No hay pena que un libro no pueda consolar.
Pero déjame que te diga que si ser intelectual significa que a uno le guste aprender, ser curioso, atento, admirar, emocionarse, tratar de comprender cómo funcionan las cosas e intentar irse a la cama un poco menos tonto que a la víspera, entonces sí, reivindico mi condición totalmente: no sólo soy una intelectual, sino que además estoy orgullosa de serlo.
Mezcla un poco las churras con las merinas, la vida es más divertida cuando hay un poco de desorden.
Lo que yo he leído es que si no eres como los demás, si no consigues ser lo que otros esperan de ti, entonces lo pasas mal. Sufres como un perro y al final, la palmas. Pues no, hala. Yo no me pienso morir. Por amistad hacia él, por fraternidad, no voy a morirme… No me da la gana.
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Enlace a mi reseña del libro.
A mí sinceramente me encantó.
ResponderEliminarPor tierna, por la descripción de sus personajes, por lo crudo de algunas partes...
Con ella descubrí el encanto de su autora contando historias y este libro es siempre uno de mis recomendados, que por cierto, quizá no hubiera leído de no ser por tu reseña.
Saludos,
Irene Maeztu
Me encantó esta novela. Tan dulce, tan tierna, con unos personajes que se dejan querer tanto...
ResponderEliminarBesotes!!!
@Irene Maeztu. Me alegra que me digas eso :). Coincido totalmente con tus impresiones, es un libro que me encantó y gracias a él descubrí a una de mis autoras preferidas. A ver si pronto publica algo nuevo...
ResponderEliminar@Margari. Sí, son personajes difíciles de olvidar. Guardo un gran recuerdo de este trío tan particular :).
Leí este libro hace tiempo, recuerdo que me gustó, pero no recuerdo muchas cosas sobre él.
ResponderEliminarBesitos.
@InésM. ¡Lástima! Yo recuerdo sobre todo la personalidad de los tres protagonistas, lo peculiares que eran y ese trío tan extraño que formaban (con la abuela en el pack).
ResponderEliminarAltamente recomendable, extraño a sus personajes, una novela entrañable.
ResponderEliminarSaludos.