Edición: Impedimenta, 2012 (publicado por primera vez
en 1938)
Páginas: 406ISBN: 9788415130383
Precio: 23,95 € (e-book: 11,99 €)
«La inocencia se encuentra tantas veces sometida a falsas situaciones que los individuos interiormente inocentes aprenden a perder la ingenuidad. AL no encontrar un idioma para hablar en sus propios términos, se resignan a ser traducidos de forma imperfecta. Viven en un perpetuo estado de soledad y, cuando intentan entablar alguna relación, tal es su deseo de dar y recibir afecto que se comprometen, falseando así su manera de ser. Nuestro punto de vista en asuntos amorosos es demasiado corrupto para ellos. Se ven forzados a cometer un error y acaban siendo acusados de engaño. La dulzura y la violencia que tiñen su manera de amar implican mil traiciones para los menos inocentes. Incurablemente ajenos al mundo, nunca cesan de buscar una felicidad heroica. Su soledad, su impiedad, su continuo deseo hace que tiendan a ser crueles y padezcan la crueldad de los otros. Son tan pocos los inocentes que raramente verás a dos juntos: cuando se encuentran, el campo queda cubierto de víctimas». Pág. 131-132.
La muerte del corazón está considerada la obra maestra de Elizabeth Bowen (Dublín, 1899 –
Londres, 1973), escritora del grupo de Bloomsbury que ha sido comparada con
Virginia Woolf, Henry James y E. M. Forster, entre otros. Publicada por primera
vez en 1938, la propia autora la catalogó como una novela de preguerra, dado
que en ella plasma el individualismo y el estilo de vida previos al conflicto
armado, en contraste con sus libros posteriores, entre los que sobresale El calor del día (1949), que está
ambientado durante la Segunda Guerra Mundial y será publicado este mismo año
por Impedimenta. Bowen publicó diez novelas, además de numerosos relatos y
ensayos. En lo relativo a su vida personal, destaca que a los trece años se
quedó huérfana de madre y empezó a vivir con sus tías, una experiencia que se
refleja en su obra.
Puente de la Torre de Londres, 1921. |
Con la ciudad de
Londres como telón de fondo, La muerte
del corazón narra la historia de Portia
Quayne, una muchacha de dieciséis años que tras quedarse huérfana empieza a vivir con su hermanastro, Thomas, y
la esposa de este, Anna, a quienes no conoce. La infancia de Portia estuvo
marcada por los viajes en Europa junto a una madre de carácter peculiar; no
tuvo una vida al uso. Sin embargo, ahora debe adaptarse al mundo acomodado de
Thomas y Anna, un ambiente de frialdad y contención en el que la preocupación
por guardar las apariencias está siempre presente. En medio de esta
incomodidad, Portia se acerca a Eddie,
un chico alocado por quien empieza a sentir algo especial. Mientras, la
joven vuelca sus impresiones en un diario que traerá de cabeza a todos.
Estamos ante una novela de iniciación narrada en tercera
persona que se puede encuadrar en el género del realismo psicológico. Se divide
en tres partes, cuyos títulos (El mundo,
La carne y El diablo) son muy ilustrativos de su contenido y establecen una
conexión con cada época del año (invierno, primavera, verano), a modo de
metáfora de las etapas por las que pasa la protagonista. Además del cuidado de
la estructura, desde mi punto de vista el libro se distingue por la profunda caracterización psicológica de los
personajes y el trato de las relaciones entre ellos. Portia es una chica
solitaria y observadora, con un carácter entre cándido y retraído que
desconcierta a los de su alrededor. Su desarrollo muestra, como indica este
hermoso título, la «muerte del corazón», la destrucción de la ingenuidad de la
juventud, un antes y un después que en algún momento todos hemos experimentado.
Torre y Winter Gardens de Blackpool, 1920. |
En el caso de Portia,
los factores que la han conducido a ese cambio son, por un lado, la frialdad de
la casa londinense; por el otro, el descubrimiento de que otro estilo de vida
es posible gracias a unas vacaciones en Seale. En concreto, hay dos personajes
femeninos que en mi opinión reflejan dos formas de ver el mundo: Anna, la
cuñada de Portia, mujer de apariencias y ostentación que se siente incómoda
ante la atenta mirada de Portia, tal vez porque teme que descubra en ella los
restos de un pasado que quiere dejar atrás; y Daphne, otra mujer joven, pero
independiente y descarada, más natural, aunque también tiene sus sombras. El contraste entre Londres y Seale, entre
Anna y Daphne, entre la rigidez y la libertad, me parece uno de los temas
más interesantes del libro. No obstante, sería injusto limitar el atractivo de
la obra a estos tres personajes, dado que los demás también aportan mucho al
texto: el carácter irreflexivo de Eddie, una pieza imprescindible para romper
el orden; la criada, Matchett, con su particular relación con Portia; los
necesarios Dickie y Cecil, que ofrecen otras personalidades; el papel tan bien
encontrado del escritor Saint-Quentin y el comandante Brutt…
La muerte del corazón no debe afrontarse como una lectura
de acción, puesto que más bien destaca por el ritmo pausado, los diálogos largos
y las descripciones detalladas
(espléndidas las que se refieren a la ciudad al comienzo de una nueva la
estación). No hay «aventuras» como tales; los hechos son el modo en el que la
cotidianeidad y el descubrimiento del mundo afectan a Portia. Además, Bowen
confía en la inteligencia del lector y no lo da todo masticado, sino que lo
involucra en la historia y lo anima a leer entre líneas. Con esto me refiero a
cuestiones como el desenlace (más abierto de lo que querrían algunos, pero
espléndido para mi gusto) y a las insinuaciones sobre el pasado de Anna. Me
parece que La muerte del corazón no
es una novela en la que importe el qué, cómo y cuándo; al contrario, es una obra para disfrutar de cada escena,
para recrearse en los matices y las observaciones sabias. Al final, todo
tiene sentido y uno termina el libro con la sensación de haber realizado un
viaje por lo más hondo de la naturaleza humana.
Catedral de San Pablo, 1921. |
Por si fuera poco, en
la novela se aprecia también una voluntad
reflexiva en asuntos como el diario de Portia, que saca la peor cara de
algunos personajes e invita a pensar en la diferencia entre lo que ocurre y lo
que se escribe, lo que hacemos y lo que ven los demás. A propósito, al final de
las dos primeras partes se transcriben algunos fragmentos del diario, que
estilísticamente quizá no impactan tanto como el resto del texto, pero
demuestran que Bowen supo adaptarse sin problemas al registro de la voz franca
y transparente de la adolescencia, que a menudo dice más por lo que no cuenta
que por lo que expresa con palabras.
Cambiando de tercio,
el libro está encuadernado con la calidad y el buen gusto al que nos tiene
acostumbrados Impedimenta, en esta ocasión con una pintura de Théo Van
Rysselberghe como imagen de cubierta. No obstante, a pesar de que sé que esta
editorial cuida mucho las ediciones, considero que esta vez el texto habría
necesitado una corrección más; sé que la perfección es imposible, pero el
número de erratas que he encontrado justificaría una revisión adicional. Por
lo demás, me habría gustado que se incluyera un prólogo para situar a los
lectores —es algo que valoro mucho en la edición de cualquier clásico, sobre
todo cuando se trata de uno poco conocido, como este—, aunque tengo que decir a
su favor que al menos la biografía de la autora que hay en las solapas es
bastante completa.
Elizabeth Bowen. |
En definitiva, La muerte del corazón es una historia de
grandes personajes, de existencias que se muestran y se contienen, de una joven
que aprende lo que es la vida. En esencia, se trata de un tema que se ha
planteado muchas veces en la literatura, pero aquí gana puntos gracias a la
minuciosidad de Bowen y su genialidad para hacer brillar los fragmentos en
apariencia más intrascendentes. Por todo ello, la considero una novela de las que se recuerdan e
incluso se hacen más grandes con el paso del tiempo. Muy recomendable para
los amantes de los clásicos ingleses de la primera mitad del siglo XX y para
todo aquel que disfrute con los libros que tienen una fuerte carga de
caracterización psicológica.
Nota: las fotografías
son instantáneas aéreas de la ciudad de Londres de entreguerras, del archivo de
Britain from Above.
Tiene una pintaza, no conocía a la autora pero entre el argumento que me gusta, que perteneciera al grupo de Bloomsbury, los autores con los que se compara y que Impedimenta es una editorial que me encanta me quedan pocas dudas. Gracias por dármela a conocer, estoy últimamente de descubrimiento de autores clásicos pero no tan masivos, lo que nos queda aún por conocer... Un besazo
ResponderEliminarPero que buenísima pinta tiene este libro!
ResponderEliminarLa verdad que esta editorial me va descubriendo ya unos cuantos autores y títulos muy de mi agrado
Besos
No conocía a esta autora, así que muchísimas gracias por esta gran presentación. Desde luego me llevo este libro más que apuntado.
ResponderEliminarBesotes!!!
@Carol. Tienes toda la razón, nos quedan muchos autores clásicos por descubrir y las editoriales como Impedimenta hacen un trabajo magnífico para darlos a conocer. Espero que "La muerte del corazón" te guste.
ResponderEliminar@Mientrasleo. Sí, se está convirtiendo en una de esas editoriales de las que sabes que puedes fiarte, y además sus diseños son una maravilla. Yo he descubierto su catálogo con esta novela, pero le van a seguir muchas más, lo tengo claro.
@Margari. Me alegra que te haya llamado la atención. Elizabeth Bowen me ha parecido una gran escritora; merece la pena descubrirla.
No conocía esta novela pero tiene muy buena pinta. Es de los libros que me apetece leer en esta etapa de mi vida, así que apuntadito queda :-)
ResponderEliminarMuaaaaa
@Kristineta. Me alegra que te haya interesado; espero que lo disfrutes mucho :).
ResponderEliminarOtro en el saco, qué desastre... aunque tengo que confesar que ya lo tenía comprado y amontonado con otra decena de libros por leer. Todo lo que sale de Impedimenta me resulta interesante.
ResponderEliminarGracias.
@Aradia. Di que sí, Impedimenta es una editorial estupenda. Espero que disfrutes de "La muerte del corazón".
ResponderEliminarAcabo de leer La Muerte del Corazón, gracias a tu reseña.
ResponderEliminarEstá estupendamente escrita y sabía que era una novela de ritmo pausado, pero la verdad es que no me ha acabado de convencer.
La esperaba más intensa.
@Verusa. Vaya, siento que no te haya gustado más. Yo al principio tuve una sensación parecida, pero a medida que avancé en la lectura me fue llenando más y más.
ResponderEliminarHe leido con bastante expectativa esta novela hace un par de meses y, francamente,me ha decepcionado totalmente. Nunca me he metido en la novela ni en los personajes. Me gustan los libros introspectivos, pero es que en esta novela prácticamente no pasa nada de principio a fin, o al menos, nada que me interese, que me enganche lo suficiente. Hay partes del libro que se me han hecho insufribles.
ResponderEliminarComo todas las opiniones, es totalmente subjetiva. Quería que me gustase y creía que me iba a gustar pero en ningún momento le he encontrado el punto a Bowen.
@Anónimo. Lástima, aunque no me sorprende porque creo que es un libro para muy pocos lectores. Yo tengo muy buenos recuerdos de esta lectura: el momento de descubrimiento de Portia cuando viaja a la costa, las conversaciones de Anna y Saint-Quentin, el contraste de ambientes... Es verdad que no es una novela en la que pasen muchas cosas, pero lo principal -la evolución de la protagonista- me pareció fascinante.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarVoy por la última parte: "El diablo" y justo acabo de descubrir tu reseña. Hace mucho tiempo que no disfrutaba tanto un libro: desde la voz genuina del diario de una adolescente y su psicología, el ambiente que logra con cada descripción - que carga la mente de imágenes tan detalladas que prácticamente es como si uno pudiera ver filmadas algunas escenas -, los diálogos con Matchett y Anna, los desencuentros con Eddie, a la personalidad contradictoria de Daphne. Portia es un personaje entrañable y uno acompañada su camino rememorando las propias experiencias que llevan a la madurez. Adquirí cuatro libros más de esta autora y por Google Maps pude ubicar su residencia frente a Regent's Park; también localicé la entrada a las tierras de la mansión familiar en Irlanda, que ya no existe. No muy lejos de allí Bowen está enterrada en el cementerio anexo a la iglesia local.
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