Propósitos lectores 2013: ¿cumplidos?

Hace un año me hice unos propósitos relativos a la lectura. No eran exactamente retos (no me gustan), sino pequeñas aspiraciones personales que me apetecían desde tiempo atrás, pero que siempre dejaba para más tarde. Hoy puedo decir que estoy bastante satisfecha, porque he convertido varios de estos propósitos en hábitos, que es lo que quería. Aquí están:

1. Leer clásicos: cumplido. Sé que podrían ser más de los que son, pero para «romper el hielo» no está mal. En 2014, más.

Por orden de lectura: La muerte del corazón, de Elizabeth Bowen (1938), Madame Bovary, de Gustave Flaubert (1856), Combray, de Marcel Proust (1913), Anna Karénina, de Lev N. Tolstói (1878) y La pasión según G. H., de Clarice Lispector (1964). Si consideramos clásicos las recuperaciones de autores olvidados, añado: Hace cuarenta años, de Maria van Rysselberghe (1936), El baile, de Irène Némirovsky (1930), En la ciudad del mañana, de Brigitte Reimann y Hermann Henselmann (1974), Karl y Anna, de Leonhard Frank (1927), Butcher’s Crossing, de John Williams (1960) y Tres noches, de Austin Wright (1993).

2. Volver a leer a algún escritor al que ya había leído antes: cumplido. Este propósito pretendía paliar esa costumbre de dispersarme en las lecturas para, en cambio, profundizar un poco en aquellos autores que me interesan.

Por orden alfabético: Tracy Chevalier (Las huellas de la vida y El último refugio), Anna Gavalda (35 kilos de esperanza), Fernando J. López (Las vidas que inventamos), Irène Némirovsky (El baile), Begoña Oro (Croquetas y wasaps) y Jeanette Winterson (La mujer de púrpura, La pasión, Escrito en el cuerpo y Fruta prohibida).

3. Leer por primera vez a algún autor que consiga interesarme mucho (además de los clásicos): cumplido. El objetivo era seguir ampliando mi lista mental de escritores predilectos, y vaya si lo he conseguido…

Por orden alfabético: Pilar Adón (El mes más cruel y Las hijas de Sara), Kate Atkinson (Me desperté temprano y saqué al perro), Nicole Krauss (La Gran Casa), Lara Moreno (Por si se va la luz), Alice Munro (Mi vida querida), Amos Oz (Conocer a una mujer) y Riikka Pulkkinen (La verdad).

4. Leer libros de editoriales independientes pequeñas que se alejan de lo comercial: cumplido. En estos momentos conforman una parte fundamental de mis lecturas.

Errata naturae: Hace cuarenta años, de Maria van Rysselberghe, En la ciudad del mañana, de Brigitte Reimann y Hermann Henselmann, y Karl y Anna, de Leonhard Frank.

Impedimenta: La muerte del corazón, de Elizabeth Bowen, El mes más cruel, de Pilar Adón, y La segunda vida de Viola Wither, de Stella Gibbons,

Libros del Asteroide: El pequeño guardia rojo, de Wenguang Huang.

Sexto Piso: Del color de la leche, de Nell Leyshon.

Viena: Combray, de Marcel Proust.

5. Leer en francés: cumplido, aunque reconozco que podría haberme aplicado mucho más. Espero tomármelo en serio en 2014.

Por orden de lectura: 35 kilos de esperanza, de Anna Gavalda, y El baile, de Irène Némirovsky.

6. Leer al Premio Nobel de Literatura 2012, Mo Yan: no cumplido. No importa: ya dije en su momento que era el propósito más prescindible. De todas formas, se da la casualidad de que he leído a la ganadora de 2013 (¡antes de que le otorgaran el premio!), de modo que mis lecturas de 2013 sí que han tenido algo de Nobel.

Estos son los seis propósitos que me planteé, pero, además, a lo largo del año he cumplido uno que no me había propuesto: leer libros que no sean novela (aparte de álbumes ilustrados y cómics). Me refiero a dos libros de relatos (El mes más cruel, de Pilar Adón, y Mi vida querida, de Alice Munro), una correspondencia (En la ciudad del mañana, de Brigitte Reimann y Hermann Henselmann) y un libro divulgativo (Los grandes seductores, de Betsy Prioleau). Ahora estoy mucho más receptiva hacia otras formas de literatura.

Este año no me propongo ninguno; como mucho, seguir habituada a estos puntos y mostrarme abierta a propuestas literarias diferentes. Y vosotros, ¿tenéis algún propósito lector para este 2014?