Edición: Destino, 2014
(trad. Pablo Martín Sánchez)
Páginas: 448
ISBN: 9788423347773
Precio: 19 €
Los humanos están solos. A pesar de la lluvia, a pesar de los animales, y de los ríos y de los árboles y del cielo, a pesar del fuego. Los humanos se quedan en el umbral. Han recibido el don de la verticalidad y, sin embargo, se pasan la vida encorvados por un peso invisible. Algo los aplasta. Llueve: y se ponen a correr. Esperan la llegada de los dioses, pero no ven los ojos de las bestias que los miran. No oyen cómo los escucha nuestro silencio. Encerrados en su razón, la mayoría no conseguirá nunca franquear la sinrazón, o lo hará al precio de una iluminación que los dejará locos y exangües. Lo que tienen entre manos los absorbe y, cuando las manos están vacías, se las llevan a la cara y lloran. Los humanos son así. Pág. 112.
Pocas
situaciones impactan tanto como presenciar una escena de la violencia más macabra que el ser
humano es capaz de infligir a sus semejantes. Y recalco esta palabra, presenciar, porque los medios de
comunicación han trivializado tanto las guerras, el terrorismo y otras
atrocidades que no basta con oír, informarse o ver en imágenes las muestras de
brutalidad; hay que conocerlas en directo, sufrirlas y comprobar cómo afectan a
las personas cercanas para saber de qué va eso llamado barbarie. Wajdi Mouawad
(Beirut, 1968), reconocido director y actor de teatro, lo sabe, ya que de niño
tuvo que emigrar junto a su familia por los conflictos civiles que asolaron el Líbano
durante la segunda mitad del siglo XX. En 1983, se establecieron en Canadá,
donde el autor ha desarrollado su carrera. Con su segunda novela, Ánima (2012), que le llevó diez años de
escritura, acaba de ganar el Premi Llibreter 2014.
La
novela comienza como un thriller: Wahhch Debch encuentra el
cuerpo de su esposa, cruelmente asesinada, en el salón de su casa. El
sospechoso es un hombre del que no sabe nada; no parece haber cuentas
pendientes que motivaran el suceso. El protagonista se obsesiona con él y
decide ignorar los trámites oficiales para ir a buscarlo él mismo. No se mueve
por el deseo de venganza, sino por una extraña necesidad de ver al culpable con
sus propios ojos para asegurarse de que no ha sido él quien ha cometido esa
salvajada. Emprende un viaje que lo lleva desde Canadá hasta el oeste de
Estados Unidos; un recorrido por territorios
indómitos que tiene ecos de western
por su aridez y la amenaza constante que se cierne sobre el protagonista.
La
particularidad es que la aventura se narra desde la perspectiva de más de veinte animales,
entre los que se cuentan gatos, perros, moscas, caballos, ratas, pájaros
y muchos más. Cada uno narra, en fragmentos breves (útiles para no entorpecer
el ritmo), una parte del itinerario del hombre; y, por supuesto, no se limita a
referirse a sus acciones, sino que evidencia su voz de bestia, su mirada de
animal. Esta estructura tan ambiciosa tiene justificación: para empezar, una analogía entre el animal y el ser humano,
que dadas las circunstancias del crimen aún resulta más potente: ambos pueden
ser fieras, depredadores, carroñeros; pero también leales, tiernos, compasivos.
Mouawad destruye dos tópicos de una tacada: ni los animales son los únicos
seres «salvajes» (es curioso constatar cómo el léxico asociado a la violencia
está lleno de vocablos del reino animal: bestia, alimaña, bicho, fiera,
etc.), ni los humanos los únicos «inteligentes» o «racionales». Ánima muestra la irracionalidad que los
mueve a todos, para bien y para mal.
Este
no es el único objetivo del punto de vista. Los animales no perciben la
realidad del mismo modo que los humanos; y empleo este verbo, percibir, porque, además de la vista,
conocen a través del oído, el olfato e incluso el gusto. El autor se introduce,
no solo en una hipotética «mente», sino en el cuerpo de cada uno: capta sus
movimientos, sus instintos, su metabolismo (ha consultado tratados de zoología
para documentarse). Aunque cae en algunos clichés (el perro como amigo del
hombre, la serpiente como perversa, etc.), el esfuerzo para caracterizarlos de
forma individual es enorme. El protagonista, para ellos, es un hombre sin pasado, un desconocido (un
«humano», como lo llaman; lo designan de este modo —y no como «persona»— para
enfatizar el hecho de ser una especie más, sin atribuirle superioridad); y los
animales cuentan lo que advierten sin entrar en cábalas psicológicas. Aquí
radica la genialidad de Mouawad: el lector carece de la información habitual
sobre el personaje (edad, trabajo, familia, orígenes) y debe averiguarla con
los detalles que dejan caer las bestias, testigos (¿imparciales?) de su camino.
Un gran ejercicio de sutileza en el que destaca el uso de los diálogos, que
desvelan, poco a poco, los datos necesarios para comprender a Wahhch Debch.
Masacre de Sabra y Chatila. |
Porque
hay que comprenderlo para entender la complejidad de Ánima. A pesar de las apariencias, no es un thriller superficial sobre la búsqueda del asesino. Tiene un calado
mucho más hondo, que conecta el asesinato de la mujer con otros sistemas macabros
de matar. Con la guerra. El
protagonista comparte raíces con el autor: presenció la masacre de Sabra y Chatila en 1982, cuando era pequeño. Ahora busca respuestas, aunque ni él mismo
sabe con exactitud cuál es su pregunta. La obra muestra dos posibilidades de
violencia: la personal (hacia su esposa, una violencia que solo sufren la
víctima y sus allegados) y la política (de la contienda organizada y el ansia
de poder, que afecta a toda una población). Ánima
se ancla en la violencia real, bebe de ella, se desarrolla en ella. Y, en el
fondo, queda la perplejidad de aceptar la
irracionalidad del ser humano, la irracionalidad como elemento constitutivo
de la realidad.
Mouawad
también plantea el conflicto por las diferencias étnicas. Además del tema israelí-palestino, no es
casual que el protagonista se mueva entre mohawks,
indios norteamericanos cuya comunidad está amenazada por las políticas de
asimilación. Este ambiente favorece el contacto con la naturaleza —con los
animales— y el estilo de vida alternativo, aunque hay que remarcar que la
violencia se produce tanto en una reserva como en un apacible
apartamento de ciudad; el autor no separa a indios de urbanitas en este
aspecto. El entorno permite criticar asimismo algunas cuestiones disfuncionales
de la sociedad occidental, como la ineficacia de los canales oficiales para
asegurar el cumplimiento de la ley, porque la policía tiene sus propios
intereses; y mostrar que algunos medios no institucionalizados pueden resultar válidos,
como los recursos de un curandero para sanar una herida.
Wajdi Mouawad |
«Perturbadora»
define bastante bien todo lo que es Ánima.
Perturbadora porque el lector la termina con otra conciencia de la realidad. Perturbadora porque habla de la
maldad, de la crueldad, de la monstruosidad, sin buscar razones y
destapando tabús con un punto de partida que recuerda a Tres noches, de Austin Wright. Perturbadora por una estructura
complicada que, a pesar de sus riesgos (algunos animales aportan información
superflua, sobre todo en las cien primeras páginas, y la forma de revelar el
pasado del protagonista a veces peca de forzada, como al hablar en sueños),
culmina el proyecto con éxito. Perturbadora por la intensidad de la escritura de
Mouawad y su adaptación a la diversidad expresiva de los personajes (la novela
está escrita en francés, pero incluye diálogos en inglés para acercarse
a la voz de los no francófonos de la zona donde se sitúa). Perturbadora porque, aun con todas las ideas
preconcebidas que se pueden tener sobre la obra, sorprende, desconcierta,
conmociona.
Y
eso no es poco.
Desde que salió esta novela me pareció distinta y sorprendente, y a cada reseña, aumentan mis ganas de leerla. La vamos a guardar para septiembre - octubre, que parece un momento apropiado para sumergirse en su lectura.
ResponderEliminarBesos.
Es una muy buena novela, de verdad. Dura, pero consigue lo que se le pide a un libro: cambiar nuestra visión del mundo, aportarnos algo que no teníamos antes de empezarlo.
EliminarHace tiempo que habia oido hablar muy bien de esta novela, y la verdad es que me llama muchisimo. No solo por esa parte de thriller que lleva, sino por la originalidad de la narracion, y mil cosas mas. Lo mantengo en mente y espero poder darle salida pronto. Besos
ResponderEliminarSí, merece la pena por muchos motivos. En cierto modo, la forma de thriller solo es el punto de partida para arrastrar al personaje (y al lector) hacia temas aún más complejos. Es bastante difícil clasificarla en un solo género.
EliminarParece muy llamativa la narración a cargo de unos animales. Tendré qu echarle un vistazo.
ResponderEliminarSí, es muy original; y lo más importante: tiene una justificación, no es un mero ejercicio para que el autor se luzca. Me parece una de las propuestas más interesantes de este año.
EliminarDesconocida totalmente para mí pero me han entrado unas ganas tremendas de leerla, Estas de estreno o yo me he tardado en pasar por aquí? Saludos. Para cuando Zadie Smith o Rachel Kushner (en espera de que lleguen mis primeras adquisiciones)!
ResponderEliminarCambié la plantilla del blog a principios de mes. Espero leer a Zadie Smith este año; Rachel Kushner en principio no entra en mis planes (¿merece la pena?).
EliminarHace tiempo que leí sobre esta novela y ya me pareció interesante. Con tu reseña me renuevas el interés. Y van dos...
ResponderEliminarMe alegro de habértela recordado :). Se publican tantos libros que es importante que sigamos recomendando los que merecen la pena para que no se nos pasen.
EliminarOriginal si parece, e inquietante también: la portada me ha puesto un poco nerviosa. La verdad, no sé si apuntármelo o no. Me lo pienso, ¿vale? Abrazos.
ResponderEliminarSí, es una novela dura e inquietante. No la descartes, pero busca el momento adecuado ;).
EliminarDura, extenuante, exigente, perturbadora, estimulante, arisca, fascinante.
ResponderEliminarNecesitamos libros así.
Besos
PS. Tengo un libro entre manos que me parece escrito para ti... en cuanto lo acabe, te digo cuál.
Viniendo de ti, seguro que aciertas :). Estoy deseando saber cuál es.
EliminarY sí, necesitamos más libros tan perturbadores como "Ánima".
Le estaba siguiendo la pista, buscaré el momento adecuado para leerla.
ResponderEliminarNo te la pierdas. Es muy, muy buena.
EliminarMe tienta mucho la "peculiaridad" de la narración. Y tras ller tu reseña me quedo con las ganas de sumergirme, ya, en esa perturbación.
ResponderEliminarMuy buena reseña! Gracias por ella y por tu recomendación.
Besos
El efecto de la narración animal está muy logrado. Se agradece encontrar novelas que arriesguen tanto como esta.
EliminarNo he querido leer tu reseña hasta ahora, porque fue uno de mis regalos de cumpleaños y la estaba leyendo. Una vez terminada me he pasado y coincido en general con tus impresiones.
ResponderEliminarLa novela es dura, como un puñetazo. Algunas escenas de hecho me hicieron parar a tomar aire, desprendía una violencia extrema. Una de las cosas que más me llamó la atención antes de empezar a leer fue la perspectiva animal, aunque no acababa de ver la justificación. Una vez leído, no puedo hacer más que considerarla un grandísimo acierto.
También muy interesante los temas de "la cuestión india", la vida en la reserva, el conflicto de Sabra y Chatila, ... Y muy acertado el uso de inglés, que te sitúa aún mejor, aunque creo que no es para todo el mundo, hay algunos párrafos bastante largos que al que no tenga mucha idea de inglés le descolocarán.
Lo dicho que me ha encantado, una novela dura, original, que destaca por méritos propios. Un autor al que seguir la pista.
Por cierto, "El jilguero" y "La vida cuando era nuestra" fueron otros dos libros que cayeron por el cumpleaños, así que me pasaré a releer tus reseñas cuando les toque el turno:)
1beso!
Qué bien que te haya gustado tanto. Me alegro especialmente porque me parece uno de los mejores libros que se han publicado este año y creo que "merece" llegar a cuantos más lectores mejor.
EliminarEstoy de acuerdo con el tema del inglés. Olvidé comentarlo en la reseña, pero creo que Destino debería haber traducido esos diálogos a pie de página o en algunas notas al final del libro, como hace Rayo Verde con "Diez gansos blancos", que tiene el mismo problema. No es lo mismo publicar una novela con fragmentos en inglés en Canadá que en España, y puede dificultar la lectura.
De todas formas, un gran libro. Duro, bestial, original en la forma, muy profundo en los temas que trata a medida que avanza... Como dice Jorge más arriba, hacen falta más libros como este.
Espero que disfrutes mucho de "El jilguero" y "La vida cuando era nuestra". Los dos son muy buenos, cada uno a su manera.
Desde que leí tu reseña que quiero leer esta novela. Pero estaba esperando que la sacaran en bolsillo, ahora aparece como que existe pero cada vez que hago pedido a la editorial nunca llega...
ResponderEliminar:(