31 octubre 2011

El Tiramilla cumple un año


Hoy, 31 de octubre, Diario El Tiramilla cumple su primer año en la red. En esta entrada podría dedicarme a enumerar los éxitos cosechados, las espectaculares estadísticas o las palabras de elogio recibidas; ahora bien, dado que tengo el honor de formar parte del equipo de redactores, prefiero orientar mi comentario hacia algo más personal, a la forma en la que yo he vivido estos doce meses.

Siempre he soñado con escribir para una revista. Por desgracia, en las revistas profesionales no quieren a aficionados y al vivir en un pueblo que carece de publicaciones locales mis posibilidades son muy limitadas, así que ese anhelo quedó un poco aparcado. Me conformé con escribir para mí misma y más tarde decidí compartir mis reseñas a través de este blog. En esas estaba cuando recibí un correo en el que me proponían que entrara en un proyecto que sería muy chulo y novedoso: un diario de literatura juvenil.

El día que se abrió el foro de trabajo y conocí a mis compañeros estaba entusiasmada. Algunos eran blogueros a los que seguía, otros me sonaban y también había algunos de los que no había oído hablar, pero todos teníamos algo en común: pasión por la lectura y muchas ganas de poner El Tiramilla en marcha.

¿Qué puedo decir de este maravilloso equipo humano? Me parece lo mejor de este proyecto: somos muy diferentes y cada uno aporta algo distinto al diario, de este modo lo hacemos más rico y, por qué no decirlo, mejor. Trabajar en grupo es una delicia cuando todos estamos igual de implicados y queremos lo mejor para El Tiramilla. En este tiempo he aprendido mucho a su lado y me lo he pasado muy bien; más allá de redactores, para mí son unos colegas con los que comparto más aficiones que con mis amigos cercanos.

Además, pertenecer al diario me ha permitido acercarme más a un mundo que me apasiona: la literatura juvenil. Antes de formar parte del equipo era una simple aficionada y, de acuerdo, en términos laborales todavía lo soy, pero al entrar en contacto con gente que conoce el medio mis conocimientos se han ampliado y a día de hoy considero que tengo una visión bastante completa de la situación actual del sector. Ojalá todo esto algún día me sirva para trabajar de verdad en el mundillo; mientras, soy muy feliz con lo que encuentro en DET y me lo paso muy bien con los desvaríos en nuestra particular salita privada.

En definitiva, nunca me cansaré de agradecer todo lo que me ha aportado y me aporta este espacio. Más allá de que los artículos sean de utilidad para los lectores (que siempre es un orgullo saber que lo son), me quedo con lo que este proyecto me da a nivel personal, a todas esas sonrisas que nos hemos sacado mutuamente y a esas pequeñas discusiones imprescindibles para hacernos más fuertes y avanzar. Por mucho que la gente ajena a la red literaria lo considere un mero pasatiempo, para mí es mucho, muchísimo más.

¡Larga vida a El Tiramilla!

Enlace:
El Tiramilla cumple su primer año

28 octubre 2011

El malo de la historia: Hilly Holbrook (Especial Criadas y Señoras)

Os presento a Miss Hilly Holbrook, la señorita blanca más temida de Jackson (Misisipi). Está casada y es madre de dos hijos, aunque en su vida todavía pesa el recuerdo de un ex novio que la abandonó por otra, seguramente la peor experiencia que le ha tocado vivir. La perspectiva de Hilly no se narra en primera persona como ocurre con Aibileen, Skeeter y Minny, pero aun así es una secundaria de mucho peso y la novela sería impensable sin su papel.

Miss Hilly se puede considerar la mala de la historia; no obstante, en su caso no le hace falta utilizar cuchillos ni convertirse en una persona maquiavélica: tan solo es ella misma. ¿Y qué tiene de malo su personalidad? Sus prejuicios hacia los negros y hacia cualquiera que se salga de lo que que se supone que es correcto. Así, son frecuentes sus miradas por encima del hombro a las criadas, acompañadas de comentarios despectivos que expresa en voz alta sin ningún pudor.

Pero no voy a caer en el error de encasillarla como «mala, mala y mala». Me gusta moverme por la escala de grises y en el caso de Hilly salta a la vista lo que ocurre: es una mujer que ha crecido en un ambiente convencional y cateto, carece de las inquietudes intelectuales de Skeeter porque nunca ha salido de su pueblo para estudiar y de paso abrir la mente. En el fondo, Hilly no deja de ser una víctima de su tiempo: su comportamiento es vergonzoso, de eso no hay duda, pero si no se conoce otra forma de vida es difícil cambiar la forma de pensar. Si a eso se le añade el carácter fuerte y el atrevimiento, la fórmula de personaje conflictivo se completa.

Además, quiero añadir otro punto: Hilly es quien tiene las iniciativas en contra de los negros; ahora bien, si sus amigas deciden apoyarlas y ponerlas en práctica la culpa no se limita a ella. Hilly es la cabecilla del grupo, por así decirlo, y al menos no se le puede reprochar que muestre dos caras en función de quien tenga delante. Es una mujer valiente, egocéntrica y superficial... aunque hay alguien que sabe cómo ridiculizarla.

En general, el personaje de Hilly Holbrook me gustó mucho por el juego que da y porque, guste o no, a menudo hace falta una personalidad odiosa para crear contraste con los héroes bondadosos. También me parece un acierto que no se caiga en el extremismo y, de algún modo, se pueda entender su actitud por el contexto en el que vive (el realismo es uno de los puntos fuertes de la novela, en todos los aspectos). Si yo fuera actriz, sé que me habría encantado interpretar su papel.

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Con esta entrada termino el especial de Criadas y señoras, aunque todavía volveré a sacar el tema para anunciar a los ganadores del un sorteo que está en marcha (podéis apuntaros hasta el 31 de octubre). Espero que los que me habéis leído os hayáis sentido al menos un poco atraídos por el libro, sabéis que a mí me encantó y sería capaz de hablar de sus personajes y sus temas durante semanas y semanas. Por cierto, hoy se estrena la película; si la veis, ya me contaréis qué os parece.

26 octubre 2011

Los trucos de las asistentas y amas de casa (Especial Criadas y Señoras)

Tranquilos, no voy a hacer una recopilación de la botica de la abuela: con esta entrada pretendo hacer un pequeño homenaje a todos esos trucos, remedios y consejos que las asistentas del hogar y las amas de casa conocen mejor que nadie. En la literatura es frecuente encontrar este tema de forma secundaria en las sagas familiares históricas, generalmente gracias a las aportaciones del personaje de la cocinera o la sirvienta (sería impensable imaginar Espejo roto sin el servicio, por ejemplo).

Sin embargo, en mi adorado Criadas y señoras se va más allá: aquí las criadas son las protagonistas (con el permiso de Skeeter) y todo lo que les incumbe brilla con luz propia. No solo importan por su persona; aquí también se hacen menciones a sus habiliades. Los trucos de los que hablo se reflejan en los conocimientos de Aibileen sobre cuestiones del hogar cuando ayuda a la joven blanca a redactar su columna de Miss Myrna y en la pericia de Minny en la cocina (¡con esos pasteles deliciosos!).

Aunque los temas principales de la novela sean la situación de los negros y las relaciones entre los personajes, me gusta que Kathryn Stockett se haya atrevido a utilizar los rasgos propios del empleo de estas mujeres para construir tramas frescas y divertidas, como aquello que Minny hizo a Miss Hilly, o escenas duras y conmovedoras, como las consecuencias que tuvo para Yule May trabajar en casa de esta señorita.

Con esta reflexión me gustaría transmitir que estos asuntos no tienen por qué hacernos sentir rechazo o pereza; pienso que cuando un escritor tiene talento es capaz de sacar jugo a los temas menos pensados, y no hay duda de que Kathryn Stockett anda sobrada de aptitudes. En otras palabras, no es tanto el género o el argumento, sino la forma de contar la historia. ¿Quién me habría dicho antes de empezar el libro que un pastel, un consejo o una simple limpieza de la cubertería me iban a transmitir tanto?

En definitiva, creo que no hay duda de la eficacia de estos trucos en el mundo real, y no solo eso, sino que también pueden ser agradables de encontrar en los libros de ficción. Me quito el sombrero (una vez más) ante el magnífico trabajo de la autora por hacer que todos los aspectos de su novela resulten tan sugestivos. ¡Nunca terminaría de alabar las virtudes de Criadas y señoras!

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Si aún no habéis leído Criadas y señoras, os recuerdo que hay un sorteo en marcha hasta el 31 de octubre. ¡No dejéis pasar la oportunidad de conseguir esta joya!

24 octubre 2011

Personajes con encanto: Minny Jackson (Especial Criadas y Señoras)

Hoy os presento a Minny, la sirvienta más problemática de Jackson (Misisipi) y uno de los personajes más queridos por los lectores. Su lengua afilada y el hecho de no cortarse a la hora de dar su opinión le han causado unos cuantos despidos y el último, en casa de la madre de la temida Hilly Holbrook, amenaza con cerrarle las puertas a un nuevo trabajo en la localidad. Eso hasta que conoce a la recién llegada Celia Foote, que no está al corriente de su fama.

En Criadas y señoras se narran las vivencias de la criada al lado de esta peculiar mujer que es Celia. Además, pese a tener caracteres tan diferentes, Minny es muy amiga de Aibileen y ambas aportan su experiencia para el libro que escribe Skeeter. Pero la vida de Minny no es tan apacible como podría parecer: su marido le pega y tiene que sacar adelante a sus cinco hijos en medio de las malas condiciones en las que viven las personas de raza negra.

Minny me gusta por su naturalidad. Es el ejemplo de mujer normal que siempre tuvo claro que sería criada, como su madre, y lucha por dar de comer a sus hijos sin dejarse pisotear por ninguna señorita blanca. No tiene ese interés por los libros y la cultura que a veces se impone casi por obligación en muchos personajes literarios, la autora no necesitó emplear ese recurso para que los lectores empatizaran con ella: su personalidad rebosa carisma por sí sola.

La historia que hay detrás del personaje de Minny es muy curiosa: la autora no se inspiró en una criada, sino en la actriz Octavia Spencer, amiga en común de ella y Tate Taylor, el director que se ha encargado de la adaptación al cine de la novela. En las palabras de Kathryn Stockett, «resultó fácil imaginarse las miradas de Octavia Spencer cuando escribía la historia de Minny». Como no podía ser de otra manera, la actriz interpreta el papel en la gran pantalla y los críticos americanos la sitúan entre las candidatas al Oscar del próximo año.

Aunque mis personajes preferidos de la obra son Aibileen y Skeeter, Minny no les va a la zaga y no me sorprende que su papel luzca tanto en el cine. Es una mujer fuerte y con garra, pero a la vez tiene ese lado frágil que vemos en su casa. Que consiga salir adelante con tanto desparpajo y sentido del humor no merece menos que un aplauso.

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21 octubre 2011

Personajes con encanto: Eugenia 'Skeeter' Phelan (Especial Criadas y Señoras)

Eugenia Phelan (Skeeter para los amigos) es una joven de veintitrés años que acaba de terminar sus estudios universitarios y regresa a su pueblo con el sueño de ser escritora. A diferencia de sus amigas, ya casadas y con hijos, a Skeeter no le preocupa demasiado emparejarse pronto y tiene inquietudes que van más allá de asistir a la reunión de la Liga de las Damas y lucir un tocado monísimo. Además, como la define Aibileen en el primer capítulo, «es de las que hablan con el servicio».

Su buena relación con las criadas le viene de su infancia: ella fue una de las niñas que se criaron con una mujer negra y Skeeter la recuerda con mucho cariño. Entre esta historia y su percatación de las injusticias que sufren las criadas actuales, surge la idea de escribir un libro sobre ellas, un libro que se titulará Criadas y señoras (eso sí, su contenido no es el mismo que el de la novela que leemos nosotros). Este proyecto pretende acercarla al mundo editorial y proporcionar un medio para que las asistentas se expresen.

Pero no creáis que es fácil: Skeeter debe hacer frente a unas buenas dosis de prejuicios, primero de su madre y luego de sus amigas, a quienes oculta sus intenciones. Ahora nos puede resultar cómico que alguien que tiene una vida acomodada se esconda para escribir sobre ciertos temas, pero en aquella época tanto la autora como las criadas que prestaban su testimonio se la jugaban. Al menos tienen a su favor que a nadie en su sano juicio se le ocurrirá pensar que existe una relación entre una señorita decente y «las negras».

Por otro lado, la narración de Skeeter no se limita a su contacto con las criadas y el libro. Hay una parte personal importante, en la que principalmente habla de la relación con sus padres y los primeros pasos cuando conoce al encantador Stuart. Me gustó esa trama porque no cae en tópicos y no idealiza la forma en la que se conocen, más bien van poco a poco. En general, se puede decir que la historia de Skeeter no solo interesa por su conexión con Aibileen y Minny, sino también porque es el reflejo de un crecimiento personal, la búsqueda de su propio camino.

¿Qué es lo que me cautivó de este personaje? Todo, pero básicamente lo mucho que me identifiqué con ella en diversos aspectos, desde el amor por la escritura a ese carácter rebelde que quiere luchar contra las injusticias, aunque por fuera parezca una persona tranquila de la que nadie sospecharía esas ideas. No tiene la dulzura de Aibileen ni la garra de Minny (ni falta que le hacen), pero es otra pieza imprescindible de este entramado que no os dejo de recomendar.

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19 octubre 2011

El sur de Estados Unidos, los años sesenta y el racismo (Especial Criadas y Señoras)

Sin lugar a dudas, el racismo es uno de los temas estrella de Criadas y señoras. El libro está ambientado en la década de los sesenta, una época que nos queda muy reciente, y desde el principio me impactó que la sociedad norteamericana de la zona tratara a los negros como si estuvieran en plena esclavitud. Por mucho que la novela tenga su parte de ficción, Kathryn Stockett ha declarado que se inspiró en la mujer que la crió durante su infancia, de modo que en estas páginas hay mucha más verdad de la que se podría pensar.

El racismo se refleja en muchos puntos. Para empezar, en el hecho de que las hijas de las criadas negras crezcan con la idea de que también van a ser criadas, sin que ni siquiera se les pase por la cabeza intentar tomar otro rumbo (el momento en el que Skeeter aborda a Minny para preguntarle si siempre tuvo claro que sería criada es un buen ejemplo de ello). Los hombres lo tenían un poco mejor al poder acceder a la universidad, pero también tenían que lidiar con el desprecio de los blancos y los trabajos en muy malas condiciones.

Por otro lado, resulta evidente que el trato a las criadas no siempre era el adecuado. Hilly Holbrook (la señorita blanca que representa los prejuicios y la xenofobia en su máximo esplendor) es la que dirige el cotarro en la localidad en la que se desarrolla la historia. Su primera idea: colocar unos retretes para el servicio, no vaya a ser que «esos negros» les pasen alguna enfermedad. «Esos negros» que en muchas ocasiones cuidan más de sus hijos que ellas mismas.

La separación de los barrios también es una muestra de la gran desigualdad social que existía. Mientras que las familias blancas de clase media-alta vivían en casitas encantadoras como la de la imagen superior, los negros se tenían que conformar con casas pequeñas y muy pocos recursos, incluso cabía la posibilidad de que el médico de los blancos se negara a atenderlos. Cuando se pertenecía a una familia numerosa y además el marido tenía la mano muy larga (caso de Minny), la situación todavía se complicaba más.

A todo esto, destaco la actitud de las criadas y de toda la población negra en general. En el libro se les puede aplicar aquello de la unión hace la fuerza y también que los que menos tienen son los que más dan: las escenas en las que se apoyan los unos a los otros desprenden un valor inmenso, una gran demostración de la amistad. Quizá no podían rebelarse contra sus jefes, pero entre ellos encontraban comprensión mutua y muchos gestos de cariño. Sus encuentros en el autobús me parecieron entrañables.

Por último, aunque a mí esta historia me tiene embelesada, soy consciente de que no es la primera ni la última que se escribe sobre el racismo. En Criadas y señoras se citan Matar un ruiseñor (una obra que valoro mucho más con el paso del tiempo) y Lo que el viento se llevó (este último con una referencia clara a la Mammy). Si queréis más, en este artículo del blog Crónicas Salemitas se hace un repaso más exhaustivo a la literatura que se ha escrito sobre el tema.

En definitiva, creo que queda claro que esta novela es mucho más que esas galletitas de la cubierta española (una imagen muy mona para mi gusto, pero que puede llevar a conclusiones equivocadas con respecto a su público potencial). Si alguien todavía tenía dudas acerca del interés de su contenido o de si se trata de una historia «para mujeres», espero que con esta entrada se haya animado a darle una oportunidad.

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17 octubre 2011

Personajes con encanto: Aibileen Clark (Especial Criadas y Señoras)

Que Criadas y señoras sería inconcebible sin ninguno de sus personajes es una realidad, pero dentro de este maravilloso elenco hay tres protagonistas que sobresalen y una de ellas es Aibileen Clark. Sirvienta cincuentona de carácter apacible y conciliador, siempre se ha encargado de cuidar niños blancos y de algún modo los últimos la han ayudado a superar la muerte de su único hijo en un accidente, años atrás.

Creo que no me equivoco al afirmar que Aibileen es un personaje entrañable, de los que enseguida empatizan con el lector, como una madre bonachona a la que todos queremos abrazar. Pero, cuidado, encantadora no es sinónimo de ñoña: esta mujer ha sufrido y sufre numerosos feos por parte de las señoritas de las casas donde trabaja, por no hablar de las malas condiciones de vida del barrio de los de raza negra. Sin embargo, su forma de aceptar la situación sin hundirse transmite mucha fuerza y optimismo.

Una de las cualidades de Aibileen que más me gustó fue su amor por la literatura, en parte gracias a su fallecido hijo, que soñaba con ser escritor. Skeeter -la joven recién llegada de la universidad que quiere escribir un libro sobre las criadas- se sorprende al comprobar que Aibileen se defiende con la escritura y demuestra una inteligencia mayor de la que cabría esperar. Nunca hay que menospreciar a las personas por tener un empleo en el que el nivel de estudios no importa; como se puede ver en Aibileen, su cerebro da mil vueltas a otros personajes del libro que gozan de mayor reputación.

Por otro lado, la criada tiene un corazón enorme y lo manifiesta con su activa colaboración con sus vecinos: desde apoyar a una amiga que sufre malos tratos a preocuparse por el estado de salud del nieto de otra. Esa forma de ayudarse los unos a los otros, incluso sin tener nada, es uno de los mensajes más bonitos de este libro.

En definitiva, Aibileen Clark me parece un personaje inolvidable, una de esas escasas personalidades cargadas de matices que me hacen sentir algo mientras leo y además su recuerdo perdura con el tiempo. No le hace falta un carácter fuerte ni unas gestas heroicas para destacar, con su sencillez y su bondad lo tiene todo.

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16 octubre 2011

Sorteo Criadas y Señoras

Durante las próximas semanas el blog se llenará de asistentas más listas que el hambre, señoritas cargadas de prejuicios y el ambiente sesentero del sur de Estados Unidos. Estoy hablando de la novela Criadas y señoras, o tal vez sería mejor llamarla obra de arte: su lectura me llegó tanto que ahora, con motivo del estreno de la película basada en el libro el próximo 28 de octubre en España, voy a hacer un especial en el que hablaré de sus maravillosas protagonistas y algunos temas destacados de la historia.

Y qué mejor manera de empezar que organizar un sorteo en el que están en juego dos ejemplares de la novela. Los únicos requisitos para participar son los siguientes:

- Disponer de una dirección postal con residencia en España.
- Anunciar el sorteo (con un enlace a esta entrada) en vuestro blog o redes sociales.
- Rellenar el formulario que tenéis al final de esta entrada.

Por otro lado, en este blog la fidelidad se premia y por ello los veinte blogueros que más han comentado en los últimos meses tendrán cinco papeletas en lugar de una. Son los del recuadro siguiente:

¡Y nada más! Habrá dos ganadores que se decidirán a través de Random.org. El plazo empieza en estos momentos y estará abierto hasta las 23:59 h del 31 de octubre. Anunciaré a los ganadores durante la primera semana de noviembre.

Por mi parte, os animo encarecidamente a apuntaros: el libro es una auténtica joya que puede gustar a todo tipo de lectores, por mucho que la portada y el título se relacionen más con las mujeres. Si aún no lo habéis descubierto, aprovechad la oportunidad, y si ya habéis caído en sus redes, siempre podéis intentarlo para regalárselo a alguien especial. ¡Que el fervor por Criadas y señoras crezca!

FIN DEL PLAZO PARA PARTICIPAR

Con la colaboración de Maeva.

12 octubre 2011

Fragmentos de libros XXX: Esperando el monzón

Ella lo toma de la mano. La mano de la chica está húmeda, al igual que la suya. De súbito vuelve a sentir los nervios en el bajo vientre. La chica cierra la puerta. Él ya no puede verla. Lo conduce hacia una esterilla que hay en el suelo. Se acuesta y él se echa a su lado. Siente un cosquilleo en el pene. Oye que la respiración de ella se vuelve más agitada. Oye que su corazón le martillea en el pecho. La piel de sus brazos es como la flor de la amarilis. Se inclina sobre ella. Huele a madreselva. La muchacha desliza las yemas de los dedos por su espalda. Él frunce los labios y busca su rostro. Con mucho cuidado, le da un beso. Siente que el sexo le empieza a latir, quiere salir. Sus bocas se encuentran. Sabe a almorta joven. Ella le acaricia el cuerpo. Llega a su pantalón, lo desabrocha y se lo baja. Él cierra los ojos con fuerza y la ve andar con sus ágiles dedos, acariciar el palo de rosa, reír con sus labios de amapola, sus cabellos de ébano, su nariz de mariposa, sus ojos cristalinos. La tensión en el pene es insoportable. Siente su cálido cuerpo bajo él. El sari a cuadros blancos y negros ha desaparecido. Los dedos de ella lo ayudan en su búsqueda. Él gime. Ella calla. Él jadea. Ella lo deja entrar. Él abre la boca y lanza un grito de placer.

*****

El rojo es el color de la ira, el color del peligro, el color de la sangre y de la revolución, de la culpa y de los mártires, de la desesperación. El rojo es fuerza y lucha. El rojo son cerezas y tomates. El cobre y la tierra son rojos. El fuego. El sol cuando se pone. El tulipán, la gerbera, el rododendro, la amarilis, la orquídea, la rosa. Tus labios son rojos. Rojo es el color de…
… del amor.

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10 octubre 2011

El corredor del laberinto - James Dashner

Editorial: Nocturna
Páginas: 524
ISBN: 9788493801311
Precio: 17 €

James Dashner

James Dashner (Georgia, Estados Unidos, 1972) es un autor de literatura infantil y juvenil fantástica. Durante un tiempo trabajó en el campo de la economía, pero siempre tuvo el gusanillo de escribir y en 2003 su primera novela vio la luz en el mercado. Hasta el momento ha publicado tres series de libros, aunque solo una de ellas se encuentra disponible en castellano: The Jimmy Fincher Saga (2003-2005), The 13th reality (2008-2010) y El corredor del laberinto (2009-2011). Esta última trilogía ha cosechado un gran éxito en Estados Unidos, donde ha llegado a estar en la lista de más vendidos del New York Times. En la actualidad reside en el estado de Utah junto a su mujer y sus cuatro hijos.

Sinopsis

Thomas es un adolescente de unos dieciséis años que cuando despierta solo es capaz de recordar su nombre. Su cerebro conserva el aprendizaje correspondiente a un chico de su edad, pero no sabe nada de sus padres ni de su vida anterior, es como si alguien hubiera borrado esos recuerdos… a propósito. Thomas se dirige hacia un lugar llamado Claro, donde conoce a muchos chavales que se encuentran en la misma situación que él: no tienen memoria, desconocen cómo era su hogar. Le explican que están encerrados en ese espacio y cada mes llega un chico nuevo, siempre de sexo masculino. También reciben suministros, todo por parte de los »Creadores» que vigilan este experimento. El joven enseguida descubre que están bien organizados y han conseguido organizar una rutina adaptada a estas peculiares condiciones.

Pero la vida aquí va más allá de la llanura del Claro. A su alrededor hay cuatro puertas que conducen a un Laberinto: un grupo de chicos (los corredores) lo recorren para averiguar dónde está la salida, pero el Laberinto, como si tuviera vida propia, mueve sus muros todas las noches y les complica la tarea de escapar. Además, por el Laberinto vagan unas criaturas llamadas laceradores, mitad animales y mitad máquinas, que siembran el terror entre los muchachos y tienen efectos peligrosos…

Sin embargo, las cosas están a punto de cambiar. Al día siguiente de la llegada de Thomas, aparece una chica (de la que más adelante sabremos que se llama Teresa) que les transmite un mensaje inquietante. Por si fuera poco, Thomas siente que la conoce, hay algo en él que le inclina a preocuparse por ella, pero no recuerda el qué. Mientras su cabeza da vueltas, decide que la mejor opción para descifrar el entramado del Laberinto y plantar cara a los Creadores es unirse al grupo de corredores. Aunque, claro, la relación con los compañeros no siempre es fácil…

Comentario personal

Con el éxito de Los Juegos del Hambre, han proliferado las novelas de ciencia ficción y fantasía que recrean un mundo dictatorial en el que los valores elementales del ser humano brillan por su ausencia. No es este el momento de hacer un repaso al género ni de cuestionar su verdadera esencia, pero sí que quiero hacer notar que la sombra de Los Juegos del Hambre es alargada y, al igual que ocurre siempre con un género se pone de moda, la masificación de un tipo de libro puede llegar a saturar al lector. Y quien dice saturar, dice aborrecer, cansar… e incluso dejar de impactar.

De entrada, el planteamiento de El corredor del laberinto me parece bastante bueno: la recreación de la vida en el Claro, las particularidades del Laberinto (que son más de las que he revelado en la sinopsis), el estado de desorientación de los chavales… El clima de tensión que advierte que tarde o temprano llegarán escenas duras me gustó y consiguió engancharme pese al desconocimiento de Thomas del lugar donde se encuentra. No me atrevo a definirlo como original porque hay muchas novelas de corte similar, tanto clásicos como novelas juveniles actuales; diría que en lo que más sobresale —hablando de la recreación— es en la idea del Laberinto.

La sociedad que han puesto en práctica los chavales y las relaciones entre ellos están bastante trabajadas. Tenemos al líder de la tropa, al enemigo del protagonista (elemento imprescindible en esta clase de novelas, por lo que veo), al niño frágil y a unos cuantos chicos currantes. Mientras leía no pude evitar acordarme de los libros de Neal Shusterman (autor de Unwind y Everlost, entre otros), pues son muchas las similitudes entre ellos: el contexto fantástico-distópico con vivencias crueles y despiadadas, un grupo de chicos de edades diversas (aunque siempre niños y adolescentes) que deben construir su propia jerarquía sin adultos, la atmósfera tensa… Las propuestas de Shusterman y Dashner son de lo más atractivas, pero por ahora me ha convencido más el primero, sus tramas me parecen más complejas y ricas en matices personales.

Volviendo a El corredor del laberinto, no se puede reseñar este libro sin hacer una mención al lenguaje coloquial de los muchachos, repleto de expresiones que otorgan un sello característico a la narración (la traductora española ha hecho un gran trabajo para adaptar esos términos). El estilo en general me ha resultado ameno y sencillo de leer, como casi todas las novelas juveniles. Digamos que cumple con su cometido de atrapar al lector y hacerle pasar un rato entretenido sin complicarle la vida.

Cambiando de tercio, a pesar de las cualidades del mundo recreado, en conjunto lo considero un libro más sencillo que otros del género. Tiene ideas buenas, el desarrollo es coherente y se lee con gusto; no obstante, no me ha impactado ni me ha hecho sentir tanto como esperaba. Algunos se llevarán las manos a la cabeza por lo que voy a decir, pero es lo que pienso: lo considero un buen libro para pasar el rato, sin más. Dudo mucho que me anime con la segunda parte (de hecho, el final no me ha dejado con ganas de más, en algunas cosas es un poco previsible).

Reconozco que esto último puede deberse a la saturación del sector que comentaba al principio. Aun así, voy a ir más allá porque he detectado un aspecto en el que flojea: la caracterización de los personajes. La personalidad de Thomas me resulta gris, se aprecia en él un espíritu luchador, pero no he casado con el hecho de que sea él quien encuentre las claves de todo, ese planteamiento de «oh, chico especial que llega y lo cambia todo» no me gusta, prefiero los personajes de carne y hueso, con virtudes, defectos y, sobre todo, mil matices en su personalidad. Teresa, por su parte, me parece muy anodina, al principio da la impresión de que va a dar un giro de ciento ochenta grados a la historia y después no es para tanto. Los dos me resultaron muy sosos, eché de menos un poco de fuerza y picardía en su carácter. El hecho de que no recuerden su pasado no es excusa, ya que hay libros con ese mismo punto de partida que me maravillaron con su retrato del protagonista. Sin embargo, los secundarios me gustaron mucho, en especial Chuck y Minho (y qué decir de los nombres y su significado, los que lo habéis leído me entenderéis).

Antes de terminar me gustaría hacer una mención al trabajo de Nocturna. Es la primera vez que leo una novela de esta editorial independiente, aunque hace tiempo que me fijo en su catálogo y en mi opinión tienen una política de publicaciones de lo más acertada. El corredor del laberinto tal vez no es el mejor ejemplo de ello (no porque sea malo, sino porque hoy en día se editan decenas de sagas similares), pero sí lo son la recuperación de clásicos descatalogados y su apuesta por traducir a una autora como Diana Wynne Jones, hasta ahora poco reconocida en nuestro país, Además, se nota que optan por cuidar sus ediciones en lugar de publicar mucho, rápido y de cualquier manera (que, como sabéis, es una práctica que detesto).

En general, El corredor del laberinto me parece una opción recomendable para los amantes de la fantasía y la ciencia ficción que busquen una lectura para evadirse de la rutina. En ese sentido, hallaréis en él una novela con una construcción trabajada, algunos conceptos interesantes y un ritmo trepidante que no aburre en ningún momento. A pesar de haberle encontrado ciertas pegas, quiero que quede claro que es bastante superior a las historias de romance fantástico predecesoras de la moda distópica (a propósito del tema, romance como tal no hay, al menos en esta primera parte). Por mucho que dentro de este género haya libros mejores y peores, sin duda hemos salido ganando con respecto a las imitaciones de Crepúsculo (para mi gusto, claro).

Enlaces de interés:
Web de James Dashner
Empieza a leer el libro



Mi valoración: 7/10

05 octubre 2011

El e-book se empieza a consolidar

Decían que 2011 sería el año de la consolidación del e-book en nuestro país. Aún hay reticencias por parte de los lectores que se niegan a abandonar el espíritu romántico de los libros convencionales; sin embargo, podemos observar que se ha producido un cambio en el mercado: cada vez tenemos a nuestro alcance más modelos de lectores, muchas editoriales ofrecen parte de su catálogo en formato digital, hay novedades en e-book con opciones especiales para iPad y algunos hasta se han colado en las listas de más vendidos.

En lo que a mí respecta, todavía no dispongo de este aparato, aunque ganas no me faltan porque me parece muy práctico para los que no tenemos mucho espacio ni sentimos un afán especial por conservar todos los libros que leemos. Además, lo considero un buen invento para reducir la tala de árboles y con ello preservar la salud del medio ambiente. ¿El punto negativo? Los precios, como siempre. Tanto en lectores como en e-books hay bastante variedad, pero me parece que el coste de ambos debería reducirse.

Como muchos sabéis, el pasado mes de septiembre dediqué la encuesta mensual a la aceptación del lector electrónico. Dado que hice la misma pregunta hace justo un año, a continuación copio los resultados de ambas para comparar (sobra decir que el sistema solo permitía un voto por persona):

Septiembre de 2010

81 votos

¿Tienes un lector electrónico?
Sí, y lo uso mucho............................................... 7 votos (8,5%)
Sí, pero lo uso poco................................................... 1 voto (1%)
No, pero quiero comprar uno........................... 32 votos (40%)
No, y no tengo intención de comprar uno... 41 votos (50,5%)

Septiembre de 2011
435 votos

¿Tienes un lector electrónico?
Sí, y lo uso mucho............................................... 144 votos (33%)
Sí, pero lo uso poco................................................... 30 voto (6%)
No, pero quiero comprar uno.............................. 93 votos (21%)
No, y no tengo intención de comprar uno....... 168 votos (38%)

Es difícil hacer un análisis en condiciones con esa diferencia de votos (hago un pequeño inciso para daros las gracias a todos los que hacéis que este blog sea cada día más grande), aun así, enseguida hay un dato que salta a la vista: el porcentaje de votantes que tienen un lector se ha multiplicado por cuatro. No creo que se deba únicamente a la mayor afluencia de gente; la actividad que se ha hecho durante los últimos meses para promocionar esta nuevo formato de lectura tiene que haber influido.

Además, la proporción de lectores reticentes a dar una oportunidad al e-book ha disminuido en un 12%. En mi opinión, siempre habrá gente que prefiera los libros tradicionales, el mundo digital no va a acabar con las encuadernaciones de siempre; no obstante, sí que parece que empezamos a perder los temores, como los hemos perdido con tantos otros inventos. ¡No hay que tener miedo a la tecnología!

Por último, quiero señalar que la gran mayoría de los que poseen un e-reader le sacan mucho partido. Las personas con las que he hablado del tema me han comentado lo mismo, da la impresión de ser uno de esos artículos que, en cuanto los pruebas, no los dejas de lado. No sé si servirá para convencer a esas 168 personas que todavía no están interesadas, pero, en cualquier caso, muchas gracias a todos los que habéis participado en la encuesta.

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