Creo que una de las
situaciones más incómodas en las que se puede encontrar un reseñador es tener
que opinar sobre la obra de un autor joven. Lo repito: joven, no novel a secas (hay escritores que debutan a los
cincuenta). En particular, me refiero a los más jóvenes de todos, los que han publicado con veintipocos o
incluso antes de los veinte. Si han conseguido que una editorial apueste
por ellos es porque un editor considera que su obra merece estar en el mercado
y, por lo tanto, el lector debería juzgarla sin tener en cuenta la precocidad
del novelista. No obstante, en la práctica no resulta fácil reseñarlo sin más.
Para empezar, porque el factor edad no
se debe pasar por alto: no todas las críticas son iguales y un buen reseñador
se adapta a lo que pide cada libro, es decir, no exige lo mismo a la nueva
novela de un escritor consolidado y de prestigio que al debut de un joven autor
que lucha por hacerse un hueco. En segundo lugar, porque no es frecuente
encontrar a autores tan jóvenes y el
lector puede caer en un paternalismo que no mostraría con un debutante de
cuarenta años, por eso abundan tanto las frases como «¡Qué maravilla que un
chico tan joven escriba! No todo es generación Ni-Ni», «Tiene mucho mérito
escribir así a su edad» o «Si ha escrito esto con veinte años, a los treinta
escribirá una obra maestra».
Aunque siempre defiendo
la sinceridad absoluta en las reseñas, esta vez no incitaré a opinar de estos
autores con una transparencia brutal. No soy de piedra: también me enternezco
cuando veo a un autor de dieciocho añitos. Eso sí, esto no significa que sea
partidaria de mentir o de perdonarle los errores. Existe el término medio:
hablar de lo bueno y lo malo con tacto, omitiendo, si es necesario, algunos
defectos secundarios para no ensañarse. Se supone que una persona que publica
está preparada para recibir críticas, aunque las rabietas en las redes de varios autores (jóvenes y no tan jóvenes, todo hay que decirlo) demuestran que
no es tarea fácil. Yo, a los más jóvenes, se lo «perdono», porque considero que el grado de madurez influye mucho a la
hora de canalizar las opiniones menos favorables. Sucede lo mismo con
cualquier trabajo: adaptarse a una nueva ocupación cuesta en todas las etapas
de la vida; ahora bien, el primer empleo es el que necesita más comprensión por
parte del superior y los compañeros. He utilizado esta palabra, comprensión, porque no se trata de
mostrarse benévolo con el recién llegado, sino de ir incorporándolo a un ritmo
adecuado, con firmeza pero sin las mismas exigencias que a un veterano. Por
eso, en las escasas ocasiones en las que escribo sobre un autor muy joven,
tengo en cuenta el factor edad. No lo engrandezco ni me paso la reseña
destacando el mérito que tiene —si aún está muy verde, no se le hace ningún
favor diciendo que ya escribe bien;
eso invita al relajamiento—, pero trato de ser equilibrada para que mi texto no
resulte destructivo.
Quizá algunos pensaréis
que esto se debería aplicar a cualquier autor, tenga la experiencia que tenga. Sin
embargo, insisto en que para mí la edad es un punto que no se puede menospreciar.
Un autor que pasa de los veinticinco seguramente ha leído mucho, ha opinado de
forma negativa (en público o para sí mismo) sobre bastantes libros y conoce
bien los comentarios que se suelen escribir en la prensa y la red. En definitiva,
sabe cómo funciona esto, sabe que a él también le llegará el momento y, si es
inteligente, a la larga agradecerá las críticas. Un adolescente o un joven de
veintipocos, salvo que de verdad sea un auténtico prodigio (y yo creo que los
prodigios nacen del trabajo duro), todavía no ha alcanzado ese grado de
preparación por razones evidentes. Pienso que en estos casos las reseñas deben
conseguir que conserve los ánimos para seguir escribiendo y al mismo tiempo
dejarle claro que aún le quedan aspectos por mejorar. Ni ensañarse ni ensalzar, para que ni se hunda ni se lo crea demasiado.
También me parece aconsejable evitar frases gastadas como las que he citado más
arriba: estamos ante un autor joven, pero un autor ante todo, así que seguro
que valora que hablemos de su obra sin repetir de forma constante lo fantástico
que es encontrar a un chico jovencito interesado en la literatura (cosa que,
por cierto, no tiene nada de extraordinario porque hay muchísima gente de estas
edades que quiere escribir).
¿Qué opináis vosotros?
Me gustó tu entrada, tenés razón,por qué quitarles el impulso con una crítica destructiva, se puede elogiar y construir. Saludos.
ResponderEliminarTienes toda la razón, yo pienso que hay que ser cuidadoso, y siempre con respeto!!Besotes
ResponderEliminarHola Rusta!
ResponderEliminarEstoy bastante de acuerdo con todo lo que has dicho. Creo que la verdad tiene que estar siempre por delante, pero no se puede ser igual de duro con alguien de 18 que con alguien de 50.
De igual manera, creo que el ser demasiado benévolo tampoco ayuda. Poniéndome en la posición de un autor joven que publica su novela, me gustaría saber qué defectos tiene, porque de eso se aprende.
1beso:)
Pues creo que tienes toda la razón. Se pueden decir las cosas, con un poco más de tacto. Pues no tenemos porque ensañarnos con el autor, aunque siempre es bueno hacer una crítica, siempre que sea constructiva, y hacerle constar, también, las cosas que sí han gustado.
ResponderEliminarYo he visto todo tipo de rabietas, pero las peores, no suelen ser de los autores jóvenes, si no de los que son más adultos. Algo que hace que me enfade más, si cabe, con ellos, porque no creo que debiera ser así, si yo he sido respetuosa.
También te digo que mil veces he visto como un autor da las gracias por las críticas, porque quiere mejorar, pero su grupo de seguidores te pone de vuelta y media.
Como bien dices, una persona de 18 o veintipocos no ha desarrollado todo su potencial. Si con esa edad, alguien se ha fijado en su obra y la ha publicado, debería sentirse más que satisfecho y trabajar, todavía más duro, para que notemos ese cambio que necesita.
BESOTES
Supongo que con independencia de la edad de los autores, y en todos los campos, las críticas han de ser constructivas y respetuosas con la persona que hay detrás de cada libro. La juventud es algo que se cura con la edad, jajaja. De todas formas, estoy en contra de la condescendencia porque creo que no ayuda nada a los que son jóvenes y novatos a la vez. Creo que les resulta más útil una buena crítica que les ayude a mejorar que las alabanzas debidas a su juventud.
ResponderEliminarBesos
Pienso que las críticas siempre deben ser constructivas. Las que derriban un libro o un autor, a mí me muestran más amargura interior del crítico que la calidad o falta de ella del libro en cuestión.
ResponderEliminarCon más razón, hay que ser constructivo con alguien que está empezando. Lo explicas muy bien: hay que animarles a que sigan escribiendo... ¡y mejorando!
Creo que tienes razón. Yo no le exijo lo mismo a unautor consagrado y "maduro" que a otro que está empezando. Un ocho en un autor consolidado es en el fondo una puntuación más alta (se trata de un libro mejor) que ese mismo ocho a un autor que publica su primera novela.
ResponderEliminarAl menos para mí.
No creo que haya que ser condescendiente con un autor porque es jovencito, pero tampoco tirarse a degüello contra él porque se ha atrevido a escribir tan pronto. Para todo hay un termino medio. Estoy bastante de acuerdo contigo en que no se puede valorar igual a un joven escritor que empieza que a un autor consagrado que ya ha demostrado lo que es capaz de hacer y nos ha acostumbrado a lo bueno. Pero, ante todo, hay que ser sincero a la vez que respetuoso. ¿Tarea difícil? No lo creo. Como decía mi abuela: "Quien dice la verdad, ni peca ni miente". Abrazos.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho eso de "ni ensañarse ni ensalzar". Una reseña en el punto justo puede ser lo más adecuado y, probablemente, lo que más se ajuste a la realidad.
ResponderEliminarNunca he reseñado a un autor tan joven, pero imagino que, como pasa con casi todos los escritores, con la primera obra hace falta un empujón para seguir escribiendo y llegar a cosas mucho mejores.
Saludos,
La edad es importante solo para las personas que piensan que es importante, en mi opinión pienso que alguien que empieza en el mundo de escritura lo hace primeramente por gusto y segundo por que quiere enseñarle al mundo su forma de ver las cosas,y no esta de mas una ayuda de personas con mas experiencia pero también el que quiera ser escritor joven tiene que demostrar que eso no es un obstáculo,me a gustado mucho tu blog felicidades.
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