Edición: Salamandra, 2018 (trad. Carlos
Gumpert)
Páginas: 272
ISBN: 9788498388787
Precio: 19,00 € (e-book: 12,99 €)
Escribir
desde la pulsión que lleva a un muchacho a convertirse en un hombre. El despertar
sexual, la «muerte» del padre, la formación intelectual. En su quinta novela,
Marco Missiroli (Rimini, 1981) aborda la educación sentimental de Libero, un chico
que en 1975 tiene doce años y vive en París con sus padres; una familia
burguesa con inclinaciones culturales. Libero se halla en la fase de los
ritos de paso cuando hace dos descubrimientos cruciales: por un lado,
se siente atraído por Marie, bibliotecaria amiga de la familia, conquista imposible,
por la diferencia de edad y tantas otras distancias, aunque el contacto con ella se mantiene con el tiempo; por otro, sorprende a su madre con
otro hombre, una aventura que culminará con el divorcio. Y esto es
solo el principio de Actos obscenos en
lugar privado (2015; Salamandra, 2018), una gran novela, mucho más que una
historia de aprendizaje al uso, que supone un progreso con respecto al anterior
libro del autor, El destino del elefante
(2012; Siruela, 2013).
En un momento en que se analiza tanto la escritura de las mujeres, lo que
la hace particular, conviene introducir el concepto de «masculinidad» (que
durante siglos se ha entendido casi como «neutralidad») para examinar la de
algunos narradores, con Karl Ove Knausgård a la cabeza. Marco Missiroli no hace
autoficción como el escritor noruego, pero el punto de vista de esta novela
tiene mucho de especificidad «masculina», y no (solo) porque el narrador sea un
hombre. Hay muchas formas de plantear una historia, muchos enfoques, muchos
tonos. El motor de esta surge de esa pulsión que nace en la pubertad y
evoluciona a medida que el protagonista alcanza primero la juventud y luego la
madurez. Esta pulsión se refiere a la sexualidad, sí, pero no solo en un
sentido instintivo o «natural»; el hecho de devenir un sujeto sexualmente
activo es un fenómeno cultural, está revestido de condicionantes sociales, de un
pensamiento determinado en torno al amor, las emociones, la seducción y los
tabúes. Todo se plasma de manera espléndida en la narración.
Se pueden destacar tres vertientes: la relación con las mujeres, la relación con el padre y el marco
cultural. En
primer lugar, esta es una de las mejores novelas recientes que mejor narra el
proceso por el que un adolescente se hace adulto. Desde la subjetividad de la
narración del propio Libero, se muestra cómo la conciencia de sí mismo, de su
cuerpo y de su confianza, cambian a medida que crece; lo mismo sucede con su
trato con las chicas. El libro puede leerse también como una revisión de las
mujeres de la vida de un hombre occidental blanco de clase media, hasta que se
establece con una compañera con perspectivas de una relación estable y
duradera: Marie, la amiga de sus padres, una bibliotecaria sin suerte en el
amor, que enciende la llama en el Libero púber y después se desvela como una
confidente leal; Lunette, la hermana de su mejor amigo, su primer amor, una
estudiante negra que se mueve por el círculo bohemio, grácil, libre, siempre
desconcertante para Libero; la época de los años locos, los encuentros
esporádicos; y, al fin, la relación formal con un personaje de quien es mejor
no adelantar el nombre, una relación en un momento en el que el protagonista ronda
los treinta años y necesita algo más, algo distinto, lo que le bastaba antes ya
no le satisface.
La
educación sentimental, no obstante, va más allá del despertar sexual. El
tumulto en casa, aún más con el divorcio de por medio, es otra faceta clave.
El protagonista disfruta, durante la adolescencia, de una existencia cómoda,
con salidas para ver el tenis y comidas tranquilas; pero ese nivel
de vida no dura para siempre y Libero aprende lo que cuesta ganarse el pan. Con
respecto a los vínculos afectivos, sobresale su relación con el padre, con
quien mantiene una complicidad especial. A lo largo de su aprendizaje, repite el
patrón de su progenitor, un paralelismo similar al de Las ocho montañas (2016; Literatura
Random House, 2018), de Paolo Cognetti. La madre desempeña un rol secundario, el contacto agradable pero distante
desde que Libero se marcha de casa. Llama la atención un detalle: la afición de
la madre por jugar a adivinar el futuro, que comparte con un personaje
(también mujer) de El destino del
elefante. Existe una oposición entre el universo «racional», público, de
Libero, su padre y los intelectuales, con el universo «íntimo» de
las mujeres de la generación de su madre, amas de casa, un entorno doméstico,
proclive a lo esotérico, que quizá explica en parte esa distancia.
La
peripecia de Libero resulta inseparable de su contexto sociocultural, y este es
otro de los aciertos del autor: recrear el ambiente bohemio del último cuarto del
siglo XX. Primero, en el París burgués, con los cafés llenos de
escritores y artistas, de estudiantes. Después, en Milán, tierra natal de Libero, donde
regresa en su juventud y lleva una rutina menos ilustrada: vida de soltero,
empleo en un bar, motos, barrio, amigos de la niñez y otros nuevos. Dos
ciudades, dos mundos, dos formas de realizarse que se complementan en Libero.
Pero las ciudades no solo interesan como espacio: el protagonista se nutre de
literatura, cine y música. He aquí un libro precioso acerca de cómo la cultura hace al adulto, cómo las lecturas interpelan al joven, influyen en las relaciones con los amigos con quienes las comparte. Franceses como Camus, Sartre o Duras,
norteamericanos como Malamud, Salinger o Hemingway, italianos como Buzzatti... Sin pedantería, con las referencias eruditas integradas con naturalidad en
el relato; un fresco maravilloso de la formación intelectual de los europeos
nacidos en los sesenta.
Marco Missiroli |
El
despertar del cuerpo y de la mente. La iniciación de un hombre. La figura del
padre. De la madre infiel. Pérdida de la inocencia. Búsqueda existencial. El
café de París. Las motos de Milán. Mujeres, las que están de paso, las que se quedan. El amor, el sexo, la amistad. Esa droga llamada literatura, y cine,
y música, y tenis. Una obra sólida, que recorre dos
décadas y dos ciudades sin aflojar la tensión, sin que la escritura deje de
latir. Madurez insospechada en un autor todavía joven. Marco Missiroli se
revela como un narrador elegante, preciso, sofisticado y con un bagaje
exquisito; más curtido que en El destino
del elefante, más penetrante, un pulso que arrastra al lector y no lo
suelta hasta el final (un final, a propósito, redondo, conmovedor,
no podía tener otro y sin embargo qué gratitud al llegar a él). Actos obscenos en lugar privado es una
novela espléndida, que merecía más reconocimiento. Con su nuevo libro, Fedeltà (2019), lo está consiguiendo.
Estoy totalmente de acuerdo en cuanto a que merece más reconocimiento, a mí me encantó de principio a fin. Saludos
ResponderEliminarMe alegro de encontrar a otro lector que lo ha disfrutado. Este libro ha sido una grata sorpresa, lo quise leer porque obviamente lo suponía un buen libro, pero ha sido aún mejor de lo esperado.
EliminarPues no me sonaba de nada. Otro descubrimiento que me haces y que me llevo bien apuntado.
ResponderEliminarBesotes!!!
Pasó muy desapercibido, pero es un autor al que tener muy en cuenta.
EliminarHace mucho que leo solo autoras mujeres, y estoy con ganas de un escritor, entre este y las 8 montañas, cuál me recomendarias? Gracias, siempre estoy atenta a tus reseñas, un placer leerte
ResponderEliminarLos dos son muy buenos, el que más te llame la atención.
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