Hace
poco leí un libro —del que hablaré con más detalle la próxima semana— que me
hizo pensar en la necesidad de salir de vez en cuando de nuestra zona de
confort. Esta zona de confort, en términos literarios, se compone de los
autores, géneros y estilos que nos resultan conocidos, así como de determinadas
lenguas y referentes culturales, que por un motivo u otro (por lo general, su
proximidad cultural y su presencia masiva en el mercado) percibimos más cercanos
a nosotros. Tener una zona de confort literaria no es un problema: ante tantas
publicaciones, es sano e incluso recomendable «especializarse» en un ámbito
concreto para organizar mejor nuestro particular mapa de escritores y
movimientos. Yo, lo reconozco, no soy nada original: la mayor parte de mis
lecturas proviene de los países anglosajones, en segundo lugar de España y, por
último, de otras regiones mediterráneas como Francia e Italia. Todo bajo
control.
Y,
sin embargo, esa lectura me recordó cuán importante es leer, aunque sea de
manera ocasional, algo que se salga de esos moldes. En algunas ocasiones, he
salido de la zona de confort al leer un libro innovador desde el punto de vista
formal, que sorprende por su estructura y su uso del lenguaje, como la última novela de la escocesa Ali Smith. En otras circunstancias, el impacto se ha
debido a las diferencias culturales. Este es el caso de la novela que leí
recientemente, situada en una región alejada de las capitales
occidentales, un lugar del que apenas había oído hablar (y me avergüenza
reconocerlo), donde conviven diversas etnias y las tensiones se palpan en el
ambiente. La autora se crió allí, sabe de lo que habla y no le falta capacidad
para comunicarlo por escrito. Se trata, además, de una escritora joven: reflexioné
sobre los recorridos vitales y literarios de los autores de su generación, tan
iguales en algunos aspectos (capitalismo tardío, Internet) y, no obstante, tan
distintos en los conflictos sociales, culturales y personales que cada uno se
encuentra en su entorno. Pero, sobre todo, disfruté, disfruté de una
obra que me obligó a desplazar la mirada e imaginar un contexto desconocido para
mí que me plantea nuevos interrogantes. Esa es una de las cualidades que aprecio
en una creación literaria.
Después comencé una novela ambientada en Nueva York, escrita por un estadounidense. Es buena, incluso muy buena, pero me sentí como quien vuelve a la monotonía después de una semana de intensas vacaciones en la otra punta del mundo.
Después comencé una novela ambientada en Nueva York, escrita por un estadounidense. Es buena, incluso muy buena, pero me sentí como quien vuelve a la monotonía después de una semana de intensas vacaciones en la otra punta del mundo.
***
Y
a vosotros, ¿qué libros os han hecho salir de vuestra zona de confort?
Foto encontrada aquí.
Muy buena entrada. Algunos libros que me han sacado con éxito de mi zona de confort literario han sido La tropa del arco iris, de Andrea Hirata, El don, de Mai Jia, Wakolda, de Lucía Puenzo, y Un viejo que leía novelas de amor, de Luis Sepúlveda, tanto por el lugar en el que se ubican como por las historias que cuentan, que a priori no me llamaban la atención y terminaron siendo sorpresas muy gratas.
ResponderEliminarUn besito.
¡Es que a veces cuesta taaaaaanto salir de la zona de confort! La mía son los géneros de fantasía y ciencia ficción y, a veces, novela negra.
ResponderEliminarEste año me apunté a un club de lectura y quiera o no me están sacando de estos géneros. Hemos pasado por Chesterton, Yourcenar, Saramago, Vargas Llosa... Y como luego toca comentarlos termino con una visión muchísimo más amplia que con la que empecé. Me está gustando mucho la experiencia y, desde luego, la recomiendo.
Un abrazo.
Yo prefiero leer fantasía, ciencia ficción y terror. Sin embargo en ocasiones, cuando he tenido que salir de mi zona de confort, por ejemplo cuando tenía que leer libros para clase, me he llevado gratas sorpresas. Libros como "los Santos Inocentes", "Nada" o "A Sangre Fría" se han convertido en imprescindibles para mí. También es verdad que al tratarse de clásicos la cuestión es diferente.
ResponderEliminarEn general creo que cerrarse a uno o dos géneros es una mala idea aunque todos tenemos nuestra zona de confort, por supuesto.
Excelente entrada. Un besote.
Tienes mucha razón, a veces viene bien salirte de tu zona de confort. Este año, me leí "El guardia, el poeta y el prisionero", literatura que no suele ser la que leo, y lo agradezco mucho. Muy recomendable!
ResponderEliminarUn saludo,
E. Báthrory.
Mi zona de confort, la literaria y la otra (la vital), es poco confortable. Vamos, que suelo moverme poco por esa zona. Pero el último que incluso me hizo salir de mi no zona de confort es justamente el último que comento, un libro de Janet Frame, Hacia otro verano. Ha sido un reto leerla. Un reto maravilloso.
ResponderEliminarUn abrazo
Hola,
ResponderEliminarmi manera de buscar libros no incluye su nacionalidad, busco aquí y allá, libros que parecen merecer la pena, luego me informo -lo que puedo- y si está en castellano lo compro. Pero sólo si ha pasado ciertas "aduanas" que con el paso del tiempo he aprendido a montar para saber si me va a gustar un libro o no. Así si busco entre mis libros favoritos, estarán , sí libros anglosajones -cuya literatura me encanta, especialmente en los últimos tiempos los canadienses)-, o latinos (últimamente ando descubriendo la literatura catalana con algunos libros deslumbrantes...) -. Pero entre mis libros favoritos estarán siempre destacados los balcánicos, (Pavic, Petrovic, Danilo Kis, Bulatovic, ) y luego los Polacos (Lem, Gombrowicz, Bruno Schulz) Centroeuropeos ( Hrabal, Luis Paul Boon, Siegfried LEnz, W.G. Sebald, Hermann Broch, Thomas Bernhard, Joseph Roth...) Nórdicos como Per Petterson, Hansum, Lars Gustafsson...: Africanos como Amos Tutuola , Ben Okri, Marie NDaye, Chinua Achebe, Mia Couto... Asiáticos, árabes. turcos, japoneses... EN fin una enorme cantidad de escritores que si no los hubiera leído hubiera perdido una parte que considero imprescindible de la literatura. Anímate a romper tu zona de confort.. Si alguno de los nombres no lo conocías y te sirve... yo te puedo decir que para mí son extraordinarios
siento el rollo...
un saludo
Yo no tengo una zona de confort en términos geográficos. Leo a autores de todo el mundo- seguramente el hecho de poder leer en diferentes idiomas ayuda. Lo que sí tengo son zonas de incomodidad: la novela erótica, la novela histórica y, sobre todo, la ficción sobre el Holocausto. La literatura me sirve también para abrir los ojos a realidades desconocidas y ampliar los horizontes.
ResponderEliminarbesos
A mí me sacan de mi zona de confort las novelas rusas; confieso que me siento totalmente perdida: me confunden los miles de nombres y apodos, sus reacciones ante determinados hechos, algunos diálogos... Sin embargo, es cierto que de vez en cuando, hay que abandonar los límites conocidos; si no, ¿cómo narices vamos a descubrir esas maravillas que esconde la literatura?
ResponderEliminaryo no deseo tener una zona de confort trato de variar lectura muchisimo aunque hay géneros que me son reacios por ejemplo romantica pero de resto no creo que tenga alguna muy definida.
ResponderEliminarHay géneros que me cuestan, como la ciencia ficción o la novela erótica. Aunque en ocasiones me he animado, pero no termino de cogerle el puntito. Pero en general intento variar mucho en mis lecturas, aunque últimamente lo hago poco. Entre las opos que me he estado preparando y que ahora vuelvo a empezar a estudiar para las próximas, prefiero quedarme en mi zona de confort y arriesgar poco.
ResponderEliminarBesotes!!!
Está claro que todos tenemos esa zona y nos sentimos seguros ahí en lo que nos gusta y no queremos arriesgar. A veces corres el riesgo de patinar pero también puedes descubrir grandes historias.
ResponderEliminarBesos
No sé si he entendido bien la pregunta. En esto de leer soy omnívoro. Me gusta produndizar en los conocidos, en los amigos (Zweig, Camus, Orwell, Márai, Mankell...), pero también me encanta encontrar joyas. Todos los autores que frecuento en algún momento fueron novedades para mis ojos. En verano voy a la Biblioteca y me llevo bolsas enteras para ir probando. Es como iniciarme en sustancias que no conozco. La mayor parte no me gustan, para qué negarlo, pero otros..., qué maravilla haberse atrevido, no ser un sectario.
ResponderEliminarLo confortable para mí es leer sin que el tiempo se termine. Salir de la zona de confort es tener que ganarme la vida con ocupaciones que no siempre me gustan y que, a diferencia de los libros, no puedo dejar.
Buena entrada. Justo ahora estoy leyendo "Anna Karenina", que en mi caso está totalmente fuera de mi zona de confort, ya que no suelo leer a autores rusos. No lo hago de forma deliberada, simplemente no se me cruzan en el camino tan a menudo como otras nacionalidades. De hecho, también tengo en la estantería "Lolita", que me volverá a sacar de la zona de confort durante este año.
ResponderEliminarA parte de autores rusos, reconozco que tampoco leo muchos autores sudamericanos, así que cuando leí el año pasado "El amor en los tiempos del cólera" al principio me costó hacerme al lenguaje. El resultado fue de los más satisfactorio, sin embargo:)
También me gustaría leer más autores africanos (disfruto mucho de Chimamanda Ngozi Adichie).