Edición: Siruela, 2013 (trad. Carlos Gumpert)
Páginas: 218
ISBN: 9788415723950
Precio: 21,95 € (e-book: 9,99 €)
Leído en
versión original (Il senso dell’elefante,
Guanda, 2012).
Después
de disfrutar Actos obscenos en lugar privado
(2015; Salamandra, 2018) –una novela excelente sobre la educación sentimental
de un hombre en el último tercio del siglo XX, con un rico sustrato de la mejor
tradición cultural francesa y norteamericana–, me interesé por el resto de la
obra de Marco Missiroli (Rimini, 1981), que, aunque tenga la edad en
la que muchos comienzan, ya ha publicado seis novelas y tres libros de relatos. Con su título más reciente, Fedeltà
(2019), aún no traducido, se ha incorporado al catálogo de la prestigiosa
editorial Einaudi y se ha confirmado como uno de los escritores italianos más
relevantes de su generación. Pero no quiero adelantarme. Hoy le toca el turno a
El destino del elefante (2012;
Siruela, 2013), la novela que precede a la maravillosa Actos obscenos. Sin ser tan madura, se trata de
una buena historia, fluida y precisa, que aborda algunos de sus motivos recurrentes, como la
indagación en la psique masculina, la paternidad y las relaciones sentimentales.
A
diferencia de Actos obscenos, en la
que la introspección del narrador resulta fundamental para narrar su formación,
El destino del elefante es una novela
de naturaleza más coral, que recrea un vecindario del Milán contemporáneo. Está
escrita en tercera persona, lo que permite desplazar el encuadre de un
personaje a otro. El principal, Pietro, es un exsacerdote maduro de Rimini,
que se instala en Milán para ocuparse de la portería. Tras colgar los
hábitos, comienza una nueva etapa, y enseguida se gana la confianza de los
vecinos, entre los que se encuentran un abogado que parece saberlo todo de todos, y
la viuda Paola, que cuida de su hijo Fernando, discapacitado. No
obstante, es otro vecino quien despierta la curiosidad del portero: el
doctor Martini, casado y padre de una niña. Pietro entra a escondidas en su
piso y sigue sus movimientos. No tarda en darse cuenta de que el matrimonio está
en crisis y el médico vive entregado a su trabajo. Pietro, que no ha perdido esa
cualidad del sacerdocio de saber escuchar al prójimo, intentará acercarse a él.
La
obsesión por el médico no es el único secreto de Pietro. Fuera del vecindario,
tiene a una amiga, Anita, una mujer que regenta una tienda de ropa: tras tantos
años en la Iglesia, ella le aconseja de qué colores vestir; una asociación bien
encontrada. Anita no solo lo ayuda en lo relativo a la ropa; conoce lo que
inquieta a Pietro, se convierte en su apoyo en esta fase que empieza, quizá incluso en
algo más. Por otro lado, en la narración se intercalan fragmentos del pasado
sobre una chica, apodada la «bruja», que se confiesa a un joven Pietro vestido
con hábito. Poco a poco, los hilos de la historia convergen y las piezas del
rompecabezas encajan. Tal vez peca de previsible, pero no importa, porque lo cuenta
bien y sin trampas. El autor va dando pistas al lector, de tal manera que el
«misterio», si se puede denominar así, no está tanto en lo que oculta Pietro
(se desvela pronto, sin enredar más de la cuenta) como en la forma en que
logrará cerrar ese conflicto. Ah, y en lo que vivirá mientras tanto.
Marco Missiroli |
El
título toma la idea del elefante como animal
protector, que cuida no solo de sus hijos, sino de los de los demás,
aunque no compartan lazos de sangre. Pietro, en calidad de portero, se preocupa
por todos los vecinos; el doctor, además de por la familia, se desvive
por sus pacientes; hasta el abogado, tan atento, es una suerte de patriarca
para la comunidad. Por El destino del
elefante desfilan personajes solitarios, desamparados, peculiares, enfermos;
personajes, en fin, en busca de una segunda oportunidad, de una pertenencia que hallan en el vecindario. Este libro celebra la
amistad, la solidaridad, la imperfección que nos hace únicos, el buen humor. Es un
libro sobre la posibilidad de cambiar, de empezar de cero; conmovedor y agradable.
Al fin y al cabo, todos llevamos a un vecino rarito
dentro.
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