Edición:
Minúscula, 2015 (trad. Palmira Feixas)
Páginas:
174
ISBN:
9788494353963
Precio:
16,50 €
Hay
libros que parecen estar escritos desde las entrañas, desde una concepción
profunda de la intimidad. Libros que pueden comprender muchos lugares,
personajes y acciones, pero que al leerlos uno tiene la sensación de no haberse
movido de ese espacio privado, de la vida interior, de lo esencial, que se
edifica como el verdadero universo de la obra. La francesa Leonor de Recondo
(1976), violinista y autora de cuatro novelas, sabe crear estos espacios de
intimidad, que son más una evocación sutil de emociones, del estado interior de
uno o varios personajes, que una trama propiamente dicha. Sueños olvidados (2012), su segundo libro, se inspira en las
vivencias de sus antepasados: exiliados
de la guerra civil española que se instalaron en el sur de Francia, primero en
casa de una amiga en Hendaya y más tarde en una granja de las Landas. La obra,
que sigue los pasos de una familia vasca acomodada —se llama a los padres Aita
y Ama, papá y mamá—, comienza en 1936, cuando todos abandonan Irún, y termina
en 1949; más de una década en la que los niños han crecido como franceses y los
adultos han aprendido a resignarse.
El
libro se compone de fragmentos muy breves, de apenas una o dos páginas, escritos
en presente, un rasgo que acrecienta la impresión de inmediatez, de leer cada
pasaje como un latido. Se alterna la narración en tercera persona centrada en
los distintos miembros de la familia con un diario escrito por Ama, en el que
vuelca sus temores, sus preguntas sin respuesta por el sinsentido que está
viviendo —la misma estructura que Pietra
viva (2013), su tercera publicación, cambiando el diario por las cartas—. La
historia avanza con mucha fluidez, sin que los dos registros se solapen. El
estilo exige una lectura más cercana a la de la poesía que a la de
la novela: íntimo, sobrio, de frases cortas y elegantes, que fluye como una cadencia —buena parte del mérito lo
tiene la excelente traducción de Palmira Feixas—. Adopta un tono nostálgico y amable, con un léxico en el que abundan palabras sobre las emociones, que por
momentos «endulzan» más de la cuenta (se repiten bastante términos como
«alma» o «corazón», por ejemplo) —en este sentido, hay que decir que se nota
una evolución en Pietra viva, más
comedida e ingeniosa en su proyección—. En cualquier caso, De Recondo tiene un
pulso feroz para marcar el ritmo, por lo que subyuga al lector desde las
primeras líneas y de ahí ya no lo suelta hasta el final.
Como
en sus otras novelas, De Recondo se centra en una situación histórica concreta.
No obstante, considerar Sueños olvidados
un libro sobre el exilio de
españoles no sería del todo exacto, puesto que más bien se trata de una
evocación, una semblanza de cómo una familia se acostumbra a vivir en una
tierra extranjera; de modo que, a pesar de la importancia del contexto, es
posible reconocer en el tema experiencias que van más allá de este marco
delimitado. De hecho, el planteamiento guarda similitudes con Pietra viva, en la que se traslada al
Renacimiento para seguir los pasos de un Michelangelo Buonarroti melancólico y
perdido: los personajes atraviesan fases de extrañamiento, de búsqueda de sí mismos después de sufrir una
pérdida. Sueños olvidados muestra
la degradación que el matrimonio padece por la guerra: la transición de tener
una posición estable, respetada —se mencionan las joyas preciosas de Ama—, a verse obligado a huir con lo puesto y a depender de la
bondad de los demás para encontrar trabajo y cobijo. Lo que parecía seguro deja
de serlo, y nadie puede comprender el porqué. Se percibe la frustración, la
inseguridad, el miedo.
Leonor de Recondo |
A
medida que la familia se asienta en Francia, se va viendo el proceso de adaptación a otro lugar (de la ciudad a
la granja) y a otra cultura (los niños comienzan a comunicarse en una lengua diferente a la de sus padres). No solo se adaptan a su nuevo hábitat, sino que
pasan de verlo como una estancia temporal, hasta que amaine el temporal en
España, a asumir que su vida ahora está en Francia, que quizá no volverán jamás.
A lo largo de esta experiencia, resulta subrayable que la autora vincule cada
personaje a un arte, como si la práctica de ese arte se convirtiera en su
refugio, su zona de confort ante la adversidad: el padre es artesano, antes
dirigía una fábrica de artesanía y ahora retoma la actividad para sí mismo; el
hijo pequeño dibuja; la madre escribe en su diario, aunque nunca antes había
escrito, el diario deviene el símbolo de la fatalidad de la familia y a la vez
de todo aquello que los ha unido, del amor, el dolor, el sacrificio para salir
adelante. De esto va Sueños olvidados:
de una familia que sufre un infortunio y se recompone poco a poco, aferrándose
al apego por los suyos y a los espacios propios que cada personaje encuentra
para sí mismo. Y si esto se cuenta con la voz pulcra de esta autora, la turbación, el desasosiego y la ternura
están asegurados.
Hola
ResponderEliminarNo conocía a la autora, ni, por supuesto, el libro, pero que me he sentido atraído profundamente, por como la describes, y por lo que describes, de alguna forma mi familia tiene un paralelo con la escritora, puesto que mi abuela y toda su familia -mi padre-, huyendo de Gernika, estuvieron viviendo en Francia muchos años después de acabar la guerra civil, -en Oloron concretamente-, y de alguna forma esas cosas que cuentas, sin parecerse -cada persona tiene su historia-, me resultan vaga y cercanamente familiares
gracias la buscaré sin lugar a dudas
Oh, pues con esta historia detrás estoy segura de que todavía lo disfrutarás más. Está escrita con mucho cariño.
EliminarDe nuevo me presentas a la autora y este libro. Y de nuevo me tientas muchísimo. Si es que es imposible resistirse a tus reseñas.
ResponderEliminarBesotes!!!
Me parece una autora interesante, pienso seguirle la pista. De momento, Minúscula tiene previsto traducir también su último libro, "Amours", que ganó unos cuantos premios en Francia y parece su obra más importante hasta el momento.
Eliminar¡Mil gracias por la lectura!
ResponderEliminarP.
De nada. Y enhorabuena por la traducción.
EliminarPor supuesto que va a mi lista de pendientes, y, aunque tarde mucho en llegar a leerlo, pienso empezar a recomendarlo desde ya, porque va a ayudar a aquellos que no han salido (casi) nunca de su tierra a entender por qué yo, que estoy fuera, siento la necesidad de ayudar a sirios y afganos.
ResponderEliminarMientras escribía la reseña me acordé de ti :). Aparte de por su valor literario, estas historias me parecen muy interesantes porque se pueden relacionar con la actualidad y nos ayudan a no olvidar que en el pasado los refugiados fueron los nuestros.
EliminarYo tampoco la conocía pero me gusta lo que cuentas.
ResponderEliminarEl exilio, qué duro es en cualquier circunstancia de la vida!
Besos
Desde luego. Y aquí está tan bien contado, con tanta elegancia y precisión... Me ha gustado mucho la forma de escribir de la autora.
EliminarUna autora nueva, qué bien! He visto que has reseñado otro libro suyo, me pasaré a leer qué te ha parecido.
ResponderEliminarÉste me lo llevo ya apuntado, me cuesta resistirme a estas novelas tan cortitas:)
Creo que en el futuro se hablará más de ella. Su última novela, "Amours", que también se publicará en castellano, ha ganado varios premios, entre ellos el de los libreros franceses, que suelen acertar. Parece que De Recondo está en ascenso, y esto es buena señal.
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