05 julio 2015

La pequeña Jonna - Kirsten Thorup



Edición: Errata naturae, 2015 (trad. Blanca Ortiz Ostalé)
Páginas: 320
ISBN: 9788415217916
Precio: 19,50 €

Kirsten Thorup (1942), una de las escritoras danesas más importantes del siglo XX, permanecía inédita en castellano hasta la publicación de La pequeña Jonna (1977), una novela en la que se inspira en el ambiente campestre de su Fionia natal para dar voz a una niña avispada que relata en primera persona las vivencias cotidianas de su familia en un pueblecito danés. Se sitúa en los años cincuenta, cuando Jonna tiene diez años y se encuentra en esa edad entre dos mundos que le permite observar el comportamiento de los adultos con la sorpresa de una muchacha que se abre a la vida, pero también con la lucidez de quien comienza a tomar conciencia de las dobleces de su alrededor. De este modo, mientras reconstruye con viveza escenas de su niñez, radiografía la sociedad de la época.
La infancia de Jonna está marcada por la pobreza. En los primeros capítulos, vive en pleno campo, cuidando de los animales, pero pronto la familia se ve obligada a realojarse en el pabellón deportivo del colegio, con la vergüenza que supone no tener un hogar propio. El padre pasa largas temporadas fuera por trabajo, la madre limpia casas del vecindario y los dos hermanos mayores se han marchado en busca de un futuro mejor. Jonna, sin embargo, tiene una sensibilidad, si se puede llamar así, que no encaja en su entorno, y que se manifiesta en sus aptitudes para al estudio («Vivía a caballo entre dos universos irreconciliables y conforme pasó el tiempo quedé fuera de ambos. Era como si me hubiesen cortado por la mitad con un hacha inmensa», pág. 228). Como las protagonistas de Las chicas de campo (Edna O’Brien) y La amiga estupenda (Elena Ferrante), Jonna encarna a esa generación de posguerra criada en un ambiente humilde que, no obstante, aspira a salir de él gracias a su tesón.
La novela se divide en catorce episodios, cada uno con un tema muy delimitado, centrado en un personaje o un evento concreto. Están tan bien concebidos que casi podrían funcionar como unidades independientes; cada uno tiene su propio «cuerpo», su propio universo. De hecho, aunque nos habla Jonna, en ocasiones su discurso parece el de un narrador omnisciente por la cantidad de detalles con que recrea escenas en las que ella no interviene. Esta estructura, más que potenciar una «continuidad» en el relato de las venturas y desventuras diarias de la protagonista, ensalza los momentos decisivos, que adquieren una gran trascendencia por su relación con el proceso de crecimiento de Jonna.
Thorup es tan precisa en la organización del relato que no es casual que el periodo de iniciación de Jonna comience con la marcha de casa de su hermano favorito (primer capítulo) y termine con su primer baile en la fonda del pueblo. Entre ambas situaciones tienen cabida un sinfín de escenas memorables, protagonizadas por personajes complejos y fascinantes,  como la madre de Jonna, una mujer curtida que saca adelante a los suyos y no deja que ningún obstáculo la desanime. También resulta destacable el retrato de los hermanos y la «jerarquía» que existe entre ellos: Jonna, además de diferenciarse por estudiosa, es la pequeña y la única niña, cosa que influye en la educación recibida (no necesariamente para mal: ella recibía menos golpes, no se «embruteció» tanto).
Fuera del núcleo del hogar, sobresale la tía Marie, una mujer soltera con la que Jonna en cierto modo se identifica. Junto a ella, la niña descubre, entre otras cosas, el teatro y la sublimación que provoca; una vía de escape que enriquece sus miras y le muestra que hay otros estilos de vida posibles. La autora tampoco olvida a los habitantes del pueblo: el párroco, el maestro, la joven perturbada… Con mucha sutileza, Jonna va desgranando los entresijos de las relaciones entre vecinos, que se mueven entre la fachada (hipócrita) de lo políticamente correcto y los impulsos tan a menudo contenidos que revelan su verdadero yo a los espectadores atentos como Jonna. Hay escenas realmente logradas, como el episodio «La confirmación de John», en el que Thorup plasma los resquicios de amargura que se esconden bajo la cara alegre de la celebración.
Kirsten Thorup
En suma, La pequeña Jonna satisfará a los lectores amantes de las historias tranquilas, armadas con escenas sencillas en apariencia, que conforman un universo literario rico sobre aquello que llamamos «cotidianidad». Con su iniciación a la vida, Jonna nos brinda un retrato minucioso y elegante de las relaciones familiares en un hogar humilde en el marco de la Dinamarca luterana de mediados del siglo XX; un hogar con el padre medio ausente, los hermanos deseando marcharse (cuando no lo han hecho ya), la madre como piedra angular que mantiene el equilibrio, y ella, la pequeña Jonna, que se mueve entre dos mundos. El resultado es una novela realista que conmueve sin caer en la sensiblería ni en el cliché, como solo consiguen los grandes escritores.

2 comentarios :

  1. Hola Rusta! Me apunto sin duda esta novela, creo que hasta ahora no he leído nada de literatura danesa y ésta parece el sitio perfecto por el que empezar.
    Por cierto, al final me he animado con la editorial y me he hecho con "Sofia Petrovna", que era uno de los que me había llamado más la atención. Ya lo estoy leyendo y me está gustando mucho. La edición es de lo más cuidada: márgenes amplios, buen papel, buenas notas a pie de página, ...
    Ya te contaré mis impresiones tras acabarlo.
    1beso!

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    1. ¡Qué bien! Me alegro de que por fin te hayas animado a descubrir esta editorial. Todas sus ediciones son magníficas, muy cuidadas, y el libro de "Sofia Petrovna" es uno de mis preferidos. Me parece que explica de forma muy amena y sutil lo que supuso la Gran Purga para las mujeres. Es de esos libros que son como un puñetazo: breve y en apariencia sencillo, pero remueve muchas cosas.

      "La pequeña Jonna" es muy diferente, pero también está muy bien. Las historias de iniciación son uno de mis temas predilectos, y de esta me resulta especialmente interesante el retrato del ambiente familiar. Thorup me ha parecido una narradora minuciosa, observadora, tranquila, sutil... Espero que la sigan traduciendo.

      Ah, ¡gracias por inaugurar los comentarios de esta entrada! :)

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