El pasado domingo Lucía Etxebarria soltó una bomba en Facebook: dado que el número de descargas ilegales de su última novela es superior al de ejemplares vendidos, ha decidido aparcar la escritura por una temporada. Entre los cientos de comentarios que recibió ha habido opiniones de todo tipo, desde los que la apoyan a los que sugieren que cualquier obra de arte debería ser gratuita. Los medios también se han echo eco de la noticia y algunos escritores se han posicionado en su contra, como Juan Gómez Jurado, que enlazó este texto desde su Twitter.
Dejando a un lado a Lucía Etxeberria y sus intenciones, se ha generado un debate de lo más interesante. ¿Es ético descargar una novela gratis? ¿El mercado editorial acabará como el de la música? Lo que está claro, desde mi punto de vista, es que estamos ante el fin de una era: el lector digital ha venido para quedarse y las editoriales tendrán que ponerse las pilas si no quieren perder el tren.
Por mi parte, en líneas generales apoyo a la autora: cuando adquirimos un producto, lo justo es pagarlo para que las personas que han participado en su elaboración puedan cobrar por su trabajo, ¿o acaso estaríais dispuestos a tener un empleo por el que no os pagaran? La idea de que las creaciones literarias (y el arte en general) deben ser gratis no es del todo cierta: en la actualidad podemos visitar monumentos y exposiciones de forma gratuita o con un coste muy bajo, pero en su día esos artistas cobraron por su labor. La escena del escritor bohemio que pasa penurias para escribir no es la realidad, porque en la vida todos necesitamos comer y pagar facturas.
Sin embargo, hay gente que opina que los que de verdad llevan la literatura en las venas tendrían que hacerlo sin esperar nada a cambio. Y digo yo, ¿acaso no es compatible ser un novelista con talento con ganar el dinero -la parte que le corresponda después de los trámites de la editorial- que la gente ha depositado por su obra? Sinceramente, creo que quienes piensan así están en una situación económica privilegiada o son escritores aficionados un poquito frustrados que atacan por envidia, porque en el mundo, en España, las circunstancias actuales dejan mucho que desear y resulta irónico que se critique a una autora por reclamar lo que es suyo.
De todos modos, también le doy un punto a Juan Gómez Jurado: creo que no todas las personas que descargaron el libro lo habrían comprado, entre otras cosas porque al tenerlo tan al alcance lo habrán meditado menos y es posible que en muchos casos termine olvidado en el lector. Ahora bien, discrepo en que a partir de descargarlo gratis se pueda conseguir aumentar las ventas. Habrá una, dos, tres personas que piensen así, pero seamos francos: ¿por qué pagar cuando ya has terminado el libro y puedes invertir ese dinero en otro? Me da que la mayoría se inclinaría más por esta opción.
Y aquí es cuando las editoriales deberían reaccionar (algunas ya lo están haciendo) y bajar el precio de los e-books. No puede ser que un documento electrónico solo cueste cuatro euros menos que la edición convencional; hay que arriesgarse y, en lugar de buscar la gran cantidad de dinero por ejemplar vendido, centrarse en conseguir el mayor número de libros vendidos y con ello obtener buenos beneficios. No pido imposibles: en Amazon ha habido superventas de libros electrónicos que costaban un euro.
Valoro mucho el trabajo de las editoriales y quiero tener fe en ellas, en sus profesionales. A raíz de este tema no han faltado los comentarios que apuestan por la autoedición, pero lo que mucha gente no sabe es que el manuscrito de un escritor pasa por numerosas fases (o debería pasarlas) antes de llegar al público, lo que leemos no es trabajo de una sola persona y seguro que más de una vez ese detalle que nos gustó tanto fue una sugerencia del editor. Lo malo es que las tareas del editor, el agente, el corrector y los lectores profesionales se olvidan con frecuencia, así que os recomiendo este artículo de la editora Elsa Aguiar para que entendáis mejor a qué me refiero.
No negaré que este asunto me ha hecho pensar porque, aunque sea en un grado muy menor, se asemeja bastante a lo que he vivido yo desde que decidí cobrar por las reseñas que me solicitan. Mucha gente lo ha entendido; no obstante, algunos piensan que no siento amor por la literatura y lo único que pretendo es forrarme (creedme, el tiempo que le dedico al blog no se compensa ni de lejos con la publicidad y los cuatro encargos contados que me han hecho) y hasta confunden mi determinación con prepotencia. No, no lo es. Mis textos no son ni mejores ni peores que los de otros blogueros, pero son los míos y tengo el derecho de decidir a qué libros dedico mi tiempo libre (porque yo no vivo de esto). Lo que vaya más allá, es trabajo.
En definitiva, no apoyo el todo gratis y me parecería justo que este tema se regulara de alguna forma, aunque insisto en que las editoriales deberían poner un poco de su parte. Ah, y antes de que me lo digáis: compro la música que escucho. No el CD, pero por fortuna hay páginas legales en las que se pueden bajar canciones por un coste muy asequible y razonable. Todos tenemos que poner de nuestra parte si queremos que el negocio editorial no sufra una profunda crisis, y precisamente porque comprendemos lo que es ir justos de dinero, con más razón debemos respetar el trabajo de los demás.
Ahora os cedo el turno a vosotros. ¡Debatamos!
Dejando a un lado a Lucía Etxeberria y sus intenciones, se ha generado un debate de lo más interesante. ¿Es ético descargar una novela gratis? ¿El mercado editorial acabará como el de la música? Lo que está claro, desde mi punto de vista, es que estamos ante el fin de una era: el lector digital ha venido para quedarse y las editoriales tendrán que ponerse las pilas si no quieren perder el tren.
Por mi parte, en líneas generales apoyo a la autora: cuando adquirimos un producto, lo justo es pagarlo para que las personas que han participado en su elaboración puedan cobrar por su trabajo, ¿o acaso estaríais dispuestos a tener un empleo por el que no os pagaran? La idea de que las creaciones literarias (y el arte en general) deben ser gratis no es del todo cierta: en la actualidad podemos visitar monumentos y exposiciones de forma gratuita o con un coste muy bajo, pero en su día esos artistas cobraron por su labor. La escena del escritor bohemio que pasa penurias para escribir no es la realidad, porque en la vida todos necesitamos comer y pagar facturas.
Sin embargo, hay gente que opina que los que de verdad llevan la literatura en las venas tendrían que hacerlo sin esperar nada a cambio. Y digo yo, ¿acaso no es compatible ser un novelista con talento con ganar el dinero -la parte que le corresponda después de los trámites de la editorial- que la gente ha depositado por su obra? Sinceramente, creo que quienes piensan así están en una situación económica privilegiada o son escritores aficionados un poquito frustrados que atacan por envidia, porque en el mundo, en España, las circunstancias actuales dejan mucho que desear y resulta irónico que se critique a una autora por reclamar lo que es suyo.
De todos modos, también le doy un punto a Juan Gómez Jurado: creo que no todas las personas que descargaron el libro lo habrían comprado, entre otras cosas porque al tenerlo tan al alcance lo habrán meditado menos y es posible que en muchos casos termine olvidado en el lector. Ahora bien, discrepo en que a partir de descargarlo gratis se pueda conseguir aumentar las ventas. Habrá una, dos, tres personas que piensen así, pero seamos francos: ¿por qué pagar cuando ya has terminado el libro y puedes invertir ese dinero en otro? Me da que la mayoría se inclinaría más por esta opción.
Y aquí es cuando las editoriales deberían reaccionar (algunas ya lo están haciendo) y bajar el precio de los e-books. No puede ser que un documento electrónico solo cueste cuatro euros menos que la edición convencional; hay que arriesgarse y, en lugar de buscar la gran cantidad de dinero por ejemplar vendido, centrarse en conseguir el mayor número de libros vendidos y con ello obtener buenos beneficios. No pido imposibles: en Amazon ha habido superventas de libros electrónicos que costaban un euro.
Valoro mucho el trabajo de las editoriales y quiero tener fe en ellas, en sus profesionales. A raíz de este tema no han faltado los comentarios que apuestan por la autoedición, pero lo que mucha gente no sabe es que el manuscrito de un escritor pasa por numerosas fases (o debería pasarlas) antes de llegar al público, lo que leemos no es trabajo de una sola persona y seguro que más de una vez ese detalle que nos gustó tanto fue una sugerencia del editor. Lo malo es que las tareas del editor, el agente, el corrector y los lectores profesionales se olvidan con frecuencia, así que os recomiendo este artículo de la editora Elsa Aguiar para que entendáis mejor a qué me refiero.
No negaré que este asunto me ha hecho pensar porque, aunque sea en un grado muy menor, se asemeja bastante a lo que he vivido yo desde que decidí cobrar por las reseñas que me solicitan. Mucha gente lo ha entendido; no obstante, algunos piensan que no siento amor por la literatura y lo único que pretendo es forrarme (creedme, el tiempo que le dedico al blog no se compensa ni de lejos con la publicidad y los cuatro encargos contados que me han hecho) y hasta confunden mi determinación con prepotencia. No, no lo es. Mis textos no son ni mejores ni peores que los de otros blogueros, pero son los míos y tengo el derecho de decidir a qué libros dedico mi tiempo libre (porque yo no vivo de esto). Lo que vaya más allá, es trabajo.
En definitiva, no apoyo el todo gratis y me parecería justo que este tema se regulara de alguna forma, aunque insisto en que las editoriales deberían poner un poco de su parte. Ah, y antes de que me lo digáis: compro la música que escucho. No el CD, pero por fortuna hay páginas legales en las que se pueden bajar canciones por un coste muy asequible y razonable. Todos tenemos que poner de nuestra parte si queremos que el negocio editorial no sufra una profunda crisis, y precisamente porque comprendemos lo que es ir justos de dinero, con más razón debemos respetar el trabajo de los demás.
Ahora os cedo el turno a vosotros. ¡Debatamos!
A ver, yo creo que no es sólo lo que ha dicho sino cómo lo ha dicho. Más que una señora escritora lo que parecía era una niña de diez años a la que le había dado una rabieta.
ResponderEliminarPara empezar, los estafadores son las editoriales, que sólo dan alrededor de un 10% de comisión a los escritores por obra vendida. Si no le gusta cómo lleva el sistema o bien se cambia de editorial o negocia un nuevo contrato (si tan buena escritora es, quizá pueda conseguirlo) o si no, utiliza los 600.000 euros que le dio la editorial Planeta para editarse sus propios libros. Soluciones yo creo que hay.
No creo que le haya convenido llamar ladrones e insultar al público en general, y en particular a aquellos que han descargado su novela, ya que en el fondo son potenciales compradores. Quizá no hayan pagado por ella, pero a lo mejor estas Navidades regalan su nueva novela, por ejemplo. Ahora, después de esto, lo dudo mucho.
Desde luego que no está reñido el ser escritor(a) y dedicarte a tu arte con el ganarse la vida con ello. Muchos lo hacen, o lo compaginan con tertulias en radios y televisiones.
Además, personalmente, a mí esta señora jamás me ha caído bien. Ni la veo tan buena escritora como se pinta a sí misma. Un poco de humildad, por favor. En estos tiempos que corren, gastarse más de 20 euros por novela es un crimen. Sólo con libros que realmente te puedan llegar haría yo ese gasto.
Vuelvo a reiterar: comprendo el enfado de la señora esta, pero las formas no son, ni de lejos, las correctas.
No lei lo que dijo esta escritora, pero que esta mujer piense en los paises en donde no llegan todos los libros. Aca en argentina, esta mujer jamas va a ser editada (porque en argentina solo traen a las "bestseller"), y la unica forma de leerla que puedo tener yo es descargandomela de forma ilegal (aclaro que no lo hice porque no la conocia como escritora) ¿no le alegra saber que igual es leida? que cruza el oceano y se da a conocer.... que no piense en españa, ya que allí se edita mas que aca en america. ¿que pensará de los países en los que no llegan libros? Yo gracias a las descargas ilegales puedo disfrutar de un libro, ya que mi economia no me lo permite y que debo hacer? quedarme sin leer?
ResponderEliminarQue esta mujer sepa que a MUCHOS PAISES NO LLEGAN LIBROS y la unica alternativa es la descarga ilegal...
besos y muy buen articulo Rusta.
Yo estoy con Azalea Real en que parece una niña pequeña con una rabieta porque alguien le ha quitado su piruleta. Podrá estar en contra de las descargas pero decir que por culpa de eso no va a volver a publicar suena a eso de "pues ahora me enfado y no respiro". Y creo que por eso se la ha criticado tanto.
ResponderEliminarOtro tema es el de las descargas en sí. Hay multitud de opiniones al respecto. Por un lado estoy de acuerdo en que el autor debe verse recompensado por su obra (a nadie le gusta trabajar gratis). Pero en mi opinión, los precios actuales de los libros, tanto en papel como en ebook, son abusivos. Las editoriales llevan demasiado tiempo ya sin bajarse del burro y sin querer adaptarse al mercado tecnológico. Y con comentarios como el de Lucía Etxebarría lo único que consiguen es insultar al lector, potencial comprador, que hace lo que puede para leer sin arruinarse.
Y con este rollaco que he soltado me despido! XDD
Hasta más ver! ;)
Es un tema muy complicado éste. Yo parto de que no me parece lógico que el escritor gane sólo un 10% de lo que cuesta el libro. Ya lo había leído antes en alguna parte, que el 45% era para la editorial, el 45% para el librero y sólo el 10% para el autor. Sé que las editoriales realizan más trabajo del que parece (a veces, porque otras sinceramente, no se nota) pero no es de recibo que el que tiene la idea y la plasma sobre el papel, se lleve sólo, de un libro de 20 euros, 2.
ResponderEliminarEso para empezar.
Y si tenemos eso en cuenta, la conclusión lógica es que el que debería bajar sus precios son las editoriales. El autor podría mantener sus ingresos en los libros digitales siempre que el editor no pretendiese cobrar tanto por el libro (teniendo en cuenta, además, que ya no existiría la comisión del 45% del librero). Si un ebook cuesta 15 euros, qué ocurre: que el escritor se lleva 1,5 y el editor todo lo demás, 13,5 euros. Algo totalmente desproporcionado cuando su labor, en ese caso se limita a prácticamente nada.
El coste de los ebooks es totalmente desproporcionado. NO es de recibo que cueste poco menos que el libro en papel (sinceramente, por 5 euros más, si el libro me interesa realmente, lo compro en papel que siempre se disfruta más) ya que aquí todo el trabajo lo realiza el comprador: que busca el libro, lo paga, lo descarga y no recibe ni siquiera un papel a cambio. Y, cuando deciden bajar los precios a algo más razonable como 10 euros, resulta que es porque el libro ya está en bolsillo.
Aquí asistimos a una muestra más de avaricia de las editoriales. Que, por querer tener mucho, al final se van a quedar sin nada.
Yo pienso que libro descargado ilegalmente (irregularmente mejor dicho) no significa una venta menos porque quien se descarga el libro es porque, normalmente, tampoco pensaba comprarlo: lo hubiese cogido en la biblioteca o, simplemente, no lo hubiese comprado. Tampoco descargado es equivalente a leído...
Lucía Exteberría ha tenido un berrinche y ha dicho cosas sin pensar, eso creo yo
Yo los libros los cojo de las bibliotecas y muchos escritores estén en contra de que la gente lea sus obras gratuitamente y ellos no reciban nada a cambio. Es un tema controvertido.
ResponderEliminarEstoy de Acuerdo
ResponderEliminarEstoy de acuerdo con Azalea Real, la pataleta de esa señora por la radio fue increíble, no parecía ni mucho menos una escritora y parecía tener bien claro que todo el mundo se lucra de ella. Sinceramente no creo que los autores españoles sean muy pirateados, como pasa con el cine, pero sí que son los que más se quejan. Si de verdad quiere ganar más dinero, que busque alternativas de publicación que le dejen un margen de beneficios de verdad y no la ridiculez que le pagan o que se autoedite y cobre más económicas las copias de su libro.
ResponderEliminarAdemás, creo que todo esto no es más que darse bombo a sí misma porque a cuenta de este numerito está consiguiendo que se hable de ella en todos lados y que la gente se acerque a su obra. ¿Realidad o marketing?
@Azalea Real. Bueno, yo he querido dejar a un lado lo que hizo Lucía Etxebarria para centrarme más en el debate que se ha producido. Está claro que a unos les caerá bien y a otros no, pero creo que razón no le falta y estoy convencida de que los que han descargado la novela gratis no la van a comprar (quizá unos pocos sí, por aquello de leerla, disfrutarla y, entonces, comprarla en papel, pero seguro que no son la mayoría).
ResponderEliminarPor otro lado, no me gusta que en la blogosfera se tienda a atacar tanto a las editoriales y tacharlas de estafadoras (no lo digo solo por tu comentario, es algo en lo que me he fijado desde hace tiempo). Soy la primera que opina que con el tema de los e-books deberían cambiar el chip, pero insisto, hacen más trabajo del que parece, la solución no puede ser que el escritor tenga que autopublicarse porque entonces perderá calidad.
@Brisa. Lucía Etxeberria es una escritora reconocida en España, ha ganado premios importantes y publica con una gran editorial. Yo creo que su queja se refería más bien a los españoles que han descargado el libro; si las descargas se producen en un país donde no hay otra alternativa, creo que incluso pueden ser algo positivo porque demuestran que hay interés en que su obra llegue allí :).
@Annika. Más que una rabieta, yo creo que ha sido una forma muy inteligente de publicitarse (y le ha salido de perlas). Aunque sus quejas sean reales, con esta polémica también ha conseguido que más gente se entere de que ha publicado un libro, y sin gastarse ni un euro.
@Laky. Supongo que con el 45% de la editorial no solo se paga al editor, sino a los correctores, traductores, maquetadores, encargados de prensa, trabajadores de la fábrica donde se imprime, materiales y maquinaria para fabricarlo... De todos modos, estoy de acuerdo contigo en que no me parece normal que el autor se lleve tan poco. Con las ediciciones impresas los precios pueden tener un pase, pero con los e-books desde luego no pueden seguir así. Todo lo que se ahorran en papel, imprenta, etc., se tiene que notar más.
@Leira. Las bibliotecas son un caso diferente, porque han comprado esos libros y su situación está, digamos, regularizada. No creo que los escritores se quejen por esto :).
@Argéntea. Yo creo que el mercado editorial no está como el del cine por dos motivos: a) el lector electrónico acaba de aterrizar en España; b) hay mucha gente que todavía se muestra reticente a pasarse al aparato. Pero tiempo al tiempo, aunque espero equivocarme.
ResponderEliminarPor otro lado, no creo que sea una cuestión de buscar alternativas. Si esto ocurre con Planeta, me imagino que con editoriales pequeñas la cosa será igual o peor. No sé, es un tema complicado y me encantaría conocer mejor (no solo desde la perspectiva del escritor) cómo se reparten exactamente los beneficios.
Pienso en cierta forma como Brisa, yo también soy Argentina y varios libros no llegan a nuestro país. Esto no solamente le pasan a los libros, también a la música y al cine. Muy buena entrada Rusta!
ResponderEliminar@Marie Jane. Ya, es una lástima que determinados libros no lleguen a cruzar el charco. En esos casos sí puedo entender las descargas.
ResponderEliminarYo en parte entiendo la posición de la autora, pero también pienso que la cultura debe estar a disposición de todos de manera MUCHO más accesible que ahora, cuando un libro físico que no tiene por qué ser nuevo vale un dineral. Cuando quise leer "Juego de Tronos" por primera vez lo más barato que encontré fueron 36€ por la maldita edición de lujo, y no soy millonario resulta. Luego la he encontrado a 25€ (también me parece un robo). En cuestión esa novela su autor la tiene más que rentabilizada, por lo que seguir cobrando esos dineros por ella me parece mal. Es mi opinión, y como siempre para gustos los colores.
ResponderEliminarUn saludo y felices fiestas :)
@Enrique. El caso de "Canción de hielo y fuego" es uno de los peores que he visto. De acuerdo que son libros largos, pero los precios son carísimos y la edición de bolsillo deja mucho que desear (tuve la del primero en mis manos y la letra era pequeñísima).
ResponderEliminarPor otro lado, nunca me había planteado eso que dices, que algunos autores tienen tan rentabilizados sus libros que podrían bajar los precios. Acabo de recordar el caso de Stephenie Meyer, que creo que ofreció "La segunda vida de Bree Tanner" para descargar gratis durante unas semanas. Claro, como ya está forrada por los cuatro primeros libros, se puede permitir el detalle.
Gracias por comentar y felices fiestas a ti también :).
Opino exactamente como tú.
ResponderEliminarEs como si me monto un pequeño taller, me paso el día haciendo pulseras (por ejemplo) de vez en cuando viene alguien y la compra y de vez en cuando viene otra persona y se la lleva sin pagar. ¿Por qué razón eso está bien visto? ¡Es mi trabajo, mi creación y le he dedicado mi tiempo! Yo no voy a una modista y me llevo un vestido que ella ha tardado dos semanas en hacer (otro ejemplo), sino que me toca pagarlo.
Es que es una locura y además, si el tema sigue así, surgirán muchísimos problemas porque ¿quién seguirá escribiendo? como mucho los típicos que venden siempre, pero llegará un momento cuando todos tengamos ebook (y ya somos muchos en la bloggosfera que lo tenemos) que nadie tendrá porqué comprar nada si lo tiene gratis, de modo que pocos -poquísimos- podrán permitirse vivir de la escritura. Eso es así.
Con el tema de la música y el cine opino exactamente igual. Aún así siempre pienso que a un cantante le quedan los conciertos y a una película los derechos de autor a la hora de traducirse o venderse a cadenas de televisión, ¿pero a los libros?, ¿qué les quedará a los libros...? No lo sé.
Por cierto, para toda esa gente que se queja de lo que ha ganado esta autora, de los 600.000 euros del premio... no entiendo a qué viene esa crítica. Todos tenemos igualdad de condiciones. Coge un bolígrafo, papel, escribe, prueba a ver si una editorial te publica e intenta lograr lo mismo que ella. La oportunidad existe para todos, quizá en este último aspecto el problema sea la envidia.
No sé porqué siempre parece que si le ''robamos'' a una persona con un alto poder adquisitivo no está mal, pero si es a alguien que, por ejemplo, ha decidido autopublicar y voy yo y le cojo uno de sus libros (porque, como bien decís, la cultura es graaaaatis!) me caerían millones de críticas.
Bueno, creo que eso es todo lo que tenía que decir respecto al tema. La verdad es que me sorprende la cantidad de gente que apoya que a alguien no se le pague por su trabajo.
Un saludo ;)
@Lilian19. Exacto :). A mí también me preocupa porque, como bien dices, los cantantes tienen sus conciertos, pero ¿qué les quedará a los escritores si la cosa sigue así? Ya es difícil vivir solamente de la escritura en la actualidad...
ResponderEliminarCon respecto a la que se ha montado, yo creo que también ha influido que Lucía Etxebarria es un poco "peculiar" y ya había tenido polémicas antes. Si lo hubiera dicho Zafón, Patrick Rothfuss o cualquier autor del que no se suele decir nada malo, veríamos qué opinaría la gente.
Muy buena la entrada.
ResponderEliminarCreo que mi posición ante el tema es parecida a la de @Brisa, pues en mi país hasta cuesta que lleguen los Bestseller... Aunque tampoco he recurrido a las descargas ilegales.
No quiero adentrarme mucho en el tema porque yo misma me contradigo en cuanto a mi opinión a este tema.
Ah, y me parece que la escritora pudo haber expresado su punto vista de un mejor modo, pero cada quien es dueño de lo que hace y dice.
Rusta estoy de acuerdo contigo, no puede ser que el trabajo creativo sea gratuito, sobre todo cuando se intenta vivir de ello, otra cosa es que deban bajar los precios y demás; habría que encontrar un punto intermedio. Aprovecho para desearte ¡Feliz Navidad!
ResponderEliminarUn saludo.
@Carla. Ya, eso sí, Lucía Etxebarria suele ser un poco "peculiar" a la hora de decir las cosas :).
ResponderEliminar@Antonio. Lo mismo digo, felices fiestas.
No es el mismo caso el de los escritores que el de los músicos, los últimos ganan bastante dinero en los conciertos aunque dejen de ganar vendiendo discos, los escritores no pueden ganar mas que vendiendo libros así que deberíamos respetar eso si queremos seguir leyendo buenas obras, no seamos abusivos y no bajemos copias ilegales, respeten el trabajo de otros .
ResponderEliminar@Aldo. Exacto, opino lo mismo. Tenemos que respetar el trabajo de los demás.
ResponderEliminarEs un tema complicado, pero esta es mi opinión.
ResponderEliminarNo estoy de acuerdo en que el arte deba ser gratis, pero tampoco caro, pero con ello tampoco apoyo la piratería. El problema es cuando solo la gente que tiene dinero puede leer, y seguimos con el circulo vicioso: la gente pobre no puede disfrutar de este placer.
¿Y como lo hacen? Pues descargando de internet. Y es una realidad triste, pero dura.
Seré sincera: si yo fuera escritora no cobraría por escribir, porque mi pasión es contar historias, no forrarme con ellas, sin embargo, como la editorial gana dinero a mi costa (y más que yo en términos generales), pues es legímitimo que yo reciba dinero.
No obstante, tampoco estoy de acuerdo con la reacción de esa escritora. Porque seamos sinceros: nadie con dos dedos de frente puede pensar en "vivir" de la escritura (si al final resulta así, es cosa de tu talento innato, pero solo el 5% de los escritores del mundo viven de lo que escriben)
Su reacción solo me hace pensar que en realidad no siente amor por lo que hace. Total, si a ti te gusta escribir, aunque vendas poco, eso no debería cambiar.
No deberías dejar de escribir solo porque no estés ganando mucho dinero si escribir es lo que amas y lo que te apasiona.
Además, se me olvida añadir: ¿como un escritor puede enojarse de que le lean? Al final, el hecho de que la gente te descarge significa que les gusta a muchos lo que escribes.
ResponderEliminarYo con que me lean estaría más que satisfecha xD
@El lector indiscreto. Pero tampoco se vive de una afición. Escribir una novela, con todo el proceso de documentación, reescritura, etc., lleva mucho tiempo. No todo el mundo es capaz de compaginar el cuidado de la familia y un trabajo a jornada completa con la escritura, por mucho amor que le tengan a esta última.
ResponderEliminarHace un rato he leído un artículo que decía que la cultura no tiene que ser gratis, sino accesible, y que los que reclaman lo primero deberían usar las bibliotecas. Yo estoy completamente de acuerdo con esta perspectiva, es la única manera de satisfacer a ambas partes :).
Debo ser una persona rarísima, porque primero tengo el libro en papel y luego me lo descargo (gratis) para poder compatibilizar la lectura en casa y fuera de ella. En casa leo el libro (al cual mimo mucho) y fuera me llevo el ereader con el mismo libro cargado.
ResponderEliminar@Mila. En ese caso se te "perdona" que lo descargues gratis :). Para determinados libros sí que viene bien tener la versión digital para el transporte, sobre todo cuando son muy extensos o están editados en tapa dura.
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