Edición:
Tusquets, 2016 (trad. Carlos Milla Soler)
Páginas:
848
ISBN:
9788490663370
Precio:
23,90 € (e-book: 12,99 €)
Leído en versión original (Barkskins).
«El mal que hacen los hombres les sobrevive»
William Shakespeare, Julio César (1599)
Al pensar en «gran novela americana» (en el concepto que crítica y editoriales proyectan, al menos), lo primero
que me viene a la mente es la historia de una familia disfuncional, blanca y de
clase media, encuadrada en el género realista, que a menudo narra las
peripecias de varias generaciones y tiene una extensión superior a las
quinientas páginas («grande» en múltiples sentidos, por lo tanto). Jonathan Franzen, por ejemplo. Sin embargo, basta indagar un poco para darse
cuenta de cuán limitada es esta imagen de lo que se entiende por «gran novela
americana»: en su intento de representar las tensiones de la sociedad
contemporánea, comete el error de pensarla en su sentido hegemónico, es decir, muestra
tan solo la realidad de la clase dominante durante un periodo de esplendor
económico. En la microhistoria de esta hipotética gran novela, las minorías de
todo tipo ocupan un rol como mucho secundario; en la macrohistoria, los años anteriores
a la dimensión de superpotencia se ignoran. Más bien se trata, en suma, de la
gran novela americana de algunos. De
los de siempre.

En El
bosque infinito su ambición aún va más allá: la novela está concebida como
una gran saga (voy a gastar la palabra «gran», pero es que aquí
nada es pequeño) sobre la fundación de
Norteamérica y los abusos cometidos sobre la población nativa y los bosques,
que abarca desde la llegada de los colonos europeos, a finales del siglo XVII,
hasta nuestros días. Está estructurada en diez partes, que a su manera son como
diez novelas breves: con cada nueva generación, cada nueva etapa, los
protagonistas cambian. El libro muestra, por un lado, la macrohistoria de los
grandes procesos que transformaron la sociedad a lo largo de casi cuatro
siglos; y, al mismo tiempo, la microhistoria de cada grupo de personajes, que plantean
las tensiones propias de su época. En cierto modo, con cada parte comienza otra
historia, aunque aun así no se pierde de vista la perspectiva global del
conjunto, porque las decisiones de una generación (en particular, sus secretos)
repercuten en las siguientes. Proulx ha tenido el acierto de vertebrar este
planteamiento en torno a dos linajes,
los Duquet (luego Duke) y los Sel, descendientes de colonos franceses que
llegan al actual Canadá para trabajar como leñadores, pero corren suertes
distintas: los Duquet se convierten en hombres de negocios, mientras que los
Sel se cruzan con los indios y continúan en los bosques.
A pesar lo maniqueo que puede parecer este
planteamiento, la autora se ocupa de que las
dos familias tengan sus sombras, sus controversias, tremendamente jugosas. En lo que
respecta a los Duquet, los empresarios, su dinastía perdura y se diversifica a
lo largo de los siglos, adaptándose a las tendencias de cada época. Encarnan la
imagen del éxito, de la ideología dominante; pero al mismo tiempo representan
la hipocresía propia de su clase, que se materializa en el personaje de una mujer
mestiza, hija ilegítima de un miembro del clan con una india. Esta mujer,
nacida a mediados del siglo XVIII, experimenta un profundo desarraigo: ha sido
educada como una blanca, pero sus rasgos le cierran puertas entre los de su
cultura, por lo que decide marcharse al bosque, con la gente de su madre. Se da
la paradoja, además, de que en la familia Duquet también hay hijos adoptados:
en una época en la que el sometimiento de los indios aún se justifica por una
supuesta inferioridad biológica, los hechos ponen de manifiesto que entre los
indios corre la sangre de los hombres de negocios, mientras que estos crían y colocan
en sus empresas a descendientes no biológicos. Proulx pone el dedo en la llaga,
mira de frente los temas silenciados, tanto en el conflicto étnico como en las desigualdades
de género (hay personajes de mujeres rompedoras en ambas familias) y los
tabús de la identidad sexual (homosexualidad
y transexualidad), sin olvidar una reivindicación ecologista por el exterminio de las zonas forestales.
![]() |
Annie Proulx |
A propósito del concepto de gran novela
americana, El bosque infinito es algo
así como la gran novela americana sobre la dominación del hombre blanco en toda
Norteamérica. Proulx ha tardado diez años en escribirla: esta obra de múltiples
capas, entre la historia colectiva y la acción individual, supone la culminación
de sus preocupaciones estrella, la culminación de su estilo incisivo, de su
representación brutal y desgarradora del ser humano. Ha construido una trama
dinámica, llena de aventuras, enredos y revelaciones (traiciones, venganzas,
hijos ilegítimos…) que por su extravagancia en ocasiones rozan el realismo
mágico. A la vez, el largo alcance de la estructura en forma de saga muestra
la evolución histórica y social, desde la llegada de los colonos franceses hasta nuestros días,
con el reconocimiento de ciertos derechos (una escena muy simbólica: mediado el
siglo XX, una mujer india, descendiente de curanderas, se convierte en médico).
No obstante, su mensaje no es tanto una celebración de lo conseguido como una
dura crítica a los daños irreparables. Porque, aunque la situación haya
cambiado, no se puede olvidar, no se puede ignorar esta parte de la historia. En
suma, una novela que redefine la
identidad norteamericana teniendo en cuenta a los grandes olvidados, una
novela que remueve la conciencia mientras hace disfrutar con las peripecias de
dos familias.
Muy buena reseña. Hace tiempo que escuché sobre este libro y estaba indecisa, sobretodo por la extensión, por arriesgarme a perder mucho tiempo en algo que al final no me guste. Pero me has hecho cambiar de opinión.
ResponderEliminarEs una muy buena novela, aunque recomiendo leerla con calma, incluso alternándola con otras lecturas si hace falta. La estructura de saga que se "reinicia" con cada episodio puede cansar un poco.
Eliminar¡Hola!
ResponderEliminarQue portada mas bonita, me encanta. Me encantaría leerlo^^^
Besitos
Está muy bien, sí.
EliminarHola!
ResponderEliminarMe ha gustado mucho este reseña, muy bien planteada. A la autora no la conocía, pero la historia me parece muy, muy interesante.
La tendré en cuenta.
Besos,
Sofía
No es muy conocida por el gran público, pero es una de las grandes autoras estadounidenses. Merece la pena leerla. Yo ahora tengo curiosidad por sus relatos.
Eliminarestupenda reseña. acabo de terminarla y me ha gustado mucho.
ResponderEliminarHe comenzado ha leerlo y es un libro emocionante y apasionante.
ResponderEliminarPerdón por el error gramatical quise decir He comenzado a leerlo. Saludos
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