03 marzo 2018

Refugio - Terry Tempest Williams


Edición: Errata naturae, 2018 (trad. Regina López Muñoz)
Páginas: 432
ISBN: 9788416544714
Precio: 21,50 €

A veces, al terminar un libro, siento la urgencia de recomendarlo sin demora a las personas que más quiero. No porque se trate de la obra literaria más perfecta u original, sino porque he encontrado en sus páginas una autenticidad de hondo calado, una voz sensible e inteligente, profundamente conmovedora. Un libro del que no se sale igual, que remueve, que te cambia por dentro. La última ocasión en que una lectura ha producido este efecto en mí ha sido con Refugio (1991), un título muy aclamado de Terry Tempest Williams (1955), escritora y activista por la ecología, la preservación de la naturaleza y los derechos de las mujeres, criada en el paisaje árido de Utah, que hasta la fecha no había sido traducida al castellano. Errata naturae lo publica en su colección de Libros salvajes o nature writing; pese a no ser, en principio, el tipo de texto que más me interesa, su estilo tiene tanta fuerza, tanta emoción, que trasciende cualquier género.
Solemos reconocer un comienzo. Los finales son más difíciles de detectar. Las más de las veces sólo se distinguen después de una reflexión. Silencio. Apenas si somos conscientes del momento en que se inicia el silencio; sólo después nos percatamos de aquello de lo que hemos formado parte.
La nature writing es un género de no ficción que indaga, desde múltiples tratamientos, en el medio ambiente. Como en Refugio, suele combinar una aproximación a la naturaleza, a la vida salvaje, con la experiencia personal del autor en su relación con ese entorno. Para Terry Tempest Williams, ambas vertientes resultan inseparables: en los años ochenta, época en que se desarrolla esta historia, el crecimiento del agua del Gran Lago Salado de Utah alcanzó niveles tan altos que ponían en peligro la supervivencia de sus aves. La autora, implicada en la preservación del lago, trabaja para buscar soluciones mientras disfruta con la observación de las diversas especies de pájaros de la zona. En paralelo, su madre es diagnosticada de cáncer, una enfermedad frecuente en las mujeres de su familia, a las que apoda «el clan de las mujeres de un solo pecho». Tal como cuenta en el epílogo, esta proliferación podría ser consecuencia de los ensayos nucleares realizados en un desierto cercano de Nevada. Todo remite, por lo tanto, a la naturaleza, a la importancia de su protección, de su mantenimiento; a la postre, tanto los animales como los seres humanos sufren los efectos de su deterioro.
La escritura me ha enseñado que lo más personal es, en realidad, lo que nos une y nos acerca como seres humanos. El pasado se vuelve presente sobre el papel. Durante el acto de la lectura las palabras nos tocan el alma, se forjan relaciones, insuflamos vida al libro.
A lo largo de la lectura, apunté palabras como «sosiego», «delicadeza» o «contención»; así es la narración de Terry Tempest Williams, un estilo elegante, sutil, de un lirismo sin excesos, preciso, evocador, hermoso. Refugio narra un periodo de transformación, de búsqueda interior para sobrellevar la pérdida. O, mejor dicho, las pérdidas. Por un lado, la crecida del lago, que por momentos parece irrefrenable. Por el otro, la enfermedad terminal de la madre (y de otras mujeres de quienes se habla en el libro). Aunque, como en cualquier creación literaria que merezca la pena (Refugio tiene mucha literatura, pese a no ser ficción), lo interesante no está en el qué sino en el cómo. Y cómo escribe Terry Tempest Williams. Cuánta humanidad, cuánta sensibilidad, cuánta verdad hay en estas páginas. Qué pulcritud, qué finura para escribir sobre el cáncer y la muerte, para convertir una despedida en un libro precioso. No adorna nada, no cae en la cursilería ni el sentimentalismo; esa es su potencia, mostrar la realidad sin artificios. A ella le quedó un vacío irreemplazable, y sin embargo su obra produce de todo menos vacío. Este es un libro que acompaña, libera, reconforta, serena, sean cuales sean las circunstancias de cada lector. Este es el refugio que todos necesitamos alguna vez.
Un individuo no contrae cáncer: lo contrae una familia entera.
La autora pertenece a una familia mormona que, por supuesto, celebra sus rituales. Además, se relaciona con gente de culturas diferentes, como una mujer keniata. Estos aspectos, lejos de aumentar la distancia entre narradora y lector, resultan iluminadores por cuanto revelan otras formas de estar en el mundo, otros sistemas de creencias en los que los individuos se aferran a la tierra de un modo singular. Las creencias, la fe, los elementos simbólicos y el vínculo con la naturaleza, con las raíces, son una parte fundamental de Refugio. Se trata de una concepción de la vida y la muerte tan distinta a la de la sociedad urbana, occidental y laica, que resulta inspiradora. En este sentido, el libro abre puertas a otras sensibilidades (a menudo, más sanas que las nuestras) y da más de una bofetada sin manos al capitalismo que ha pasado por encima de tantos valores para imponer su ley sin cuestionamientos.
Como hemos olvidado nuestro parentesco con la tierra, nuestra afinidad con los demás se ha debilitado. Evitamos asumir responsabilidades y compromisos. Optamos por mantenernos ocupados, que es muy distinto de estar comprometidos. En este país, el tiempo es oro. En Kenia, el tiempo son relaciones. Tenemos una concepción distinta de lo que es una inversión.
Terry Tempest Williams
Escribo con la sensación de que me quedo corta. O, más bien, de que no sé explicarme, no encuentro las palabras exactas para expresar lo que ha significado este libro para mí. Puedo analizar con más o menos tino temas, estilos, etcétera, pero no consigo definir la emoción. Se me escapa. Habrá gente que, al leerme, pensará «Uy, esto no lo leo, que es duro». Siempre existen ese tipo de reticencias (que personalmente detesto) cuando una obra explora la enfermedad o el duelo. Bien. Yo os digo que este libro no es duro. Lo duro es vivirlo, y no obstante se vive todos los días. Este libro, esta maravilla que ha escrito Terry Tempest Williams, nos reconcilia con la vida, con la familia, con el amor, con la naturaleza (esas magníficas descripciones del paisaje y las aves). Es un libro catártico, liberador, penetrante.
Si alguna vez habéis confiado en mi criterio, leedlo. Haceos este regalo.
Citas en cursiva de las páginas 265, 391, 292 y 194.

11 comentarios :

  1. Te haré caso porque normalmente cuando confío en tu criterio suelo acertar. Gracias por la recomendación. Saludos

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    1. Gracias por la confianza. Este libro es diferente a lo que suelo recomendar, yo misma me sorprendí de lo mucho que lo disfruté. Es de los que se quedan contigo.

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    2. No sé si verás este comentario pues ya ha pasado un tiempo de esta reseña. El caso es que acabo de terminar Refugio, me he releído tu reseña y ahora la entiendo mucho más. Es como lo cuentas, quizás no es el mejor libro pero te hace pensar y reflexionar y sobretodo sentir y sólo por eso yo también lo recomendaría. Gracias por traerlo al blog porque de lo contrario quizás nunca hubiese acabado en mis manos. Un abrazo!

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    3. Me alegra mucho que lo hayas disfrutado, gracias por dejar comentario (siempre los leo todos, me llegan al mail :)).

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  2. Es imposible resistirse a esta recomendación. El lunes compraré este libro y empezaré a leerlo. Gracias

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    1. Me alegro de haberte animado a leerlo. ¡Espero que lo disfrutes tanto como yo!

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  3. Pues yo espero que el libro me guste tanto como la reseña que has escrito. La verdad, me ha encantado.

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    1. Muchísimas gracias, aunque todo el mérito es del libro, por provocarme esta reacción.

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  4. Es una suerte haberte descubierto. Una casualidad aunque no creo en ellas. De ser una gran lectora pasé a no leer apenas y un día inesperado cayó en mis manos una reseña tuya sobre un libro. El libro es “ un debut en la vida”. Después de ese libro he podido volver a leer. Gracias!

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  5. Deseo leerlo pero porqué no lo incluiste en los mejores del 2018?? No le ha sido??

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  6. Tengo el libro desde que salió y no lo he leído todavía, quizás por esos prejuicios a los qué haces referencia. Tengo la enfermedad y la vejez en mi entorno más cercano y me daba pereza. Tras leer tu reseña, la he rescatado del estante donde dormía: espero ese canto a la vida.

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