Edición: Razorbill, 2012
ISBN: 9780141337142
Páginas: 432
Precio: 8,50 €
Libro en inglés no traducido al
castellano.
Richelle Mead |
Desde hace tiempo leo menos literatura
juvenil que antes por una cuestión de querer ampliar mis horizontes literarios
y dedicar mi tiempo a las lecturas más adultas. Aun así, hay autores de libros
para adolescentes que me entusiasman y por eso no me importa nada hacer una
excepción para leerlos. Richelle Mead (Michigan, 1976) es una de ellos, y en
esta ocasión he disfrutado de su última novela, The Golden Lily (en castellano La
lila dorada, en referencia al tatuaje de la protagonista), la segunda parte de su saga Bloodlines, que como bien saben sus
seguidores se trata de un spin-off de Vampire Academy protagonizado y narrado por la joven alquimista Sydney Sage, que
era un personaje secundario en la serie que dio fama a la autora. Era muy
complicado que Mead lograra mantener el listón con su segunda saga juvenil,
pero Bloodlines me gustó y confiaba
en que las aventuras de Sydney lograrían estar a la altura. ¿Sigo pensando lo
mismo después de leer The Golden Lily?
Tendréis que continuar leyendo para saberlo.
En este segundo volumen de la serie,
Sydney y sus compañeros se centran en analizar el desenlace de la primera
parte, aunque también hay un lugar para las escenas del instituto en el que
ella, Jill, Eddie y la persona que apareció al final de Bloodlines estudian. Los primeros capítulos hacen un repaso a todo
lo ocurrido anteriormente para refrescar la memoria al lector y situar a
aquellos que se estrenen con la autora (aunque aun así es mejor empezar la
saga por el principio), como sucede en todos los libros de la autora. El estilo
de Mead sigue tan ágil y fresco como
de costumbre, me atrapó desde la primera página y hubo diálogos que me hicieron
reír a carcajadas.
En general, me parece que The Golden Lily se caracteriza por tener
un ritmo bastante más tranquilo que otros libros de la autora, sobre todo
durante la primera mitad: la acción se desarrolla en escenas cotidianas, no hay un hilo argumental tan definido como
otras veces (salvo en la recta final); apenas se tiene la sensación de estar
leyendo una novela de género fantástico. Tengo la impresión de que Mead ha
utilizado esta obra como puente entre la primera y la tercera, es decir,
resulta una parte útil para profundizar en la psicología de los personajes y
las relaciones entre ellos, pero con respecto al misterio y las aventuras está
muy lejos del nivel de Vampire Academy.
Sé que esta saga empezó a sobresalir a partir del tercer volumen, pero incluso
así los dos primeros tienen más vitalidad que The Golden Lily. En este sentido, lo considero el peor libro de Mead que he leído hasta el momento, aunque en ella
esta descripción no significa que se trate de una mala novela, ni mucho menos.
De hecho, The Golden Lily tiene unas cuantas cosas interesantes, lo que
ocurre es que en conjunto no es tan espectacular y pierde puntos por ese
síndrome de libro de puente. Entre lo más destacable me quedo con la evolución de Sydney, que empieza a
tener vida social: queda con un chico (o con más de uno, ejem), no está tan
pendiente de Jill…; a pesar de ser una chica responsable y madura, necesitaba
salir del cascarón. Además, comienza a ser consciente de que los malvados
también pueden ser los seres humanos, no necesariamente los vampiros a los que
tanto le cuesta aceptar. No obstante, hay un detalle de su trayectoria que no
me gustó (pequeño spoiler): ¿de verdad era necesario que acudiera a clases de
defensa personal y que aprendiera hechizos? ¿No se puede ser protagonista
siendo solamente una alquimista, con los rasgos propios de los alquimistas? Me
ha parecido que aquí se ha intentado hacerla un poco parecida a Rose, la gran
protagonista de Vampire Academy, e
incluso la magia se puede relacionar con Lissa. En su momento disfruté mucho de
estos temas, pero ahora los he aborrecido; esperaba que la autora fuera capaz de presentarnos una historia que
tuviera valor por sí misma, sin recurrir a los recursos que le funcionaron
antes.
Por otro lado, tal y como Mead prometió a
sus seguidores, The Golden Lily tiene
más romance, aunque no os voy a
decir de quién con quién, sino simplemente que va en la línea de la autora y
resulta creíble: se conocen poco a poco, hay dudas e inseguridades… Nada del
amor a primera vista del que adolecen tantas novelas de este género. Aun así,
reconozco que me ha cansado que se diera tanto peso a esta trama. En primer
lugar, porque se venía venir, y en segundo lugar, porque pienso que podría
haber habido un equilibrio mejor entre el romance y las otras cuestiones. Soy
consciente de que en esto soy un bicho raro, que los lectores potenciales de
este género suelen adorar el contenido amoroso, pero incluso con eso considero
que la autora lo podría haber hecho mejor. Sin ir más lejos, en Vampire Academy nunca tuve una sensación
de hastío similar, y no será porque le falte romance.
Cambiando de tercio, el regreso de tres personajes de Vampire Academy me parece un acierto: todos están bien aprovechados
y dan aire fresco a la obra: los dos adultos permiten avanzar en las
investigaciones sobre el final de Bloodlines,
y el que acude al colegio pone la nota de humor, tal y como esperaba. El final
promete que en el tercer volumen entrará en juego alguien nuevo e interesante;
solo espero que su papel no sea tan previsible como parece. Con respecto a los
secundarios que ya aparecieron en la primera parte, Jill pierde protagonismo y Adrian
lo gana. A propósito del tema, me parece que las cubiertas de los dos libros se
deberían intercambiar: el primer libro es mucho más de Sydney y Jill, de cómo
las dos chicas se empiezan a conocer, mientras que el segundo gira en torno a…, en fin, no he podido decirlo más claro. Supongo que pusieron a Adrian en la
cubierta del primer libro para vender más entre las chicas sedientas de
romance; no es la primera saga en la que la imagen del chico llama más la
atención (pensad en Hush, hush, por
ejemplo).
En conclusión, The Golden Lily no me ha
entusiasmado tanto como Vampire Academy o Bloodlines porque le
falta acción trepidante, le sobra romance y en general la trama no está tan
bien definida. ¿Significa esto que no me haya gustado? No, la autora no ha
perdido su talento e incluso en este planteamiento más cotidiano y tranquilo
tiene momentos brillantes. Aun así, espero que esto no se convierta en lo
normal y sirva como base para recuperar esa enorme capacidad para el buen
misterio y las escenas memorables que nos regaló en Bendecida por la sombra, Promesa de sangre y Spirit bound, entre
otros. Lo sabremos pronto: The Indigo Spell, tercera parte de Bloodlines, se publica el próximo 12 de
febrero.
Yo no he leido la reseña porque todavía voy por Vampire Academy, sigo el ritmo de publicación en español (con lo lentos que van, me haré vieja leyendo la saga). Me encanta VA y el estilo de Richelle Mead, me encantaría leer también bloodlines, pero el inglés y yo no nos llevamos muy bien XD
ResponderEliminar@Paty. Es verdad, al ritmo que van en España publicarán "Bloodlines" cuando estemos jubiladas, ¡je, je! Es una pena que no se haya apoyado más a esta autora, porque sus libros están muy bien y me he encontrado con muy pocos lectores que se hayan sentido defraudados con ella. En fin, espero que sigas disfrutando de VA (el quinto libro es uno de mis favoritos).
ResponderEliminarSi no lo traducen al castellano no creo que me vea capaz de leerlo.
ResponderEliminarBesos!
Si algo no me gusta de la literatura juvenil es justamente eso de amor a primera vista que comentas, por lo que me alegra conocer este libro, por lo menos es diferente en eso. Esta autora me suele gustar mucho, así que lo buscaré. Bicos.
ResponderEliminar@Kristineta. Si te interesa la autora siempre puedes leer su saga "Vampire Academy". Los cuatro primeros libros están traducidos al castellano.
ResponderEliminar@Alba Úriz. Je, je, ¡¡¡tienes que terminar VA!!! Quiero poder comentar estos libros con alguien :P.
@Laura Fernández. Bueno, no es exactamente amor a primera vista, de hecho se conocen poco a poco. Lo que no me ha gustado del libro es que la trama amorosa tiene mucho peso, y personalmente hay temas que me gustan más.
Uy, no nos llama mucho ninguna de las sagas.
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