Edición:
Lumen, 2015
Páginas:
408
ISBN:
9788426402318
Precio:
19,90 € (e-book: 9,99 €)
Lucía
Osman, una anciana afincada en Madrid, tiene una historia que contar. Se remonta a su infancia, a principios del siglo XX, cuando ella, como
niña mestiza, fue vendida por su padre a un prostíbulo de Melilla. Más
adelante, durante la guerra del Rif,
fue capturada por los rifeños y se vio sometida a una serie de horrores junto a
otros prisioneros. Sin embargo, en medio de esta vida marcada por la tragedia también
hubo esperanza: se enamoró de Gerald Holbrooke, un fotógrafo, al que conoció
mientras era prostituta. Este hombre supo ver más allá de la miseria que la
rodeaba; como consecuencia, cuando Lucía perdió el contacto con él, decidió
buscarlo contra viento y marea aunque por el camino se topara con los peligros
del conflicto bélico. Ahora, la Lucía anciana comparte estas vivencias con
Pablo Ferrer, un periodista vocacional que no se encuentra en su mejor momento
personal después de sufrir una ruptura y sentirse un poco alejado de su hija
adolescente, que vive con la madre.
Desastre de Annual |
El león dormido
se publicó por primera vez en 2005 —cuatro años antes que El tiempo entre costuras, de María Dueñas, que también recrea el pasado
del norte de África, en su caso a finales de los años treinta— y ahora vuelve a
las librerías con una edición revisada. Los lectores de Marian Izaguirre
(Bilbao, 1951), autora conocida sobre todo por su éxito La vida cuando era nuestra (2013), ya habrán detectado algunos
rasgos habituales de su obra en esta breve sinopsis, a saber: la narración alterna
de dos historias ambientadas en épocas y
lugares diferentes (el pasado de Lucía en Melilla y el presente de Pablo en
Madrid), pero con algún tema en común que las conecta a pesar de la distancia; la
relación intergeneracional entre un
personaje anciano y uno más joven, planteada de tal manera que el primero, con su
experiencia, aporta algo al segundo y le ayuda a abrir los ojos; y, por último,
una mirada a los acontecimientos cargada de compasión, una compasión bien
entendida que no cae en la sensiblería, sino que invita a la empatía y humaniza a sus protagonistas.
Las
novelas de Marian Izaguirre siempre esconden algo bajo la trama evidente. Por
eso, aunque El león dormido se puede
leer como una ficción para conocer (de forma muy amena) otra cara del Desastre de Annual —la de los prisioneros, como Lucía—, en el fondo es también una
aproximación a la necesidad, primigenia e invariable con el paso de las
generaciones, de mantener (y fortalecer) los lazos que nos unen a alguien, sea un
amor, un hijo o un amigo. El hecho de que la protagonista sea una mestiza
vendida por su padre no es dramatismo gratuito, sino que enfatiza el desamparo
de la joven, que influye en su forma de aferrarse a las personas
queridas y en su instinto de supervivencia. La autora no la caracteriza como a
una heroína de cine —a pesar de que, al conocer su historia, lo pueda parecer—,
porque lo que predomina es su lado íntimo, donde la vulnerabilidad se instala
con fuerza.
Tampoco
es casualidad que el periodista sea un hombre hastiado de todo que además tiene
una hija adolescente. En apariencia, estos dos personajes no tienen nada que
ver con Lucía; son muchos años, muchas transformaciones socioculturales que los
separan. Sin embargo, ocurrirá algo que los cruzará, como se cruzaron Alice y
Lola en La vida cuando era nuestra, o
Salvador y Marina en Los pasos que nos separan. Y, si en la vida de Lucía predominaban el desamparo, la esclavitud
y la búsqueda de su amor, la del periodista permite plantear la relación entre
padre e hija cuando los progenitores están separados y la chica atraviesa una
etapa de cambios importantes. En definitiva, el libro tiene un calado que va
más allá del simple entretenimiento, y eso, unido al tono accesible y el ritmo
bien llevado de la narración, es seguramente uno de los motivos por los que
Marian Izaguirre está ganando tantos adeptos.
Marian Izaguirre |
En
suma, El león dormido tiene los
ingredientes para complacer a los lectores que disfrutaron de las novelas más
recientes de la autora: una historia
apasionante en la apariencia y conmovedora en el fondo, contada con una voz narrativa
clara y amable, sin pretensiones. Con todo, hay que decir que Marian
Izaguirre ha crecido como escritora en estos años y, aunque esta edición de El león dormido haya contado con una
revisión exhaustiva, estoy segura de que, si hubiera tenido que escribirla hoy,
el resultado habría sido diferente. Su escritura ha ganado precisión con la experiencia, y también ha mejorado en la concepción de la
estructura y el desarrollo de dos tramas a la vez, con un mayor equilibrio
entre ambas. En cualquier caso, si bien no está a la altura de sus últimas obras,
resulta igualmente muy recomendable.
Intenté leer "Los pasos que nos separan", me llamaba mucho su ambientación. Sin embargo, no logré conectar con la novela. Me pareció aburrida y llena de sentimentalismo barato.
ResponderEliminarsaludos
Lástima :(.
EliminarEspero recibir pronto la novela y estrenarme con la autora,
ResponderEliminarbesucus
Espero que la disfrutes y que te animes a leer también otros libros de la autora. "La vida cuando era nuestra" es una delicia para los amantes de la lectura.
EliminarEsta autora no me llama la atencion asi que no creo que lea este libro.
ResponderEliminarSaludos
Si alguna vez te interesa, te diría que probaras con "La vida cuando era nuestra", que creo que es el que más puede gustar.
EliminarLa vida cuando era nuestra me gustó mucho. Pero este libro lo veo muy similar, y eso no termina de llamarme.Si me cruzo con él, quizás me anime. Pero lanzarme a su búsqueda, creo que va a ser que no.
ResponderEliminarBesotes!!!
Quizá me he expresado mal. He señalado puntos en común en ambas obras, propios del estilo de la autora, pero no creo que sean libros "parecidos". El ambiente de las guerras del Rif no tiene nada que ver con los recreados en "La vida cuando era nuestra" -la posguerra española y las ciudades de París y Londres en los años veinte-. Solo por esto ya son bastante diferentes.
EliminarMe estrené con "La vida cuando era nuestra", que me gustó bastante, así que seguiré con "Los pasos que nos separan". Ésta también tiene buena pinta a pesar de lo que dices de que no está a la altura de sus novelas posteriores, así que caerá más adelante.
ResponderEliminar1beso!
Sí, lee primero "Los pasos que nos separan" (que me gustó tanto o más que "La vida cuando era nuestra") y sigue con "El león dormido".
EliminarTodavía no he leído nada de esta escritora, y es de las que tengo en la lista.
ResponderEliminarCurioso lo que cuentas de que se publicó antes que "El tiempo entre costuras".
Un abrazo
Sí, ¿verdad? Al leer el argumento, uno podría pensar que se ha publicado aprovechando el tirón de "El tiempo entre costuras", pero, de hecho, es anterior.
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