30 marzo 2011

Mi hermana vive sobre la repisa de la chimenea - Annabel Pitcher

Editorial: Siruela
Páginas: 232
ISBN: 9788498415445
Precio: 16,95€

Me sentí atraída por Mi hermana vive sobre la repisa de la chimenea por una corazonada. La portada me pareció muy mona (muchísimo mejor que la original, por cierto), pero fue su sinopsis lo que me provocó unas ganas irremediables de leerlo. Me parecía que podría ser un libro especial, con ángel, de esos pocos que consiguen dejarte huella. Rara vez tengo esta intuición con una novela desconocida, así que con esto podéis deducir que su argumento debe de tener algo inconfundible para que me haya transmitido esta idea. Si habéis visto la valoración que le he puesto ya sabréis que finalmente no me ha cautivado tanto como esperaba, aunque de todos modos su lectura me ha dejado muy buen sabor de boca.

Sinopsis

Mi hermana vive sobre la repisa de la chimenea narra la historia de Jamie, un niño de diez años que desde su perspectiva ingenua nos narra el deterioro que ha sufrido su familia tras la muerte de su hermana Rose en un atentado islamista, cinco años atrás. La madre los abandonó, el padre ahoga las penas en el alcohol y Jasmine, la gemela de Rose, no come y se ha teñido el pelo de color rosa para dejar de parecerse a su hermana fallecida. Jamie es el único que no sufre por la pérdida, porque era muy pequeño cuando ocurrió todo y sencillamente no recuerda a Rose. Lo que sí debe aguantar son las consecuencias de los hechos, que además de aceptar la destrucción de su núcleo familiar conllevan unas cuantas críticas (por decirlo suavemente) de su padre hacia los paquistaníes y una mudanza que cambiará su vida. En el nuevo colegio, Jamie se hace amigo de Sunya, una niña musulmana despierta y valiente que no teme a nada.

Esconder su relación con Sunya a su padre, luchar por recuperar a su madre, presenciar cómo Jasmine se esfuerza para sacarlos adelante aunque solo tenga quince años… A pesar de su corta edad, Jamie se da cuenta de las cosas y en esta novela nos invita a conocer su papel en estas circunstancias tan delicadas.

Impresiones

Desde las primeras páginas me sumergí en la trama y me dejé llevar por la voz de Jamie. El relato empieza con la explicación de que una parte de los restos mortales de su hermana Rose se encuentran en la repisa de la chimenea, concretamente, incinerados en una urna de la que el padre no puede desprenderse. Un comienzo llamativo e impactante que atrapa de inmediato al lector; aprecio la labor que se ha realizado para explotar los puntos fuertes de la historia en los momentos clave. Aunque los libros tengan la oportunidad de mejorar a medida que avanzan, un buen pistoletazo de salida facilita que la gente se enganche y les hace ganar muchos puntos.

Escribir una historia desde el punto de vista de un niño es complicado y a menudo este esfuerzo se encuentra muy infravalorado por algunos sectores. Hay quien tiene la manía de catalogar como infantil o juvenil cualquier obra protagonizada por alguien de corta edad; costumbre que me da mucha rabia porque, si bien no tengo nada en contra de esta literatura (de hecho, la disfruto muchísimo), sé que muchos lectores adultos sienten prejuicios hacia lo infantil/juvenil y una clasificación equivocada podría hacer que dejaran de leer un libro tan especial como este. Por eso mismo quiero dejar claro desde este momento que Mi hermana vive sobre la repisa de la chimenea no me parece una novela juvenil, y no por la dureza relativa del tema, sino porque su trasfondo está lleno de pequeños detalles que en mi opinión un adulto sabe apreciar mejor. Además, la prosa tampoco tiene mucho en común con lo juvenil porque no contiene ni una línea de diálogo en estilo directo, rasgo característico del género.

Volviendo al enfoque infantil, Annabel Pitcher supera con creces el reto y consigue crear un personaje que, no solo resulta realista, sino que se convierte en una personita entrañable para el lector. Jamie te llega con sus temores, sus juegos y, sobre todo, sus ilusiones. Se da cuenta de las cosas que pasan en casa, pero al mismo tiempo no deja de ser un chiquillo que no se separa de su querida camiseta de Spiderman y teme al matón del colegio. Como cualquier niño, destaca por su inocencia, una inocencia acompañada de travesuras y cabeza, que nada tiene que ver con la tan criticada ignorancia excesiva de aquel niño con pijama que no se enteraba de nada.

Las relaciones entre personajes están muy bien tratadas. Me ha encantado la amistad del protagonista con Sunya: quizá os parezca absurdo, pero al haber escogido hablar de un atentado islamista pensé que tal vez este colectivo podría ofenderse, y por ello considero un acierto que la forma de superar los prejuicios hacia estas personas en el relato sea a través de una niña tan buena y pura como Jamie o cualquier muchacho europeo. Su vínculo inspira una gran ternura, el ver cómo ambos dejan de estar marginados y tienen un compañero en el que apoyarse. El final, sencillamente precioso.

Lo mismo digo para temas familiares e, incluso, la mascota de Jamie. Destaco especialmente el papel de su hermana Jasmine, me ha gustado descubrir cómo una chica de quince años que perdió a su gemela se esfuerza en ayudar a su familia e intentar que el pequeño no vea algunas cosas. Por su apariencia, con ese pelo rosa y el novio punki, nadie diría que es una jovencita tan madura y sensible. Con esto se demuestra que los adolescentes pueden tener bobadas típicas de la edad sin dejar de lado lo que de verdad importa. La autora hace gala de una gran capacidad de observación y cordura a la hora de describir a los personajes, los trata con respeto y cariño, sin olvidar que pese a su corta edad son personas inteligentes.

En cuanto al estilo, hay cero diálogos de tipo directo (el que se escribe introducido por una raya), aunque las conversaciones se plasman en estilo indirecto, dentro de los párrafos. Para mi gusto, ha sido un error meter las charlas de este modo: el texto no se lee de forma tan fluida y cansa muchísimo que se repita tanto la palabra «dijo», por no hablar de la ausencia de algunas comas necesarias (creo que el libro ha perdido bastante con la traducción). Como lectora y casi-correctora no puedo dejar de fijarme en estos aspectos, sobre todo porque hay una diferencia abismal de nivel con respecto a los fragmentos en los que no se plasma ningún diálogo y el narrador se limita a expresar pensamientos o recuerdos. En esos tramos he disfrutado muchísimo de la lectura, me he metido de lleno en la piel de Jamie y me dejado llevar por sus palabras, que fluyen como un torrente.

El otro problema que le he encontrado al libro se debe a la parte central: en ocasiones me ha resultado un poco repetitivo, en especial las escenas de Jamie y Sunya en el colegio. Entiendo que eran necesarias para reflejar la evolución de su amistad, pero pienso que la historia pierde fuerza en ese tramo. El primer capítulo y las últimas cuarenta páginas, por el contrario, son de matrícula de honor, no les sobra ni les falta nada. Si se hubieran trabajado más esos pasajes del medio, el resultado final podría haber sido brillante.

En algún sitio he leído que se definía esta novela como «divertida». Desde mi punto de vista, no tiene nada que ver con lo que yo entiendo por divertido o hilarante: me parece una historia escrita con un tono desenfadado, cargada de dulzura y con escenas que te sacan una sonrisa (ojo: no una carcajada). Puede gustar a un grupo de lectores bastante amplio por la originalidad del hilo principal (no todos los días se publica un libro sobre el hermano de una niña que murió en un atentado) y porque la temática realista suele tener buena acogida entre los lectores de narrativa adulta. Eso sí, tal y como se indica en el papel promocional, «si no eres capaz de emocionarte y conmoverte, no conozcas a Jamie, no leas este libro», pues los sentimientos y esa ternura que no me canso de señalar están presentes en cada letra de estas doscientas páginas.

En general, opino que el libro trata un tema curioso, bueno y bien llevado. ¿Que me esperaba más? Sí, pero a pesar de todo me ha dejado muy buen sabor de boca y me parece un libro altamente recomendable para todo aquel que quiera disfrutar de una historia diferente y llena de ternura. Le seguiré la pista a Annabel Pitcher: me ha dado la sensación de que es una autora peculiar (en el buen sentido) y pienso que en el futuro puede seguir aportando propuestas tan innovadoras e interesantes como esta. Hace falta un cambio generacional en la literatura, no se puede escribir eternamente sobre los mismos temas, y a mi modo de ver Pitcher plasma perfectamente esa transición en esta novela. Desde aquí le deseo toda la suerte del mundo.

Enlaces de interés:
Web de Annabel Pitcher.
Lee el primer capítulo del libro.
Tráiler de Youtube.



Mi valoración: 7/10

28 marzo 2011

Lo que nos espera en Bloodlines (spin-off de Vampire Academy)

Se sabe que Bloodlines será una saga más coral y los protagonistas serán Sydney, la humana alquimista que Rose conoció en Rusia; Jill, una moroi de quince años que quiere entrenarse y luchar; Eddie, un guardián compañero de Rose; y el “despechado” de Last sacrifice (no voy a decir su nombre para no spoilear, pero si habéis leído el libro es bien fácil deducirlo). El lugar de ambientación será en parte humano y en parte vampírico, gracias a la condición de Sydney, que abre nuevas puertas al mundo recreado hasta ahora. La sinopsis se hizo pública hace poco y, a grandes rasgos, dice que Jill debe acudir a un colegio humano y Sydney se encargará de protegerla.

A partir de aquí todo son suposiciones mías. Por una vez, creo que si la autora se lo curra puede hacer un triángulo amoroso en el que los dos extremos tengan posibilidades (estoy hablando de las dos chicas y el despechado, naturalmente). Por un lado, una humana con una criatura fantástica escandalizaría a todo el mundo (y en manos de Richelle nos daría escenas de lo más picantes, fijo); por el otro, que el chico se fijara en Jill cuando esta sea toda una mujercita guapísima tampoco estaría mal. De todos modos, intuyo que Eddie será uno de los guardianes de la joven moroi y, si le da por enseñarle a luchar, el romance de Jill podría tirar por ahí.

También quiero strigoi, muchos strigoi… Y mientras Jill entrena, creo que la clave estará en Eddie, que junto a Sydney parece el único con “cojones” de esta nueva serie (ojo, no va en tono despectivo para los demás, que tiene que haber todo tipo de personalidades). También espero que Jill, en su nuevo estatus, dé problemas e intenten secuestrarla o algo (de ahí que vaya a una escuela humana para aprender protocolo y evitar a los strigoi… o eso creo).

En general, me parece muy interesante conocer la evolución en la personalidad de Jill y el despechado, que son los dos que más pueden (y deben) cambiar. Además, conoceremos más a Sydney que, a pesar de que de entrada no parezca tan carismática como Rose, creo que con su mirada de malafollá y esa media sonrisa nos acabará gustando mucho. En cuanto a Eddie, por mucho que en Last sacrifice se deje caer que es un mini Dimitri, de momento yo no le veo tanto sex appeal, pero como digo siempre, si nos saben contar bien la historia, nos convencerá (y no dudo ni un segundo de la capacidad de Richelle Mead a la hora de crear buenos personajes).

Creo que no me equivocaré al decir que Bloodlines también dará que hablar (para bien), y es que tiene todos los recursos necesarios para llenar otros seis libros… o los que sean. La prosa de la autora hace que te imagines viviendo en ese mundo, incluso piensas en todo lo que puede ocurrir mientras no estás leyendo. Conseguir eso es muy, muy difícil, así que me parece estupendo que explote este universo para contarnos nuevas historias y descubrir más cosas sobre los alquimistas. ¡Ah! Y no nos olvidemos de los cambios que deben producirse en lo relativo a la lucha contra los strigoi, pues todavía queda un largo camino por recorrer.

Se publicará el próximo 23 de agosto (en inglés, naturalmente). Yo ya lo tengo en mi lista de deseos.

Fans de Vampire Academy, ¿qué esperáis de esta nueva saga? ¿Qué os gustaría que ocurriera?

Para más información: web oficial de Bloodlines.

27 marzo 2011

Vampire Academy, en resumen

Vampire Academy, más que una saga de vampiros

Ni cursi como Crepúsculo, ni terrorífica como Drácula: la saga Vampire Academy no está hecha para amantes de los vampiros clásicos, pero tampoco para los románticos empedernidos. Aquí encontraréis un mundo fantástico urbano con tres clases de criaturas fantásticas, grandes dosis de acción, un estilo ágil con buenos diálogos y unos personajes de lo más cercanos, con la valiente y luchadora Rose a la cabeza. No tiene nada que ver con las otras sagas de vampiros que conozcáis, os lo aseguro. Para empezar, los tenemos de tres tipos: dhampir, mitad humano y mitad vampiro, encargados de velar por la seguridad de los moroi; moroi, vampiros mortales y buenos; strigoi, vampiros malos, sin alma, inmortales y muy, muy fuertes. Tanto los moroi como los strigoi se alimentan de sangre, aunque estos últimos van a la caza de los primeros.

En Vampire Academy, el primer libro, encontramos a dos amigas unidas por un vínculo que permite a Rose adentrarse en el alma de Lissa y conocer sus sentimientos en cada momento. Poco a poco vamos conociendo la forma de vida de dhampir y moroi y sabemos que Rose quiere convertirse en la guardiana que protege a Lissa de los malvados strigoi. Esta, además, es la última de su familia porque sus padres y su hermano murieron en un accidente, por lo que la realeza moroi todavía tiene más motivos para cuidar de ella. En esta novela se hacen patentes los sentimientos de amistad y lealtad, aunque también hay un lugar para las prácticas de lucha cuerpo a cuerpo con el instructor Dimitri.

La segunda parte, Sangre azul, nos trajo más acción todavía y la aparición del tercero en discordia, Adrian, aunque a estas alturas todavía no tenía ninguna oportunidad con Rose. Pero esto no es lo más destacado de la novela: a raíz de un ataque de strigoi, los estudiantes de la academia se trasladan a la nieve, un paisaje completamente distinto a lo que estamos acostumbrados en la literatura. Allí, Rose y sus amigos serán incapaces de mantenerse a salvo e inevitablemente los strigoi

hacen su gran aparición, que los deja marcados para siempre
.

Disfruté mucho con los dos primeros libros, pero ¡qué sencillos parecen al lado de lo que viene después! En Bendecida por la sombra se produce un giro radical en la serie, un hecho que os hará derramar más de una lágrima y os hará salir disparados a por el siguiente libro. No obstante, aparte del famoso final, hay mucho más: varias tramas paralelas, el regreso de cierto malvado, los primeros pinitos de las chicas en la corte… Y el espectro de alguien conocido que intenta decir algo a Rose.

Parecía difícil sorprender al lector después del tercer libro, pero con Blood promise (Promesa de sangre) Richelle Mead vuelve a meterse a los lectores en el bolsillo. Rose hace un viaje con una importante misión —de nuevo un paisaje distinto al acostumbrado— y conoce a gente de lo más peculiar por el camino. Además, el vínculo permite seguir en contacto con Lissa y los chicos de la academia, con lo que averiguamos que ha llegado una chica nueva y la angelical amiga de la protagonista se está volviendo rebelde. El final, nuevamente, impresionante.

Spirit bound (Atados por el espíritu) se ganó otra de mis matrículas de honor: quinientas páginas de adrenalina pura, con giros de acción en la mitad del libro y no solo al final. Si en los libros anteriores Rose había empezado a cuestionarse si realmente debe dedicar su vida a los demás, aquí Lissa demuestra que ella también puede hacer cosas muy importantes por Rose. La recta final es un poco distinta a lo que nos había acostumbrado la autora, pero no por ello menos intrigante: el desenlace te deja con la boca abierta, y no puedo decir más.

Con esas llegamos a Last sacrifice, el último volumen de la saga, donde se deben solucionar todos los conflictos (principalmente el del desenlace de Spirit bound, pero las tramas amorosas también hay que cerrarlas, entre otros detalles) y ceder el relevo a Sydney, la humana alquimista amiga de Rose, para que se encargue de llevar el hilo conductor del spin-off de la serie. Un desenlace que, aunque no me convenció del todo, es Vampire Academy en todo su esplendor y me hizo disfrutar muchísimo a lo largo de sus casi seiscientas páginas.

¿A qué esperáis para conocer a Rose y compañía?

Enlaces de interés:
Facebook oficial de VA España
Web de Richelle Mead

25 marzo 2011

Vampire Academy 6: Last sacrifice

Editorial: Razorbill
Páginas: 594
ISBN: 9781595143068
Precio: 12,50€ en Bookdepository

Last sacrifice (El último sacrificio)

No contiene spoilers reveladores, pero si tenéis la intención de leer este libro algún día os recomiendo que os saltéis este apartado para no sospechar nada y llegar vírgenes a él.

Rose empieza el capítulo encerrada, acusada de algo que no ha hecho. Sus amigos enseguida se movilizan para ayudarla y ella se ve obligada a seguirlos a ciegas, algo difícil para una chica que está acostumbrada a llevar la voz cantante en todo. Tal y como se predijo en el libro anterior, Rose debe emprender un viaje acompañada de alguien especial; un viaje en el que, además de huir del peligro, quiere llevar a cabo la misión que se le encomendó en la carta del final de Spirit bound. Mientras, Lissa y los chicos permanecen en la corte, donde ocurrirán hechos imprevistos en los que la joven moroi demostrará que es capaz de valerse sin Rose. A todo esto, no nos olvidemos de los malos malísimos (y no estoy hablando de strigoi… o sí): es la última novela y, por supuesto, harán su aparición.

Mi opinión SIN spoilers

Last sacrifice empieza justo donde había terminado el anterior y engancha de inmediato. Nada más comenzar nos encontramos con una carta post mortem; con una carta arrancaba también Spirit bound. En general, en este último libro se aprecia un gran aprovechamiento de todos los recursos empleados en la saga: vuelven a aparecer los fantasmas, todos los personajes están en su máximo esplendor, recuperamos a los alquimistas, se hacen nuevos descubrimientos en el mundo exterior, el compañero de viaje de Rose era una “deuda” que la autora tenía con los lectores, se cierra la trama del malo malísimo. En este sentido, Richelle Mead no te deja con la sensación de “ay, me habría gustado volver a saber cosas de cierto tema”, como sucede con otras sagas.

Si tengo que sacar parecidos, Last sacrifice sigue un esquema muy similar al de Blood promise, el cuarto libro de la serie. En ambos, gran parte de la acción se desarrolla fuera de los límites establecidos para la convivencia de moroi y dhampir, por lo que nuestros personajes hallan nuevos recovecos de la vida en el exterior que, si la autora quiere, se podrán aprovechar en la secuela. Salta a la vista que uno de los recursos de Mead para captar el interés del lector es ambientar los libros pares en sitios lejanos (digamos que el Academy del título no se adecúa demasiado a esta saga, sobre todo a medida que se acerca el final). A propósito de esto, me ha parecido interesante conocer nuevos personajes y formas de vida, se nota que la autora ha hecho un curro tremendo para recrear este mundo y por una vez no veo mal que lo aproveche para otra saga (¡sería una pena abandonarlo, con todo lo que puede dar de sí aún!). A pesar de todo, el viaje tiene un inconveniente: al lado de las partes de acción trepidante de los libros anteriores, este me ha parecido más lento (que no pesado, pues la prosa de la autora siempre invita a seguir leyendo).

Por otro lado, el tema estrella, desenmascarar al culpable de un asesinato, es sencillamente la caña. ¡Lo mejor para una última parte! Last sacrifice es el libro que más thriller parece de toda la saga, y no es de extrañar: primero sospechas de uno, luego las pistas apuntan a otro, entonces un desconocido intenta atacar a cierta persona, hay discrepancias de opinión entre nuestros investigadores amateur… Yo no soy amante del suspense, pero tengo que reconocer que aquí lo he disfrutado muchísimo. Con la investigación particular de Rose también me lo he pasado bien; no hay misterio como tal, pero el paso a paso para llegar hacia lo que buscan se hace entretenido.

Cambiando de tercio, todo lo que sucede en temas políticos me ha parecido interesantísimo. Tranquilos, no pongáis cara de aburrimiento: hablo de trifulcas para intentar tener más poder que otros y cosas por el estilo, que siempre dan juego. La autora se lo ha currado muchísimo: todo detallado, coherente e, insisto, interesante de leer. Me ha encantado la alternancia de tramas (asesinato, investigación de Rose, política); a esta autora se le da muy bien interrelacionar varias historias a la vez y no os decepcionará. Cuando estás intrigado por algo, se cambia a otra y tienes que seguir leyendo para volver a saber cómo sigue lo anterior. Una forma eficaz para enganchar y a la vez no cansar al lector con ninguno de los hilos paralelos.

En cuanto al amor, de nuevo os recuerdo que Vampire Academy no es una saga azucarada y el romance ocupa un lugar secundario en la jerarquía de cuestiones a tratar. No obstante, me voy a reservar mi opinión al respecto para el siguiente apartado, que no quiero chafarle la sorpresa a nadie.

El final, para mi gusto, es demasiado idealizado. Y me sobra muchísimo lo de Lissa. Me duele decirlo, pero en esto Mead no ha sido tan diferente de Meyer, tan solo le ha faltado una Renesmee para consolar al despechado (ya la habrá en el spin-off, ya…). Por hacer un símil, me convenció mucho más el final agridulce de Sinsajo. De todos modos, no tengáis muy en cuenta mi opinión: con mis preferencias por lo triste y los términos medios soy un poco rara y suelo ir a contracorriente cuando se habla de desenlaces. A todo esto, hay que tener en cuenta que la autora lo tenía muy difícil para contentar a todo el mundo. El final de una saga siempre corre el peligro de no gustar, pero no por ello hay que desacreditar la serie entera, de modo que mantengo que Vampire Academy es la mejor saga de vampiros de la nueva hornada con muchísima diferencia. Al terminar Last sacrifice, tengo la sensación de que he dejado buenos amigos atrás. Pocas historias consiguen llegar tanto, aunque haya cositas que no me hayan convencido.

Mi opinión CON spoilers

No sabía si añadir este apartado o no porque bastante kilométrica me ha quedado la opinión ya, pero he pensado que solo terminaré Vampire Academy una vez y si no me explayo ahora no lo haré nunca. Eso sí, como supongo que quien lea este apartado ya habrá leído Last sacrifice, no me voy a enrollar y expondré mi opinión por puntos.

Lo que me ha gustado:
- La última conversación de Adrian y Rose, en el penúltimo capítulo. Ambos estuvieron muy bien, con un diálogo acorde con las circunstancias de cada uno. No me gustan las víctimas, pero un Adrian comprensivo en esas circunstancias no me habría resultado convincente.
- La fuerza y la autonomía de Lissa en las pruebas (¡genial el momento a Los Juegos del Hambre!). Tal y como dije en mi primera opinión de la saga, me encanta que Richelle Mead no haya creado a dos amigas rivales o a una claramente superior; entre los hechos de Spirit bound y Last sacrifice se demuestra que Lissa no es tan insulsa y dependiente como les parece a algunos.
- Se rompe el vínculo del espíritu. De las pocas cosas que me han gustado del final: un golpe que, creo, nadie esperaba, y que ha venido de lujo porque estaba matando a Rose.
- Que Dimitri tenga tanto peso en la historia. Como he dicho antes, era algo que la autora nos debía desde que pasó lo que pasó.
- Entre los Keepers y lo de Rusia en Blood promise, hay mucho que explorar en el spin-off. Me encantaría que se repescara a Viktoria o Angeline, esta última es una Rose en miniatura y daría juego.
- Hay detallitos de todos los personajes secundarios de la serie (excepto la familia Belikov), que en cierto modo me parece un homenaje a todos ellos: Sonya, Mia, Eddie, Janine Hathaway, Alberta… Muy buena forma de terminar, acordándose de todos.
- Me gustó que Rose tenga que aprender a dejarse ayudar.
- La hermanísima está muy bien encontrada. Me descojono cada vez que pienso en los celos que tuvo Lissa, ¡ja, ja!
- Hablando de la saga en general, lo que más me ha gustado (aparte del mundo, los personajes, etc.) son las escenas fuertes y esos finales impactantes del 2º, 3º, 4º y 5º libros.

Lo que no me ha gustado:
- Y fueron felices y comieron perdices. ¡Más azúcar, por favor! Me habría gustado algún golpe de efecto, que no fuera todo tan bonito.
- Lo de Lissa reina me parece de chiste. Se veía venir en los libros anteriores que su vida tomaría ese rumbo, pero esperaba que aquí terminara como ayudante (algo parecido a lo que hacía Priscilla Voda) o aprendiz, cosas por el estilo. Una reina de dieciocho años que va a la universidad, ¡¿dónde se ha visto?! Aquí sí que he notado que la saga es juvenil, porque un final tan superstar sería impensable en una historia más adulta. El candidato conservador habría dado juego en los libros siguientes, y la “ni chicha ni limoná” era perfecta para un final más creíble y feliz a la vez. Con Lissa a la cabeza, ya podemos suponer que no habrá otra reina muerta en Bloodlines (aunque espero que la jerarquía de los alquimistas y los dhampir gane protagonismo y tengamos juego por ahí).
- Cansa que cada “despechado” tenga que acabar encontrando el amor, aunque sea en otro libro (que es lo que ocurrirá con Adrian, salta a la vista). No me gusta tanto final feliz, no me parece realista. Habría preferido algo agridulce, como que Dimitri y Rose acabaron juntos pero que por ejemplo ella perdiera un brazo o una pierna y no pudiera ser guardiana. No sé, finales duros de los que te dejan tocado, pero con un trasfondo de esperanza. Entiendo que en los libros previos Rose ha pasado por mucho, como ella dice, pero por eso mismo me parece poco creíble que ahora todo vaya como la seda.
- Un poco fácil que los dos únicos personajes principales que acaban tocados (Adrian y Christian) sean los menos protagonistas del grupo. Aquí la autora arriesgó poco.
- Sobre la identidad del asesino, fue uno de mis sospechosos al principio (esto no quiere decir que fuera previsible, porque sospeché de muchos). En general, creo que está bien encontrado, todo encaja y lo bueno es que las pistas se ven poco a poco. Lo único que me sabe mal es que este personaje me caía muy bien, pero qué se le va a hacer (y si me pongo a ser mal pensada, ya le vale cargarse a la única que le hizo competencia a Rose con Dimka, ahí me recuerda a lo que hacen muchas autoras de cargarse a las ex novias).
- Demasiada promoción del spin-off. Que sí, que había que ceder el paso a Sydney y compañía, pero podría haber cerrado las tramas de estos secundarios y empezar de cero en Bloodlines (menos lo de Adrian y Jill, que no se puede cerrar porque lo que necesitan es tiempo). Aquí no me creo que la autora tuviera esto previsto cuando empezó a escribir Vampire Academy. No me gusta que la nueva serie tenga que arrastrar tantos problemas de aquí…
- Quizá me habría gustado que aparecieran más strigoi, más amenazas (reales) de ellos. Sé que ya había historia suficiente con todo lo demás, pero los strigoi le dan tanta emoción…

A pesar de todo, que quede claro que lo que me ha decepcionado un poco es lo que ocurre, no los personajes (su evolución siempre es brillante, y aunque algunos tachen de egoísta a Rose y digan que ha perdido su esencia, después de estar herida y grave lo anormal sería que preguntara por sus conocidos —porque sí, gente como Sydney o Eddie no llegan a la categoría de grandes amigos, en mi opinión—, tampoco nos pasemos de generosidad…).

Los libros de la saga:
1. Vampire Academy
2. Sangre azul
3. Bendecida por la sombra
4. Blood promise
5. Spirit bound
6. Last sacrifice


Enlaces de interés:
Facebook oficial de VA España
Web de Richelle Mead



Mi valoración: 8/10

23 marzo 2011

Vampire Academy 5: Spirit bound - Richelle Mead

Editorial: Razorbill
Páginas: 496
ISBN: 9781595143662
Precio: 7,24€ en Bookdepository

¿Cansados de las criaturas fantásticas bondadosas, las tramas de acción previsibles y las prosas del montón? Bienvenidos a Vampire Academy, una saga de vampiros diferente a lo que se publica actualmente, mucho más elaborada y con ingredientes deliciosos: hay varias razas de vampiros, unas buenas y otra terrible; los personajes están muy bien caracterizados, resultan tan creíbles y cercanos que parecen amigos tuyos; la protagonista es una chica fuerte que lucha por lo que quiere, no se parece en nada a las pavisosas que tanto abundan en el género; aunque hay amor, contiene grandes dosis de aventuras y tensión que atrapan al lector; finalmente, Richelle Mead es muy hábil en la narración, con un estilo fresco y ágil que denota mucha más pericia que otras autoras del género. Así es, a grandes rasgos, esta fabulosa saga.

Spirit bound (sin spoilers)

El final de Blood promise nos dejó con un descubrimiento que puede cambiar el rumbo de la saga de forma radical; no obstante, es un poco difícil ponerlo en práctica cuando alguien quiere acabar con tu vida. Rose Hathaway, nuestra dhampir protagonista, lo sabe muy bien: después de su aventura por tierras rusas ha regresado a la academia y está a punto de graduarse para poder ejercer al fin como guardiana de su mejor amiga Lissa. Cuando terminan los exámenes, el grupo se traslada a la corte, donde residirán hasta que se conozcan sus asignaciones. Todo parece normal, incluso la reina Tatiana se muestra más agradable que nunca, pero no hay que olvidar que los viajes al exterior pueden exponerlos a los malvados strigoi… Aunque, quien sabe, tal vez a los chicos les conviene tentar al peligro. ¿Conseguirán salir bien parados?

Impresiones

Después de esta m***** de sinopsis que lo dice todo y no dice nada, me veo en la obligación de escribir una crítica decente para que a pesar de todo el libro os llame la atención. Porque tiene que llamaros la atención (no a todos, claro, pero al menos a los que disfrutáis con este tipo de historias). Son pocas las sagas que consiguen despertar tanto entusiasmo en mí; es más, diría que Vampire Academy y Los Juegos del Hambre son las únicas que me parecen dignas de una matrícula de honor, cada una en su estilo. Y sin más preámbulos, paso a hablaros de Spirit bound (algo así como Atados por el espíritu, ya que este elemento tiene mucha importancia en la saga). 

El día que lo empecé leí ochenta páginas del tirón (y porque tenía que dormir, que si no…). Con esto ya digo que es sumamente adictivo, incluso más que los anteriores (para mí). Unos de los aspectos que contribuyen a dotar la novela de un ritmo tan intenso son las numerosas escenas de acción y los giros inesperados que se producen de principio a fin. Me he alegrado de que por una vez Richelle Mead no haya concentrado toda la acción importante en la recta final; aquí la encontramos repartida por todo el libro e incluso diría que la primera mitad es más intensa en este aspecto que la segunda. Mientras leía no dejaba de imaginarme la saga convertida en película, o mejor aún, en serie: si se hiciera un buen trabajo, las escenas en la pantalla podrían tener muchísima fuerza.

Ya que he sacado el tema de no concentrar toda la acción en la recta final, he de decir que en este libro la autora me ha dado en las narices con las escasas críticas que le había hecho antes: además de repartir las aventuras y de este modo sorprendernos más, POR FIN ha dejado de recordarnos cómo son las especies de vampiros que aparecen y los sucesos que acontecieron en los primeros libros. De verdad que era un horror leer esos párrafos en el tercer y el cuarto libro, cuando el lector conoce de sobra cómo son los personajes. 

La novela alterna acción y amor, como siempre. De lo primero ya he dicho que es la caña y engancha como una droga, dos cosas que se pueden aplicar también a la vertiente romántica. La historia gana muchos puntos por tener una protagonista fuerte cuyas preocupaciones no giran siempre en torno al amor, con lo que se tratan muchos temas de interés diversos. Hay que decir que esta saga no es nada empalagosa, así que no os dejéis llevar por las sensaciones que puedan transmitiros las portadas.

Los personajes, como de costumbre, son muy cercanos al lector y sus personalidades están definidas perfectamente: Rose, fuerza y pasión en estado puro; Adrian —que tiene más protagonismo que nunca— con su carácter simpático y sus bromas; Lissa, con su inteligencia y su inseguridad; Christian, valiente y determinado —para mí siempre ha estado a la altura de los dos chicos principales—; y Dimitri… ¡Ay, Dimitri! En Spirit bound nos vuelve a dar alguna sorpresa que no tiene desperdicio ;-) También merecen una mención todo el elenco de secundarios de la corte y viejos conocidos que aparecen de nuevo. Su presencia en la historia es menor, pero dejan su huella y no están ahí de relleno como sucede en tantos libros.

Toda la novela está perfectamente estructurada, con tramas bien hiladas entre sí y datos que se descubren en los momentos adecuados. Más allá de la acción y de las relaciones entre personajes, la autora ha hecho una gran labor al construir un mundo fantástico lleno de recovecos en los que indagar y con una institución política que da mucho juego en los últimos libros (y me atrevo a aventurar que todavía dará que hablar en el spin-off). Insisto: Vampire Academy es mucho más que un amor imposible y las cuatro luchas tontas de turno; aquí se abarcan muchos temas, la serie al completo está muy elaborada y en conjunto me parece más madura que la mayoría de series similares. Aun a riesgo de que me pongáis ejemplos del lado opuesto, pienso que si Richelle Mead puede ser escritora a tiempo completo es porque realmente tiene talento para esto y supera con mucho a todas las autoras que han surgido a raíz de esta moda (y a todo esto, ella ya escribía fantasía urbana antes del boom).

En relación con lo anterior, el estilo de la novela es ágil, con diálogos espléndidos y unos finales de capítulo danbrownescos que prácticamente te obligan a seguir leyendo sin parar. También tiene sentido del humor, aunque no del mismo tipo que en los primeros libros porque Rose ha madurado y no es tan cabra loca como antes. Veis, aquí tenemos otra ventaja: los personajes evolucionan, siempre de forma creíble y a su debido tiempo. ¡No acabaría nunca de enumerar todos los puntos positivos que le veo!

Aunque pasado un tiempo recordaremos el libro (y la saga en general) por los giros más inesperados y las escenas fuertes, se puede decir que la autora sabe entretenerte por el camino con escenas que dan forma y credibilidad a lo que viene después, construye toda una sociedad pasito a pasito (hecho que tiene muchísimo mérito, sobre todo cuando hablamos de un libro de quinientas páginas). Crescendo (Becca Fitzpatrick), por ejemplo, que fue el pringado que leí después de este, tenía alguna escena de acción interesante pero se me hizo pesadísimo porque el principio era más de lo mismo y había mucho relleno que no aportaba nada. En este sentido, a Spirit bound no le sobra ni le falta nada.

Cuando parecía que no habría traca en el desenlace porque lo “gordo” había ocurrido antes, ocurre algo que te deja con la boca abierta. ¡Menudo giro final! No es una traca del estilo de los libros anteriores porque, como digo, no se describen peleas y acciones fuertes al uso, pero quizá precisamente por salirse de lo habitual sorprende más y es más impactante (yo no me lo esperaba para nada). Por cierto, acompaño en el sentimiento a quienes tuvieron que esperar unos meses para leer el último :-P

En definitiva, Vampire Academy es la caña en todos los sentidos. Una saga tremenda; a lo largo de la lectura no dejaba de soltar “¡uf!”, “¡Dios!”, “¡ay!”, “OMG” y expresiones similares. Probablemente ese su punto más favorable, esa capacidad para hacerte sentir cosas mientras lo lees, algo que no siempre se encuentra en este género (soy la primera que considera que muchas sagas son entretenimiento y punto, literatura de usar y tirar). Si alguien pensaba que por ser el quinto bajaría el nivel, se equivoca: Richelle Mead tiene cada historia perfectamente planificada cuando la empieza a escribir, así que no aprovecha el tirón ni se le va la olla como a otras (ay, ese Amanecer…). Visualizo los seis libros como una escalera, cada uno en un peldaño superior al anterior. La bola se hace grande a medida que avanzas y Spirit bound te deja con los nervios a flor de piel. Dan ganas de coger el último y no parar…

Los libros de la saga:
1. Vampire Academy
2. Sangre azul
3. Bendecida por la sombra
4. Blood promise
5. Spirit bound
6. Last sacrifice

Enlaces de interés:
Facebook oficial de VA España
Web de Richelle Mead


Mi valoración: 10/10

21 marzo 2011

En defensa de la nueva moda vampírica

Siempre he defendido que no hay género malo de por sí: los libros de tipo ligero (chick-lit, romántica, juvenil, thriller…) también tienen sus atractivos y no me gusta que estén tan infravalorados por los sectores partidarios de la literatura, digamos, culta. En cualquier caso, lo que hay son libros buenos y libros malos dentro de cada temática. Las novelas juveniles de fantasía urbana son unas de las más criticadas, entre otras cosas porque muchas se cargan el mito del vampiro original y convierten estos seres en criaturas tiernas y románticas. En mi opinión, esta tendencia también tiene un aspecto positivo: ha conseguido que mucha gente que no solía leer se aficionara a la lectura. Sí, probablemente sería más enriquecedor que los adolescentes leyeran otro tipo de historias, pero creo firmemente que entre no leer y leer historietas románticas de poca monta más vale lo segundo.

Además, aunque algunos no lo crean, estos libros han aportado algo a la literatura: nuevas formas de entretenimiento, perspectivas diferentes de lo establecido hasta entonces, el fenómeno saga con más intensidad que nunca. ¿Qué hay de malo en reinventar la mitología del vampiro, de los ángeles y demás? ¿Tenemos que resignarnos con las versiones cursis de los cuentos tradicionales? ¿Por qué las distopías actuales reciben críticas cuando su trasfondo es idéntico al de las primeras? Hay otro problema, y es que la gente que no lee estos libros y opina desde fuera se queda únicamente con el mensaje de “oh, ¿pero cómo un vampiro puede salir a plena luz del día?”. En la práctica, hay mucho más: tramas de acción trepidante, personajes carismáticos, historias que implican al lector. Por no decir que algunos preferimos los vampiros buenos por la sencilla razón de que el terror puro y duro no nos va (por muy buenas que puedan ser estas obras).

Por otro lado, es un error creer que todo lo que se publica dentro de este género es malo. Las modas suelen hacer que se dé salida a un gran número de pestiños, pero afortunadamente hay grandes excepciones, como Vampire Academy y Hermosas criaturas en el terreno fantástico, o Los Juegos del Hambre y Adorada Jenna Fox en las distopías. Se pueden escribir libros juveniles con vampiros domesticados de calidad, lo mismo que se pueden construir hilos argumentales fascinantes y ambientaciones exquisitas. Soy la primera que critica duramente los plagios y las novelas de poca monta, pero me parece injusto meterlos a todos en el mismo saco. Respeto que no todo el mundo guste de este tipo de libros y opte por los vampiros y la fantasía de toda la vida (cada uno tiene sus preferencias), pero ambas vertientes pueden convivir en paz.

*Con esta entrada empiezo una semana especial sobre Vampire Academy.

18 marzo 2011

El puente invisible - Julie Orringer

Editorial: Lumen
Páginas: 736
ISBN: 9788426417657
Precio: 21,90€

La historia de Andras y Klara

Año 1937. Andras Lévi es un joven húngaro judío que gracias a una beca tiene la oportunidad de trasladarse a París para estudiar Arquitectura en una de las facultades más prestigiosas del país. Pertenece a una familia humilde: su padre tiene un pequeño negocio después de pasar por muchos problemas; su hermano mayor, Tibor, lleva años ahorrando para estudiar Medicina en Italia; y el pequeño, Mátyás, está terminando el bachillerato y sueña con convertirse en artista.

Antes de partir rumbo a París, la esposa de un banquero le encarga que lleve un paquete a su hijo, que también estudia en Francia. Sin embargo, al ir a recogerlo, Andras se encuentra con algo más: un sobre dirigido a un tal C. Morgenstern que, por desconfianza del correo húngaro, resulta conveniente que lo eche en un buzón francés. Con lo que el chico no contaba era que esa carta le llevaría hasta una mujer, Klara, madre de una hija adolescente y profesora de ballet clásico. Le invitan a comer con la excusa de que conozca a la muchacha, pero en quien él se fija es en Klara. Desde el principio se hace patente que la diferencia de edad entre ambos y la presencia de la hija serán dos conflictos difíciles de paliar, aunque tal vez lo más grave sea la certeza de que Klara todavía ama a su fallecido marido, un tema del que ella se niega a hablar. Además, está el asunto de no poder enviar la carta desde Hungría. ¿Qué oculta esta mujer?

Por suerte o por desgracia, la estancia de Andras en París no se limita a una historia de amor. Se hace amigo de otros tres chicos judíos: Polaner, un estudiante discreto y buenazo que solo desea sacarse el título y pasar desapercibido; el atractivo y encantador Ben Yakov, irresistible para las chicas; y Rosen, el cabecilla intrépido del grupo. Andras congenia mucho con Polaner, puesto que ambos son jóvenes humildes y trabajadores, aunque hay buen rollo entre los cuatro. Por otro lado, en cierto momento el protagonista se ve obligado a ganar dinero para pagar una parte de sus estudios, lo que le lleva hasta el Teatro Sarah Bernhardt, donde el director —húngaro como él— le da un empleo.

Los campos de trabajo nazis

Por mucho que las apariencias nos transmitan que estamos ante una bella historia de amor, la realidad es un poco distinta: el periodo histórico no deja lugar a dudas, los conflictos políticos hacen su aparición e influyen en la vida de los protagonistas de forma directa . Naturalmente, hablo del nazismo y sus consecuencias en los países europeos, un trasfondo que se ha utilizado mucho en la literatura, aunque debo decir a favor de El puente invisible que el enfoque de esta novela no se centra en lo mismo de siempre. 

En su estancia en París, Andras ya notaba que algo no marchaba bien: los judíos se veían discriminados por el resto de compañeros y la posible entrada de Francia en la guerra amenazaba directamente sus intereses estudiantiles. El ambiente estaba caldeado en la bella ciudad de París, se notaba que algo grave ocurriría. A todo esto, en esta parte todavía hay un pequeño lugar para la guerra civil española, de la que se hacen varias menciones a través las noticias de los periódicos franceses.

Llegado el momento, Andras se ve obligado a regresar a su país natal y de ahí lo trasladan a diversos campos de trabajo, tanto de Hungría como de países cercanos. Estos campos de trabajo no están tan presentes en la literatura como los de concentración y las situaciones cotidianas de la Alemania de la época, de modo que pienso que parte del interés de El puente invisible reside en este hecho y por ello no merece ser considerada “otra novela más sobre la época nazi”. Las cifras de muertos en los trabajos forzados fueron mucho menores que las de los campos de concentración, pero no por ello dejan de ser escalofriantes

El objetivo de dichos trabajos era facilitar las cosas a las divisiones de soldados en guerra, con actividades que iban desde cavar una trinchera a marcar una carretera en un territorio lleno de minas. Trabajos durísimos, con los hombres esclavizados, muertos de hambre y con una atención sanitaria deficiente (lo habitual era reservarla para los enfermos graves, aunque a veces ya era tarde para hacer algo por ellos). Algunos fallecían a causa de su debilidad física, otros enfermaban, otros morían en accidentes del propio trabajo… Y también los había asesinados a cargo de sus superiores para dar una lección al resto de la tropa. Andras tenía a su favor su juventud y fortaleza; además, tuvo la suerte de entrar en la misma división que un antiguo compañero suyo, Mendel Horowitz, un ex corredor al que no dejaron participar en los últimos Juegos Olímpicos por su condición de judío. Juntos, uno como ilustrador y el otro como redactor, crearon diversos diarios para evadirse de la angustia y distraer también a sus compañeros. Esa fue su manera de luchar contra las adversidades y mantenerse cuerdos en la terrible situación que atravesaban: un panfleto que se tomaba con humor las vivencias diarias en los campos de trabajo.

Andras es el protagonista absoluto de la novela, pero no nos olvidemos de Klara, sus hermanos y los amigos de la facultad. Los chicos también han sido conducidos a destinos parecidos al de Andras, pero la familia y Klara lo esperan en Hungría. Unos y otros sufren por no saber cómo se encuentran sus seres queridos; además, a medida que la guerra avanza, las cosas se complican también para las mujeres de las ciudades. El título del libro hace referencia a estas separaciones, a los puentes invisibles que se deben montar para mantenerse unidos a pesar de la distancia y el dolor. Una bonita metáfora para un escenario tan terrible, ¿verdad?

El libro en sí

En mis últimas lecturas cinco estrellas se dio la casualidad de que los libros (La mujer del viajero en el tiempo, Luna y Juana la Reina, loca de amor) me parecieron soberbios desde las primeras páginas, de modo que echaba de menos encontrar una novela que de entrada me pareciera normalita para seguidamente mejorar y mejorar hasta convertirse en inolvidable. Esto es lo que me ha ocurrido con El puente invisible: al principio lo consideraba una buena historia, sin más, pero fue llegar a la segunda mitad y las emociones que transmite se dispararon hasta límites insospechados.

No es de extrañar que se produjera tal cambio. En la novela hay dos partes claramente diferenciadas: por un lado, la estancia de Andras en París, cuando estudia en la facultad y empieza su relación con Klara; por el otro, todo lo que vive Andras en los campos de trabajo, mientras su familia y allegados sufren en la distancia. Ambas merecen la pena y están bien contadas; no obstante, para mi gusto la prosa de Julie Orringer pega más con lo segundo. Su estilo es correcto, con descripciones crudas y sin florituras, apto para cualquier lector. El tono en todo momento transmite seriedad, por lo que me parece más apropiado para transmitir las vivencias de una guerra que los cimientos de una relación de amor. Hablando de la narración, me gustó que se mantuviera algunos términos en francés durante la primera mitad, ayudan a ambientar mejor la historia.

Así pues, la trama mejora mucho a medida que avanza. No soy especialmente aficionada a las novelas situadas en esta época —he leído bastantes porque la temática es recurrente en la literatura, pero digamos que no las voy buscando expresamente—, así que valoro muy positivamente que esta me haya aportado algo que no había hallado hasta ahora. Hablo, naturalmente, de los campos de trabajo y el nazismo en un país que no es ni Alemania ni Austria. Me ha parecido interesantísimo descubrir de forma detallada y amena cómo funcionaban, la manera en la que los superiores trataban a los hombres (había de todo, claro) y las duras condiciones de vida que tenían que soportar. En mi opinión, es uno de esos temas que al oír hablar de él te parece duro, pero al leer y conocerlo más a fondo te impresiona mucho más. A pesar de las apariencias, El puente invisible es una historia dura, muy dura. Porque aunque sepamos de antemano (por la sinopsis de la editorial) que tuvo un final feliz para la pareja protagonista, hubo mucho dolor por el camino y se perdieron oportunidades. Pero sobre todo, se perdieron amigos, padres, hermanos… Se perdieron personas.

No obstante, lo que más destaco de la lectura tras haberla terminado no es el interés sobre el tema tratado (aunque también), sino los sentimientos que transmite. Esto es, su historia no dejará indiferente a nadie, es de las que consiguen llegar al lector e implicarlo en la trama. Con esto ya podría terminar la opinión, pues me parece el sentido de cualquier obra literaria, pero todavía voy a ir más allá: al cerrar el libro, me llevo las vidas de Andras, Klara, Tibor, Polaner, Ilana, Mendel y compañía, las vidas de todos y cada uno de los personajes que aparecen, hasta este punto han calado en mí. Andras es el protagonista indiscutible, pero incluso el más secundario tiene su aquel y está bien perfilado. Diría que las vidas que más me han llegado son las de Polaner y Tibor (amigo y hermano de Andras, respectivamente). Al terminarlo no dejaba de revivir mentalmente las escenas protagonizadas por ellos, con la angustia y el malestar interior que ello implica. Como podéis suponer, el desenlace es de los que te dejan tocado y necesitas tomarte unos días “de duelo” (me refiero a estar unos días sin empezar ningún otro libro y seguir dándole vueltas a este, no tanto a llorar la muerte de alguien en particular). Ha sido esto lo que ha inclinado la balanza a favor del sobresaliente que le otorgo (durante la primera mitad tenía clarísimo que se iba a quedar en un notable, mas luego comprendí que son muy pocos los libros que llegan de ese modo y sería injusto darle una valoración inferior). 

A todo esto, lo que se narra es la historia real de los abuelos de la autora. Creo que Orringer ha conseguido transmitir muy bien lo que quería contar: unos hechos verídicos, con amor, dificultades y, al final de todo, esperanza. Todo desde el respeto y el cariño que siempre supone hablar de personas cercanas. A propósito de esto, me ha gustado el epílogo, en el que una preadolescente Julie Orringer se plantea preguntar a sus abuelos qué ocurrió exactamente durante la guerra para escribirlo en su cuaderno. Me pareció una forma curiosa y literaria de explicar de dónde vino la idea que dio forma a esta libro, mucho mejor que contarlo en presente y con un tono normal. Mi enhorabuena a la autora y a su editor por tener esta idea para cerrar la historia.

En lo relativo a la edición, si bien alabo la preciosa cubierta y la edición en tapa dura, no puedo decir lo mismo del interior: la letra me parece demasiado pequeña, más incluso que la de las ediciones de bolsillo. En el blog ha salido este tema más de una vez y somos varios los que coincidimos en que no nos gusta dejarnos la vista cuando leemos. El libro iba a ser largo de todas formas, así que no venía de aumentar el cuerpo de la fuente y con ello sumarle cien páginas más (o las que fueran).

Julie Orringer
En definitiva, El puente invisible me parece una lectura más que recomendable y considero que puede gustar a muchos lectores. Al ser una historia de tipo clásico o convencional —en el sentido de que recrea un periodo histórico sin hacer nada extravagante u original— gustará a los que yo llamo lectores de siempre, gente que no necesita que un libro tenga acción trepidante ni elementos fantásticos o divertidos para disfrutar de una buena historia. Si os ha llamado la atención, os animo encarecidamente a darle una oportunidad: sé que es largo, que a veces los “ladrillos” dan miedo, pero vale la pena tomarse un tiempo para saborear un relato tan duro e impactante, con unos personajes que tuvieron que sacar la fuerza de donde no la había para salir adelante. Estoy segura de que no os dejará fríos y viviréis su historia tanto como yo. Uno de los mejores libros que he leído en lo que va de año.


Enlaces de interés:
Web de Julie Orringer



Mi valoración: 9/10

10 marzo 2011

Ganador Sorteo "sobre la repisa de la chimenea"

Lista de participantes (por orden de llegada):

Tatty: 1

MyuMyu: 2

Lamamadeunabruja: 3

Campanilla Azul: 4

Luisa: 5, 6, 7, 8, 9

Magdalena: 10

Antonio Cabello: 11, 12, 13, 14, 15

Espe: 16, 17, 18, 19, 20

Maribel F.: 21

Carmen: 22

Laky: 23, 24, 25, 26, 27

Bookworm: 28, 29, 30, 31, 32

Isi: 33, 34, 35, 36, 37

SwansonRuth: 38

Katnis: 39

Anastasialanga: 40

HarLe: 41

Silvy: 42

Liz: 43, 44, 45, 46, 47

Cartafol: 48

Ana_Huelva_80: 49

Iona: 50


Finalmente, este es el resultado del sorteo:

¡Felicidades, Espe!

Has ganado una copia promocional del libro Mi hermana vive sobre la repisa de la chimenea, ¡que lo disfrutes! Te he enviado un correo para reclamar el premio.

Y a los demás, muchas gracias por participar y ya habrá suerte en otras ocasiones ;)

08 marzo 2011

Especial 8 de marzo: Día Internacional de la Mujer

Hoy es 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer y, como no podía ser de otra manera, desde este blog he querido hacer mi pequeño homenaje a aquellas mujeres que lucharon por hacer valer sus derechos en épocas dominadas por los hombres. Lo haré a través de los libros, naturalmente: a continuación tenéis una selección de cinco novelas cuyas protagonistas pueden considerarse adelantadas a sus tiempos por su afán por trabajar y no limitarse a vivir como se esperaba de ellas.

Nota: la mayor parte de las obras que cito son de ficción y sus protagonistas no existieron como tales, aunque pueden estar inspiradas en personas reales.

Domina, de Barbara Wood
La vida de Samantha Hargrave, una joven que desde pequeña tuvo claro cuál era su vocación: la medicina. El problema es que nació durante la segunda mitad del siglo XIX, una época en la que las mujeres podían estudiar Enfermería pero las facultades de Medicina estaban limitadas a los hombres. Samantha tuvo que emigrar a los Estados Unidos y no paró hasta que hizo su sueño realidad, aunque incluso entonces se encontró con dificultades por culpa del personal sanitario que la despreciaba. Lee mi reseña del libro.

Flores en la sangre, de Gay Courter
Nuevamente en el siglo XIX, pero prácticamente en la otra punta del planeta: la India, con una familia de judíos como hilo conductor. Dinah Sassoon era la hija mayor y desde su infancia mostró interés por el negocio familiar, el comercio del opio. Se supone que los encargados de la empresa serían su marido, sus tíos y sus primos, pero la habilidad de Dinah para la contabilidad no pasó desapercibida e hizo grandes logros para la compañía. Lee mi reseña del libro.

Encuentro en Sebastopol, de Katharine McMahon
Mariella y Rosa son dos primas muy diferentes entre sí: la primera estaba acostumbrada a llevar una vida tranquila en casa y parecía feliz con la perspectiva de casarse y tener hijos, mientras que la otra desea ser médico o enfermera y no duda en desafiar a quien haga falta para conseguirlo. Podría parecer una historia calcada a Domina, pero nada más lejos de la realidad: Rosa viaja al frente de batalla de la Guerra de Crimea para poder ejercer como enfermera. La sigue Mariella, que a lo largo de las páginas sufre una evolución brutal. Lee mi reseña del libro.

La dama del dragón, de José Calvo Poyato
En este caso la protagonista existió de verdad (aunque puede que el autor se haya tomado algunas licencias al narrar su vida): Catalina Sforza, una mujer que en pleno siglo XV italiano se puso al mando de sus guardias y se enfrentó al poderoso César Borgia. Tuvo que luchar mucho, la encerraron... Pero ni siquiera en los momentos difíciles se rindió. Además, fue una persona inteligente e interesada por los avances científicos, por lo que fue amiga del mismísimo Da Vinci. Lee mi reseña del libro.

Ángeles fugaces, de Tracy Chevalier
A pesar de que la novela no acabó de llenarme, he querido añadirla a la lista porque hace referencia a un tema poco común en la literatura que me pareció interesantísimo: las sufragistas, mujeres que a principios del siglo XX en Inglaterra se manifestaron y lucharon para obtener el derecho a votar. Kitty Coleman es la mujer que nos abre las puertas a este aspecto de la historia, una madre de familia que no le encuentra el sentido a su vida hasta que se une al movimiento. Lee mi reseña del libro.

Finalmente, os recomiendo Pornografía y vestidos de novia (Gemma Lienas), una recopilación de artículos que nos recuerda que todavía queda mucho camino por recorrer para conseguir la igualdad total y sin condiciones.

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