Edición:
Lumen,
2017 (trad. Ana Ciurans Ferrándiz)
Páginas:
208
ISBN:
9788426403322
Precio:
18,90 € (e-book: 8,99 €)
Entrada por entrada, este armario parece el índice de mi vida.
El
vestuario de una mujer. Múltiples vestidos, tonalidades, tejidos,
cortes. Para algunos, una frivolidad. Para otros, una
imagen reveladora acerca de su dueña. Porque un traje no es un mero
trapo de colores, sino una enciclopedia suculenta sobre la psique de
la mujer que lo luce, sus sentimientos, su confianza, la fase vital
en que se encuentra. Al menos, así es para quien sabe observar con
atención y tiene ojo para la estética, como la italiana Elvira
Seminara, que además de escritora es periodista y artista pop (y,
como curiosidad, madre de la también novelista Viola di Grado). El
mapa de las prendas que amé,
su novela más reciente y la primera que se traduce al castellano,
fue publicada por Einaudi en 2015 y ha sido comparada con Italo
Calvino y Georges Perec por su naturaleza experimental; solo que
Elvira Seminara incorpora, por su parte, una mirada «femenina» (lo que
no significa que sea exclusiva de mujeres) a la relación entre los
atuendos y la vida, que conforma la esencia de esta obra tan hermosa
y tan original.
Sigo completando el inventario […]. Es un manual para vivir mejor dentro y fuera de uno mismo. Es necesario proteger los propios límites con costuras fuertes y resistentes.
La
narradora, Eleonora, es una mujer de mediana edad, moderna e
independiente, que se instala en París tras una crisis
personal. En Italia ha dejado a su hija, Corinne, una joven con la
que en los últimos tiempos no se termina de entender, y una casa
llena de ropa, la ropa que la ha acompañado en toda su existencia.
Este libro es la carta que Eleonora escribe a su hija desde la
distancia, una suerte de acercamiento en el que le hace un regalo
único: un inventario de sus prendas, como un legado para
Corinne. A lo largo de estas páginas, el relato de sus recuerdos y
sus nuevas vivencias en París se alterna con un listado de vestidos
y complementos, acompañados de una reflexión sutil, a propósito de
las oportunidades en las que puede ponerse cada uno. En realidad, lo
que la madre le está transmitiendo a su hija es una educación
sentimental, disfrazada de atlas de ropa; una forma creativa de
compartir con ella su experiencia y aconsejarla. Y
de romper el silencio, la frialdad que empaña su relación en esos
momentos.
Hay una historia oculta dentro de todas las cosas, y en especial dentro de las domésticas. No siempre es descifrable o memorable, claro está, porque a menudo es involuntaria o tiene muchos autores y carece de orden. En definitiva, su lectura requiere un esfuerzo mayor que el que requiere la de los libros, por eso leemos páginas y no cosas.
Elvira
Seminara rinde homenaje a las telas y las costuras, la herencia
simbólica que las mujeres se han transmitido de generación en
generación desde hace siglos. Pocas cosas hay tan ligadas a una
mujer, a su manera de estar en el mundo, que su ropa; la
autora utiliza esta especificidad femenina para construir una
obra inteligente e imaginativa sobre la soledad y la incomprensión.
La protagonista no hace su inventario en vano, sino que sus apuntes
esconden pequeñas confesiones, con la esperanza de que Corinne las
entienda y no cometa los mismos errores que ella. En ocasiones,
cuando un tema duele demasiado para hablar con claridad, o cuando las
personas han recibido una educación rígida que reprime sus sentimientos, se recurre a una especie de subterfugio,
un comodín para comunicar ese dolor al otro sin lloriquear, sin hacerlo
evidente. La aparente ligereza de los apuntes sobre vestidos encarna
esa complicidad, ese lazo íntimo y exclusivo, como cuando una madre
aconseja a su hija adolescente, aún poco curtida en esos asuntos,
qué ponerse para una cita.
Es más fácil esperarte aquí porque París es un escenario que me vio despreocupada, un lugar donde puedo rebobinar la cinta o volver a grabarla. Y que parece ofrecer un montón de vidas de repuesto a todo el mundo.
Eleonora
no solo se dirige a su hija para inventariar sus vestidos. También le
cuenta cómo son sus días en París, esa ciudad que es otro símbolo
en sí misma. No es la primera vez que pasa una temporada allí;
conoció París en su juventud, y ahora la usa como refugio para
encontrarse a sí misma, para recuperarse, aunque todavía no sabe
cómo ni cuándo lo logrará. Se instala en un edificio donde conviven
personajes tan solitarios como extravagantes; un escaparate digno de
una tragicomedia. Y es que, a pesar del aire chic del libro, detrás de esa
voz que se pretende fuerte y elegante hay una mujer herida. Herida de amor,
de maternidad, de abandono, de madurez. Una mujer en una edad en la
que se le presupone un gran dominio de sí misma, de sus emociones, y
que sin embargo se siente más perdida que nunca. Ella no lo admite,
es demasiado terca para pedir ayuda, demasiado comedida para gritar, pero
entre líneas se intuyen las ilusiones truncadas, la desorientación
de esta paseante errabunda.
En el fondo un edificio es como un armario. Te sorprende continuamente.
Elvira Seminara |
Como
los vestidos, que después de estrenarlos ya no permanecen intactos
(se pierde un botón, se arrugan, se les rompe la cremallera o se les descose el dobladillo, se destiñen o deforman), los afectos asimismo se resienten. Entre madre e hija, entre un
matrimonio, entre dos amantes. Necesitan remiendos, parches que, si
bien no recuperan la primera versión, cumplen con su cometido: dar
otra vida, otra oportunidad. Y de eso va El
mapa de las prendas que amé,
de sanar heridas. Desempolvar los viejos vestidos para que la
siguiente generación los aproveche; y, en cuanto a la que se deshace
de ellos, para renovar el armario y respirar aire fresco en otro
lugar, porque a veces hace falta tirarlos para comenzar de cero. Esta novela de Elvira Seminara es una propuesta cuidada e ingeniosa, de una
sutileza y una inventiva extraordinarias, que sorprende por su despliegue
de metáforas, paralelismos y muchos detalles que enriquecen su particular inventario. Sí, los vestidos pueden conformar su propio
lenguaje, y esta es una buena muestra de ello.
Ya no necesitas un inventario, te lo he confesado todo. Lo que sigue es la vida.
Citas
en cursiva, por orden de aparición, de las páginas 188, 13, 96, 28,
149 y 107.
Como hija de una costurera creo entender lo de este libro y tiene muy buena pinta!
ResponderEliminar¡Te va a gustar mucho! Tiene esa sensibilidad femenina...
EliminarCreo que por ahora lo voy a dejar pasar pero no lo descarto para un futuro.
ResponderEliminarBesotes
Es muy breve y de lectura rápida. Si te animas, no te llevará mucho tiempo ;).
EliminarNo me hubiera fijado en este libro. No era un argumento que me llame mucho. Pero me has convencido. Creo que disfrutaría con esta lectura.
ResponderEliminarBesotes!!!
En mi opinión, ni el título en castellano (el original sería algo como "Atlas de los vestidos abandonados") ni la cubierta son los más acertados. Yo tampoco le habría prestado atención si no me lo hubieran recomendado expresamente. Creo que puede dar la impresión de ser una novela comercial ligerita, pero no va por ahí, es más interesante y creativa.
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