Edición:
Siruela, 2011 (trad. Carlos Gumpert)
Páginas:
96
ISBN:
9788498414271
Precio:
12,95 €
Leído
en la edición en catalán de Bromera (trad. Anna Casassas, 2011).
Imagina
una novela en la que la naturaleza se
funde con el ser humano. Imagina a un autor capaz de personalizar a un
animal sin privarlo de su hábitat silvestre. Imagina todo eso convertido en un
relato delicado y poético, con sensibilidad pero sin sensiblería. No hace falta
imaginar más: Erri De Luca lo ha vuelto a lograr. El prolífico escritor
italiano, nacido en Nápoles en 1950, narra en El peso de la mariposa (2009) un encuentro entre dos seres que
tienen mucho en común a pesar de pertenecer a especies distintas: por un lado,
el rey de los rebecos, un magnífico ejemplar que ha sido el líder de su manada
durante años y ahora empieza a acusar el paso del tiempo; por el otro, un
hombre, un experto cazador (de rebecos, cómo no) a punto de retirarse, que no
quiere dejar pasar la oportunidad de conseguir la presa más valiosa antes de
dar por zanjadas sus andadas. El animal lo ha esquivado mucho tiempo, pero el
duelo es ya inminente.
Lo
que podría ser una sencilla (y manida) ficción sobre el dominio del hombre
sobre la naturaleza se convierte, en manos de Erri De Luca, en un texto
sugerente que no busca la crítica fácil, sino que propone otra lectura de la
escena entre el cazador y su potencial presa. En concreto, establece un paralelismo entre las vidas del rebeco y el
ser humano, centrado en su faceta más íntima: los dos han crecido como
dominantes entre los suyos y a la vez como grandes solitarios. El animal ha
sido el líder de la manada durante años sin que ningún rebeco joven se
atreviera a toserle, pero le ha llegado la hora de abandonar el grupo para
dejar su sitio a otro. Además, la existencia del rebeco ha estado marcada por
la pérdida de su madre, precisamente por culpa del cazador. El hombre, por su
parte, se ha ganado el respeto de sus colegas por su habilidad para la caza,
aunque vive recluido en su casa de la montaña, alejado del calor humano. El
punto álgido de sus similitudes llega con la vejez: los dos saben que su muerte
está cerca, y que los encontrará solos.
La
narración, de estilo fragmentado, alterna bloques dedicados a cada protagonista;
una forma de ir mostrando sus rasgos en común mientras se acrecienta la emoción
ante el choque inminente. No obstante, habrá alguien más en la escena
definitiva: una mariposa blanca que se posa en el cuerno del animal será el
único testigo del encuentro entre ambos. Este insecto puede interpretarse como un
símbolo de la fragilidad, esa fragilidad que ni el rey de los rebecos ni el
cazador furtivo parecen tener, pero que se evidencia a medida que el tiempo
pasa y afrontan su deterioro. La mariposa, delicada, ligera, bella y casi
etérea, tiene atributos que no coinciden con los de la ley del más fuerte que
ha condicionado las vidas del rebeco y el hombre; sin embargo, a la hora de la
verdad su presencia será determinante para ambos. Solo un narrador como De Luca
—observador, amante de la naturaleza, lírico y sutil— podía relacionar una
mariposa con la caída del macho alfa.
Erri De Luca |
Leer
a Erri De Luca significa dejar de lado la búsqueda del realismo para adentrarse
en un terreno más cercano a la fábula, en el que las fronteras de lo real y lo onírico
se desdibujan y el lenguaje, de palabras justas y elisiones bien entendidas, se
mueve entre la narración y la poesía, entre la tradición oral y la escritura.
Si en Història d’Irene (2013) bebía
del imaginario del mar para contar el relato de una niña que nadaba con los
delfines y de un escritor que la escuchaba, en El peso de la mariposa es el
ciclo de la vida en la montaña el que se lleva el protagonismo. Aunque su
afinidad por la naturaleza resulta indudable —además de un prolífico escritor,
De Luca es muy aficionado al alpinismo, así que está acostumbrado a este
ambiente—, no importa el entorno elegido: la fuerza de su voz está siempre ahí,
una voz que invita a pensar en las debilidades del ser humano, una voz que estremece y nos
reconcilia con nosotros mismos. Y eso siempre es muy, muy liberador.
No he leído nada de este autor, este libro que comentas podría ser una manera de introducirme en su obra. ¡Un saludo!
ResponderEliminarNo soy la más indicada para decir si es bueno empezar por aquí porque solo he leído dos libros del autor (y tiene más de cincuenta...), pero lo que tengo claro es que es una buena novela, y esto siempre se agradece.
EliminarCreo que este libro no es para mi asi que lo dejo pasar.
ResponderEliminarSaludos
Otra vez será...
EliminarQué argumento más original. Me sorprende en un escritor italiano. Quizás me equivoque, pero todos los que he leído han sido bastante "terrenales". Gracias por esta recomendación tan diferente. Abrazos.
ResponderEliminarErri De Luca siempre construye "mundos propios". Sus libros tienen muchas influencias de la literatura oral, de los textos bíblicos..., supongo que por eso lo ves "diferente" a los autores puramente realistas.
EliminarDejé pasar el otro libro del autor que recomendaste, más que nada porque no hay edición en castellano, así que tendré que compensarlo con ésta. Además por el número de páginas parece más un relato o una nouvelle, que una novela, y me parece una estupenda forma de acercarse por primera vez a un autor.
ResponderEliminarGracias por la recomendación!:)
Todas las novelas de Erri De Luca son muy breves. Yo apenas conozco al autor todavía -solo he leído estos dos libros-, pero tengo la sensación de que con cualquiera acertarás. Es un autor muy íntimo, muy poético, que elige con mucho cuidado cada frase. Creo que te gustará :).
Eliminar