Edición:
Gatopardo, 2017 (trad. Marta Alcaraz)
Páginas:
166
ISBN:
9788494510083
Precio:
16,95 € (e-book: 9,99 €)
La
escocesa Ali Smith (1962) es una de esas escritoras de enorme talento,
ingeniosas y creativas, que coleccionan premios y nominaciones en el mercado en inglés, pero que sin
embargo permanecen un tanto ignoradas en nuestro país. Alfaguara le publicó dos
novelas en su momento, Hotel World
(2004) y Accidental (2007), que
pasaron desapercibidas. Los que seguimos la actualidad literaria anglosajona
hemos visto cómo su prestigio (y su ambición) iba en aumento, mientras que por
aquí seguía siendo una desconocida. Porque, además, no es una autora «fácil»:
tiene un estilo portentoso y dúctil, que gusta de experimentar, como sus
coetáneas Jeanette Winterson y Rachel Cusk. Recientemente, han tenido que ser
dos editoriales pequeñas, Raig Verd en catalán y Gatopardo en castellano, las
que apostaran por ella a pesar del riesgo que supone. Esta última ha recuperado
Amor libre (1995), su primer libro,
una compilación de relatos que fue su carta de presentación en el mundo literario.
Es
importante acercarse a este libro teniendo en cuenta que la Ali Smith que lo
escribió no es la misma que ahora, o, en otras palabras, que desde entonces su narrativa ha
madurado mucho. Su debut poco tiene que ver con la formidable How to Be Both (2014), por ejemplo, si
bien los cuentos ya insinúan el potencial de la autora y su vocación de
utilizar el lenguaje con plasticidad, tanteando con la forma, explorando
posibilidades. Amor libre encaja en
lo que se suele esperar de una ópera prima: buen estilo, textos pulcros, ejercicios y ciertas
resonancias autobiográficas. Correcto, pero nada excepcional. Por identificar un
hilo temático, los relatos evocan la vida de la juventud británica blanca del
último tercio del siglo XX, con especial hincapié en el despertar sexual y la
homosexualidad liberada, dos temas que la autora ha seguido cultivando a lo largo de su carrera.
Abundan asimismo las referencias musicales y cinematográficas; se puede decir
que está muy vinculada a su tiempo, a su generación («Eran tiempos locos, a
todo el mundo le tocan sus tiempos locos», p. 44).
«Amor
libre», con el que comienza la compilación, narra la insólita primera experiencia
sexual de una adolescente escocesa: nada menos que con una prostituta en
Ámsterdam. Se trata de un cuento sencillo en apariencia (primera persona,
realista, sin complicaciones ni enredos), que no obstante resulta muy pertinente por la
naturalidad (y la ternura) con la que aborda un asunto, el lesbianismo, que
todavía seguía siendo (¿sigue siendo?) un tabú. La narradora dice: «estábamos
besándonos en el centro de Ámsterdam y nadie prestaba la menor atención» (p.
17). Solo necesita esta afirmación tan llana, tan limpia, para revelar toda la
represión padecida hasta ese momento, hasta ese viaje de descubrimiento. A menudo
es en la narrativa más próxima a la vida, a las situaciones corrientes del día
a día, contadas sin alardes, donde mejor se representa la violencia
institucional, esas tensiones invisibles, minúsculas en apariencia, que nadie parece advertir
pero condensan un problema de gran alcance.
En
una línea similar, a veces con una construcción algo más
compleja, hay relatos como «Uno rápido», el encuentro para tomar un café con
una ex pareja, en el que el presente se funde con los recuerdos de la intimidad
compartida en un monólogo de frases largas, elegantes, ramificadas; «Tocar
madera», la peripecia de dos chicas de viaje; «Terrorífico», una reunión de dos
parejas jóvenes, con sus respectivas complicidades (y excentricidades); «De doblar
y desdoblar», el desconcierto de los hombres ante la ropa interior femenina; o «El
mundo con amor», otro reencuentro con una amiga, que suscita un recuerdo de su
época de estudiante, narrado en un «tú» intenso y contenido. He aquí un universo fresco
y joven y vital. Más que «historias», Ali Smith capta
impresiones, atmósferas, sensaciones; sobresale más por sus observaciones
inteligentes que por elaborar una trama intrincada. Es más una estilista fina
que una narradora de raza (y esto también se le nota en las novelas).
Ali Smith |
Algunos
relatos tienen un matiz desconcertante, como «Jenny Robertson,
tu amiga no viene», con una reacción un tanto surrealista
después de que unas amigas vayan a ver una película, y «Todos los días pasan
cosas increíbles», en el que una niña hace un amigo inesperado. O «Al cine», uno
de los más hermosos, que narra, con puntos de vista alternos, el enamoramiento
platónico entre un espectador de cine antiguo y la chica que rompe las
entradas. Los que dejan un poso de tristeza, por evocar
sendos duelos, son «Hierro frío», la muerte de la madre, y «Universidad», de la
hermana, que lleva a la protagonista a dispersarse tras vagar por donde ella
estudió. No obstante, mi preferido es el de tema libresco: «Lectura del día»,
una bella imagen de una chica lectora, un cuento de una concepción más soñadora
que la mayoría. En suma, estamos ante un buen libro de relatos, una mirada
lúcida, con voz propia y una escritura atenta y concienzuda. Con sensibilidad, también,
pero sin cursilería ni afectación. Siempre vale la pena leer a Ali Smith. Sí,
incluso a esta principiante Ali Smith.
¡Que bien!
ResponderEliminarTambién leí este libro hace como tres meses y en algún relato me hizo sacar alguna lágrima, quizás por el reflejo de una propia historia.
La verdad que es un libro para disfrutar, y como bien dices es puro reflejo del cambio de mentalidad de la sociedad y consecuencia de una libertad que hasta ese momento era imposible disfrutar.
Gracias por la reseña. Me alegro que también a ti te haya gustado.
Un beso!
La portada no me gusta demasiado, jeje, pero lo que has contado me ha gustado. Estaré atenta por si me cruzo con él :)
ResponderEliminarBesos!