Edición: Lumen, 2013
(trad. Ana Mata Buil)
Páginas: 224
ISBN: 9788426421333
Precio: 20,90 €
También
disponible en edición de bolsillo (Debolsillo, 2014, 8,95 €).
La
esposa de Aaron, un hombre de treinta y cinco años, muere en unas
circunstancias sorprendentes: un árbol se derrumba sobre su vivienda, en
Baltimore. El hogar queda en tan mal estado que él se ve obligado a trasladarse
a casa de su hermana soltera, Nandina, que trabaja con él en un pequeño negocio
editorial. Entre revisiones de manuscritos, charlas con el encargado de las
reformas y suspiros de hartazgo por las muestras de compasión de los vecinos, Aaron
trata de superar la pérdida, pero
tiene tan presente el recuerdo de su mujer que a veces se imagina que pasea a
su lado, como si hubiera regresado de entre los muertos, y le sorprende que los
demás no la vean.

La
autora también muestra los cambios en el
trato del protagonista con los demás al quedarse viudo: sus allegados no
saben cómo tratarlo, ni la compasión ni la frialdad parecen buenas opciones; y,
además, el propio Aaron se vuelve más huraño. El hecho de padecer una
deformación física siempre ha condicionado sus relaciones, por eso detesta inspirar
lástima. Es un tema delicado, pero Tyler
sabe convertir lo duro en ameno, llevadero, ágil, en parte por la ironía y
la frescura de la voz del narrador, en parte por la capacidad de fijarse en lo
pequeño y, como ella dice, trocearlo
para asimilarlo mejor («Cualquier cosa puede
asimilarse si se trocea, si se come despacio […]; incluso las lecciones más
complicadas de la vida hay que tomárselas a pequeños bocados; el plato lleno
asusta», pág. 54). El trabajo de Aaron en una empresa de
autopublicación, asimismo, regala perlas que demuestran su buen humor («La mayoría de
nuestros autores nos pagaban por publicarlos, y muchos de ellos no veían con
buenos ojos mis propuestas de corrección, aunque, créanme, a algunos les hacía
buena falta», pág. 54).
Sin embargo, El
hombre que dijo adiós no está a su mejor nivel. Para empezar, por el propio
planteamiento de la novela, menos
ambicioso que otros libros de Tyler: se centra en un único protagonista, se
limita a las preocupaciones del presente de Aaron y los secundarios son poco
más que funcionales; en cambio, Reunión en el restaurante Nostalgia comprende la historia de todos los miembros de
una familia, los retrata personalmente, narra la evolución del vínculo familiar
a lo largo de los años, no tiene una moraleja tan evidente y, en general, plantea
cuestiones vitales de una forma mucho más minuciosa. Incluso el tomo tan desenfadado
de El hombre que dijo adiós, pese a
resultar eficaz para no caer en el dramatismo, le hace perder profundidad con
respecto a sus mejores obras.

El uso de las apariciones de la esposa tampoco
termina de convencer. En principio, parece que serán un punto importante (la
novela comienza así: «Lo más extraño del regreso de mi esposa de entre los
muertos fue la reacción de la gente»), pero enseguida pasan a un tercer plano y
esas imaginaciones solo se producen en contadas ocasiones. Eso no es un
inconveniente en sí (de hecho, creo que a Tyler no le favorece jugar con lo que
está fuera de lo puramente realista); la cuestión es que ni siquiera esas
escasas visiones aportan gran cosa a la obra, los conflictos matrimoniales se
tratan de forma superficial y esas conversaciones podrían haber sido más
fructíferas. Extenderse un par de capítulos más no le habría venido mal.
Por otro lado, Tyler considera a Eudora Welty
(Jackson, Misisipi, 1909-2001) una gran influencia. La sureña también
escribió una novela sobre decir adiós a un ser querido: La hija del optimista (1972), que narra la muerte del padre de una
mujer de mediana edad. Aunque las dos comparten predilección por lo sencillo,
lo cotidiano, en este caso la maestra brilla más que la alumna: se
detiene en las escenas difíciles (hospital, velatorio), manifiesta una profunda voluntad reflexiva y la protagonista no regresa de este
trance igual que antes; mientras que El
hombre que dijo adiós pasa de puntillas por ese tipo de episodios (prefiere hablar de la recuperación posterior), se
decanta por un registro mordaz (otra opción muy válida) y, pese a expresar un mensaje similar, no
alcanza la trascendencia de Welty.
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Anne Tyler |
En cualquier caso, hay
autores que son buenos incluso en sus obras menores, y Tyler es una de ellos.
Esta novela carece de la profundidad de Reunión en el restaurante Nostalgia, pero aun así es posible detectar en sus
páginas los rasgos característicos de esta escritora: su simpatía al hablar de la gente corriente; la habilidad con la que deshace los nudos
para que las preocupaciones se digieran mejor; esa mirada sabia sobre la vida,
propia de una persona observadora que sabe que en el detalle está el
significado; y una narración que fluye con aparente sencillez pese a no ser
nada fácil de escribir. Una lectura muy agradable, en definitiva. Anne Tyler siempre es un acierto.
Reconozco que nunca he leído a esta autora, pero si te digo la verdad creo que me quedo con alguno de los otros que citas y no con éste en concreto. me temo que sería mala forma de comenzar, ¿no?
ResponderEliminarGracias por al reseña!!!
Me ha gustado mucho tu reseña, y me apunto el libro. Pero el que me apunto sin duda es el otro que citas tanto, "Reunión en el restaurante Nostalgia". Hago bien, ¿verdad?
ResponderEliminarHola!! soy una nueva seguidora de tu blog.
ResponderEliminarTuve este libro en las manos hace una semanas y a punto estuve de cogerlo pero no había leído referencias sobre él y lo dejé pasar. Buena reseña!
A pesar de los "peros", me parece apetecible. Desde el descubrimiento de "El turista accidental" no he vuelto a leer nada de ella y llevo tiempo queriendo ver cómo ha evolucionado. Probaré primero con el restaurante Nostalgia, que le tengo ganas, pero me llevo este apuntado.
ResponderEliminar@Rustis. "El hombre que dijo adiós" no es una mala novela, que conste, lo que ocurre es que, en comparación con otras de la autora, se nota que no es una obra tan lograda.
ResponderEliminar@Mustis. Sí, mejor empezar con "Reunión...". Es una novela magnífica sobre los lazos familiares.
@Rocío B. Bienvenida :). Espero que en otra ocasión te animes a leer algo de esta autora.
@Zazou B. Te recomiendo leer primero el de "Reunión..." y luego este. Pese a no ser su mejor novela, se lee tan bien y tiene tanto sentido del humor que sigue siendo muy recomendable.
Por lo que comentas parece una obra de transición en Anne Tyler, lo digo por lo de la falta de ambición. Buscaré otras opciones suyas, que tal y como está la lista mejor afinar.
ResponderEliminarBesos
No he leído nada de esta autora aún. Y por lo que comentas de ésta, aunque parezca no ser de sus mejores novelas, me ha llamado la atención. Probaré suerte en la biblioteca, a ver si puedo empezar por ésta y luego leer Reunión... Prefiero ir de menos a más.
ResponderEliminarBesotes!!!
Creo que elegiré empezar con Anne Tyler por 'Reunión en el restaurante Nostalgia'. El título es de lo más evocador...
ResponderEliminar¡Saludos!
Por lo que veo, lo mejor será comenzar con "Reunión en el restaurante nostalgia", que tengo pendiente desde tu reseña. Aún así, el tema del duelo que se trata en este libro también me parece interesante, así que no lo descarto.
ResponderEliminar1beso:)
No la he leído. No creo que lo haga. Hace muchos años leí "El turista accidental" y el recuerdo que me ha dejado es el de una muy buena novela y un estudio muy fino, elegante e irónico de la depresión y de la apatía. Un protagonista acertado y una buena galería de secundarios.
ResponderEliminarEsta... bueno... la he tenido muchas veces en las manos tentado por el buen sabor de "El turista..." y por lo breve, pero al final siempre la he dejado en la mesa de novedades o en la estantería. No la descarto como lectura, por eso.
En ocasiones los escritores necesitan un descanso entre libros ambiciosos y terribles y se relajan con algo menos duro. Un pequeño divertimento.
Un abrazo.
@Ana Blasfuemia. Sí, tal vez quiso hacer algo más liviano, como comenta Jorge por abajo.
ResponderEliminar@Margari. Esta tiene la ventaja de que, al ser más llevadera, se lee muy bien. La disfruté mucho a pesar de esos "peros".
@Mar. Cierto, un gran título. El restaurante se convierte en el punto de encuentro de la familia.
@Elena:). También suelen poner "El turista accidental" entre sus mejores obras, aunque todavía no la he leído. En cualquier caso, creo que es de estas autoras que no defraudan nunca.
@Jorge. Sí, quizá es eso, un pequeño descanso. Lo que comentas de "El turista accidental" me recuerda a los temas planteados en "Reunión en el restaurante Nostalgia": la madre que se hace mayor, la hija con un trastorno, etc. Anne Tyler es realmente buena para retratar estos asuntos cotidianos.
NO he leido nada de esta autora aún pero por lo que cuenta mejor empezar con las que te han parecido mejor como Reunión.....
ResponderEliminarBs.
@Ángela León. Sí, el de "Reunión..." es una excelente opción :).
ResponderEliminarNo me acaba de convencer. Lo dejaré pasar, pues tengo muchos pendientes y no es cuestión de ir acumulando.
ResponderEliminarSaludos.
@Mila López. Pues a otra cosa :).
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