Edición:
Libros del Asteroide, 2018 (trad. Catalina Martínez Muñoz)
Páginas:
232
ISBN:
9788417007348
Precio:
18,95 € (e-book: 9,99 €)
Tenía mucho que pensar. Eso era lo mejor de contravenir las normas. Eso nunca te lo cuentan. La cuestión ya no era si debería o no debería hacer tal o cual cosa, sino si quería o no. A pesar de todo, se daba cuenta de que algo no encajaba. Habría preferido quedarse con los libros a tener la razón. El esfuerzo paciente por la virtud, la larga prueba, el éxtasis de la recompensa merecida, esas cosas ya nunca estarían a su alcance. Se había desviado del único camino conocido y había dejado de entender cómo era el mundo antes de la caída. Porque era incuestionable que se había producido una caída. Le bastaba con ver lo radiante que se sentía. Y el egoísmo, la codicia, la mala fe y la extravagancia fueron los factores de su transformación en aquella apariencia de mujer atractiva y segura, las causas del milagro que la obligó a crecer y a moverse por el mundo con desenvoltura. Parecía que ahora gustaba más a la gente. El portero la saludaba desde su garita, por la noche y por la mañana. De verdad tenía mucho que pensar.
Toda
primera novela es el relato de un desengaño. Anita Brookner
(Londres, 1928-2016) llegó tarde a la ficción, pero Un
debut en la vida
(1981), la obra con que se dio a conocer, cumple esta máxima. Antes
de cultivar la narrativa –publicó veinticinco libros, entre los
que destaca Hôtel
du Lac
(1984), Premio Booker–, desarrolló una brillante carrera como
historiadora del arte en la universidad, hasta el punto de
convertirse en la primera mujer en acceder a una cátedra de Bellas
Artes en Cambridge. Estamos, por lo tanto, ante una escritora
intelectual, de mente analítica y rigurosa. Estos atributos se
aprecian en la novela, que recorre los años de formación de una
profesora universitaria, Ruth Weiss, una investigadora soltera,
reservada y diligente, con una tesis sobre el vicio y la virtud en
Balzac, que a los cuarenta años «comprendió
que la literatura le había destrozado la vida». Esta frase tal vez podría
traer a la memoria las desdichas de una heroína romántica, si no
fuera porque Brookner, como la describe su compatriota Julian Barnes,
tenía una visión de la vida «firme e inquebrantable».
Siguiendo
las peripecias de la Ruth estudiante, Brookner contrapone dos
sistemas de valores. Por un lado, la moral interiorizada a través de
la lectura, así como el fascinante mundo de las ideas; todo aquello
que se aprende con los libros y se inculca con la educación. Por el otro, la vida, a secas, llena de preocupaciones y ligerezas inesperadas. El desengaño no es otro que la revelación de que la
existencia, incluso la existencia de una joven en
apariencia tan recta como ella, no premia las conductas
«ejemplares» ni castiga a los insensatos como en las novelas
moralistas. Las ficciones la educaron en la bondad, la honradez, el
pudor, la caridad, pero en la vida real los héroes de Dickens no
tendrían final feliz y los villanos se lo pasarían en grande. Pese
a todo, no se trata de un hallazgo amargo: la protagonista se
sorprende disfrutando de los placeres mundanos en París (qué
importante es su estancia en París, lejos de su hábitat natural en
Londres, qué importante es salir al mundo para romper el cascarón).
Después de todo, el vicio, o lo que se entiende por vicio, no está
tan mal.
Al
mismo tiempo, Un debut en la vida explora la construcción de
identidad de una chica que aspira a ser independiente pero, a pesar
de su esfuerzo académico, se encuentra con muchos obstáculos por el
camino. En este sentido, resulta fundamental el papel de la familia:
la madre, una actriz de teatro venida a menos, débil y con delirios
de grandeza; y el padre, un librero de viejo que ve a escondidas a
otra mujer. En medio hay una asistenta irlandesa avispada, la pieza
que los mantiene a flote, hasta que empieza a pensar en sí misma y
el clan Weiss debe asumir sus deberes. Ruth no vive aislada del hogar
(salvo en su etapa de descubrimiento en París), y las
responsabilidades familiares suponen con frecuencia un freno para su carrera. Es joven, no tiene pareja,
le espera un gran futuro; aun así, no puede
centrarse solo en ella. Esta es la historia de la larga y rocosa
travesía de una mujer cultivada en busca de su autonomía.
Anita Brookner |
Y,
por si fuera poco, con sentido del humor.
La autora es alérgica a la autocompasión, de modo que, por muy mal
que lo pase la chica (hacia el final se precipitan las malas noticias),
nada de lamentos. Templanza, sobriedad e ironía, tanto en el fondo
como en la forma; una pluma de hielo. Erudita,
también: abundan las alusiones a Balzac y demás literatos (magníficas las relaciones que establece con otros
personajes femeninos, esa búsqueda de referentes que la mujer
inquieta necesita durante su aprendizaje), aunque sin caer en los
problemas del escritor intelectual; sabe encontrar el equilibrio
justo entre su bagaje profesional y la proximidad al latido de la vida que requiere una novela. El resultado es un
buen libro, ameno e incisivo, de premisas sencillas pero bien
exprimidas, que deja un grato recuerdo. Un debut en la literatura por
la puerta grande.
Cita
inicial en cursiva de las páginas 119-120.
Me pareció una novela extraordinaria y sé que va a estar entre mis mejores lecturas de este año. Hace falta más Anita Brookner, espero que Libros del Asteroide se anime a publicar más libros suyos.
ResponderEliminarSí, ojalá siga recuperando su obra. Creo que Tusquets publicó algunos libros suyos en su día, pero ahora son difíciles de encontrar.
Eliminarsuena interesante, la buscaré
ResponderEliminar¡Espero que la disfrutes!
EliminarAunque es verdad que está narrado con cierto sentido del humor (hacia el final, menos) me ha parecido una historia bastante opresiva. Seguramente sea lo que la autora quiere transmitirnos, pero en conjunto la lectura no me ha resultado agradable
ResponderEliminarSí, es un poco ese humor con el que se cuentan las historias tristes para no compadecerse de uno mismo. Siento que no te haya gustado más :(.
EliminarLa voy a buscar a ver, tiene muy buenas referencias, espero que sea muy buena
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