El invierno ya ha llegado al hemisferio. Y, como en este blog cualquier excusa sirve para hablar de libros, os propongo una selección de (buenas, incluso extraordinarias) novelas que se desarrollan (al menos en parte) en esta estación, y en las que el invierno tiene, cómo no, una dimensión simbólica. Si el verano suele representar los cambios, el aprendizaje, la irrupción del amor, la temporada más gélida del año suele evocar una suerte de hibernación del ser humano, un tiempo tranquilo en apariencia en el que las transformaciones se cuecen bajo la superficie. El inicio del deshielo. La ambientación: frío, lluvia, granizo, nieve. La entrada en calor: calefacción, estufa, manta, bebida caliente. El vestuario: abrigo, bufanda, guantes, pijama polar. Si queréis que el invierno también forme parte de vuestras lecturas, tomad nota.
1. La reina de las nieves, de Michael Cunningham
En este retelling contemporáneo del cuento homónimo de Hans Christian Andersen, la nieve de Central Park puede convertirse en un elemento mágico para dos hermanos adultos que atraviesan una época de incertidumbre. El mayor intenta componer una canción mientras cuida de su novia, enferma de cáncer. El pequeño, que nunca ha sido capaz de encauzar su vida, encadena un fracaso amoroso tras otro. Una extraña luz en medio de la nieve les dará la esperanza, individual y colectiva, que necesitan para afrontarlo todo.
2. Una chica en invierno, de Philip Larkin
Esta preciosa novela está llena de inviernos, y tal vez el de la estación en sí sea el menos importante. Está el invierno de la historia de la humanidad (la Segunda Guerra Mundial, aunque aquí solo es el telón de fondo; la trama se centra en los ciudadanos que continúan con sus vidas pese a todo, no en el frente) y, también, el invierno existencial de una joven bibliotecaria. Ella tiene en sus manos la posibilidad de dar un giro a su vida, inspirada por el recuerdo de unas vacaciones de verano junto a un chico a quien volverá a ver.
3. Todo está tranquilo arriba, de Gerbrand Bakker
Un granjero de mediana edad, frío y solitario, lleva años inmerso en una profunda melancolía. El pasado, las pérdidas, los miedos que nunca se atrevió a afrontar. El aislamiento del campo le ha permitido mantener una rutina exigente que apacigua su malestar, pero ahora, en este invierno en el que cuida de su padre anciano, quizá encuentre la oportunidad para tomar las riendas y decidir por sí mismo. La próxima primavera promete nuevas ilusiones, si sabe aprovecharlas.
4. Butcher's Crossing, de John Williams
Una historia de iniciación a mediados del siglo XIX en Kansas. El protagonista es un joven universitario que necesita dar otro sentido a su vida, más próximo a la naturaleza, a los valores que cree esenciales, y para ello se marcha a la montaña con unos cazadores de búfalos. Sin embargo, nadie contaba con que una nevada dejaría aislado al grupo durante el invierno. Esta dura experiencia, en compañía de hombres curtidos y rústicos, será el verdadero aprendizaje del chico.
5. La muerte del corazón, de Elizabeth Bowen
La protagonista de esta novela, una muchacha huérfana que se instala en casa de su hermanastro y de la esposa de este, atraviesa etapas de crecimiento personal que tienen su paralelismo con las estaciones del año. La primera de ellas es el invierno, y ya se sabe: época de incertidumbre, adaptación al hogar, silencios; un ambiente marcado por la contención de las emociones y la importancia de las apariencias. Los contrastes entre ella y su cuñada, así como sus nuevos amigos, representarán, en definitiva, el final de su infancia.
6. Entre mujeres solas, de Cesare Pavese
Una modista regresa a su Turín natal por Carnaval, una fecha que para ella está asociada con la muerte de su padre. No todo iba a ser nieve: esta celebración también se desarrolla en invierno, y todo lo que significa (la farsa, el desbarre, la perversión) tiene una importancia crucial en la novela. El universo carnavalesco de la noche, el de las fiestas y la tristeza, contrasta con el orden y la disciplina del trabajo a la luz del día. La cuestión será saber si las mujeres que la protagonizan superarán la angustia nocturna.
7. El inicio de la primavera, de Penelope Fitzgerald
Una mujer abandona a su marido y a sus tres hijos en el Moscú prebolchevique. Lo que sigue a este acontecimiento son los esfuerzos del hombre para sobreponerse a su marcha, contados en forma de una ingeniosa novela de costumbres inglesa pero con ecos de Lev. N. Tolstói. Ah, y que nadie se confunda: el inicio de la primavera no se produce hasta las últimas páginas. Es, de hecho, la culminación, y va acompañada de un ritual mítico muy especial. Pero, antes de eso, los coletazos del invierno ruso.
¿Qué novelas que transcurran en invierno recomendáis vosotros?
¿Invierno y Literatura? A la cabeza me viene la imagen de Ana Karenina en el coche tirado por caballos que se desliza sobre el suelo helado.
ResponderEliminarUn abrazo, Rusta. Felices Navidades
Hombre, ¡ese es muy fácil! :) Felices fiestas a ti también.
EliminarPues por ejemplo Entre tonos de gris de Ruta Sepetys, un libro que me encantó :)
ResponderEliminarBs.
En su momento se comentó muchísimo en la blogosfera. Yo no llegué a leerlo.
Eliminar¡Qué buena selección! Me quedo con la de Penélope Fitzgerald.
ResponderEliminarFeliz invierno.
Besos
Buena elección. Adoro a esta autora.
Eliminar"Después del invierno" de Guadalupe Nettel, un libro estupendo.
ResponderEliminarTomo nota. Apenas he leído a autores latinoamericanos contemporáneos.
EliminarCoincido contigo. Guadalupe Nettel, autora de El cuerpo en que nací, es una voz fresca.
Eliminarhola, yo te recomendaría Neimhaim de Aranzazu Serrano Lorenzo, es un libro de fantasía pero es bueno y transcurre totalmente en invierno.
ResponderEliminarFelices Fiestas
¡Igualmente!
EliminarBuena selección. Yo me quedaría con Una madre de Alejando Palomas, en Nochevieja.
ResponderEliminarBesos
Cierto, también lo pensé.
EliminarBuena lista, seguro que alguno cae este invierno! Un saludo :)
ResponderEliminarYa me contarás qué te parecen.
Eliminar¡Cuántas propuestas! Me cuesta elegir. Yo recomiendo El jinete de bronce, de Paullina Simona y Mientras nieva sobre los cedros, de David Guterson.
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