Edición: Libros del
Asteroide, 2014 (trad. Marta Alcaraz)
Páginas: 344
ISBN: 9788415625995
Precio: 21,95 €
(e-book: 12,99 €)
Nunca
es tarde para que la vida nos sorprenda. Henry, Lee, Ronny y Kip, cuatro
amigos que crecieron juntos en Little Wing, Wisconsin, lo saben bien. A raíz de
la boda de Kip, se reencuentran y constatan que, pese a compartir orígenes, sus caminos han tomado rumbos muy
diferentes. Tras muchos intentos frustrados, Lee se ha convertido en una
estrella del rock, aunque no deja que la fama lo ciegue y no ha perdido el
contacto con sus colegas. Kip, por su parte, ha tenido éxito como corredor de
bolsa en Chicago y ahora regresa al pueblo para invertir en una vieja fábrica.
Henry optó por la vía tradicional: se casó con su primera novia y se encarga de
la granja familiar. Ronny es el que, a priori, ha tenido peor suerte, puesto
que llegó a ser un vaquero de rodeo, pero una mala caída le dejó secuelas psíquicas
que le hacen depender de los demás. Sin embargo, los cuatro aún tienen mucho
recorrido por delante.
Nickolas Butler (1979), oriundo de Eau Claire, Wisconsin, recrea en su debut la amistad
de unos hombres unidos por el pueblo que les vio crecer y que, en los albores
de la treintena, se reúnen de nuevo en ese momento vital en el que parece que
cada uno debe hallar su sitio. Llegan las bodas, los grandes planes. Y también
las decepciones, los fracasos cotidianos, acompañados a veces de una segunda
oportunidad. Aunque los protagonistas sean ellos, no faltan las mujeres que
entrelazan sus historias y las dotan de calado sentimental, porque, como en
cualquier historia de amigos, los secretos y las rivalidades por conseguir a la
misma chica están ahí, tensando la cuerda hasta romperla. Canciones de amor a quemarropa, en suma, pone a prueba la fuerza de una amistad que parecía imperecedera,
una amistad que, con los años, ha resultado no ser tan noble y transparente
como pensaban.
En
el fondo de la trama, hay un personaje más: el paisaje de Little Wing, el
ambiente de pueblo pequeño que ha marcado la forma de ser de los chicos. Además
de las relaciones entre ellos, la relación de cada uno con el entorno, y cómo
ello influye en su forma de ver la vida, es otro de los temas fundamentales del
libro: el «regreso» (o no) al hogar.
Kip, al volver enriquecido y junto a una esposa sofisticada, no encaja en el
grupo. Lee, el cantante, constituye el ejemplo de persona romántica que ha
conocido mundo y sin embargo siente nostalgia de su tierra, de sus raíces, del
lugar que le inspiró el álbum que lo catapultó a lo más alto. Henry, por su
lado, no conoce otra existencia fuera de Little Wing; para él, lo
extraordinario es viajar a la gran ciudad, a las calles ruidosas llenas de
gente desconocida.
La
novela, narrada a cinco voces (las de los cuatro protagonistas y la de una
mujer), está escrita con un estilo ameno
y visual, casi cinematográfico —y sí, ya se han vendido los derechos para
una posible adaptación a la gran pantalla. En ocasiones peca de cierta torpeza,
con observaciones demasiado explícitas de los personajes sobre ellos mismos («Sé
que soy deseable e inteligente y fuerte y sexy», pág. 85, «Creo que no soy
buena persona. No le hago bien a la gente, lo sé», pág. 215) —sería mejor
insinuar esos rasgos de la personalidad que expresarlos de forma tan directa— y
comentarios de un lirismo paisajístico bastante tópico («La noche era clara, la
iluminaban las estrellas y el faro de una luna casi embarazada», pág. 112, «El
día estaba blanco como el cielo», pág. 195). De todas formas, hay que destacar
el mérito de Butler en la estructura equilibrada, nada fácil de lograr en una
obra coral, y en la consecución de un ritmo ágil que hace disfrutar de la
lectura desde el principio.
Con
Canciones de amor a quemarropa, Libros del Asteroide completa un trío de libros publicados en 2014 que evocan, desde
diferentes miradas, esta etapa de la juventud y sus amores. Todos ellos,
además, están firmados por escritores estadounidenses debutantes y transcurren
en diversas zonas del país. El primero, ¡Melisande! ¿Qué son los sueños?, de Hillel Halkin, el autor más veterano, se
centra en una conmovedora historia de amor que comienza en el escenario de
revolución cultural de finales de los años sesenta. El segundo, Qué fue de Sophie Wilder, de Christopher
R. Beha, otro novelista joven, se adentra en el círculo literario contemporáneo
y sigue los pasos de dos jóvenes que soñaban con ser escritores, aunque la
chica, Sophie, ha cambiado y ya no comparte esas aspiraciones.
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Nickolas Butler |
Canciones de amor a
quemarropa, con respecto a las novelas mencionadas, aporta una
visión más amplia de la amistad masculina en un contexto rural. También es, en
cierto modo, la menos original de las tres, la menos profunda, ya que suena a historia mil veces contada,
tanto en la literatura como en el cine; y sus personajes, con Lee a la cabeza,
a clichés mil veces explorados que aquí no encuentran esa esperada vuelta de
tuerca. La han comparado con Jonathan Franzen, pero, en mi opinión —y sin ser
una entusiasta de Franzen—, la comparación le queda muy, muy grande. Con todo, hay
que reconocerle a Butler el saber reutilizar estas ideas con muy bien tino,
repartiendo el protagonismo entre los cuatro amigos y sin que la tensión
decaiga. Al fin y al cabo, no hay ningún problema en retomar viejos temas,
porque, si están planteados con acierto, el lector nunca se cansa de leerlos,
como tampoco se cansa (y perdón por el tópico) de escuchar canciones de amor.
Fotografías
de Eau Claire, Wisconsin. Wikipedia.