Edición:
Seix
Barral Booket, 2014 (trad. César Palma Hunt)
Páginas: 112
ISBN: 9788432222702
Precio: 6,95
€ (e-book: 5,99 €)
Entre madre e hijos no acontece progreso, no se desarrolla civilización: las palabras siempre serán pocas, raras, conservadas. No reemplazan nada, ni los golpes ni las caricias.
En
1989, un entonces desconocido Erri De Luca (Nápoles, 1950) irrumpió con fuerza en las
letras italianas con Aquí no, ahora no,
una evocación de su niñez. De formación autodidacta, el autor había desempeñado trabajos de albañil, conductor y operario de fábrica, además de participar de forma
activa en movimientos de extrema izquierda; no era, desde luego, el perfil
habitual de un escritor. Con los años, sin embargo, ese autor tan ajeno al mundo
intelectual se ha convertido en una de las voces más importantes de nuestro tiempo,
con una larga lista de publicaciones a sus espaldas que mantienen con
coherencia encomiable su proyecto de unir literatura y vida. Y todo eso ya
estaba ahí, en su debut, que tal vez no sea, desde la distancia, su novela más
lograda, pero sin duda es la semilla de piezas tan espléndidas como Tú, mío (1998), El día antes de la felicidad (2009) o Los peces no cierran los ojos (2011).
Erri
De Luca nunca ha ocultado la naturaleza autobiográfica de su obra. En primera persona, sin indicar el nombre del narrador, la mayoría recrea
su infancia en la Nápoles de posguerra (la ciudad es un personaje más, al igual que –con un estilo muy distinto– para su compatriota Elena Ferrante): «La infancia podía durar eternamente, no me habría cansado nunca de
ella» (p. 50), reflexiona en Aquí, no,
ahora no, una frase que podría aplicarse al conjunto de su producción. Este
libro toma como punto de partida la fotografía de la madre, que suscita los
recuerdos del hombre. Es una de sus obras, a propósito, en las que más destaca la
figura de la madre (en otras, de hecho, apenas se habla de ella; tienen como
referente del protagonista a un mentor, que puede ser desde un conserje a un
pescador que le enseña el oficio). El título alude a la reprimenda cariñosa de
la madre a sus hijos: «Me miras con el gesto severo en el que permanece el
eterno reproche que nos hacías de niños: aquí no, ahora no» (p. 47).
Erri De Luca |
¿Y
qué cuenta Erri De Luca sobre su niñez? Más que una historia lineal, la
novela se compone de estampas, fragmentos a modo de remembranzas:
«Hablar es recorrer un hilo. Escribir, en cambio, es poseerlo, devanarlo» (p.
27). La pobreza de sus primeros años de vida, la familia que prosperó más
adelante, el cambio de vivienda, la relación con los padres, los altibajos en los
estudios, su carácter calmado, los errores; la pérdida, en definitiva, de la inocencia.
Aun así, como siempre que se habla de buena literatura, los temas son lo de
menos; es el «cómo» lo que importa: su sensibilidad, su estilo
poético, depurado y preciso («menos es más» bien podría ser su máxima), su hondura, su sabiduría sobre las pequeñas
cosas. Cuando uno ya ha leído unas cuantas novelas de este autor, se da cuenta
de que Erri De Luca escribe una y otra vez el mismo libro. Esto no es una
crítica, sino un elogio, por cuanto tiene la capacidad de exprimir sus memorias
y contarlas con palabras nuevas (tiernas, conmovedoras, delicadas) en cada texto.
Una exploración de la intimidad que, a través de su voz, trasciende el recuerdo
personal y nos atañe a todos, se convierte en gran literatura. Aquí no, ahora no es un buen libro de un
escritor inmenso.
Cita
inicial de la página 40.
Me lo apunto :)
ResponderEliminarDe él me gustó mucho La natura expuesta, que me recordó un poco a las 8 montañas y a la sonrisa etrusca. :)
Yo todavía tengo pendiente "La natura expuesta". De ese estilo, sobre naturaleza, Erri De Luca tiene también "El peso de la mariposa", que me parece una fábula preciosa.
EliminarMuy buen escritor aunque a veces me resulta demasiado lírico, algo cursi. Los diálogos entre il ragazzo
ResponderEliminar( Smilzo ) y la ragazza Anna en " Il giorno prima della felicità " son de una cursilería apabullante e irreal (los amantes no se hablan así) y destrozan lo que por otra parte es un magnífico relato.