Edición:
Errata naturae, 2014 (trad. Marta Rebón)
Páginas:
192
ISBN:
9788415217787
Precio:
17,50 €
A
mediados de los años treinta, Sofia Petrovna trabaja como mecanógrafa en una
importante editorial de Leningrado. Aprendió este oficio después de quedarse
viuda y, a pesar de las conflictivas circunstancias políticas, parece que todo
va viento en popa para ella: enseguida consigue un ascenso, los compañeros la
respetan y disfruta del hecho mismo de mantenerse ocupada («[El trabajo] Te
brinda tantas cosas en las que pensar, enriquece tanto la vida…», pág. 24).
Además, su hijo, Kolia, es un estudiante aplicado y fiel al Partido que no le
da problemas. Cuando en su entorno se empiezan a manifestar las consecuencias
de las campañas de represión de Stalin,
Sofia Petrovna las observa con la distancia de quien se sabe honrada. Sin
embargo, pronto descubrirá que ni la integridad de ella y Kolia los mantiene a
salvo de la Gran Purga, y deberá encarar una
realidad terrible que desconocía.
Esta
obra se escribió durante el invierno de 1939-1940, con la llama de lo ocurrido
aún viva. Lidia Chukóvskaia (San Petersburgo, 1907 – Moscú, 1996) fue una mujer de letras
—novelista, poeta, crítica y editora—, hija del también escritor Kornei Chukovski y amiga de Anna Ajmátova. De acuerdo con el epílogo de Marta Rebón y Ferran Mateo, Chukóvskaia pasó por una experiencia parecida
a la que relata en el libro: en 1937 arrestaron a su marido, el físico Matvéi Bronstein, al que ejecutaron en 1938, aunque a ella le comunicaron que había
sido deportado a un campo de trabajo sin derecho a correspondencia. La autora
redactó estas páginas en medio de la angustia y era consciente del valor testimonial de su libro —y de las
dificultades que tendría para publicarlo—, por eso, Sofia Petrovna. Una ciudadana ejemplar se lee a la vez como una
novela con una trama perfectamente construida y como un documento histórico de
gran interés.
La
historia de Sofia Petrovna es la de una ciudadana modélica, trabajadora y
educada, que de un día para otro se da de bruces con una situación que ignoraba
y que le quita a quien más quiere. Ella, que creía en el Partido, que creía de
veras que todos los detenidos habían intentado boicotearlo, se da cuenta, a la
fuerza, de que las noticias oficiales no cuentan toda la verdad. De la normalidad al terror, de la confianza
al desasosiego más absoluto. Ni su carácter cumplidor le sirve para esquivar
el control autoritario, y quizá ese es el mensaje más doloroso: no se pudo
hacer nada para prevenirlo, porque la Gran Purga fue tan grave que incluso los
que mantenían un buen comportamiento para con el Partido eran susceptibles de
convertirse en el blanco de la persecución. Con el personaje de Sofia Petrovna,
la autora muestra la otra cara de lo acontecido: la de las mujeres, porque eran
sobre todo mujeres, que sufrieron la detención de sus maridos, hijos, hermanos
y amigos, y esperaron (casi siempre en vano) una respuesta del Estado mientras
se consumían por dentro y por fuera.
Chukóvskaia
retrata el ambiente de las colas interminables en las que esperaban obtener
unas migajas de información sobre los arrestados, unas colas atestadas de
mujeres en las que se fue creando una particular organización con la que la
protagonista se familiariza poco a poco. La soledad, el desamparo, es otro
rasgo de estas mujeres: su parentesco con los detenidos las hace sospechosas a
ojos de los demás, lo que conduce a un abandono progresivo de las relaciones
sociales y a una pérdida de la estabilidad laboral. Esta obra únicamente
podía nacer de una mirada femenina,
no solo por centrarse en una madre —aunque esta elección es muy significativa,
tal y como explica la propia Chukóvskaia: «Como protagonista escogí […] al
símbolo de la devoción: una madre. […] En una realidad intencionadamente
adulterada todos los sentimientos están adulterados, incluso los maternos…», pág.
182—, sino por la atención a los cambios que se producen en las facetas
cotidianas asociadas a las mujeres, como el mantenimiento del hogar, las
amistades con otras chicas, las habladurías y el cuidado personal.
Con
una escritura que busca más la claridad que la filigrana, Chukóvskaia narra con
mucha sutileza toda la evolución de su protagonista, sin descuidar a los
secundarios (Natasha, una compañera de trabajo, es especialmente destacable: «una
joven discreta, poco agraciada y con la tez de un color gris verdoso», pág. 12,
que congenia con Sofia Petrovna, pero se guarda muchos asuntos para sí misma.
En menor medida, también sobresalen Kipárisova, Erna Semiónovna, el director de
la editorial y el amigo de Kolia). De hecho, a pesar del contenido político, la
autora no convierte su relato en un panfleto, sino que construye la historia
con una narración tranquila y sencilla, de estructura lineal, una narración que
presenta los acontecimientos con la misma extrañeza con la que los percibe la
protagonista, sin explicaciones a posteriori —porque cuando la escribió aún no
las había—, de tal manera que pone al
lector en el lugar de Sofia Petrovna y le inspira una profunda empatía.
Lidia Chukóvskaia |
El
resultado es un libro que conmueve por la transparencia que destila y que se
lee con fruición por la agilidad de la prosa, pero, más allá de las vivencias
personales de Sofia Petrovna, deja una huella reivindicativa, una huella que
recuerda lo que no se debe olvidar. Chukóvskaia cumple con creces su objetivo
de escribir una obra a caballo entre la literatura y el testimonio, una obra que conserva la viveza de los
sucesos y tiene un gran valor didáctico para el público actual. No la pudo
ver publicada en su país hasta 1988 —además de la carga ideológica de Sofia Petrovna, que la obligó a esconder
el manuscrito durante años, Chukóvskaia manifestó su apoyo a los disidentes, por
lo que se le prohibió publicar en la Unión Soviética—, aunque en los años
sesenta vio la luz en Francia y Estados Unidos. La reciente edición de Errata
naturae es una excelente oportunidad para que los lectores españoles la
descubran y se estremezcan con ella.
Lo apunto! Gracias!
ResponderEliminar¡De nada! Disfrútalo.
Eliminar¡Por fin! Ya era la hora de que llegara también a España esta obra.
ResponderEliminarbesos
Yo no la conocía, así que para mí ha sido un gran descubrimiento. Una novela interesantísima por el tema, pero además apasionante (y adictiva) por la forma de estar escrita. La he disfrutado mucho.
EliminarAdemás, según la información de la solapa, Errata tiene previsto publicar también la correspondencia de la autora con Ajmátova. Seguro que será espléndida...
¡Qué interesante! No lo conocía, me lo apunto sin duda.
ResponderEliminarMe alegra que te haya llamado la atención. Es una muy buena novela.
EliminarNo conocía el libro, ni la autora ni nada, así que gracias por la recomendación, prevé realmente interesante.
ResponderEliminarBesos!!
Lo es, lo es. Tal vez pasa desapercibido en las mesas de novedades, pero una vez leído te impacta profundamente.
EliminarDeseando leerlo. No veo el momento! Antes tengo que terminar "Americanah", que me está encantando. Tu Blog es mi Biblia, querida Rusta.
ResponderEliminarCuánto me alegro de que estés disfrutando de "Americanah"; es fantástico. "Sofia Petrovna" va por unos derroteros completamente distintos, pero merece mucho la pena.
EliminarHe tenido varas veces el libro en mis manos, pero no me decidía a comprarlo. Después de esta reseña, no me queda duda que tengo que leerlo.
ResponderEliminarGracias Resta.
Sí, sin duda te animo a comprarlo. Me parece uno de los libros más interesantes y amenos de Errata naturae (y mira que me encanta esta editorial...).
EliminarYa lo estoy leyendo!! Y de momento me esta gustando, aunque llevo pocas páginas.
EliminarGracias Resta, para mi eres imprescindible!
No conocía el libro ni a su autora. Una época sobre la que me gusta leer y aprender. Y me parece que mucho podría hacerlo con este libro. Bien apuntado me lo llevo.
ResponderEliminarBesotes!!!
Sí, con este libro disfrutarías y aprenderías. La autora supo construir tan bien esta novela que su valor didáctico es inmenso.
EliminarPf.. me has puesto los pelos de punta. No he leído nada sobre la Gran Purga, así que me parece interesantísimo. Me lo apunto, sin duda,
ResponderEliminar1beso!
Y además es una opción estupenda para que te estrenes con la editorial ;).
EliminarYa me lo he leído y no puedo estar más de acuerdo con todas tus impresiones. Me ha gustado muchísimo, directo a mis mejores lecturas, si no la mejor.
ResponderEliminarMe parece que la autora ha sabido capturar perfectamente el sentimiento de incredulidad y de impotencia (es remarcable como, aún sabiendo que su hijo no ha podido hacer nada, se lo llega a plantear). Retrata las diferentes emociones por las que va pasando Sofia Petrovna de manera muy natural, sin cambios bruscos. A mí me envolvió de tal manera, que me leí la segunda mitad del libro en un suspiro.
Vamos que me alegro mucho de haberme animado a estrenarme con la editorial, porque el primer contacto no ha podido ser más satisfactorio:) Por cierto, en la solapa pone que próximamente publicarán correspondencia de la autora y creo que puede ser muy interesante, a ver cuando sale!
1beso!
Cuánto me alegra que lo hayas disfrutado tanto, Elena. Es cierto que envuelve por completo al lector casi sin darte cuenta (yo también leí la última parte del tirón). Y sí, seguro que su correspondencia con Ajmátova será muy interesante. A ver si no nos hacen esperar mucho :).
EliminarAnotado en mi lista . Gracias por la reseña. La tetralogía de Elena Ferrante me gustó mucho y la recomiendo siempre.
ResponderEliminarMe alegra que hayas disfrutado de Elena Ferrante. Espero que este libro te guste también :).
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