Edición:
Lumen, 2016 (trad. Ana Mata Buil)
Páginas:
544
ISBN:
9788426403001
Precio:
22,90 € (e-book: 13,99 €)
Leído en versión original (Fates and Furies).
«El
matrimonio es una larga conversación». Esta frase de Rudyard Kipling reverbera
en las páginas de En manos de las furias
(2015), de Lauren Groff (Cooperstown, Nueva York, 1978), obra finalista del
National Book Award y seleccionada por numerosos medios en las listas de lo
mejor de 2015. La guinda del pastel fue que Barack Obama la consideró su lectura
favorita del año (sí, hay presidentes que leen, y lo cuentan). Groff, que ya
había publicado las novelas Los monstruos
de Templeton (2008; Salamandra, 2010) y Arcadia
(2012), y la compilación de relatos Delicate
Edible Birds (2009), se ha consagrado con En manos de las furias como una de las nuevas voces más
interesantes de la narrativa estadounidense. Se suma a una larga estirpe de grandes
escritores que han diseccionado las
dobleces del matrimonio de clase media, los matrimonios sobre los que han
escrito Alice Munro, Anne Tyler, Jonathan Franzen, Elizabeth Strout o, por
citar un ejemplo reciente, Jenny Offill. Ese matrimonio «ideal» en apariencia
que sin embargo se resquebraja cuando se analizan sus engranajes
particulares, cuando se abre la puerta del hogar y se entra en su espacio
privado.
Una tragedia…
estadounidense
Se
llaman Lancelot (Lotto) y Mathilde. Se casaron a los veintidós años y a ojos de
sus amigos son la viva imagen de la pareja perfecta: jóvenes, guapos y cultos. Él,
de familia adinerada, se convierte en un dramaturgo de renombre, mientras que
ella, que apenas habla de sus orígenes, trabaja como editora y revisa los
textos de su marido. No tienen hijos y apenas se relacionan con el resto de sus
parientes. Con el tiempo, Lotto cosecha éxitos mientras Mathilde permanece en
la sombra. Por el trabajo de Lotto, abundan las referencias a la mitología griega y a Shakespeare, aunque él no
sospecha que su propia vida pueda convertirse en una tragedia. Bajo esta calma
aparente, esta monotonía del matrimonio afianzado, se esconden, no obstante, muchos
secretos. Una inesperada revelación
en la mitad de la novela hará que la perspectiva sobre la pareja dé un giro de
ciento ochenta grados. La perspectiva del lector, pero también, y sobre todo,
la de los involucrados.
Groff plantea una deconstrucción del
matrimonio contemporáneo que nos invita a preguntarnos si se puede llegar a
conocer de verdad a alguien. Aunque también se puede dar la vuelta a este
interrogante: quizá los secretos, las omisiones, resultan necesarios para que
una relación se mantenga, para que nada quiebre el equilibrio sobre el que dos
personas han asentado sus vidas. Quizá parezca una conclusión perversa, pero en esta
novela no hay ni una pizca de inocencia. Al contrario: desde el principio se
respira turbiedad, la atmósfera de una tragedia inminente, como en
los clásicos que leen los personajes. Incluso en los primeros capítulos, en las
fiestas y los veraneos de unos jóvenes Lotto y Mathilde, se intuye este
elemento oscuro, que no se explicita pero está ahí. Lo incontrolable. La
autora, una narradora magistral, da forma a una trama intrincada y elusiva, que va completando a medida que
avanza. Es, en cierto modo, una historia «incómoda», nada complaciente, y
consigue ese efecto precisamente por meter el dedo en la llaga. En lo
recóndito, lo que nadie quiere desvelar sobre sí mismo.
Además
de indagar en los silencios del matrimonio, Groff reflexiona sobre cuestiones como el
triunfo y el fracaso, el rol que adopta cada miembro de la pareja o la relación entre el arte y la vida. A
propósito de esto último, Lotto suele escribir obras inspiradas en su
matrimonio —de las que se reproducen fragmentos—. La dramaturgia, para él, deviene
una herramienta para canalizar aquello que le inquieta en cada momento; su
historia con Mathilde, o al menos lo que él percibe de esta relación, se puede
leer a través de su evolución como dramaturgo. Los géneros que aborda van desde
la mitología al costumbrismo; no importa el envoltorio mientras comunique su
mensaje. Los acontecimientos, a menudo trágicos, que marcan la trayectoria de
cada personaje son otro componente fundamental de la novela. Las
experiencias que determinan nuestro comportamiento, que nos hacen ser desconfiados,
huidizos o vanidosos. De hecho, una de las críticas que se le pueden hacer a
Groff es el abuso de ciertos lugares comunes del melodrama (niñez traumática,
suicidios juveniles, adulterio, etc.). Con todo, se comprende si entendemos el
libro como una actualización de las tragedias clásicas, con su inevitable fatalidad.
El matrimonio como un
juego de espejos
La singularidad de En manos de las
furias con respecto a otras novelas de tema similar reside en su planteamiento ambicioso: está dividida
en dos partes, la primera centrada en Lotto y la segunda, justo después de la
revelación, en Mathilde. Si bien las dos se narran en tercera persona, cada una
muestra la versión de un miembro de la pareja, de tal modo que la segunda parte
no solo continúa la trama donde la dejó Lotto, sino que rellena las omisiones
que él no pudo completar por desconocimiento de las vivencias de su esposa. Ella, a
su vez, también descubrirá hechos que él le ocultó. Esta estructura recuerda
a los diarios contrapuestos (como La llave, 1956, de Junichirō Tanizaki), pero añade un plus de originalidad porque
no conocemos ambas versiones al mismo tiempo. Durante la mitad de la obra nos
hace creer una versión… y luego nos demuestra cuán incompleta era. La desmonta paso
a paso, le da otro significado. Sin hacer trampas. Groff demuestra ser una arquitecta
brillante, además de una prosista elegante y minuciosa, que reinventa el motivo de que todo tiene dos versiones.
Más
allá del matrimonio, esta idea de las
múltiples caras de un mismo fenómeno puede extenderse a otros aspectos de
la realidad. En concreto, a la contemporánea «sociedad de las apariencias», una
cultura en la que las pantallas tienen una relevancia crucial. Como
señaló Jean Baudrillard en Cultura y
simulacro (1978), la repetición de determinados modelos arquetípicos en los
medios audiovisuales ha distorsionado nuestra percepción del entorno: se
confunde lo real con la representación de lo real, con la imagen. De acuerdo
con esto, Groff lleva a cabo un «simulacro» en la primera parte: la
pareja ideal, instalada en su rutina, sin que ninguno de los dos
exprese sus emociones más personales. En la segunda, en cambio, retira esa
máscara y se adentra en el conflicto, un conflicto que resulta incómodo y por
eso mismo añade el calado del que antes carecía. Es un mensaje de inconformismo: no hay que confiar en las
historias plácidas y superficiales, la verdad tiene dolor.
Lauren Groff |
A
pesar de esta interpretación posmoderna, En
manos de las furias destila ecos clásicos. Desde el lenguaje de la autora, poético
y rico en juegos de palabras, al trasfondo que vertebra toda la acción. Por una parte, el hado: los dioses que guían la vida de las personas. Por la otra, las
furias: las criaturas mitológicas encargadas de castigar a los seres humanos
por su crueldad. Groff se distancia del realismo habitual de sus coetáneos
con este toque mítico de la tragedia griega, una sublimación que, junto a
su escritura seria y refinada, engrandece lo que nos cuenta. En una época en la
que predomina la falta de sentido, la ruptura de los discursos, Groff recupera la
dimensión épica en la historia de un matrimonio de hoy. El resultado es una novela inteligente, sugestiva y muy
potente. La amarán o la odiarán, pero nadie pondrá en duda su atrevimiento.
He leído varias reseñas de esta novela y tengo que admitir que la tuya es la primera positiva. Las demás acusaban el libro de ser otro producto de marketing. A mí, sin embargo, me llama mucho atención y quiero leerlo. Saludos
ResponderEliminarMe sorprende que la critiquen por eso. No diré que sea una obra maestra, pero la exigencia literaria de Lauren Groff me parece indudable. Una novela como esta, con sus dos partes complementarias y un lenguaje tan refinado, se aleja mucho de lo que entiendo por producto de marketing. De hecho, me parecería más razonable que la criticaran por pretenciosa, aunque yo prefiero considerarla "ambiciosa" a secas (y esto no tiene por qué ser malo).
EliminarEn fin, espero que la disfrutes. Ya nos contarás.
Me llama mucho la temática que trata, el matrimonio contemporáneo y sus caras. Me gustaría leerla.
ResponderEliminarUn beso ;)
Es una de las mejores novelas sobre el matrimonio que he leído en los últimos meses. Muestra muy bien el rol de cada uno, las fisuras que no se ven... Creo que la autora hace un gran trabajo.
EliminarDe nuevo me descubes libro y autora. Muy interesante la temática que aborda. No me importaría leerlo, pero con tanto pendiente ahora mismo, tendrá que esperar.
ResponderEliminarBesotes!!!
De este libro seguro que leerás más reseñas. En Estados Unidos tuvo mucho éxito y supongo que hay lectores que lo esperaban con ganas.
EliminarMe has dejado con muchísimas ganas!! Conocía la portada original cuando vi los candidatos al National Book Award pero desconocía que ya se había traducido. Tomo nota.
ResponderEliminarBesos.
Pues sí, se ha publicado este mes. Yo lo leí en inglés hace un tiempo y ya me pareció que sería un libro destacado. Espero que muchos lectores se animen a leerlo.
EliminarHe leído la reseña por encima, porque éste estaba en mi lista desde hace tiempo. Veo que te ha gustado mucho, qué bien! No creo que tarde mucho en hacerme con él, así que ya me pasaré a leerte detenidamente:)
ResponderEliminarCreo que te gustará. Es una propuesta muy sugerente, y Lauren Groff escribe de maravilla.
EliminarMe ha fascinado esta novela, sobre todo la manera de abordar la misma realidad desde diferentes enfoques. Me ha hecho pensar muchisimo. Quiza, como dices en tu reseña abusa un poco de las experiencias tragicas y a base de eso algun personaje secundario me parece que acaba siendo un poco caricaturesco. Pero pese a eso me ha parecido una novela muy interesante, me quedo con el personaje de Mathilde a la que, parafraseando a la autora, "no se si darle un beso o una bofetada"
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