Edición: Alianza, 2014 (trad. Mariano Antolín
Rato)
Páginas: 512
ISBN: 9788420684833
Precio: 19,50 € (e-book: 13,49 €)
Leído en versión original.
El movimiento de las estrellas, primera novela de la estadounidense Amy Brill, se inscribe en una
tendencia tan extendida que es casi un subgénero de la
ficción histórica: la reconstrucción de la vida de una mujer joven adelantada a su tiempo que luchó por hacer realidad
sus metas profesionales en un contexto social adverso, a menudo inspirada
en un caso real, si bien con ligeras (o no tan ligeras) adaptaciones. Lo que
han contado muchas veces escritoras como Tracy Chevalier (Las huellas de la vida) o Barbara Wood (Domina), cada una con su estilo; y que parece que sigue siendo un
filón a pesar de los años transcurridos desde que estas autoras comenzaron su
andadura. Su gran baza se encuentra en aunar un mensaje esperanzador (a menudo
algo manido) con un aprendizaje histórico superficial sobre el periodo y el
oficio del personaje. Conseguir ir más allá de estos parámetros depende de la
habilidad de cada novelista.

Lo mejor que puedo decir de esta novela es que la considero «correcta».
Correcta porque cumple en la recreación de la época y no se enreda con las explicaciones
sobre astronomía. Correcta porque utiliza la tercera persona, una
prosa plana y un desarrollo lineal, sin complicaciones. Correcta porque los personajes no pasan de simples arquetipos
(la joven que lucha contra la adversidad, el padre que se preocupa más de él
mismo que de su hija, el chico negro torturado por la discriminación). Correcta
porque alterna los capítulos de amor y de profesión, para que haya un poco de
todo. Correcta porque plantea temas políticamente
correctos (crítica del racismo y el machismo, ensalzamiento del esfuerzo
para hacer realidad los sueños a pesar de las desigualdades). Amy Brill se
mueve en terreno conocido y no arriesga. Pese a todo, es una opción respetable;
al menos no cae en las incoherencias, las trampas narrativas o los cabos
sueltos de otras novelas. De ahí que la considere «correcta» en lugar de,
directamente, «mala».
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Amy Brill |
Sin embargo, «correcta» no es un elogio. El movimiento de las estrellas ofrece más de lo mismo, contado de
forma insulsa. Se sabe cómo terminará la historia de Hannah antes de empezarla.
Se sabe lo que sucederá entre ella e Isaac (por cierto, el romance cae en
clichés propios de una novela romántica barata). Lo de la mujer astrónoma no está tan visto
como la doctora o la maestra, de acuerdo, pero ahí termina cualquier novedad
que este libro pueda aportar. No es más que el típico relato de «mujer contra
el mundo», aderezado con la cuestión étnica de Isaac y sin tramas secundarias
relevantes. Muy previsible y anodino. Si tuviera que recomendar una obra de
este tipo, antes elegiría cualquiera de Tracy Chevalier, que tiene más
literatura en el cuerpo y escribe con una sutileza exquisita. Las huellas de la vida, por ejemplo, sobre dos
buscadoras de fósiles en el siglo XIX, me parece una excelente opción.
Me llamaba mucho la atención el título del libro pero tras ver tu opinión creo que no lo leeré. Un abrazo
ResponderEliminarNo conocía el título, pero si lo mejor que puedes decir de la novela es que es correcta, me parece que voy a seguir sin conocerla.
ResponderEliminar1beso:)
me gustan este tipo de historias, pero como tengo muchos pendientes y la valoración es... de momento no lo anoto.
ResponderEliminar@José Ángel. Es una novela totalmente prescindible. Nada nuevo bajo el sol.
ResponderEliminar@Elena:). Sí; no te pierdes nada.
@Jomateixa. Para algo de este tipo, mejor leer a Tracy Chevalier. He leído casi todas sus novelas y no suele defraudar.
Y por eso no leo las novelas históricas, a no ser que alguien me recomiende alguna. Las protagonistas (porque son siempre mujeres) "adelantadas a su tiempo", feministas del siglo XXI en el siglo XII, me desalentan. Parece que gran parte de los autores de tales novelas no se da cuenta de que en el pasado no sólo se llevaban otros ropajes sino que también se pensaba de una manera diferente, tenía otros valores y prioridades en la vida.
ResponderEliminarVa a sonar fatal, pero... cómo me alegro de no alargar mi lista de libros a leer :)
ResponderEliminarY yo que habría caído con esa portada...
ResponderEliminarPero estoy de acuerdo, correcta no es un elogio.
Besos.
Qué lastima, sonaba interesante. Tal vez en mejores manos la historia habría dado más.
ResponderEliminarConocía el libro pero tenía dudas. Dudas que confirmas, o más bien despejas, en la línea de lo que sospechaba. Los clichés en este tipo de libros me ponen nerviosa, porque me da la sensación que se ponen un traje que saben que va a gustar pero al que no aportan nada nuevo, un color, una puntada, un toque distinto.
ResponderEliminarMe suelen gustar más, en este sentido, los libros de autoras que realmente se adelantaron a su tiempo. Mucho más que libros de autoras de hoy que escriben sobre personajes que se adelantaron a su tiempo, porque lo hacen tirando del hoy y sus estereotipos feministas (que los hay).
Besos
Visto lo visto creo que la dejaré pasar. Gracias por la reseña!
ResponderEliminarBesos
@Agnieszka. En esto discrepo. Reconozco que las novelas "históricas" cojean en muchos aspectos -y como lectora cada vez me interesan menos-, pero creo que no hay nada de malo en revisar otras épocas con los ojos del siglo XXI. Entiendo que estas novelas surgen por la curiosidad (o la necesidad) de dar a conocer las hazañas que han pasado desapercibidas en la historia por ser obra de mujeres, contadas en un registro ameno para que resulten accesibles para todo tipo de lectores.
ResponderEliminarMe parece que es responsabilidad del lector ser consciente de que está leyendo ficción y no debe considerarlo todo verdad. Aun así, en los hechos suelen estar bastante documentadas; donde interviene la imaginación del autor es en la construcción de la personalidad del personaje, que no es poco, pero insisto en lo de antes: no veo mal que existan estas nuevas miradas. Lo que me cansa es que siempre se planteen de la misma manera, como ocurre aquí.
@Zazou B. Es que con tanta novedad, filtrar un poco es bueno :).
@Mara JSS. Era fácil ponerle una cubierta bonita a este libro; con el cielo estrellado lo tienen todo ganado. Pero si lo de dentro no es gran cosa...
@Romaine Liebert. Sí, sin duda. Lo que marca la diferencia entre esta novela y "Las huellas de la vida" no es el tema ni la época, sino el estilo de Tracy Chevalier.
@Ana Blasfuemia. Yo también prefiero leer libros escritos en esas épocas, aunque creo que las novelas actuales también son útiles para dar voz a los que no pudieron escribir entonces (me viene a la mente "Del color de la leche", por ejemplo). Pero sí, es un género que, salvo excepciones, tiende mucho a los estereotipos.
@Ginger. Sí, la puedes dejar pasar tranquilamente.
Me queda claro que si no la leo no me pierdo nada... O no mucho. Así que la dejo pasar.
ResponderEliminarGracias por tu reseña.
Besos
No quiero parecer demasiado condescendiente, pero me ha encantado este blog.
ResponderEliminar@Cristina_Roes. Eso es. Seguro que ya has leído la misma historia otras veces (o la has visto en una película...).
ResponderEliminar@Novela policíaca. Muchas gracias :).
Que portada tan bonita tiene el libro. Me ha encantado. Pero en principio no me llama la atencion.
ResponderEliminarSaludos
@Neftis. Ya, a veces cubierta y contenido están descompensados :(.
ResponderEliminarRusta mira que la novela tiene material para tentarme: Nueva Inglaterra, siglo XIX, mujer astrónoma…pero me niego a leer otra novela histórica que juegue con los mismos ingredientes. ¿Era indispensable la historia de amor? ¿ la tesis esfuerzo-recompensa? ¿tocar temas políticamente correctos por encima para dar un atisbo de profundidad a la trama?
ResponderEliminarQuizá con el solo retrato íntimo de la mujer astrónoma y su aprendizaje y logros en la isla de Nantucket hubiese sobrado.
Creo que hace unos años hubiese podido disfrutar muchísimo de esta historia, tal y como me ocurría con las novelas de Barbara Wood; pero a día de hoy me tomo que tengo que dejarla pasar :)
Un saludo Rusta!
@Marie. Me identifico con lo último que has dicho: yo también he perdido el interés por determinados géneros (y me alegro, porque adentrarse en la buena literatura es mucho más interesante).
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