Edición:
Malpaso, 2016 (trad. Julia Osuna)
Páginas:
336
ISBN:
9788416665297
Precio:
22,00 € (e-book: 7,99 €)
Leído en
versión original (The High Mountains of
Portugal).
El escritor canadiense Yann Martel (1963) logró
un éxito apabullante en 2001 con su novela Vida
de Pi, que fue galardonada con el Man Booker Prize y vendió millones de
ejemplares en todo el mundo. En 2012 se estrenó su adaptación al cine, dirigida por Ang Lee, que también obtuvo una excelente acogida. Esta obra tuvo la
poco frecuente virtud de conseguir el reconocimiento de la crítica y el
entusiasmo de los lectores. Posteriormente,
el autor publicó Beatriz y Virgilio
(2010), que pasó más desapercibida. Con su último trabajo, Las altas montañas de Portugal (2016), el autor retoma
un proyecto pendiente, ya que, antes de empezar Vida de Pi, pensaba escribir una novela ambientada en
Portugal (un viaje a la India cambió sus planes). Se trata de una alegoría de tintes religiosos, dividida en tres
fábulas interrelacionadas, que explora la
fe, la soledad, la pérdida y el camino espiritual.
Como en su libro más aclamado, un lugar y un
animal (entonces la India y un tigre) tienen un peso crucial: por un lado, el chimpancé, un animal
con quien el ser humano comparte gran parte del genoma, que aquí aparece tanto
como un personaje más como a modo de símbolo, en representación de la conciencia
que el ser humano tiene de sí mismo; por el otro, Portugal, de donde proviene
el término «saudade», que carece de
una traducción exacta al castellano y puede interpretarse como un sentimiento
de añoranza, melancolía, común a los tres hombres que protagonizan la obra. En efecto, los relatos,
que recorren el siglo XX y presentan influencias y estilos diversos, siguen las andanzas
de tres hombres que han perdido a un ser querido y experimentan un vacío
existencial. Para encontrar un nuevo sentido a su vida, emprenden una búsqueda sin saber
qué esperan hallar, y es que tal vez el hallazgo está en el camino más que en
el final del viaje. En la versión original, todos tienen la palabra «home», hogar, en el título, un hogar ligado a las montañas, pero sobre
todo a su transformación interior.
En la primera historia, situada en Lisboa en
1904, Tomás, un joven de clase humilde, pierde a todos sus allegados en una
semana; un personaje sufridor, cuyas acciones desencadenarán una moraleja al
estilo de los cuentos populares. Para superar el trauma, Tomás se refugia en el
diario de un misionero que en el siglo XVII predicó en las colonias africanas
de Portugal. Inspirado por las aventuras del sacerdote, Tomás emprende una
peregrinación hacia una iglesia de una pequeña localidad de las altas montañas,
donde al parecer se guarda un crucifijo extraordinario del que el misionero
habla en sus escritos. Pero llegar hasta allí no será fácil; y el tesoro, una
revelación inesperada. Yann Martel utiliza aquí el motivo del viaje con obstáculos (la clásica cadena
de conflicto-resolución) como el camino para el crecimiento personal y espiritual, aunque
el desenlace no se corresponde con lo que cabría esperar e introduce una
curiosa paradoja. No es el relato más creativo del conjunto; se le notan mucho
las influencias del misticismo y la literatura tradicional.
La segunda historia, que transcurre en las altas
montañas en 1938, comienza con un encuentro que tiene ecos de la última cena: Eusebio,
un médico forense, pasa la velada con su esposa, una gran lectora que ha
descubierto paralelismos entre las novelas de Agatha Christie y la Biblia.
Después de un análisis brillante, que pone en evidencia el simbolismo del cuerpo, la mujer se marcha. Entonces llega una
viuda al centro: desea que Eusebio le practique la autopsia a su marido y que
le cuente cómo fue la existencia de su esposo. Eusebio, desconcertado, le dice
que él se dedica a descubrir la causa de la muerte, no a conocer la vida. En
medio de esta extravagancia, lleva a cabo la autopsia, que se relaciona con las
conclusiones sobre el cuerpo que le había expuesto su mujer. Este es, en mi
opinión, el relato más original. El estilo difiere un poco de los demás: bebe de la
investigación y de la Biblia, pero va más allá y utiliza un vocabulario muy crudo en
la escena de la autopsia. Impacta la contraposición de la disección del cuerpo humano
(la autopsia, los cadáveres de Agatha Christie), brutal y grotesca, con la
espiritualidad de aquello que trasciende la muerte (los episodios bíblicos, los
sucesos que marcaron la vida del difunto). Plantea, además, una reflexión en
torno al amor y la culpa, y tiene un ritmo más dinámico que el primero aunque los personajes no se muevan.
El tercero transcurre durante la segunda mitad
del siglo XX. Peter, un senador canadiense, pierde a su esposa y esto lo lleva
a replanteárselo todo [el comienzo recuerda al del primer relato]. En su caso,
la esperanza llega de la mano de un chimpancé, al que trata más como a un amigo
o familiar que como a una mascota. Se marchan a las montañas de Portugal, donde viven como
dos compañeros de piso, ante la estupefacción de los vecinos. En esta historia,
que narra una relación igual entre el
ser humano y el animal, se desvela la información que conecta las tres
fábulas. El mono, además, es una figura recurrente a lo largo del libro. Yann
Martel parte de la tradición zoológica para cuestionar la conciencia «superior» que el ser humano tiene de
sí mismo en la cultura occidental, y para recordar ese vínculo primario que lo
equipara a los animales. Emplea la metáfora de la ceguera: la mayoría
no ve lo mismo que ven los protagonistas, porque no ha experimentado la
revelación. La incomprensión de la gente aumenta el desamparo del personaje, su
condición de inadaptado, pero es justo ahí donde la búsqueda personal cobra
valor.
Yann Martel |
Es difícil exponer unas conclusiones sobre Las altas montañas de Portugal en
pocas líneas. Como buena parábola, este libro invita a pensar, a
seguir dándole vueltas una vez terminado, a repasar cada detalle. Y, desde luego, no tiene una única interpretación posible. Yann Martel
construye una alegoría tranquila que se asienta en motivos bíblicos y de
la literatura tradicional, si bien les da la suficiente personalidad para no
parecer un pastiche. Tiene un estilo denso, lírico y preciosista, que juega con las
metáforas y las oposiciones (el chimpancé y Jesucristo,
Agatha Christie y la Biblia, la ternura y el horror).
Espiritualidad, religión, amor, muerte, desamparo, camino, transformación; todo
eso forma parte de estas historias. En el fondo, el autor nos recuerda la
fragilidad del ser humano, y con ello nos empuja a encontrar el bienestar por
medio del cambio interior: un viaje renovador para dejar de estar perdidos.
Pues no me acaba de convencer. Me sonaba el autor por su primer libro, el cual estaba dudando si leer o no antes de ver la película... No sé, no me acaban de llamar la atención los temas de sus novelas, creo que lo voy a dejar pasar.
ResponderEliminarTodavía no he leído nada de Malpaso, pero tienen un catálogo interesante y me encantan sus ediciones. Tengo echado el ojo a "Cuando el diablo salió del baño", "Las nieves azules", "La viuda descalza" y "El origen de la tristeza". Y han traducido del inglés a unos cuantos escritores muy interesantes que tengo pensado leer en versión original: Marlon James, Lily King, Emma Jane Unsworth, Karen Joy Fowler...
Tenemos gustos parecidos, y este libro, aunque me parezca bueno, no encaja mucho en ellos, así que entiendo perfectamente que no te acabe de llamar la atención.
EliminarDe Malpaso solo he leído este libro y uno de no ficción, "Solterona", de Kate Bolick, que reseñaré próximamente. También me han recomendado los de Margarita García Robayo y Gabriela Wiener. Aparte de estos, no tiene un catálogo que me interese especialmente, aunque estoy atenta a lo que publica porque me parece una editorial con potencial para seguir creciendo.
Me gusto mucho tu reseña, sin duda buscare a este autor y sus obras.
ResponderEliminarMe alegra que te haya llamado la atención. ¡Que lo disfrutes!
EliminarEsta vez no termina de llamarme pero una reseña fantástica, como siempre.
ResponderEliminarBesotes!!!
Otra vez será ;).
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