—Yo vivo dentro y tú fuera. O al revés. Nunca podemos vivir en el mismo lado.
Era la primera vez que sentía el deseo de besar a una chica. Sin embargo, en ese momento me pareció tan natural, tan puro, como si quisiera besar una flor bonita o un copo de nieve blanco que me cayera en la mano desde el cielo. Más tarda, cuando volví a mi habitación y me acosté en la cama, empecé a preguntarme por qué había sentido el deseo de besarla. No me entró el pánico ni nada parecido, simplemente pensé que era extraño querer besarla.
Algunas personas están condenadas a no ser comprendidas y a no gustar, como todos los genios.
—¿Crees que es más fácil para la gente normal como tú y como yo que nos entiendan los demás?
—Supongo.
—Yo creo que es al contrario. Nosotras, la gente normal, no creemos con firmeza en lo que hacemos en la vida. Somos frágiles. Nos asustamos y nos sentimos perdidas cuando los demás no están de acuerdo con nosotras.
—¿Te sientes asustada y perdida?
—Todo el tiempo.—Se echó a reír—. Pero no importa, no soy nadie.
—Eres alguien para mí.
—Eres tan dulce conmigo…—dijo, con la mirada fija en el cemento—. ¿Pero qué sentido tiene hacerte entender? ¿Qué te aporta? ¿Te atreves a abrirte y mostrarte vulnerable ante los demás?
Yo no tenía respuestas para sus preguntas, pero no parecía esperarlas. Continuó.
—Quizá no importe en absoluto si los demás te entienden o no.
La observé, en silencio.
—¿Sabes qué? Aunque quisieras que te entendieran, ¿quién iba a querer escucharte e intentar comprenderte? Hoy en día, a nadie le importa lo que piensas ni lo que haces. Estás sola. Si tienes que luchar, sufrir, llorar o incluso morir, es tu suerte, tu destino.
No supe cómo interpretar sus palabras. Quería decir algo positivo, algo como “la gente siempre intenta ayudarse” o “por eso la amistad es importante”, pero ninguna de esas respuestas sonaba convincente. Me limité a murmurar:
—Yo siempre estoy aquí para ti.
—En mis veinticuatro años, nadie me ha preguntado nunca por qué me he convertido en la Miao Yan de hoy, por qué pensaba como piensa la Miao Yan de hoy. Pero aunque me conocieras bien, ¿qué diferencia habría? Tú sigues siendo tú, y yo, yo.
Las situaciones mágicas siempre ocurren en el último momento.
Entregas anteriores:
Fragmentos de libros VI
Fragmentos de libros VII
hola,me llamo ana pertenezco al club de lectura la vieja encina de la zubia:
ResponderEliminarLa otra noche me puse a leer el libro "buenos dias ,tristeza" y tengo que decir que no pude parar de leer hasta que lo termine(Tres horitas).
Hice una primera lectura rapida y me gusto,es facil y se hace ameno.
En la 2ªvuelta lo exprimire.Un saludo
@Anna. Hola, bienvenida por aquí y gracias por tu comentario :). ¡Qué rápido terminaste el libro! A mí también me gustó bastante.
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