaria que su familia querría para
ella, que se ve con un hombre que no le augura nada propicio. Martha (libre,
pasional, desdichada) se contrapone a Lily (casada y con hijos, racional, emocionalmente
más equilibrada aun con sus episodios traumáticos); dos modelos de mujer californiana, dos modelos
de fracaso personal que tienen más en común de lo que se percibe de entrada. Más allá de la pareja protagonista, Didion esboza un fresco social en el
que perviven muchos tabús: el alcoholismo, el aborto, el distanciamiento entre
hermanos, el adulterio... La mirada hacia lo íntimo, lo particular, pone de relieve
una hipocresía normalizada de la que participan todos.
Joan Didion |
Bajo su fachada de drama familiar, Río revuelto comienza a fijar el interés de
Didion por la identidad californiana: el peso de la herencia,
la pérdida, el egoísmo, el vacío, la impostura y la tensión entre el impulso individual y las normas colectivas. Tomando a Lily como eje
principal, y el crimen como pretexto, la autora deconstruye la débil
fortificación que sostiene al matrimonio y la genealogía que le acompaña.
Se trata de un debut impresionante, sin una pizca de inocencia (sorprende que haya
tardado tanto en traducirse, teniendo en cuenta la fama de Didion), que revela
a una novelista elegante, precisa y sutil, de emociones contenidas, que escribe
con pulso firme y sin ensuciarse las manos aunque algunas escenas tengan una
dimensión oscura. Una recuperación que merece la pena.
Fíjate que ayer mismo lo estuve hojeando y me interesó muchísimo la historia. Lo pondré en la lista de candidatos para mi cumpleaños, que es pronto. :)
ResponderEliminarSí, no lo pierdas de vista. Coincidimos mucho en lecturas y esta es de lo mejor que he leído este año.
EliminarLa he encontrado en el (maravilloso) catálogo de bibliotecas públicas de mi ciudad y he leído 50 páginas del tirón aguantando la respiración. La manera de escribir me está cautivando. Qué bien que te he hecho caso.
EliminarCuánto me alegro, María Jesús. ¡Vivan las bibliotecas públicas!
EliminarMe tienta mucho esta novela. Sin duda algún dia la leeré.
ResponderEliminarY acertarás. Es muy buena.
EliminarMe llama la atención. La anoto en mi lista de pendientes (quizá una lista demasiado larga para una sola vida...).
ResponderEliminarBesotes
Me temo que todos los lectores-lectores tenemos una lista así...
EliminarMe descubres una vez más autora. Y me dejas con muchísimas ganas.
ResponderEliminarBesotes!!!
Joan Didion es una de las grandes. No puede faltar en la biblioteca de ningún lector.
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