Edición:
Maresia, 2016 (trad. Mercedes Vaquero Granados)
Páginas:
111
ISBN:
9788494605406
Precio:
15,00 € (e-book: 4,99 €)
—¿Qué ves aquí?—¿Fotos y textos?—No, Ratón, soledad, tío, soledad. Encontré algunas cosas más solitarias aún que yo.
En
la soledad de los hoteles pueden
surgir amistades con gente inesperada, personas con quien de otro modo uno
jamás se relacionaría, que aniquilan los prejuicios y dejan su huella. Renê, el protagonista de Las
fantasías electivas (2014), trabaja como recepcionista de hotel en una
ciudad turística de Brasil. Ha llevado una existencia turbulenta
(matrimonio tormentoso, separación dolorosa, familia que no le deja ver a su
hijo), y trata de rehacer su vida cuando se cruza en su camino nocturno Copi,
«travesti esbelta, bonita, bien vestida e inteligente» (p. 40), que le trae el book para sus ofrecer servicios, como tantas
chicas. El encuentro de Renê con Copi, no obstante, no quedará en una mera
anécdota: Renê tendrá la oportunidad de conocerla más, de saber quién se
esconde bajo esa descripción superficial. Sí, incluso en un lugar tan
impersonal como un hotel se puede llegar al fondo de alguien. El escritor
brasileño Carlos Henrique Schroeder (1975) lo comprobó de primera mano, ya que trabajó
en uno para costearse sus estudios. En esta novela rinde homenaje a Raúl Damonte (1939-1987), alias Copi, escritor, dramaturgo, historietista y actor argentino.
Hay
poca literatura que indague en la figura
del travesti, y esto de entrada otorga un punto a Las fantasías electivas. En la cultura popular abundan las
representaciones estereotipadas, que a menudo generan desconocimiento, cuando
no desprecio. El interés de esta obra reside, para empezar, en el hecho de
mostrar la evolución en la perspectiva que Renê tiene de Copi, del prejuicio a
la comprensión, de la indiferencia al cariño, la empatía. Copi se gana el pan como
prostituta, se expresa con descaro y utiliza un lenguaje vulgar, pero eso es
solo una parte de ella, la más visible, la fácil de juzgar. Basta escarbar un
poco para descubrir a alguien diferente: una persona culta, periodista de
profesión y amante de las letras, que decidió que todo aquello —la estabilidad,
el empleo en el periódico, los días sin riesgo— saltara por los aires para
convertirse en quien de verdad quería ser, Copi, señora de la noche brasileña,
que en su habitación lee y escribe con avidez, siempre observadora, siempre
exigente consigo misma. En Copi, la ligereza convive con una
sensibilidad singular. Y tiene algo en común con Renê: los dos saben lo que
significa comenzar de cero,
reconstruir su identidad cuando el entorno anterior se ha vuelto hostil.
El
libro tiene una estructura fragmentaria,
que, más que narrar una historia al uso, evoca escenas de Renê y Copi, esos dos
solitarios que se encuentran en un momento crucial para ambos («una ciudad de
reinicios, mucha gente venía a la ciudad a sepultar su pasado, como Renê, como
Copi», p. 36). La voz, elusiva, precisa y sutil, sugiere, insinúa, deja que el lector mire por las rendijas sin abrirle la ventana. En la segunda parte, titulada «La
soledad de las cosas», la narración se interrumpe para recopilar fotografías y
textos, obra de Copi, que muestran su peculiar concepción del arte. Son fotografías
de objetos y lugares comunes, sin ningún efecto visual —una pizza, el bar del
hotel, una papelera, un porro—, acompañadas de unas frases en las que, con
una imaginación encomiable, retrata la soledad, la marginación de estos
elementos. No es difícil adivinar que Copi se siente así; la literatura,
inseparable de la imagen para ella, se convierte en un medio con el que dar
rienda suelta a lo que se guarda dentro, un medio para intentar comprenderse,
comprender y, con suerte, ser comprendida.
Carlos Henrique Schroeder |
Tal
vez Las fantasías electivas sea
sobre todo eso, un intento de comprender a través de la literatura, una
literatura íntima, cómplice, cercana a la poesía. Un intento de comprender
a Copi, valiente, intensa, sorprendente; pero también a todo aquel
que tenga un encaje difícil en la sociedad. Como novela, quizá resulte demasiado
modesta, demasiado sobria; podría haber desarrollado mejor a Renê
y ahondar más en el mundo de Copi, «una golfa que ya
nació melancólica, alguien a quien le gusta la soledad, el silencio, la
reflexión» (p. 105). Uno se queda con la sensación de que, en general, se podría
haber robustecido. Aun así, plantea ideas interesantes —como la unión de lo
banal y lo profundo, que coexisten en el personaje de Copi y en su arte, o la literatura como expurgación de la
soledad—, experimenta con los recursos formales y, por último, la templanza
de su escritura logra suscitar una extraña tristeza. Como el recepcionista, el lector también se queda con un pequeño poso de Copi.
Cita
inicial (en cursiva) de la página 67.
Hay un par de cosas que me llaman la atención, pero no me acaba de atraer del todo, así que éste lo dejo pasar:)
ResponderEliminarDe esta editorial, creo que te puede gustar "Este es un libro sobre amor", de Paula Gicovate. Una voz muy íntima, a la que quiero seguir de cerca.
EliminarSí, lo tengo apuntado:) Este año has leído varios libros de autores brasileños, ¿que opinión tienes por ahora de su literatura o es muy pronto para hacer una valoración general?
EliminarTodavía estoy verde. La única autora brasileña fundamental que he leído es Clarice Lispector. De las jóvenes, tanto Paula Gicovate como Luisa Geisler prometen.
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