Edición:
Lumen, 2017 (trad. Miguel Temprano García)
Páginas:
216
ISBN:
9788426403957
Precio:
21,90 € (e-book: 9,99 €)
Leído en versión original (Vinegar Girl).
A
menudo, sin saber cómo, uno termina atrapado en las redes domésticas de su hogar, unas redes que no le permiten ser él mismo, desarrollar su persona, unas
redes que lo convierten en ese alguien de quien dependen sus allegados, a
veces los hijos, a veces los padres, a veces los hermanos malcriados. La
captura se produce de forma imperceptible, uno comienza a hacerse responsable
de algunas tareas, intenta ayudar, facilitar las cosas, hasta que un día de
pronto se da cuenta de que está atrapado en su propia cárcel. Esto es lo que le
ocurre a Kate Battista, la protagonista de Corazón
de vinagre (2016), la novela más reciente de la prestigiosa autora estadounidense
Anne Tyler (1941). Y no, Kate no es una mujer madura consumida por el
matrimonio, sino una joven de Baltimore que aún no ha cumplido los treinta pero
lleva demasiado tiempo postergando sus aspiraciones individuales para hacer
posibles las de su padre, un científico volcado en su investigación, y su
hermana adolescente, que solo piensa en sí misma. La madre, depresiva, murió
años atrás; Kate, desde que tiene uso de razón, ha hecho de ama de casa. No es una esposa abnegada, no, pero a su modo también es una víctima de la sociedad patriarcal y del
egoísmo de los que la rodean.
Kate,
además, trabaja en un jardín de infancia, un empleo que le trae algún que otro
quebradero de cabeza. Porque Kate no es lo que se dice «maternal», ni delicada,
ni femenina; y, aunque se muestra atenta con los niños, sus maneras
bruscas, sus respuestas tajantes, molestan a algunos padres. Ella
hubiera preferido estudiar botánica, pero en el colegio consideraron que no servía, así que aquí está, viendo pasar los días,
repartiéndose entre las criaturas de la escuela y las «criaturas» de su casa,
incomprendida, avinagrada. Sin
embargo, esta monotonía se rompe gracias a (o por culpa de) su padre, el
científico excéntrico: su ayudante del laboratorio, un inmigrante brillante
llamado Pyotr, necesita un visado para permanecer en el país. Es fácil adivinar
lo que ha planeado para Kate…, la cuestión será si ella está dispuesta a
hacerlo o, por una vez, se negará. La protagonista, a pesar de su docilidad
aparente (o quizá a consecuencia de ello), tiene un temperamento fuerte, no se
deja achantar. Está al límite; ha llegado el momento de tomar las riendas de su vida.
Corazón de vinagre
forma parte del proyecto Hogarth Shakespeare, por el que autores como Margaret
Atwood, Tracy Chevalier o Jeanette Winterson, entre otros, versionan sus obras
favoritas del dramaturgo inglés para conmemorar los cuatrocientos años de su
muerte. Anne Tyler, una de las grandes escritoras de la segunda mitad del siglo
XX —solo por mencionar algunas de sus novelas más aclamadas: Reunión en el restaurante Nostalgia
(Premio PEN/Faulkner 1983), El turista
accidental (Premio National Book Critics Circle 1986), Ejercicios respiratorios (Premio Pulitzer 1989), y, recientemente, El hilo azul (finalista Premio Booker
2015)—, participa con un retelling de
la comedia La fierecilla domada (The Taming of the Shrew). Como novelista
versada en el realismo literario, se lleva el original a su terreno: la ciudad
de Baltimore, donde se sitúan la mayoría de sus libros, a través de una
historia que explora las tensiones de una familia contemporánea, narrada con un
estilo ameno, sentido del humor y un
excelente dominio del diálogo coloquial, en la línea distendida de Barbara Pym. A pesar de sus contrastes con Shakespeare, los paralelismos con La fierecilla domada están muy cuidados
(desarrollo de la trama, personajes, nombres y otros detalles).
En
lo que Anne Tyler difiere, por supuesto, es en el tratamiento de la emancipación de la mujer, que en Corazón de vinagre se corresponde con la
mentalidad de la cultura occidental actual: la finalidad no será «domar» a
Kate, sino liberarla, buscar su realización personal, reforzar su identidad
independiente. El personaje de Kate, de hecho, es lo mejor de la novela: una
chica práctica, un poco brusca, que parece destinada a convertirse en una
solterona. A pesar de la comicidad, tiene un punto amargo, porque no deja de
ser una persona frustrada y con carencias afectivas, que sufre presión por
partida doble: la opresión en el hogar, por un lado, y la exclusión del ideal
de feminidad, por el otro. El conflicto interno enlaza con una
lectura en clave feminista, al apostar por una protagonista que no se preocupa
por su imagen, que es torpe para ligar y tiene la sensación de meter la pata
constantemente; pero, a la vez, es alegre y dinámica, fuerte, no se
autocompadece ni se lamenta como una Bridget Jones. El otro tema donde se pone
de relieve un problema de nuestro tiempo es la integración del inmigrante: Pyotr, aun esforzándose, no deja de
ser visto como el extranjero, el «otro» (nótese que la mayoría ni siquiera
aprende a pronunciar bien su nombre); he aquí otra mirada crítica.
![]() |
Anne Tyler |
En
conjunto, y a pesar de su acierto con esta dimensión social, Corazón de vinagre es una novela
bastante más floja de lo que acostumbra Anne Tyler: sigue el argumento
arquetípico de una comedia romántica,
con los enredos habituales, personajes planos y una trama que culmina en el
clímax previsible. De acuerdo, se trata de una adaptación de una obra
humorística, pero, conociendo la profundidad con la que desentraña las
relaciones familiares en libros como Reunión en el restaurante Nostalgia, este retelling
parece un divertimento, una licencia de una escritora que, eso sí, a estas
alturas no tiene que demostrar nada porque su carrera habla por sí sola. Está
más o menos al mismo nivel que El hombre que dijo adiós (2012): novela de un personaje atrapado en su conflicto,
extensión breve, tono optimista, happy-ending
demasiado happy (en ambos casos el
epílogo sobra). En cualquier caso, Anne Tyler escribe tan bien, le da tanta
fluidez a la historia, que se disfruta como lectura apacible, y deja buen sabor
de boca por su mensaje sobre la importancia de encontrar nuestro lugar en el mundo.
Pues por lo que cuentas parece una lectura ideal para unos días de desconexión mental, sabiendo que no es una de sus mejores obras, pero disfrutando de una historia amable con final feliz, que de vez en cuando también apetece, no?
ResponderEliminarYo la leeré, seguro :)
Sí, para mí fue una lectura muy agradable. Creo que, a los que nos gusta Anne Tyler, disfrutamos con todo lo que escribe, aunque reconozcamos que no todos los libros tienen el mismo nivel. Es tan cómoda de leer, su prosa fluye tan bien, que siempre es un placer leerla.
EliminarTomo nota de este libro . Leí EL TURISTA ACCIDENTAL y me gustó , efectivamente es de fácil y comoda lectura. Gracias por el dato.
ResponderEliminarMe gusta esta idea del retelling y creo que me gustaría leer una comedia romántica bien escrita, así que tomo nota del título. Un saludo!
ResponderEliminarHola!
ResponderEliminarCuando me enteré del proyecto Hogwarth Shakespeare me emocioné muchísimo. Sonaba muy bien, y esperaba grandes cosas.
No es que se me haya desinflado ni nadaa parecido, simplemente que la primera toma de contacto, que es acercarse a este libro, siempre me deja un poco decepcionada. No lo he leído, pero es que no me llama en absoluto. Ni siquiera ahora, después de leer tu reseña, me invita a ello. Y mira que es raro, pero...Esperaré al resto de obras del proyecto, a ver si mejora.
Muchas gracias!
Hola, yo ya he leído varios libros del proyecto,y este lo acabo de terminar.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo contigo, quizá no es un libro imprescindible, pero si recomendable. Buen escrito, divertido reflexivo y reivindicativo. Me ha gustado leerlo