Edición: SM, 2013
Páginas: 232
ISBN: 9788467551907
Precio: 9,95 € (e-book: 7,49 €)
Te cuento todo esto por si eres tan imbécil como lo fui yo. Por si te estás quedando al borde de la piscina cuando podrías tirarte de cabeza, cuando, de hecho, todo tu cuerpo te grita que te tires; pero tú, en vez de extender los brazos sobre la cabeza, te quedas a mitad de camino y te tapas las orejas con las manos. (Pág. 5).
Este verano he
regresado a mi adolescencia, a los corrillos del instituto, a la primera
decepción amorosa. Este retorno podría ser una tortura, salvo que se haga con Croquetas y wasaps, la última novela de
la zaragozana Begoña Oro, una historia tan simpática y actual como sugiere su
título. La autora dio el salto a la literatura hace poco más de dos años,
cuando ganó el Premio Gran Angular de literatura juvenil con Pomelo y limón (2011), pero su
experiencia en el sector viene de lejos, puesto que ha trabajado como editora,
escritora de libros de texto y traductora, siempre vinculada al ámbito de la
literatura infantil y juvenil. Yo la descubrí con Pomelo y limón, una obra que me fascinó por su capacidad para dar
un nuevo giro a un tema tan manido como el amor. Desde entonces me he vuelto
una yonqui de todo lo que escribe (incluido su blog).
Croquetas y wasaps tiene bastante en común con Pomelo y limón. Si en la primera novela
los protagonistas eran dos adolescentes enamorados que tenían prohibido verse
porque la prensa los perseguía, esta vez el argumento vuelve a centrarse en el
amor, aunque con algunas diferencias: Clara, esa chica tan agradable que hizo
de mensajera de Jorge y María en Pomelo y limón, está pillada por Lucas, el guapo-guapísimo de la clase. En ocasiones
parece que él también quiere algo con ella, pero después es… un imbécil. Sí,
esto es una historia más sobre el amor
no correspondido, las falsas esperanzas, el autoengaño, la caída y, por fin, la
luz. ¿Quién no se ha sentido nunca así, sobre todo a esta edad? Me gusta
que la autora haya elegido este tema porque muchas chicas (y chicos) se
identificarán con Clara (y los que superamos esa edad tendremos un déjà vu). Además, la protagonista no es
una chica perfecta: tiene carácter, pierde los nervios, se equivoca; me parece
una personalidad creíble que rompe con la tendencia de las muchachas tranquilas
y correctísimas. Lo mejor: el optimismo del mensaje final (qué bonito, qué
bonito, qué bonito).

Pero no solo se
habla de amor y desamor; si algo bueno tiene Begoña Oro es su capacidad para
condensar muchas ideas en poco espacio. Ya he avanzado que hay dos tramas
secundarias: por un lado, la de Unai, el gordito de la pandilla, un chico raro
que siempre viste de negro porque su padre murió cuando él era pequeño; por el
otro, el abuelo de Clara, que desde que falleció su esposa pasa mucho tiempo en
casa de su hija, con la que parece haber discutido por algo que la protagonista
desconoce. Ambas historias tienen en común el tema de la pérdida, la dificultad para decir adiós, una dificultad que de
algún modo se relaciona con la incapacidad de Clara para dejar atrás el
recuerdo de Lucas (el imbécil). Con estos hilos argumentales consigue intrigar
al lector —no se sabe la verdad de la muerte del padre de Unai ni lo que oculta
el abuelo—, pero, sobre todo, conmueve,
conmueve en lo más hondo porque toca las teclas de la empatía, y lo hace
tan bien que incluso en esas escenas pone una nota de humor.
Para conseguir
esto hacen falta unos secundarios a la altura de la protagonista. Los hay: el
abuelo, divertido y carismático; Unai, tan misterioso como adorable; los
compañeros de clase, con roles fáciles de identificar; los padres de Clara,
definidos con pocas pinceladas. En este punto quiero destacar el equilibrio entre el ámbito familiar y las
amistades, entre las escenas en casa y en el colegio, algo que también
caracteriza Pomelo y limón. Este
rasgo de la autora me parece bastante interesante porque logra que todo parezca
más cercano y natural (con esos momentos entrañables con el abuelo y las
broncas de la madre). En la literatura juvenil se suele producir el fenómeno de
«matar a los padres» para centrar toda la acción fuera del hogar; en cambio,
Begoña Oro no evita este componente (fundamental en la vida de cualquier adolescente)
e incluso lo potencia (en sus dos novelas los personajes pasan más tiempo del
normal en casa). Me gusta, es valiente y demuestra que del ambiente casero
también puede salir una buena novela.

He disfrutado
mucho de Croquetas y wasaps, de este
reencuentro con las palabras de Begoña Oro, que se hacen más grandes a medida
que avanza la obra; aun así, me sigo quedando con Pomelo y limón. Aparte de los problemas de la primera parte, en mi
opinión es menos original, tanto en la estructura (narración en primera persona
a secas frente a narración en tercera persona, cartas, punto de vista de las
lectoras del blog y más dibujos) como en la trama (los dos giran alrededor del
amor, pero Pomelo y limón también
hablaba de la privacidad y lanzaba una crítica a la prensa rosa, un tema que me
parece mucho más insólito que los que se plantean en Croquetas y wasaps, salvando tal vez el secreto del abuelo). No
obstante, las croquetas ganan en algo: la capacidad para emocionar. En esto la
autora sí que se ha superado.
![]() |
Begoña Oro. |
En suma, una
lectura muy recomendable para un adolescente (y para adultos acostumbrados a la
literatura juvenil). La novela aúna lo moderno de la comunicación entre jóvenes
con lo tradicional de las relaciones familiares, lo universal del primer
desamor con lo particular de la escritura de Begoña Oro, lo divertido y lo
triste de la vida, lo sencillo y lo complejo de las emociones. Sé que hoy en
día queda mal hablar de libros con «valores» —los asociamos a una obra que nos
dice lo que tenemos que hacer, demasiado políticamente correcta y uniformadora—,
pero Croquetas y wasaps los tiene y
me parecen un punto a su favor, porque surgen de la vida misma, sin forzarse, utilizan
el humor como recurso y, lo mejor, animan a ponerse en marcha, a tirarse a la
piscina y no pasarse la vida entre lamentaciones. Unos valores, desde mi punto
de vista, maravillosos. Espero que la autora no tarde mucho en invitarnos otra
vez a comer (croquetas, frutas… o lo que sea).
Si os ha llamado
la atención, podéis empezar a leerlo aquí.
Le tengo muchas ganas a este libro:)
ResponderEliminarMe gusta lo que nos cuentas, y mi hija ya lo tiene anotado en su lista de "me lo pido"
ResponderEliminarMuchas gracias por tu reseña ;)
Besos
Tengo apuntado el de "Pomelo y limón" desde que leí la reseña que hiciste sobre él. Éste también me lo apunto porque hablas muy bien de él y tiene buena pinta.
ResponderEliminarUn beso!
¡Hola, Rusta!
ResponderEliminarInteresantísima la reseña. La tendré como referencia cuando me lo lea en las próximas semanas. Estaba en Italia cuando lo publicaron y me impresionó mucho la originalidad del "book-tráiler". La reseña de Alba Úriz hizo que lo anotase en mi lista de cosas que comprar, así que cuando a mi vuelta a España lo vi en la librería de barrio a la que iba de niña con mi padre lo adquirí sin pensármelo dos veces. Me gustó mucho "Pomelo y Limón" aunque no lo haya reseñado y la valentía de la autora por narrar cuestiones polémicas, actuales y cotidianas, y todo con un buen hilo conductor.
Besos,
Elena Velarde.
Ya veo que es capaz de condensar varias tramas en muy pocas hojas y con buen resultado
ResponderEliminarA pesar de que tanto este libro como sobre todo el anterior, están recibiendo muy buenas críticas, no veas la pereza que me da leer otra vez literatura juvenil...
Besos
Mira que este libro no me llamaba nada la atención, porque no suelo leer juvenil realista, pero me has convencido. Aún así, creo que empezaré con la autora por Pomelo y limón, que lo tengo apuntado desde que hiciste la reseña y aún no lo he leído.
ResponderEliminar1beso:)
@AlyPH. Pues a por él ;).
ResponderEliminar@Cristina_Roes. Espero que os guste a las dos :).
@Kristineta. Los dos merecen la pena, sin duda.
@Elena Velarde. A mí también me encantó el book-tráiler. Normalmente no los miro porque me resultan monótonos, pero este me pareció sencillo y original al mismo tiempo. Tengo ganas de saber qué te parece "Croquetas y wasaps", a ver si coincidimos en ponerlo un poco por debajo de "Pomelo y limón".
@Laky. Te entiendo, esto va por rachas. Yo ahora tampoco tengo mi época más juvenil, pero hago algunas excepciones con autores que me gustan (Begoña Oro, Richelle Mead...).
@Elena:). Sí, recomiendo empezar por "Pomelo y limón". Ya verás como la forma de escribir de la autora te sorprende.
Hola!
ResponderEliminarBegoña Oro es una de mis pendientes. El día que vi Pomelo y Limón en la librería me llamó la atención, aunque pensé que no me gustaría y acabé por no cogerlo. Al cabo del tiempo, leí reseñas y me di cuenta de que sí me habría gustado. Cuando vi este nuevo libro me dije, esta autora seguro que me gusta, me hacen gracia los títulos, las portadas y leo la sinopsis y me gusta también.
Así que tengo sus dos libros en compras pendientes, para mi próxima peregrinación a la librería. Me gusta leer novela juvenil y rememorar algunas cosas de mi pasado, como bien dices, porque te sientes identificada con tu vida y eso hace que puedas meterte más en la historia.
BESOTES
@iPensamientos de Patri. Por lo que comentas, creo que Begoña Oro te puede gustar. Además, la chispa que tienen los títulos y las portadas también está en el texto, tiene un estilo muy personal y eso es algo que valoro mucho.
ResponderEliminarCroquetas y wasaps, un libro para dejar volar la imaginación aun que ya no formemos parte de la juventud en adolescencia, siempre es bueno leer un libro de este tipo que nos trae gratos recuerdos.
ResponderEliminar@Óscar Herrera. Sí, a los adultos nos trae recuerdos, aunque el libro merece la pena por muchos motivos más :).
ResponderEliminarNo sé si me quedan muchas ganas de volver al instituto :D Pero claro, me fio de tu criterio así que voy a seguir tu recomendación y me lo anoto. Pero eso sí: lo mío va a ser sensación de "déjà vu" pero de largo ;)
ResponderEliminarTengo ya en mi lista Pomelo y limón de cuando leí tu reseña. Me apetece mucho, pero creo que la etiqueta de novela juvenil siempre me hace posponerlo. Este también me lo anoto.. A ver si salvo las reticencias
ResponderEliminarBesos
@Ana Blasfuemia. Je, je, lo puedes reservar para un momento en el que te apetezca una lectura diferente a lo que lees normalmente :).
ResponderEliminar@Carax. Cuando estamos acostumbrados a la literatura "adulta" cuesta pasarse a la juvenil, pero una vez lo haces puedes llevarte muchas alegrías.
Aunque no es el tipo de libros que leo, el título es muy original
ResponderEliminar@Pedro. Sí, muy llamativo :).
ResponderEliminarTiene muy buena pinta.
ResponderEliminarUn beso ^.^
@Nahua. Y lo mejor es que no decepciona :).
ResponderEliminarMe apetece mucho leerlo!
ResponderEliminar@Girl Pink. Ale, ¡a la librería! :)
ResponderEliminar¡Hola, Rusta!
ResponderEliminarAnoche me lo terminé de leer y estoy preparando la reseña para publicarla en un par de semanas. Te avisaré mencionándote en un tuit cuando la publiqué por si la quieres leer. ;-)
Acabo de volver a leer la tuya y coincido contigo en que tardó en engancharme, que es bastante conservadora en muchos aspectos importantes y que prefiero "Pomelo y Limón". Aún así, "Croquetas y wasaps" me ha gustado lo suficiente como para recomendar su lectura y valorarla con un 8/10.
Besos,
Elena Velarde.
No leo juvenil de forma habitual, pero este libro me llamó la atención desde la primera vez que lo vi (por el título, no te voy a mentir), consiguió despertar mi curiosidad. Aún así, todavía no lo he leído.
ResponderEliminarSaludos.
@Elena Velarde. Me alegro de no ser la única que prefiere "Pomelo y limón". De todas formas, las croquetas también merecen la pena :).
ResponderEliminar@Ro. Je, je, no me extraña, es un título muy simpático. A ver si te animas a leerlo.
Por qué ese título?
ResponderEliminarQué quieres significar?
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