Edición:
Lumen, 2016 (trad. Miguel Temprano García)
Páginas:
272
ISBN:
9788426401953
Precio:
21,90 € (e-book: 10,99 €)
En
«La reina de las nieves», el célebre cuento de Hans Christian Andersen
(1805-1875), dos niños luchan por mantenerse unidos a pesar de las malas
intenciones de la soberana. En la novela homónima de Michael Cunningham
(Cincinnati, 1952), autor galardonado con los premios Pulitzer y PEN/Faulkner de
1999 por Las horas, son dos hermanos
de mediana edad, Tyler y Barrett Meeks, los que dependen el uno del otro. Comparten
un piso de mala muerte en Brooklyn, con un sofá desvencijado, símbolo de todas las batallitas compartidas. Siempre dicen que se mudarán, pero
nunca encuentran, o no quieren encontrar, la ocasión para hacerlo. No se han
separado jamás, y esto, más que una demostración de amor fraternal, indica que
no han sido capaces de encauzar sus vidas. Tyler, el mayor, es un intento de
músico al que no le salen bien los proyectos. Beth, su pareja, está enferma de
cáncer. No saben si se recuperará, por lo que ambos viven en un paréntesis de incertidumbre que por
momentos parece no tener fin. Beth, dormida en la cama, débil, encarna a una
bella durmiente: el tiempo se ha detenido para ella. Tyler, además, ha empezado
a drogarse mientras trata de componerle una canción, una canción
tan buena que compense todas las tentativas frustradas.
El
hermano pequeño, Barrett, experimenta asimismo su particular «estado de
espera». Fue un estudiante brillante, al que todos auguraban un futuro
prometedor, pero desechó las oportunidades cuando las tuvo y ahora trabaja
doblando camisetas en la tienda de ropa de Beth y una amiga de esta, Liz. Por
si fuera poco, su enésimo novio acaba de romper con él. Nada parece
satisfactorio, aunque tampoco tiene agallas para cambiarlo. Vive con Tyler y
Beth; su compañía reconforta a su hermano mientras este cuida de la enferma. En
el capítulo que abre la novela, Barrett vislumbra una extraña luz en Central
Park, en medio del paisaje nevado. Es como si esa luz quisiera comunicarle
algo, pero ¿qué? Quizá solo fueron imaginaciones suyas. Con este episodio,
Cunningham utiliza el motivo de la nieve
como elemento mágico en un contexto, por lo demás, realista: la luz deviene
símbolo de lo inexplicable, de la duda; es un toque maravilloso que sobrevuela
por lo real e influye en las percepciones del protagonista, le da una leve esperanza
y a la vez aumenta sus preguntas. Un punto de inflexión. Más allá de los
hermanos y Beth, intervienen dos secundarios, Liz y Andrew, una pareja a la que
todos auguran una corta duración: ella, de cincuenta y tantos, es fría y
reservada, se guarda los sentimientos para sí; él, en cambio, es un joven despreocupado que
coquetea con las drogas.
La
novela se estructura en cinco partes, cinco momentos decisivos (a menudo de
un día o unas horas, como la Nochevieja de 2005) que muestran cómo evoluciona
la vida de los hermanos (y, por extensión, de la sociedad estadounidense de la
época) a lo largo de cuatro años. Esta referencia a la sociedad en conjunto no
es baladí: la primera parte se desarrolla la noche de las elecciones presidenciales
de 2004, cuando George Bush fue reelegido. Antes de conocer el resultado, las esperanzas individuales (Beth
sobrevivirá, Tyler escribirá un buen tema, Garrett rehará su vida, ambos
olvidarán sus traumas y encontrarán otra vivienda) se funden con las colectivas
de toda una generación (el peor presidente de la historia de Estados Unidos no
puede ser reelegido). Y, aunque Cunningham no relata el momento de la
reelección, el lector ya sabe cómo terminaron esas elecciones. La novela gira
alrededor de esta incertidumbre con respecto al futuro, una incertidumbre a
ratos optimista y a ratos pesimista, pero, sobre todo, una incertidumbre que
lleva a los hermanos a una situación «estática», de bloqueo, como a la espera
de que ocurra algo (¿la muerte de Beth, la aparición del hombre perfecto para
Barrett?) que encamine sus existencias hacia un terreno estable, «definitivo»,
como se supone que debe ser la vida de las personas de su quinta.
Michael Cunningham |
La última parte retoma el principio y transcurre durante los días previos a la
elección de Obama en 2008. Otro punto de inflexión: del pesimismo de la
reelección de Bush a la ilusión del nuevo presidente, una ilusión inesperada,
porque ninguno de ellos cree que pueda ganar. También reaparece la ilusión en
las vidas de los protagonistas, también de una forma inesperada, casi como
si no se hubieran atrevido a creer en el futuro, a creer que las cosas podían
mejorar. Cunningham, un narrador sutil y
elusivo, con una escritura muy fina y llena de matices, plantea un tema tan
difícil de plasmar por escrito como la inmovilidad del ser humano que no se
atreve a tomar las riendas, el ser humano que permanece quieto, helado como el
invierno en Nueva York, a la espera del deshielo. En su enfoque, por lo tanto,
prima más lo íntimo que la acción, y combina el realismo de lo cotidiano con la
esperanza mítica de la luz prodigiosa. Entronca con cuestiones como
la soltería en la mediana edad, el vínculo entre hermanos diferentes y aun así codependientes, los desengaños amorosos, el artista drogadicto, la
falta de éxito, el miedo, las segundas oportunidades. La reina de las nieves (2014) rezuma ese
desencanto que ha marcado el sentir general de los primeros años del siglo XXI,
y a la vez nos recuerda que, pese a todo, no hay que dejar de creer en los
milagros.
No he leído nada de este autor aún y mira que lleva tiempo entre mis pendientes. Me tientas y mucho con esta novela.
ResponderEliminarBesotes!!!
Me ha parecido un excelente escritor, muy fino, casi preciosista. Su obra maestra es "Las horas", que todavía no he leído, pero esta novela también es recomendable.
Eliminar¡Hola!
ResponderEliminarYo tampoco he leído nada e este autor, ni había escuchado nada de este libro, la verdad, pero me llama mucho la atención lo que has dicho, así que ¡Me lo apunto!
Nos quedamos por aquí ¡Un beso!
Cristina
¡Bienvenidas! :)
EliminarSobre el libro, se publicó en enero y ha pasado bastante desapercibido. Es una lástima, aunque comprendo que no todo se puede promocionar. Ese toque "mágico" de la nieve le da un aire muy especial.
Yo leí las horas y es melancólicamente hermoso.
ResponderEliminarTengo muchas ganas de leerlo. Ya lo he visto en la biblioteca, así que cualquier día me lo llevo.
EliminarBueno, pues creo que en este caso me ha gustado bastante menos que a ti.
ResponderEliminarMi problema principal ha sido el estilo del autor. Me ha resultado muy recargado, pedante en ciertos momentos y el uso excesivo de paréntesis, de lo más molesto.
Por otro lado, los personajes me han gustado. Tienen muchos matices, son complicados y contradictorios en ocasiones, muy realistas. También he disfrutado con los elementos de cuento que introduce en la narración y con los temas más delicados que trata, cómo investiga las partes más oscuras de las acciones humanas, sobre todo con el personaje de Tyler.
A pesar de los aspectos positivos, en general me ha resultado un libro bastante pesado de leer, aún siendo bastante corto, y bastante deprimente.
No quiero descartar al autor antes de leer "The Hours", que creo que creo que está escrito de manera bastante diferente. Tú lo has leído o tienes pensado hacerlo?
Vaya, siento que no te haya gustado. Yo lo disfruté, pero sin entusiasmo. Tengo la impresión de que es una obra menor dentro de la producción del autor, aunque no lo puedo asegurar porque aún no he leído nada más... A propósito, me gustaría leer "The Hours", pero no creo que lo haga pronto, así que no puedo ayudarte. De lo que sí he escuchado críticas excelentes es de la película.
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