Imagina
a un escritor. Un escritor joven, de unos treinta años, que comenzó a publicar
cuando Internet ya resultaba tan imprescindible como tomarse un café por la
mañana y la repercusión de la crítica tradicional en las ventas de libros había
caído en picado. Imagina que este escritor tiene una página de Facebook, una
cuenta de Twitter, un canal en YouTube o un blog, en los que interactúa con los
lectores, comparte noticias sobre sus novelas y opina sobre temas actuales. Imagina
que le siguen miles de personas, que cada frase que dice recibe decenas de
comentarios, todos ellos (o casi) de seguidores entusiastas y fieles. El
escritor se siente satisfecho: es consciente de que no está hablando con la
pared, de que ahí, en algunos lugares del mundo, hay gente, gente lectora,
interesada en sus palabras. Y llega el momento de publicar su nueva novela. Lo
anuncia a bombo y platillo en las redes, adelanta el título, la
cubierta, la sinopsis. Sus seguidores se muestran impacientes, aseguran estar ansiosos (¡ansiosos!)
por leerla. Por fin llega el día: su editorial, que forma parte de un gran
grupo, ha preparado un notable despliegue promocional para reforzar el
lanzamiento. Lo entrevistan, lo comparan con autores de culto. Durante unas
semanas, los lectores le mandan fotos del libro, escriben reseñas, le ponen
muchas estrellas en Goodreads. «Esto marcha», piensa el escritor. Pero pasan
los meses y apenas se habla ya de la novela, aunque sus seguidores siguen al
pie del cañón, aplaudiendo con clics todas sus ocurrencias.
Imagina
que ahora el escritor se encuentra con su editor. El editor le pone mala cara:
su novela ha vendido menos de lo esperado. No le puede garantizar un buen
adelanto para la siguiente. De hecho, ni siquiera puede garantizarle que le
publique una siguiente. Le revela la
cifra, una cifra dolorosa, porque es más baja, bastante más baja, que su número
de seguidores en esa página de Facebook, esa cuenta de Twitter, ese canal de
YouTube o ese blog que tanta actividad rezuma. El escritor descubre el abismo
que hay entre la apariencia de éxito y la realidad; quiere entender qué ha ocurrido,
qué ha hecho mal. ¿Piratería? Puede, pero la situación le parece demasiado
compleja como para reducirla a una sola explicación. Quizá a algunos seguidores
solo les interesen sus comentarios en las redes, impresiones breves e
inmediatas, carne de retuits y «Me gusta» fáciles. Quizá algunos empezaron a
seguirlo porque leyeron una novela suya, aunque no tienen la intención de
leerlas todas. Quizá los elogios que recibe son de unos pocos que hacen mucho
ruido mientras la mayoría lo ignora. En todo caso, sigue recibiendo feedback de los lectores; no pasa una
semana sin que algún seguidor, nuevo o conocido, le recuerde lo buen escritor
que es, lo inteligente que lo considera. Y el escritor se muerde la lengua para
no soltarle: «No me quieras tanto, no seas mi fan, y cómprate mi puñetero
libro».
Estoy totalmente contigo, todos los libros que me he leído han sido comprados, no me gusta que me los dejen, los compro para tenerlos en mi estantería, para mirarlos y olerlos cuando me apetezca. Y también, porqué no decirlo, para "recompensar" y ayudar al escritor que tan buen rato (o no) me está haciendo pasar. No entiendo a esa gente que no le cuesta pagar 10€ por un cubata que le ma a durar 10 minutos y le duele en el alma gastárselos en un libro (que le va a durar bastante más y encima lo va a poder releer las veces que quiera). En fin, una gran pena.
ResponderEliminarSaludos!
Bueno, por prestarse libros entre amigos tampoco pasa nada. Lo preocupante, a mi parecer, es la gente que antes compraba muchos libros y desde que tiene el e-reader no compra ninguno. El problema es que piratean porque pueden, y nadie parece dispuesto a frenarlo por los intereses que hay detrás.
EliminarInteresante reflexión.
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias. Otro abrazo.
EliminarQue curioso texto. Se puede interpretar de muchas maneras: la exigencia de las editoriales hacia sus escritores, el famoseo en las redes sociales (que muchas veces no significa nada), el precio de los libros. Muchas veces en mi vida los libros se quedan en un segundo plano porque no puedo comprarlos y hacer frente a los demás gastos de mi vida y encima querer tener un hijo. Entonces...no los puedo comprar. Aunque lo quiera, aunque lo necesite :(
ResponderEliminarSupongo que todos pasamos por épocas difíciles, aunque siempre queda la opción de ir a la biblioteca o comprar libros de segunda mano. De todas formas, mi intención era hablar sobre los escritores que tienen muchos seguidores, pero luego apenas venden, y no por falta de apoyo económico por parte de la editorial.
EliminarDuro... pero cierto. Muchas veces la gente tiene más boca que voluntad. "Me gusta mucho lo que haces, pero no me voy a gastar un chavo por ti". Una manera muy curiosa de vivir la vida.
ResponderEliminarTal cual. La escritura es uno de los oficios menos valorados, al menos en este país. Los autores llegan a compaginar la literatura con otro empleo durante años (o durante toda la vida), y esto no debería ser lo normal. No tendría que costar tanto ganarse la vida escribiendo cuando se es bueno en ello.
EliminarBuen artículo, siguiendo la línea del anterior (sobre las decepciones del escritor) que no te llegué a comentar, porque aún estaba perdida en el modo "vuelta al cole". Me parece que quizás falta algo por definir: se llama escritor ¿cuando se escribe?, ¿cuando se publica?, ¿cuando alguien lo lee?, ¿cuando se vende tanto como para vivir de ello? Me gustaría creer que un escritor es el que disfruta escribiendo y le pone el alma, sin pensar cuánto va a venderse, aunque se viva de otra actividad paralela. Pero sobre los "like" sin ventas: hay mucha gente insegura que se define por los miles de amigos que tiene en la red y la cantidad de gente culta a la que sigue virtualmente - esos no compran. Además se está haciendo mucha publicidad a cientos de libros malos hasta la desesperación, con lo que hay pocos seguidores fieles de autores buenos y bastante gente confusa gastando dinero donde no debería.
ResponderEliminarPor si sirve de algo, escribí el artículo pensando en autores españoles jóvenes y "serios", de entre 20 y 40 años, publicados por editoriales literarias grandes, que reciben bastante atención de los medios cuando publican pero luego venden poquísimo (ellos mismos lo reconocen), a pesar de que algunos tienen un auténtico club de fans en las redes.
EliminarLa literatura española joven está pasando por un momento delicado, en parte por la crisis y en parte por la piratería (entre otros motivos). En los ochenta no fue tan difícil que las nuevas voces se asentaran, claro que la situación sociopolítica era muy diferente, había una necesidad de renovar la cultura. Ahora a menudo se dice que los escritores jóvenes no venden porque no son buenos, pero digo yo: ¿cómo van a ser buenos si no pueden dedicarse por completo a escribir y tienen que hacer malabarismos para llegar a final de mes? Hay autores capaces de compaginar la escritura con otro empleo sin problemas, es cierto, pero otros lo llevan peor. En el fondo, esto ya lo contaba Virginia Woolf en "Una habitación propia": para dedicarse a la literatura se necesita independencia económica.
Sobre los "fans", en mi opinión, y sin ningún estudio que lo certifique (juas), algunos compran, algunos piratean y los demás solo están interesados en las ocurrencias del autor, no en sus libros. Es más fácil leer cuatro líneas mientras uno holgazanea en Facebook que dedicar unas cuantas horas a un libro.
Pues sí, así es. Conozco ya unos cuantos casos.
ResponderEliminarMe empieza a doler la boca de decir que tenemos que agradecer de algún modo lo que otros nos ofrecen. Un clic en la publicidad, una compra mínima, una donación de 2 €, recomendaciones a todos tus amigos. Lo que sea. Tu escritor favorito no sobrevive gracias a la piratería, sobrevive porque gente como tú le compra los libros.
El problema del "me gusta" es que sentimos que con eso lo hemos hecho todo. Yo llevo un tiempo intentando ser agradecida de una forma realista, aunque por supuesto no puedo hacer todo lo que me gustaría, ni para todos aquellos a los que admiro y sigo. Pero me siento mejor, oye. Me siento muy bien cuando dono o compro o animo a otros a donar o comprar a artistas que me gustan. Siento que contribuyo, aunque sea de forma mínima, a que esa persona coma de lo que hace.
Gracias por esta reflexión,
Gabriella.
Exacto, hay que poner en práctica estos pequeños gestos y tratar de mostrar a los demás que es justo que el creador (sea de un libro, de una canción o de una serie) reciba una compensación a cambio. La creencia romántica de que el artista debería estar satisfecho "sólo" con que lo lean ha hecho mucho daño.
EliminarAlguna vez leí que la gente le da like a un articulo periodístico solo por el título, sin haber leído el contenido. Con esto quiero decir que la cantidad de likes que tenga una página no equivale al número de lectores, lectores reales. Por otra parte, hay que reconocer que los libros en papel--aunque a algunos nos parezcan atractivos todavía-- son caros, más que bajar un ebook. Y por otra parte, tienes razón en los que dices: algunos solo están interesados en las ocurrencias del autor o en el "sound bite".
ResponderEliminarEs verdad que mucha gente solo lee los titulares (no hay más que leer los comentarios a las noticias: muchos sacan conclusiones precipitadas porque no han leído el artículo completo). En cuanto al precio de los libros en papel, bueno... Entiendo que hoy en día, con la crisis económica que tenemos, todo resulta caro, incluidos los libros. Ahora bien, en comparación con ir a cenar fuera, por ejemplo, un libro sale barato. Todo depende de las prioridades de cada uno.
EliminarMucho ruido y pocas nueces, vamos... Es el problema de las redes sociales: te pueden llegar a hacer creer lo que no eres.
ResponderEliminarMe ha encantado el artículo :)
¡Saludos!
Yo no culparía solo a las redes. Creo que hay seguidores que hacen mucho ruido, pero a la hora de la verdad no están ahí cuando hay que demostrar el apoyo al escritor con la compra.
EliminarGran artículo. Ya no sólo es que si tienes poco presupuesto te vayas al mercadillo (El Rastro y similares) de tu ciudad o compres en formato eBook que te es más económico. Lo que es muy fuerte ya es que sigas a alguien que te cae bien y te gusta cómo escribe (no sé si existen otros motivos para seguir a alguien porque todos a quienes sigo les sigo por cómo escriben, aunque sea en sus blogs o en sus tuits... aunque no hayan escrito ni un relato). Pero que hayas escrito un libro (o varios) y no te compren ni uno es demencial. Yo tengo al menos uno de cada autor al que sigo. Lógicamente sigo sólo a quien me interesa (y eso nunca significará que los demás no sean buenos escritores, sólo que no me van o los desconozco). Gracias. Disculpa la extensión (no volverá a pasar). Un saludo.
ResponderEliminarEstoy encantada con los comentarios extensos (e interesantes, como los de esta entrada), así que nada de disculpas :).
EliminarEs exactamente como lo describes. Hay gente que desde que tiene un lector digital se jacta de no comprar ni un libro. Gente muy lectora, muy participativa en las redes. Se escudan en que los libros son caros, pero antes bien que los compraban.
Un artículo arrollador. Lo cierto es que con las redes nos hacemos conocidos, conseguimos muchos seguidores, pero las ventas...
ResponderEliminarHace unos años dejé todo para dedicame a mi vocación. Confieso que "sobrevivo" del entorno de la literatura (talleres, correcciones, etc.), pero no de la venta de libros. Tengo esa suerte.
En Twitter y Facebook pareciera que muchos escritores venden fortunas, aunque me inclino más por lo que tú dices: "el abismo que hay entre la apariencia de éxito y la realidad".
No solo te felicito por el artículo, también te lo agradezco.
Un abrazo.
Gracias a ti por comentar. Creo que todos deberíamos pensar más en esa distancia entre las apariencias y la realidad antes de idolatrar a alguien (de hecho, "idolatrar" siempre me ha parecido bastante absurdo...).
EliminarLo que saco yo de tu entrada...es que nada es más irreal que las redes sociales. Todo se magnifica ahí, y parece el mundo feliz, pero la realidad es bien distinta. Es como el que tiene 400amigos de facebook...cuántos son amigos de verdad? Pues 4! Ese escritor debería haberse hecho a la idea, no es oro todo lo que reluce...no es lector todo aquel que te sigue...
ResponderEliminarDesde luego, aunque es una lástima que la gente no se tome más en serio lo de seguir SÓLO a quien de verdad le interesa. En Twitter aún es más desesperante porque muchas veces se sigue con el único fin de que te devuelvan el follow.
EliminarMuy interesante y real, besotes
ResponderEliminarMe alegra que te haya parecido interesante, Susana.
EliminarMe parece interesante lo que dices. Y digno de un comentario (si me lo permites) algo extenso. Creo que mucha gente, pero mucha, está instalada en la banalidad con ínfulas. Quiero decir que en ciertos ambientes queda bien eso de hablar de libros, pero muchos, muchísimos, no pasan de comentarios ligerísimos en blogs sin la menor hondura, simples "Tiene buena pinta", "No me convence" o "Me lo apunto". La red ha producido una especie de espejismo cultural similar a los antiguos lectores de tapas. Pero leer de verdad es otra cosa.
ResponderEliminarMuchos autores han confundido tener presencia en la red con tener lectores. Allá cada uno. Es como confundir medios y fines. No me parece que alguien tan rotundo como Rafael Chirbes (cuya muerte me pilló con "En la orilla") necesite esa presencia facetwittera. Ni sus lectores.
Otra cosa es la industria y el ebook. No estoy seguro de compartir lo que dices, pero tampoco tengo datos o argumentos poderosos en contra. En mi caso, tengo ebook, compro libros en formato digital y también (menos) en papel, especialmente para regalar. Por una cuestión de espacio en casa, no de precio. Reconozco que el formato papel es el de mi pasado, también mi presente, pero me resulta cómodo y práctico el lector electrónico.
En cualquier caso, la cuestión de la reciprocidad lector/autor es la que subyace. Y también la necesidad de vivir de algo, parece que las actividades culturales han de ser necesariamente gratuitas, como si los autores no tuvieran que pagar facturas. Pero supongo que a estas alturas nadie se llama a engaño: del mismo modo que tener cien amigos en facebook no es tener cien amigos, tener mil seguidores de tu libro, o mil "me gusta" no es en absoluto vender mil libros. Ni siquiera que existan mil lectores.
Sobre lo primero que comentas, muchas veces tengo la impresión, como bloguera, de que hablamos mucho de libros pero poco de literatura, precisamente porque en los comentarios no se profundiza en los contenidos, no se produce un intercambio real. A veces es comprensible (por ejemplo, al hablar de una novedad que poca gente ha leído), pero incluso en libros muy conocidos las aportaciones son superficiales. No sé si es por falta de tiempo, por desinterés o porque hay lectores que solo se quedan con la trama y no quieren/pueden ir más allá, pero es cierto que esta situación de "banalidad cultural" existe.
EliminarEn cuanto al e-book, creo que el formato de lectura es lo de menos mientras se pague por los contenidos o se utilice un servicio de préstamo regularizado como las bibliotecas. Yo soy más de libro en papel, pero entiendo las ventas del lector electrónico.
En fin, muchas gracias por tu aportación, ¡con comentaristas así da gusto...! :)
Suele pasar del dicho al hecho va un trecho y muchas veces que nos guste algo no significa que lo llevemos hasta su máxima consecuencia.
ResponderEliminarUn refrán muy oportuno, sí señor :).
EliminarMe gustan mucho las publicaciones de Jenn Díaz: los enlaces a sus artículos, sus reflexiones, fotografías... Pero no acaban de convencerme sus libros. Leí dos y los saqué de la biblioteca, y por eso no me planteo comprarle ninguno. El caso contrario es Marian Izaguirre, a la que le compré dos libros.
ResponderEliminarNo estoy de acuerdo con lo de que un libro cuesta lo mismo que una cena. Eso también lo decía Silvia Querini en una entrevista, que cuesta lo mismo que una cena en un buen restaurante una capital europea. Pues eso que dijo me suena clasista, porque a ver cuántas personas se pueden permitir cenar en ese tipo de sitios; ¿sólo es para ellos la literatura? Yo no me lo puedo permitir, por ejemplo. En mi opinión, los precios de los libros en España son carísimos. Estuve en librerías de Reino Unido, Francia y España, y son muchísimo mas baratas. Este verano, en Lisboa, me sorprendió la cantidad de ediciones cuidadas que costaban más o menos 15 euros. Aquí mi última sorpresa fue con "Mentira y sortilegio", de Elsa Morante, que, a pesar de contar con una ayuda a la edición, ¡cuesta 37 euros! Es una barbaridad.
Yo intento mantener un equilibrio. Me encanta sacar libros de la biblioteca, porque es un servicio público y para eso está. También leo ebooks, compro libros de segunda mano y libros nuevos. Este año compré bastantes porque trabajé unos meses. Hasta entonces sólo tenía mi reducida paga semanal.
Sí que creo que bastantes de esas personas tan fans de los autores se descargarán los libros ilegalmente por comodidad. Creo que pasa más con los libros tipo "bestseller", ¿qué opinas? Y este fenómeno lo veo más problemático, porque al descargar se produce el efecto que describes en tu blog y también la disminución de usuarios de las bibliotecas públicas, lo que podría llevar a su cierre por parte de ciertos gobiernos.
De todas formas, el lado contrario lo veo en algunos blogs (no el tuyo) y vlogs, en los que se hacen más bookhauls que reseñas, se habla de escapadas locas a las librerías, incluso una chica comentaba que tenía todos los libros de una editorial y no había leído ninguno. Cada uno hace lo que quiere, por supuesto, pero tengo que reconocer que durante unos meses en los que seguí de manera asidua varios de estos blogs me sentí un poco agobiada, como que era una mala lectora por no comprar tantos libros como las blogueras. Es un fomento del consumismo que, aunque sea cultural, es un eslabón más de la cadena consumista de nuestra sociedad. Incluso hubo dos meses que compré muchos libros y ahora me arrepiento, ya que el año que viene me voy a hacer un máster en otra provincia o en otro país y no tendré dinero ni para una cena en McDonalds (y mucho menos en un restaurante cool de capital europea)
Muy interesante tu comentario, aportas otros puntos de vista.
EliminarLo de que te interesen los posts, artículos y demás de un autor pero no sus libros lo entiendo perfectamente. Es que alguien puede ser un buen columnista, pero un novelista mediocre (o simplemente un novelista que a ti no te interesa). Esto me parece totalmente comprensible, y estaría bien tenerlo más presente.
Sobre lo de que un libro cuesta lo mismo que una cena, he puesto este ejemplo porque es el primero que me ha venido a la mente, pero también podría haber dicho una camisa de Zara o dos cubatas. Yo tampoco soy de cenar fuera (y menos en buenos restaurantes :P), pero sí que noto que el precio de los libros está siempre en el punto de mira, mientras que el de otras cosas no. Y creo que, con todo lo que aporta un libro -enriquecimiento personal y cultural, horas de entretenimiento, una edición cuidada-, es justo que quienes trabajan en él puedan ganarse la vida. La experiencia me dice que quien de verdad está interesado en leer acaba leyendo, sea de préstamo o comprando. Conozco gente que no llega ni al salario mínimo (entre los que me incluyo) y aun así todos los meses compra al menos un libro.
El tema del precio de los libros es complicado. Aquí tenemos la ley del precio fijo, a diferencia de otros países (como los anglosajones), y no se pueden hacer tantas ofertas. Además, se vende menos que en otros países europeos, no hay tanta cultura del libro, por eso es necesario fijar precios más altos para compensar las pérdidas. Los libros que cuestan más de 30 euros suelen ser traducciones largas (muy costosas) que están destinadas a venderse poco -libros que se editan exclusivamente por su valor cultural, vaya-, de ahí que el precio sea tan caro. En esto entiendo a las dos partes: al editor que se ve obligado a poner un precio alto y al lector que no puede permitirse pagar 30 euros por un libro. Yo suelo pedirlos como regalo de cumpleaños.
También creo que los libros más perjudicados por la piratería son los que más venden. Cuanto más se vende un libro, más se habla de él y más gente se interesa por leerlo. De todas formas, sería curioso que existiera un "ranking de descargas" para comprobar si hay alguna excepción. También me da rabia la situación en la que quedan las bibliotecas; la gente que descarga por sistema parece no acordarse de ellas (ni de la posibilidad del préstamo digital). Al final, parece que impera la ley del mínimo esfuerzo: la descarga gratis.
Muy interesante y, por desgracia, muy cierto. Es una época difícil ésta para un escritor. Se valora poco el trabajo. Todo está a un solo clic y no se reconoce todo el esfuerzo que hay detrás. En fin...
ResponderEliminarY también ha resultado muy interesante leer todas las respuestas que ha provocado este post.
Besotes!!!
Como siempre pones el dedo en la llaga y tienes mucha habilidad para generar debate, poco puedo aportar a lo dicho hasta este momento, coincido contigo en que si uno quiere leer, lee, yo he hecho auténticos malabarismos, incluso desplazarme a otra localidad porque mi biblioteca deja mucho que desear.
ResponderEliminarCreo que los libros en España son caros, y desde luego el IVA aplicado a la cultura no le beneficia, yo antes que ir de cena prefiero un buen libro, pero solo cuando trabajo me lo puedo permitir, y entonces hay miles de agujeros que tapar.
En cuanto a los seguidores hace tiempo que me desengañe de ello, y supongo que un blog no es muy diferente si se trata de un bloguero o de un autor, y hay quien le da me gusta a todo, o lo retuitea todo sin leer una sola línea, de ahí que luego el autor no venda.
Vivir de la literatura es complicado, y creo que no hay voluntad por parte de nadie en que esto cambie
Hola, muy acertado. Pero hay tantos escritores y tantos libros y a los precios que lo svenden que resulta imposible. Hay muy pocas personas que viven de escribir y para ello tienes que tener un gran equipo editorial detras, yo el mio lo regalo y ni aun asi, jajaja. ES lo que hay, besos.
ResponderEliminarComo siempre, un placer leerte y que tus palabras inviten a reflexionar. Hoy en día parece que si no estás en la red, no existes. Quizás deberíamos cambiar este concepto y decir "Si no estás en la estantería de mi casa/mi mesita de noche/mi ebook, no existes". Personalmente, no me compro tantos libros como me gustaría (es una cuestión de presupuesto) pero para mi consuelo siempre me quedan las bibliotecas municipales.
ResponderEliminar¡Hola!
ResponderEliminarMe ha gustado muchísimo tu reflexión, y te lo dice una persona a la que le gusta pensar y reflexionar con cualquier cosa.
Estoy muy de acuerdo contigo en el efecto de las redes sociales. Tanto para darte promoción como profesional como si buscas tener muchos seguidores, las redes sociales pueden ser una gran capa de humo. Es cierto que gracias a ellas uno se puede dar más a conocer y conseguir más fans o fieles a tu trabajo, pero también es cierto que luego eso no se traduce en igualdad de ventas. Por eso, creo que uno siempre debe ser fiel a su trabajo, independientemente a lo que digan los demás. Evidentemente, siempre hay que tener en cuenta a los seguidores porque ellos hacen posible que puedas trabajar de lo que te gusta, pero los de verdad son los que valoran tu esencia personal y también son los que terminan comprando o siendo sinceros cuando dicen que de verdad admiran tu trabajo y lo consumen.
En cuanto a la compra de libros. Es cierto que hay muchos que están a un precio muy caro, pero también es que muchos de ellos tienen un increíble trabajo detrás, como los de ilustraciones. Pero bueno, siempre está la alternativa de los libros de bolsillo. Y si aún así, se sale de nuestro presupuesto, hay muchas tiendas de segunda mano que ofrecen obras literarias por un precio más que razonable. Y no sé si seré la única, pero para mí el tacto y el olor de un libro viejo, es muy especial.
Me quedo por tu blog, que me ha gustado mucho.
Un saludo ^^.
¡Vaya! Nunca había pensado que no había relación real entre la popularidad en las redes y las ventas. Daba por supuesto que los fans de los escritores lo son por sus libros. (De nuevo se demuestra que las suposiciones son engañosas.)
ResponderEliminarHas creado un debate muy interesante :)
¡Un saludo!
Me ha gustado mucho tu entrada. La verdad es que suele ocurrir mucho en la red que blogs o canales de Youtube están repletos de gente que aceptan leer ocurrencias del autor o chascarrillos, pero que no quieren soltar dinero en sus libros porque realmente no le interese tanto o lo que sea. A mí me ha ocurrido en ocasiones que me cae muy bien un autor, le sigo en su blog, lo leo y comento, pero luego no compro sus libros porque no me llaman la atención o porque prefiero leer otros libros antes, y al final lo dejo y nunca lo leo.
ResponderEliminarTambién creo que es muy atrevido pensar que porque alguien te siga en twitter o en cualquier otra red social, que es gratuita, implica que esté dispuesto a pagar por algo que le ofrezcas, porque ya entra dinero de por medio. Parece últimamente que las redes sociales son infalibles y luego resulta que el valor de las acciones de estas redes sociales no es tan alto como parecía porque muchas empresas no venden a través de internet. Es imprescindible estar en las redes para que la gente sepa que existe, pero eso no implica que la gente vaya a comprar tu producto.
El comentario es un poco caótico, así que no sé si me explico.
Me ha gustado mucho tu entrada, ¡saludos!
Será casualidad, pero hoy he leído un artículo de 2012 de Karen Woodward que tiene relación con el fondo de tu post. Karen viene a decir que el mundo virtual actual no debería confundir a un escritor: la auténtica plataforma para lanzar sus libros debería ser escribir y escribir, y por ello no debería perder demasiado tiempo intentando promocionarse en las redes sociales. En sus propias palabras:
ResponderEliminar“If a writer doesn't have a following, if they only have a few books published, I think it helps to--and this is on top of writing--post regular blog articles and then let their Twitter pals know about the new blog post.
But that doesn't have to take long. I believe what matters is blogging (somewhat) regularly, even if that's only once a month.”
Coincido con vuestro planteamiento: Internet nos da una falsa apariencia de cercanía y de consecución sólo sustentada por lo fácil que es pulsar un “Me gusta” o un “Follow”.
Un saludo.
Hola, hoy he pasado por tu blog y he visto esta súper interesante discusión... Si me disculpas voy a meter mi mano y dar una visión desde el tercer mundo.
ResponderEliminarLas descargas y los escritores o mejor dicho las editoriales. Por acá en Venezuela, Colombia esos autores tan renombrados ni siquiera llegan, mucho menos se hacen publicidad. Nosotros tenemos la mala suerte de solo tener acceso a los grandes escritores y no a los noveles ni nuevos famosos. Lastimosamente yo no he podido poner mis manos sobre un libro de Milagros Gabriel, o de Nalini Singh o algunas del estilo. Sin embargo me he hecho aficionada a esas lecturas mediante los blogs que pertenecen a países del primer mundo y que nos hacen conocer a esos autores tan renombrados que salen en las listas del New York Times pero que no llegan a nuestras librerías ¿como los compro? ¿Como los leo? Bueno pues están las descargas y las compras online de ebooks (las cuales amo) No justifico las descargas del todo pero voy a preguntar algo ¿nunca jamás en la vida han leído un libro prestado? ¿Eso es malo? ¿Ilegal prestar un libro? Bueno, yo pienso que si tengo una amiga y le presto mis libros es normal. Claro si voy a prestar el libro a todo el que pase por mi frente mejor me vuelvo biblioteca jajajajaja y me imagino que se requieren unos requisitos; pero tampoco es ilegal ir a la biblioteca y leer unos cuantos libros que no he podido comprar.
Ya se que el tema es súper controversial. Pero aunque yo he comprado algunos ebooks solo para tenerlos en mi estantería después de haberlos leído online, no todos lo hacen. Desde que yo tenía 12 (ahora tengo 56) he reunido un poco cada mes y me he dado el gusto de comprar libros, pero las mudanzas me obligaron a regalarlos, donarlos y ahora solo compro ebooks, no ocupan espacio y e los llevo a donde quiero porque muchos de los que me los venden los mantienen en mi historial. Pero siempre me he preguntado ¿eso satisface igual a las editoriales? ¿Entra en sus estadísticas? ¿Comprar en iTunes o Amazon es igual que comprar en la librería de al lado?
Otro punto a considerar, y perdonen mi desorden mental, es si estamos enseñando a los jóvenes el valor de la lectura. No compramos porque bajamos o porque ahora leemos menos personas? Los jóvenes leen? Les estamos enseñando? Mis hijos prefieren la lectura o el Nintendo? Creo que al final el problema está radicado por allí. Porque préstamos han existido siempre y si vamos a ver antes había muchísimas más bibliotecas y se pedían prestados los libros, el problema ahora creo que es mayormente que los jóvenes van mas a jugar maquinitas que a leer.
Mi humilde opinión por supuesto
Disculpen la extensión y cualquier discrepancia
Saludos
Excelente artículo, Rusta, felicitaciones.
ResponderEliminarConvertir los seguidores en compradores es complicadísimo, porque un "Me gusta" lo da cualquiera, pero 10 o 20 € (lo que cueste el libro) no. En las redes hay mucho ruido y lo importante es identificar con quién se puede conversar y cuándo...
Saludos
Un artículo muy reflexivo. Soy de las que padece cuando de compras de libros se trata porque siempre quiero mas de lo que me puedo permitir, mucho mas sufrimiento cuando hace un par de años descubrí páginas como la tuya (esta misma), blogs y ciertamente todo ese alud de comentarios sobre libros y autores que une vez descubres las redes sociales, te bombardean de información. Hay ocasiones en que puedo pasar horas y días solo en lecturas de reseñas, críticas, comentarios, opiniones y entonces envidio toda la capacidad de esas personas de leer tantos libros y la capacidad de obtenerlos. Y entonces también vemos el alza de esos lugares donde puedes descargar libros (que apenas en semanas recientes leías de su lanzamiento) y se te van los ojos y te dan ganas (cual vitrina de delicias dulces) confieso, por hacer click. (Y confieso lo he hecho) y entonces entiendes muchas cosas más. El click fácil, es muy tentador pero también con la lectura adquirí una conciencia para con los autores que me gustan, así que debo decir que de las cosas que he leído y me han gustado he terminado por adquirir el libro en físico.
ResponderEliminarTambién hay escritores muy pesados que nos saturan con su autobombo. Los mejores no se promocionan a sí mismos en internet
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