Edición:
Lumen, 2016 (trad. Aurora Echevarría)
Páginas:
1008
ISBN:
9788426403278
Precio:
24,90 € (e-book: 12,99 €)
Leído en versión original (A Little Life).
El
que avisa no es traidor. Muchos lectores creen que los mejores
halagos que puede recibir una obra literaria se podrían aplicar también a un
buen plato de comida: «una novela deliciosa», «exquisita», «apetecible», «la
devoré en una tarde». Bien, esta vez no. Este título ha llegado para
incomodarnos, para cuestionar los tópicos, para, incluso, hacernos sufrir (sí,
sufrir): Tan poca vida (2015), la
segunda publicación de la escritora de origen hawaiano Hanya Yanagihara (Los
Ángeles, 1974), no pretende ser ni deliciosa, ni exquisita, ni apetecible.
Tampoco se «devora», porque su extensión y su tono requieren una dedicación
prolongada. Tanto la autora como su agente pensaron que se vendería mal por
tratar un tema demasiado molesto, demasiado poco comercial. Contra todo pronóstico, se convirtió en un
fenómeno y resultó finalista del Man Booker Prize y el National Book Award. La
compararon con Donna Tartt y Jonathan Franzen (más acertado el parecido con
este último, por la ausencia de un misterio en la trama), pero Hanya
Yanagihara tiene su propia voz, que firma una
novela insólita, ambiciosa y sobrecogedora, de la que nadie sale
indemne.
La búsqueda de
identidad
En
las primeras páginas conocemos a cuatro amigos, entre la veintena y la treintena, que viven en Nueva
York. La novela los sigue hasta la madurez y narra la evolución de su amistad, además de sus historias personales, a lo largo de
toda la vida. Para empezar, JB, un temperamental aspirante a artista. Segundo, Malcolm, tranquilo,
un chico de familia acomodada algo falto de ambición. Tercero, Willem, el más atractivo
y el más dispuesto a ayudar, que desciende de inmigrantes nórdicos
y arrastra una trágica historia familiar, aunque la deja atrás para
convertirse en actor. Por último, Jude, el protagonista. Jude no arrastra una
trágica historia familiar porque nunca ha tenido familia. Huérfano,
traumatizado y lisiado, así es Jude, el débil, el taciturno, el que no
habla de su pasado y se autolesiona a escondidas. Se labra una gran carrera en
el mundo del derecho, pero eso no cambia nada de su esencia. En el primer
capítulo, se instala en un pequeño piso junto a Willem, su mejor amigo. Son
jóvenes, creen que algún día se asentarán…, pero qué caótico es todo.
Los
amigos se conocieron en la universidad y, al principio del libro, se encuentran
en esa fase de la juventud tardía en la que aspiran a concretar su identidad (profesional, sentimental, sexual). En
algunos de ellos se plantea la cuestión étnica, pero la novela no gira
alrededor de la integración de los negros; solo es un valor más, como la homosexualidad. Muchos tienen empleos, o como mínimo
aficiones, relacionados con el arte: JB trabaja en una revista de arte
posmoderno mientras sueña con convertirse él en el artista; Malcolm,
arquitecto, descubre el posmodernismo con entusiasmo —se hacen algunas reflexiones
sobre la capacidad de este movimiento para representar las tensiones
contemporáneas—; Willem hace sus pinitos en el teatro. Jude, en
cambio, se mueve entre leyes. Llama la atención que sea precisamente Jude quien
no tenga una vinculación tan evidente con el arte; la autora desmonta aquí el
tópico del hombre de letras atormentado al hacer que su personaje más frágil
trabaje en un sector de prestigio donde maneja mucho dinero («triunfar» no le
hace feliz).
Los entresijos de la
amistad masculina
Hace
un año, en mi aproximación a Un mal nombre (2012), de Elena Ferrante, escribí un subapartado titulado «Los
entresijos de la amistad femenina». No usé el calificativo «femenina» en vano,
tampoco lo hago esta vez con «masculina». En Tan poca vida, los protagonistas son ellos, los chicos, con sus
propias singularidades. La amistad que plantea Hanya Yanagihara no corresponde
a la camaradería emtre soldados de las obras bélicas, en situaciones límite,
sino que ahonda en la intimidad de los hombres
en un contexto urbano y doméstico (cotidiano, podríamos decir). La amistad
entendida como un intercambio: de afecto, de tiempo, de lealtad, de palabras.
La huella de las traiciones, y cómo se gestiona a lo largo de los años, cómo
influye en el responsable y el afectado. Existen muchos libros (y filmes) sobre
la amistad, sobre grandes compañeros de fatigas; lo que hace especial esta
novela es su incisión en el lado emocional, en esas emociones que los hombres
silencian más que las mujeres, y que aquí se despliegan de forma épica. Son el
motor de la historia, y la autora consigue que todo esto —la amistad masculina,
los sentimientos de los hombres— parezca nuevo y revelador y apasionante.
He
hablado de emociones silenciadas. En efecto, el silencio tiene un papel
trascendental: Jude no habla, no cuenta su pasado, no expresa su
dolor. No obstante, el dolor se ve, todos son conscientes de ello. Tan poca vida muestra una situación inusual
en literatura: cómo un personaje sabe que a su amigo le pasa algo y, aun así,
respeta que no quiera explicarlo, respeta su territorio a sabiendas de que la
moral dicta que debería pedir ayuda para solucionar esos problemas. Muestra
cómo alguien sabe que su amigo le miente, cómo ese amigo sabe que el otro no se
ha creído su mentira y, pese a todo, su relación prevalece, incluso se
engrandece por la complicidad. La amistad entendida como un
profundo respeto de la decisión del otro, aunque sea una decisión perjudicial
para sí mismo. Aceptar al otro tal como es hasta unas consecuencias fatales,
porque querer al otro, quererlo con sus sombras, importa más que cualquier otra
cosa. Hanya Yanagihara convierte en
palabras el silencio cómplice, lo desarrolla al detalle, lo expande hasta hacer
de él un motivo literario de primer nivel.
Las relaciones
afectivas sin etiquetas
En
nuestra cultura existe la creencia de que a partir de cierta edad, entre los
treinta y los cuarenta años, uno (o una) debe establecerse en pareja y, quizá,
tener descendencia. O al menos independizarse solo. Ahora bien, ¿qué ocurre con
quienes no siguen esta pauta? Y todavía más: ¿cómo viven aquellos para
los que su relación más importante se asienta sobre la amistad y no sobre el
amor romántico ni la familia? Una amistad, eso sí, de una cercanía abrumadora,
fruto de la convivencia, más compleja que la amistad entre quienes solo quedan en la calle. Se ve extraño que el vínculo más fuerte de alguien
sea la amistad, como si aún no hubiera madurado o fuera un irresponsable. Los
chicos de Tan poca vida, en concreto
Willem y Jude, ponen en entredicho este prejuicio: la suya es una relación que
rompe moldes, se transforma con los años, explora múltiples facetas y se caracteriza
por una profunda lealtad. Habría que idear una nueva palabra para definir esta
relación; no basta decir que supera los límites de la amistad: necesita un
término específico para abarcar la devoción, la complicidad, el amor, la
dependencia, el cuidado, la comprensión que se tienen los dos.
Hanya
Yanagihara reivindica el derecho de cada pareja (pareja de amigos, de enamorados, de amantes
o de lo que sea) a inventar una relación
a medida, a construir una historia en común según las necesidades y deseos de
cada par, sin dejarse llevar por la presión social, por lo que se cree que debería ser una relación. Esto
implica hablar del sexo, de cuándo se quiere tenerlo y cuándo no, de si en un
determinado momento apetecen más unos besos y caricias y ya. Implica,
también, admitir que en cada relación hay un elemento insatisfactorio, que integra
la naturaleza de su unión y no hay que obsesionarse con él, sino
aceptarlo, porque convierte la relación en única. El reto reside en dar con la
persona dispuesta a aceptar esos desperfectos y amar de forma incondicional. No
es fácil; en ocasiones no se consigue nunca. Los personajes experimentan relaciones
diversas —la ventaja de conocerlos a lo largo de las décadas— en las que se observan
muchas cosas: cómo cambia su rol en función de su compañero o compañera, a
cuánto renuncian, qué ganan por ello (si es que ganan). Pocos escritores han
narrado con tantísima minuciosidad la intimidad compartida.
El hundimiento frente al
progreso
Dolor,
dolor y dolor. Tan poca vida rebosa
dolor, en Jude, sobre todo en Jude, pero también (inevitable) en los que lo
rodean. Jude, un hombre brillante, triunfador en su profesión, con buenos
amigos, que no obstante no supera sus problemas. No solo no mejora, sino
que su deterioro (autoinfligido o no) aumenta por momentos. Una persona torturada, una persona que ha asumido que nunca será
como los demás, que nunca será «normal», lo que quiera que esto signifique.
Vive permanentemente con un sentimiento entre la autoinculpación (un rasgo propio de las víctimas) y el miedo a sufrir otra vez, a sufrir más. Pone en
entredicho el American Way of Life al
deconstruir la idea de superación personal con un antihéroe vulnerable en extremo. A la autora se le reprochan la
autocomplacencia en el sufrimiento, la recreación desmedida de situaciones mórbidas. Cierto,
se excede en intensidad, en tragedia. No para hasta hacerte llorar,
pero esto la hace única: una obra perturbadora, que duele porque nos obliga a mirar hacia donde querríamos
apartar la vista.
La
perspectiva del que intenta ayudar al enfermo tiene asimismo su relevancia.
Además de los amigos, están Andy y Harold, dos personajes muy interesantes. Todos
se adaptan a la lógica ilógica del
paciente, un paciente que no pide ayuda, que no espera curarse; tan solo va
dando tumbos como puede. La resignación, la impotencia, la frustración de los demás.
Se introduce un tema peliagudo: la expresión del amor como miedo, miedo a que
le ocurra algo a la persona querida. Es el amor de las personas que se
convierten en padres y, desde ese momento, nunca dejan de preocuparse por el
bienestar de sus hijos, a sabiendas de que, por mucha intranquilidad que
padezcan, su aflicción no garantizará que ellos estén a salvo. Para los allegados
de Jude, ese miedo se mezcla con la certeza terrible de que él no mira
por su bien. ¿Hasta qué punto es lícito entrometerse? ¿Hasta qué punto merece
la pena sufrir?
Hanya Yanagihara |
Y,
pese al dolor omnipresente, Hanya Yanagihara celebra los milagros de la vida: el amor, la amistad, el arte. Milagros con fecha de caducidad,
como todo en esta dimensión, pero milagros al fin y al cabo. Con una escritura
excepcional —un libro de esos que se subrayan, tanto por sus lúcidas reflexiones
como por la belleza feroz de algunos pasajes—, arrastra al lector hasta el lado
más íntimo del ser humano, un lado tan íntimo que descoloca. Porque no ofrece la cara amable. Porque rompe estereotipos. Porque obliga
a repensar muchos temas (amistad masculina, límites de las relaciones, tratamiento de la enfermedad). Tan poca vida es una novela sobre un personaje memorable y una
relación memorable; su punto fuerte está en los lazos más que en las
individualidades. No es perfecta, ya que, al igual que su protagonista, tiene
dolor (y páginas) en demasía. No, no es perfecta, pero es muy especial, y tiene
esa rara cualidad de conmover al lector con un planteamiento original, que aporta
una mirada inesperada sobre las
relaciones afectivas. Toda una experiencia, toda una sacudida. El que avisa no es traidor.
Vaya pedazo de reseña! Le tenía ganas y me dejas con más.
ResponderEliminarBesos
Es extraordinario. Sé que la extensión da pereza, que el tema cuesta..., pero sacude como muy pocos lo hacen. De lo mejor de la rentrée. Y del año.
EliminarEste libro no es para mi, lo dejo pasar.
ResponderEliminarSaludos
Quizá más adelante, en otro momento... :)
EliminarYa tenía fichadito este libro y después de leer tu reseñón, más segura estoy de que voy a leerlo.
ResponderEliminarBesotes!!!
Y no te arrepentirás. Estoy segura de que dará que hablar (ya lo está haciendo, de hecho).
EliminarEspero leerlo pronto, aunque he visto comentarios bien negativos también
ResponderEliminarSí, y en parte los entiendo. Es un libro que provoca amor u odio. Tanta intensidad, tanta recreación en el dolor, provoca reacciones desde el estómago. Lo que me parece indiscutible es la calidad de la narración de Yanagihara, realmente excepcional.
EliminarGran reseña, enorme novela!
ResponderEliminarMe alegro de que coincidamos. Una gran novela, desde luego.
EliminarMe llego hace un par de días y tengo ansia de ponerme ya con él. Gran reseña. Un beso.
ResponderEliminarEspero que lo disfrutes. Ya me contarás.
EliminarA mí todo lo que se dice de este libro me está dando ganas de leerlo. Quiero historias que profundicen en los personajes y me hagan sentir, y si lloro, mejor.
ResponderEliminarLo único, y lo digo a riesgo de parecer repetitiva (creo que lo he comentado en casi todas las reseñas de este libro), es que la portada no me gusta nada porque me recuerda a una revista de modelos o un anuncio de moda o algo así jaja
Besos.
Por lo que cuentas, creo que la disfrutarás mucho. Es intensa, y profundidad en personajes y relaciones no le falta.
EliminarLa cubierta es muy de amor/odio. La primera vez que la vi, en la edición estadounidense, tampoco me convenció, pero ahora la tengo tan vista que hasta me gusta. Me parece una imagen con mucha personalidad, que se te queda grabada. No muestra una expresión "agradable", pero el libro tampoco, así que ya va bien.
hola, no se si llegarás a leerme, primero decir que la novela con sus defectos es una de las novelas que más me ha conmovido y me ha parecido maravillosa como tu crítica.
Eliminarlo segundo es la portada, que es la misma en la edición española que la americana, no es ni mucho menos una imagen de dolor. Es una foto de una serie sobre el amor y la lujuría del fotografo Peter Hujar y cuyo título es orgasmatic man......porque tal vez el dolor de jude es narcisista (esto lo he sacado de una critica del el periodico) saludos
Uno de los libros de mi vida. Toca el alma y duele. Pero jamás había llorado con una sonrisa en la boca como lo hice con el final de este libro. Ojalá no sea la única. Maravilloso.
ResponderEliminarMenudo final, ¿eh? A mí también me conmovió. Además de Jude y Willem, me parece especialmente emocionante todo lo que rodea a Harold y su relación con Jude. En la reseña no he querido entrar en detalles para no dar demasiadas pistas, pero lo considero uno de los grandes aciertos de la novela. También Andy, menudo papelón el suyo.
EliminarEs complicado hablar de la novela sin desvelar nada de la trama, pero es realmente emocionante las relaciones entre los personajes, especialmente la de Willem y Jude conforme los acontecimientos se suceden (o se descubren). Hace una semana que terminé el libro y tengo que reconocer que todas las noches me he acordado de Jude, de Willem, de JB, de Malcom, de Harold,...
EliminarEs una de esas pocas novelas que consiguen crear personajes verdaderamente memorables. Jude se queda conmigo.
EliminarHe leído ya varias reseñas muy positivas y mentiría si no dijera que me llama la atención y mucho. Por desgracia ahora mismo ando cortísima de tiempo y no sé cuándo podría leerla, pero tarde o temprano lo haré. Un saludo.
ResponderEliminarLo puedes dejar para más adelante, para las vacaciones de Navidad, por ejemplo. Los libros nunca tienen prisa :).
EliminarTenía muchas dudas con respecto a este libro, porque había leído varias opiniones negativas. Las principales quejas eran el exceso de tragedia, que apuntas en la reseña, y la errónea representación de amistad masculina.
ResponderEliminarEl primer punto es el que más me preocupaba, pero me has quitado el miedo. Creo que es importante saberlo, para enfrentarse al libro teniendo en cuenta que va a ser duro.
En cuanto al segundo punto, me parece más incomprensión/intransigencia que otra cosa... Lo que no es común y universalmente aceptado parece que molesta, y sin haber leído el libro, me atrevo a decir que la amistad entre hombres no se ha tratado en numerosas ocasiones de la manera en que lo hace la autora. Tiene pinta de ser un drama en toda regla y ya sabemos que normalmente éstos se asocian a mujeres o a relaciones hombre/mujer. Bien por Yanagihara por atreverse a romper moldes y a huir de tópicos!
Me has dejado con muchas ganas de leerlo, pero puede que lo deje para el próximo año, para cogerlo con fuerzas:)
Lo has explicado perfectamente. Las críticas por exceso de tragedia las entiendo: por momentos Jude parece un personaje al que le pasa todo lo malo que le puede ocurrir a una persona. Aunque también entiendo a la autora: en entrevistas explica que quería oponerse a los mensajes de superación personal, tan típicos de la cultura estadounidense, con un personaje que no mejorara nunca. Y vaya si lo consigue. El hecho de ser un libro dramático no me parece un defecto. Las primeras personas que me hablaron de él me dijeron que lloraron a lágrima viva, pero como una sensación liberadora, no por simple lástima. Pocos libros consiguen hacernos sentir así...
EliminarLo de la amistad masculina, sí, la forma de abordarla no es la más habitual. Para mí es un punto a su favor, que muestre la fragilidad de los hombres, que rompa etiquetas... En fin, tengo muchas ganas de saber qué te parece :).
Lo he leído integramente, lirearariamente no aporta mada, absolutamente nada,ña construcción de sus personajes, aunque realmente se fundamenta en uno, Jude,es lo más pasable. Antes de leerla sabía que me enfrentaba a un producto de mercadotecnia. Jamás será una pequeña joya literaria, le faltan muchos recursos, y le sobran otros. Mediocre, mediocre.
EliminarPufff no sé, lo tengo cargado en el ebook y lo he empezado y a las pocas páginas empieza a dar explicaciones y un montón de personajes... Lo dejo para más adelante pero me parece que se le ha dado mucho bombo y platillo...
ResponderEliminarEn la primera parte es cierto que presenta a varios personajes, pero luego ya se va centrando en la historia de Jude. Te animo a darle una oportunidad; es bueno.
EliminarEl domingo terminé de leerlo y no puedo dejar de pensar en él, sin duda es uno de los mejores libros que he leído este año y sus personajes,vivirán en mi durante mucho tiempo. Buenísima reseña, un beso.
ResponderEliminarEs un libro muy, muy especial, con personajes memorables... Me alegro de que estemos de acuerdo.
EliminarCreo que compararla con Franzen es insultar a Franzen. Me sobran muchos, muchos cortes y muchas más cosas.
ResponderEliminarAsí es Unkanow...
EliminarLo deje pasar por reseñas tan disparadas, lo son de polo a polo o malo o bueno, pero tu reseña me dice mucho (los 4 o 5 títulos de los que me voy haciendo con tus reseñas, no me han decepcionado en nada, así que sí, vendra a casa como autoregalo cumpleañero.) Muchos razonamientos es en cuanto a desbordar dolor y tragedia, y también en cuanto a construcción de los personajes (buenos, guapos o malos, malos, de nuevo polarizado el asunto).
ResponderEliminarPuede que eso despiste o encarrile al lector como buscando llegar a la salida, y se pierda eso que la escritora quiere tocar, mostrar, sin que lo rehuyan. Saludos de nuevo y los mejores deseos por las fechas venideras dicho sea de paso.
Acabo de ganarlo en el sorteo del blog de Marina Córdoba. Después de leer tu estupenda reseña me han entrado unas ganas locas de leerlo.
ResponderEliminarSaludos
La acabo de terminar. Creo que aciertas en todo. Tu reseña es perfecta, no te dejas más en el tintero. Quizás discrepo algo del apartado de "Los entresijos de la amistad masculina" pues creo que la relación de estos chicos-hombres no es común, es muy particular. Pero en todo lo demás creo que das en el centro de la diana. En especial, coincido contigo MUY LARGA.
EliminarUn beso
hola, estoy terminndo de leer esta novela, creo que una lectura no apta para todos y muy lejos del estereotipo de esa gente que busca bestsellers. Una novela muy densa y a veces relantizada por todo aquello que la escritora quiere y yo creo que consigue mostrarnos tanto en su crudeza como su hermosura. Son 1000 paginas para disfrutar , para reconocer la la improbable belleza del dolor y la ambiguedad de la amistad confundida con el amor. Si algo queda claro es quien consiga leer este tocho jamás se olvidará de jude y Willen. Para lectores como leí por ahí que gusten de Donna Tart o de Jhonatan Frazen pero con una dosis de dureza implacable a pesar de la ausencia de lo obsceno. Y contrario a otras opiniones, yo no considero que sea larga, considero que tiene la extensión justa para comprender todo aquello que nos quería contar la autora. Gracias por la reseña.
ResponderEliminarEmprenderé en la aventura! Tartt y Franzen me gustaron. Veremos 🙏🏻
EliminarElijo este porque tú reseña lo hace interesante. Empezaré en breve y te cuento que me parece.
ResponderEliminarMuy buena elección. Fue una de mis mejores lecturas del año pasado. Espero que te guste.
EliminarComencé a leerlo al poco de su publicación y lo dejé espantada cuando empecé a entender la dureza de la historia. Ahora, sabiendo a lo que me enfrento he vuelto a ella y me ha parecido una novela muy interesante. Dura, durísima, yo soy madre y he tenido que ponerme una coraza para leer partes que me hubieran resultado insoportables, pero no creo que sobre ninguna de ellas y me gusta la manera en que la autora las va desvelando poco a poco, a medida que es importante conocerlas para entender la historia. Lo que más me ha gustado es acompañar a los personajes a lo largo del tiempo; constatar como, a pesar del crecimiento personal, todos seguimos siendo los mismos, adultos por fuera y niños por dentro. Y sobre todo me parece una novela sobre el amor, en sus muy diferentes manifestaciones. El amor incondicional, a pesar de la incomprensión o el rechazo, a pesar del tiempo. El amor como salvación y como exposición al otro. Ha sido larga y me ha emocionado mucho, la he terminado con una mezcla de pena y alivio. De lo que estoy segura es de lo mucho que me van a acompañar sus personajes durante un tiempo
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo con tu conclusión, se termina con pena y alivio!
EliminarEnhorabuena por la reseña!
ResponderEliminarPara los que estáis planteándoos leer este libro, basándome en mi propia experiencia, os diría que es una lectura MUY dura en algunos puntos...
Y, por supuesto, os prevendría de que esta sensación no acaba al cerrarlo.
El personaje de Jude te atrapa de una manera obscena, te resultará difícil no acordarte de él constantemente (sobre todo de las cosas desagradables).
Supongo que a cada persona una historia puede afectarle en mayor o menor grado, pero leí la siguiente crítica y me parece de lo más acertada:
“Yanagihara’s novel can also drive you mad, consume you and take over your life.” The New Yorker
Y si... Te vuelve un poco ‘loco', te consume y, desde luego, 'toma el control de tu vida' porque no podrás sacarte de la cabeza ciertas escenas ni serás capaz de dejar en ‘stand by’ la vida de algunos de estos personajes.
Personalmente, he llegado a sentir ansiedad mientras leía determinados pasajes… Pero luego, dentro de la historia, hay situaciones, momentos y sentimientos TAN BONITOS!
Pienso que la Autora, desde el comienzo del libro nos va preparando mentalmente para los acontecimientos que irán teniendo lugar… Muy sutilmente, pero algo dentro de ti te dice cómo van a ir sucediendo las cosas…
Me siento un privilegiado por haber conocido, disfrutado y sufrido este libro.
Tan parecida la experiencia de leerlo!
EliminarMe lo regaló mi hijo para la navidad de 2016. Estuve a punto de cambiarlo. Agradezco no haberlo hecho. No podía parar. Meterme junto con la autora en la cabeza de esos hombres, y sus derroteros. Tremendo. Trágico. Mágico. Sanador. Soy lectora apasionada desde los 7 años y tengo 57. Soy bibliotecaria y estoy rodeada de todo tipo de historias. Pero la historia de amor de este libro, es de las que no se olvidan. No paro de prestarlo! Extraño a esos cuatro jóvenes.
ResponderEliminarLo lei hace tiempo y es un libro que me ha marcado mucho. Me he enfrascado tanto en la historia y he sentido tanta complicidad con los personajes que al terminar de leerlo me quedó un vacio dificil de llenar, me gustaría encontrar más libros asi.
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