Edición: Lumen, 2015
Páginas: 528
ISBN: 9788426401526
Precio: 20,90 €
(e-book: 11,99 €)

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El transatlántico en el que viajan |
En
esta ocasión, los protagonistas deben marcharse de Oxford para cruzar el
Atlántico rumbo a una aldea de Nueva Orleans, donde esperan esclarecer el inquietante caso de un bergantín hundido, el Perséfone, que naufragó en el río
Mississippi en 1862, un recuerdo que todavía sigue muy vivo en la memoria de
los lugareños supersticiosos. Con la excelente organización de la trama que ya
demostró en Tu nombre después de la lluvia, Álvarez combina el progreso de las historias de los
protagonistas con la introducción de un escenario diferente, con sus propios
personajes y enredos, que constituye el cuerpo de esta segunda parte de la
saga. En este sentido, sobresale la forma de relacionar el pasado con el
presente, a través de las conversaciones con testigos de los hechos y recuerdos
materiales, un método similar al de Kate Morton. El resultado es una novela
que contiene muchas historias en una, ya que, al investigar el Perséfone, descubren la época de
esplendor de la plantación de la familia del capitán del barco, su complicada
situación amorosa y las supuestas prácticas de brujería de algunos aldeanos.
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La plantación de Nueva Orleans |
La
evolución de los protagonistas resulta asimismo sobresaliente. En primer lugar, la
autora acierta al decidir que transcurran unos años desde la aventura anterior,
porque el paso del tiempo ha provocado cambios
en las vidas de los protagonistas, unos cambios que los hacen más
interesantes y evitan que su papel en Contra
la fuerza del viento sea idéntico al de antes (el más destacable es Oliver,
que se ha convertido en escritor). No obstante, algunos de ellos no solo se
robustecen como personajes por su presente, sino por lo que se desvela de su
pasado (el capítulo sobre los orígenes
de Stirling es uno de los más hermosos de la saga, y lo relativo a Oliver
también está muy bien encontrado). Además, Veronica, la sobrina rebelde de
Alexander, justifica su presencia como secundaria de oro al acompañarlos en su
viaje y ejercer de contrapunto de la sofisticada Stirling. El contraste de
caracteres funciona a la perfección (la seductora Stirling, el guasón Lionel,
el tímido Oliver, el serio Alexander, la inquieta Veronica, etc.) y enriquece
la novela, porque genera momentos muy variados, con predominio de los diálogos
chispeantes durante la investigación en sí y las escenas románticas y conmovedoras
en los puntos álgidos. Un cóctel para emocionarse y pasarlo en grande.
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La Casa de las Orquídeas |
En
suma, Álvarez vuelve a construir una novela
gótica de aventuras, romances apasionados e intriga que guarda muchos
paralelismos con la anterior, a saber: la alternancia de las tramas personales (esta
vez el protagonismo se lo llevan Stirling y Lionel, pero no descuida a ninguno)
con la resolución del misterio paranormal (la banshee en Tu nombre después de la lluvia, el barco en Contra la
fuerza del viento); los personajes arquetípicos
que se complementan; el viaje a un lugar lejano que le permite recrear otro
paisaje espléndido (del castillo irlandés a la plantación de Nueva Orleans) e
incluso incorporar algún tema de carácter social (esclavitud); el desarrollo,
en pequeñas pero contundentes dosis, de cuestiones importantes para el conjunto de la saga
(relacionadas, sobre todo, con Stirling y lo que esconde); y, por último, la
elegancia del estilo, el gusto por el romanticismo y las descripciones de obras
de arte y vestidos, aunque, hay que advertirlo, esta delicadeza no está reñida
con la narración de acciones perversas.
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Victoria Álvarez |
Por
si fuera poco, se aprecia una evolución notable con respecto a la primera parte: ha ganado fluidez, va más al grano y aún es más entretenida. También
ha perfeccionado el manejo de varias tramas al mismo tiempo, con una estructura
mucho más equilibrada que la de Tu nombre después de la lluvia (me reafirmo en lo que dije en aquella reseña: Álvarez
es una gran arquitecta de historias). Del exceso de sentimentalismo de su
debut, Hojas de dedalera (2011), ya
no queda ni rastro, porque el amor exaltado se compensa con el
suspense y las otras vivencias personales que refuerzan la obra. Cuánto ha
crecido la autora desde sus inicios, qué cantidad de recursos ha incorporado a
su repertorio y qué bien ha pulido su estilo. Contra la fuerza del viento tiene todos los ingredientes de un buen
page-turner, un libro que divierte, apasiona, enternece, engancha… y deja con la
boca abierta después de un desenlace sobrecogedor. Fascinante.
Imágenes
del Facebook de la autora, inspiradas en los escenarios de la novela.